Las vacaciones llegan a su fin y apenas las ha notado. Es una suerte que después de vacaciones ella siga teniendo vacaciones, la verdad. Aún y así, la llegada de setiembre implica muchísimas cosas en su ociosa vida: nueva temporada, nuevas fiestas, nueva gente, nuevos viajes y nuevos colores.
Así pues, Robyn hace aquello que se le da mejor y en lo que es mejor: ir de compras. La acompaña su perpetua sombra, también llamada sirventa o Amarantha. Han bajado por el lujoso Bond Street y después de pasearse por las tiendas habitables de Oxford Street (Robyn odia cuando las tiendas están muy llenas) han terminado en Regent. Todo eso a trozos andando y a trozos en coche, porque Amarantha no puede con todas las bolsas, claro, y el coche y el cochero (el señor Harris) los tienen para algo.
Ahora Robyn lleva apenas una bolsa de Chanel con sólo un collar dentro (sino no la llevaría ella) y está encantada con el escaparate de Top Shop. Hasta se sube las gafas para poder apreciar mejor la nueva temporada de zapatos.
-Tienen que ser como estos pero en marrón, Amarantha, y no me digas que esto es marrón porque es obvio que no lo es.
Con unos vaqueros, una camiseta, su chaqueta, sus gafas de sol y sus cómodas Converse, además de unas cuantas bolsas extras, Orpheo camina por Regent Street casi como si la calle fuera suya. Es que, si fuera por los paseos y el dinero que gasta en las tiendas de por allí últimamente, deberían empezar a llamarla Orpheo Street.
Y esta racha de compras no es más que producto de que está deprimido, y si está deprimido es, como siempre, por Agyness Nott.
Pero no pasa nada, porque los dos pantalones, tres camisas y el par de zapatos que se ha comprado lo animan lo suficiente como para que se olvide un poco. TopShop, Levi's y Urban Outfitters son sus tres mejores amigos sobre la faz de la Tierra, definitivamente.
Ahora sale de su primer mejor amigo, poniéndose la chaqueta, y no puede evitar reparar en la chica que mira el escaparate.
- Robyn. - exclama, sin alzar excesivamente la voz, dedicándole una sonrisa a la chica. Es Robyn Inglebee, su compañera de Slytherin.
No esperaba encontrarse a nadie y es por eso que cuando escucha la voz sin ver a su dueño no la ubica. Alza la vista, con las gafas entre las manos, y tarda en sonreír lo que tarda en reconocerle.
-Orpheo -la sonrisa de Robyn, hace falta aclararlo, es pequeña y llena de seguridad. Hablando con chicos, le gusten o les odie, siempre adopta esta actitud que ella ha bautizado como sexy-femenina-distraída- ¿De compras?
Se gira un momento y le hace un gesto con la mano a Amarantha para que le coja la bolsa Chanel y la deje en el coche. Así les deja dos segundos.
- De compras. - asiente, alzando las bolsas un poco. - Ya veo que tú también. - Amplía su sonrisa un poco más, encantador, y aprovecha para rascarse la nuca en gesto distraído.
Robyn Inglebee, señoras y señores, una de las chicas más guapas del curso de Orpheo, pero con la que nunca tuvo oportunidad de entablar una buena amistad por ser Slytherin. Sin embargo, ahora que han salido de Hogwarts, a Orpheo las casas le importan bastante poco.
Suspira un poco, encogiéndose finamente de hombros.
-Yo lo llamo "etapa de reinvención" y aún y así todavía no he tenido tiempo de parar quieta -suelta una risa suave y encantadora- Aunque debo admitir que en mi caso se va a alargar tanto como me plazca -y realmente interesada, pregunta- ¿Y las tuyas?
No tiene ni idea de qué debe de empezar Orpheo en Setiembre. De pronto se muere por saberlo. Orpheo es tan guapo que maldice los uniformes de Hogwarts, ojalá sólo sirviera de cástigo para aquellos que no tienen dinero para comprarse ropa decente.
Las suyas. Las suyas están yengo de lo claro a lo oscuro y de lo oscuro a lo claro continuamente.
- Bien, bien. Siendo aprovechadas. - se limita a decir, sin dar más explicaciones, asintiendo distraídamente con la cabeza. Después de una pausa, suelta una risa suave - Se me hace rarísimo verte fuera de Hogwarts.
Y es cierto. Robyn, sin el uniforme, está mucho más... más Robyn, por decirlo de alguna forma.
Sonríe un poco de nada, alzando el mentón y confesándole:
-Eso es porque no estamos acostumbrados -Y después, más desenfadadamente, añade- Pero la verdad es que la ropa de calle nos sienta mejor -y se ríe.
Mira hacia atrás y, efectivamente, Amarantha vuelve a estar de pie a su lado. Le dirige una mirada glacial y la mujer, después de tartamudear, vuelve al coche.
- Bueno, he de decir que ni siquiera el uniforme de Hogwarts te podría sentar mal a ti, Robyn Inglebee. - dice, alzando la barbilla con un gesto elegante.
Es una lástima no haber hablado nunca lo suficiente con Robyn, porque si fuese así, ahora podría ahorrarse todos los elogios previos.
Eso es una lástima, sí, pero lo de que no deje de pensar en Agyness es un grave problema.
Se ríe tontamente, mirando a un lado y ladeando la cabeza.
-Orpheo... -se queja, con la risa y la sonrisa, de modo que más que quejarse parece que diga "sigue con los halagos, gracias".
Orpheo siempre le había parecido interesante, pero no había tenido la oportunidad de ilusionarse con él. Porque esto es lo que hace Robyn con los chicos, ilusionarse, montarse películas. Y claro que tiene millones de películas en la cabeza de encuentros con Neil Varjak el bueno, pero una tiene que tener planes B. Y C, y D.
- De nada, de nada. - medio bromea, haciendo un gesto con la mano, como quitándole importancia. - No era un cumplido, sólo una observación de la realidad. - Y otra sonrisa magnífica exclusiva para Robyn.
Es verdad que Agyness Nott es la chica más guapa que conoce. Es verdad que es la más inteligente que conoce. Es verdad, también, que es con la que más le gusta (o, al menos, le gustaría) pasar tiempo. Y es verdad que está perdidamente enamorado de ella.
Pero eso no quiere decir que Robyn Inglebee no sea guapa, agradable y, hasta ahora, bastante divertida.
- ¿Tienes algo que hacer? Podríamos ir a tomar algo... Ya sabes, recordar Hogwarts y todo eso... - propone, con aire casual.
Así pues, Robyn hace aquello que se le da mejor y en lo que es mejor: ir de compras. La acompaña su perpetua sombra, también llamada sirventa o Amarantha. Han bajado por el lujoso Bond Street y después de pasearse por las tiendas habitables de Oxford Street (Robyn odia cuando las tiendas están muy llenas) han terminado en Regent. Todo eso a trozos andando y a trozos en coche, porque Amarantha no puede con todas las bolsas, claro, y el coche y el cochero (el señor Harris) los tienen para algo.
Ahora Robyn lleva apenas una bolsa de Chanel con sólo un collar dentro (sino no la llevaría ella) y está encantada con el escaparate de Top Shop. Hasta se sube las gafas para poder apreciar mejor la nueva temporada de zapatos.
-Tienen que ser como estos pero en marrón, Amarantha, y no me digas que esto es marrón porque es obvio que no lo es.
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Y esta racha de compras no es más que producto de que está deprimido, y si está deprimido es, como siempre, por Agyness Nott.
Pero no pasa nada, porque los dos pantalones, tres camisas y el par de zapatos que se ha comprado lo animan lo suficiente como para que se olvide un poco. TopShop, Levi's y Urban Outfitters son sus tres mejores amigos sobre la faz de la Tierra, definitivamente.
Ahora sale de su primer mejor amigo, poniéndose la chaqueta, y no puede evitar reparar en la chica que mira el escaparate.
- Robyn. - exclama, sin alzar excesivamente la voz, dedicándole una sonrisa a la chica. Es Robyn Inglebee, su compañera de Slytherin.
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-Orpheo -la sonrisa de Robyn, hace falta aclararlo, es pequeña y llena de seguridad. Hablando con chicos, le gusten o les odie, siempre adopta esta actitud que ella ha bautizado como sexy-femenina-distraída- ¿De compras?
Se gira un momento y le hace un gesto con la mano a Amarantha para que le coja la bolsa Chanel y la deje en el coche. Así les deja dos segundos.
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Robyn Inglebee, señoras y señores, una de las chicas más guapas del curso de Orpheo, pero con la que nunca tuvo oportunidad de entablar una buena amistad por ser Slytherin. Sin embargo, ahora que han salido de Hogwarts, a Orpheo las casas le importan bastante poco.
- ¿Qué tal van esas vacaciones?
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-Yo lo llamo "etapa de reinvención" y aún y así todavía no he tenido tiempo de parar quieta -suelta una risa suave y encantadora- Aunque debo admitir que en mi caso se va a alargar tanto como me plazca -y realmente interesada, pregunta- ¿Y las tuyas?
No tiene ni idea de qué debe de empezar Orpheo en Setiembre. De pronto se muere por saberlo. Orpheo es tan guapo que maldice los uniformes de Hogwarts, ojalá sólo sirviera de cástigo para aquellos que no tienen dinero para comprarse ropa decente.
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- Bien, bien. Siendo aprovechadas. - se limita a decir, sin dar más explicaciones, asintiendo distraídamente con la cabeza. Después de una pausa, suelta una risa suave - Se me hace rarísimo verte fuera de Hogwarts.
Y es cierto. Robyn, sin el uniforme, está mucho más... más Robyn, por decirlo de alguna forma.
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-Eso es porque no estamos acostumbrados -Y después, más desenfadadamente, añade- Pero la verdad es que la ropa de calle nos sienta mejor -y se ríe.
Mira hacia atrás y, efectivamente, Amarantha vuelve a estar de pie a su lado. Le dirige una mirada glacial y la mujer, después de tartamudear, vuelve al coche.
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- Bueno, he de decir que ni siquiera el uniforme de Hogwarts te podría sentar mal a ti, Robyn Inglebee. - dice, alzando la barbilla con un gesto elegante.
Es una lástima no haber hablado nunca lo suficiente con Robyn, porque si fuese así, ahora podría ahorrarse todos los elogios previos.
Eso es una lástima, sí, pero lo de que no deje de pensar en Agyness es un grave problema.
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-Orpheo... -se queja, con la risa y la sonrisa, de modo que más que quejarse parece que diga "sigue con los halagos, gracias".
Orpheo siempre le había parecido interesante, pero no había tenido la oportunidad de ilusionarse con él. Porque esto es lo que hace Robyn con los chicos, ilusionarse, montarse películas. Y claro que tiene millones de películas en la cabeza de encuentros con Neil Varjak el bueno, pero una tiene que tener planes B. Y C, y D.
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Es verdad que Agyness Nott es la chica más guapa que conoce. Es verdad que es la más inteligente que conoce. Es verdad, también, que es con la que más le gusta (o, al menos, le gustaría) pasar tiempo. Y es verdad que está perdidamente enamorado de ella.
Pero eso no quiere decir que Robyn Inglebee no sea guapa, agradable y, hasta ahora, bastante divertida.
- ¿Tienes algo que hacer? Podríamos ir a tomar algo... Ya sabes, recordar Hogwarts y todo eso... - propone, con aire casual.
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