Ha estado hablando con papá. Igrayne habla mucho con su padre, generalmente, porque son muy parecidos, les gustan las mismas cosas, piensan igual, tienen un carácter prácticamente idéntico y rezuman hufflepuffidad por todas partes. Y ha estado hablando con papá de los Primos, porque le contó que Copernic vino a casa el otro día, y luego le comentó que sería de buena educación corresponder a esta visita con otra
( ... )
Se aburre un poco, ahora que se ha terminado el libro que estaba leyendo y no le queda mucho tiempo para empezarse otro, su turno esta apunto de terminar, así que se esconde un poco tras el mostrador para evitar que le vean hacer un accio a un libro que le había pedido un estudiante, lo del ordenador esta bien, pero...donde este la eficacia de la magia, un libro que según él no le servirá de mucho pero así son los muggles.
La visita no le pilla del todo desprevenido, el conserje le ha avisado y el extraño movimientos de cabezas de los estudiantes, cualquier cosa que hagan se nota, parecen estatuas, pero pone cara de sorpresa, porque le sorprende que se haya presentado así. Qué ilusión, le encantan las sorpresas.
-¡He venido a invitarte a comer! Ahora tienes una pausa o algo para comer, ¿verdad? No me digas que no, que he venido hasta aquí a propósito y además me muero de hambre - dice Igrayne, apoyando los codos en el mostrador para así curiosear un poco. Sabe que a Sören le hubiera encantado venir, pero todavía no se atreve a contarle lo de los primos. Es como una bola de nieve montaña abajo, no se lo contó el primer día porque no sabía cómo reaccionaría y ahora está buscando el momento apropiado para decírselo para que no se enfade con ella por no decírselo antes y por, encima, tener tíos y abuelos mortífagos y tal.
En fin. Y ahora que lo piensa, a Mordred seguro que le hubiera encantado la biblioteca también. El primo no tanto. Es que le ha dicho si quería venir, pero Mord ha dicho que no, que no tiene ni el más mínimo interés en conocer a los demás Slytherins de la familia, Igrayne le ha dicho que es un soso y Mordred ha dicho que "enana, largo de mi cuarto que me tapas la luz" y así ha quedado la cosa.
No le importa nada que Igraine inspeccione, cotillee o solo mire a ver que hace detrás del mostrador, no hay nada que ocultar y menos a gente no muggle, simplemente esta la mesa llena de libros, pilas y pilas de libros, algún que otro mapa celeste y un dichoso ordenador recalentándose y sin usar.
- La verdad...- mira un enorme reloj en la pared del fondo- me queda un cuarto de hora para terminar, después estoy disponible para ir donde quieras y más si invitas tú- le guiña un ojo, no es que sea roñoso, pero ahora pasta lo que se dice pasta no tiene.
Mientras empieza a recoger los bártulos se acuerda que le dijo a Chlöe que hoy comerían juntos y después hacer una excursión al zoo muggle, de Londres.
- Uy... he quedado con Chlöe para comer, le mando un memo y lo anulo- desaparece un poco la felicidad de su cara, pero su sonrisa permanece.
Un cuarto de hora, un cuarto de hora. Igrane cree que podrá aguantar un cuarto de hora sin pegarle un bocado a Copernic, así que asiente, contenta... hasta que él dice lo de Chlöe, que entonces sonríe más.
-¡Ala no! ¡No lo anules! - dice, porque a ella no la conoce y es su prima pequeña, e Igrayne siempre ha querido tener una prima pequeña-. Bueno... quiero decir que no lo anules si crees que no le molestará que coma yo con vosotros también, claro... que... que puedo invitaros a ambos si es por eso, ¿eh?
Pone ojitos de niña buena por si así convence a Copernic, a ver.
¡Cómo mola! Su prima le encanta, es genial que le apetezca conocerles y no parece molestarle los desprecios que sucedieron de su madre el día que se conocieron.
La idea de que tenga una aliada que influya sentido común a Chlöe mientras dure su estancia en Hogwarts le satisface bastante, pero no sabe hasta que punto se puede ir Chlöe de la lengua. Pensándolo mejor, en su casa nunca se dice nada, mas que las ideas alocadas de Sebastian y las gilipolleces de Giere que alardea de ellas como un pavo real.
- No creo que le moleste, al principio será un poco reacia, mejor no se lo digo y nos vemos directamente, no es muy confiada que digamos, pero...bueno no sé, podemos probar, al fin y al cabo encontraré piso y si me echan ya me buscare la vida para que Chlöe no me odie- sonríe divertido, este será un día decisivo en su vida, pero le encanta la posibilidad de que se lleven bien.
-Vale, genial, será una sorpresa-, y vale, Igrayne no sabe hasta qué punto a Chlöe le gustan las sorpresas, pero tiene... ¿qué? ¿doce años? Seguro que le encantan. En realidad, la edad no tiene nada que ver porque ella tiene dieciséis y todavía le encantan, claro. En fin, que seguro que Chlöe, aunque sea reacia al principio, acaba haciendo buenas migas con ella. A Igrayne siempre se le ha dado bien eso de estar con los chicos más pequeños en Hogwarts, así que no cree que su primita vaya a ser un gran reto. El primito del medio, el que tiene la edad de Mordred, igual sí, pero con ese Igrayne cree que no va a esforzarse mucho.
- No, he visto unos cuantos que no estaban mal, pero hasta que Chlöe no vuelva a Hogwarts, me gustaría aprovechar estas semanas con ella. El problema es que no quieren esperar- chasquea la lengua-.Un momentillo que le voy a pasar este libro a ese chico de ahí y vuelvo para irnos a comer, a no ser que te de miedito quedarte sola en un ligar tan grande- una sonrisa picarona aparece en su rostro, es imposible con reírse con él cuando pone esa sonrisa, aunque es obvio que no tiene miedo, ha entrado sola a la imponente gran biblioteca de Oxford.
Igrayne se ríe, claro que se ríe. Y luego arruga la nariz en una mueca burlona, porque desde luego, ella no tiene miedo de nada, y mucho menos de una biblioteca. Bueno, si fuera una biblioteca donde los libros se comieran a la gente o algo así... pues igual estaría algo inquieta, pero como esta es muggle y tranquilita, pues no.
-Ve, ve, tranquilo. Yo no me muevo-, dice encogiéndose de hombros. Está distraída mirando a los estudiantes que incluso en verano vienen a hincar los codos aquí.
Copernic vuelve al poco, se mueve por entre las mesas mejor que por su habitación a oscuras, si es que le encanta este sitio, casi más que la biblioteca de Hogwarts, que ya es difícil.
Coge su mochila, apaga el ordenador y guía a Igraine hacia la salida
- Bueno estamos listos para irnos y ver que cara pone Chlöe- suelta una carcajada sorda, no puede nolestar a los pobres torturados estudiantes-. ¿Dónde nos vas a llevar?
Pues ella pensaba llevar a Opernic a algun lugar guay, como un restaurante japonés, o indio, o vietnamita, o lo que sea, pero no contaba con Chlöe, a quien seguramente le gusten otras cosas como... a saber.
-No sé. ¿Una pizza? Es que no sé qué restaurantes hay por aquí, tendrás que decírmelo tú. O si tenéis tiempo y tal, podemos ir a Londres. He venido en coche porque todavía - y ahí baja la voz para que nadie la oiga- todavía no tengo el carnet de aparecer y no era plan de venir en escoba, y en transporte público se tarda un montón. Y hoy mi padre no necesitaba ir a ninguna parte y Lars se estaba aburriendo. Lars es el chófer.
Lars es el chófer y es sueco. Es como altísimo y rubio y muy serio hasta que cuenta un chiste y entonces te desternillas tú y se desternilla él acto seguido. A Igrayne le cae genial ese hombre.
Sinceramente a él le da igual, de todas formas van a ir a Londres después, si es que a Chlöe le sigue apeteciendo después de esta emboscada, pero ya que están aquí... le enseña un poco el pueblo, que a él le encanta y conoce un sitio super chulo al lado del río con mesas en la orilla y lo suficienteemente lejos del pueblo para que no haya mucho turista.
- Conozco un sitio guay, pero...¿tienes mucha hambre? Porque esta un poco lejos y hay que ir a buscar a Chlöe, así ves Oxford y tal. Si tienes mucha hambre tengo galletas saladas en la mochila- la ve algo hambrienta y saca las galletas de la mochila.- Además Chlöe siempre llega tarde, cosa de chicas, esta aprendiento- pone cara de resignación, espera que esta etapa se le pase rápido.
A Igrayne le brillan los ojillos cuando Copernic saca las galletas, no puede evitarlo, así que supone que Copernic no se ofenderá si en vez de una coge dos y da un mordisco grande. Mastica. Está pensando si las galletas serán suficientes para aguantar un rato, y decide que sí.
-Creo que podré aguantar-, dice al fin con una sonrisa de oreja a oreja. Además Oxford es bonito, estará bien pasear y así cuando venga con Sören otro día ya se lo conocerá y podrá guiarle a él, que seguro que también le encanta-. Además, no hace ni hora y media que me he comido un cruasán, no debería tener hambre todavía. Mi madre dice que tengo la solitaria y que me la tendrán que sacar a lo muggle, atrayéndola hacia la garganta con un vaso de agua después de haberla atiborrado de sal o algo así. Qué asco. De todas formas no es verdad que tenga el bicho ese, sólo lo dice para asustarme.
Ahora que esta fuera no puede evitar reírse a carcajada limpia. Menudas chorradas se le cuentan a los niños, bueno y a los no tan niños.
- Bueno, pues si aguantas he qudado con Chlöe ahí enfrente- le dice después de doblar un par de esquinas, es un pequeño jardincito cercado, fuera de la vista de los muggles.- Ya veras, va a ser genial- intenta tranquilizarla, pero en realidad se intenta tranquilizar a si mismo.
Mientras cruza la calle cae en la cuenta
- Por cierto, ahora que caigo, ¿no ibas a venir acompañada?- le lanza una sonrisa y se inclina un poco hacia ella dando énfasis.
Acompañada, es verdad que dijo que iría con Sören. Pero claro, recordemos que Sören todavía no sabe nada de los primos, así que no era plan de traerle a Oxford y gritar: ¡sorpresa!, e Igrayne tampoco quiere decirle a Copernic que no se lo ha dicho a su novio, así que se encoge de hombros y sonríe, inocente.
-Tú no te preocupes que un día te lo traigo para que le des el visto bueno. Es que hoy no podía, que tenía una cosa familiar - y eso es verdad que hoy igualmente Sören no habría podido venir. IGrayne, cuando miente, miente lo menos posible- pero otro día sí, lo prometo. Además se va a quedar alelado cuando vea la biblioteca.
Por primera vez en mucho tiempo decide llegar a la hora, bueno para que engañarse no podía aguantar más los sermones de Giere.
Esta sentada en un banco de piedra al sol, se ha puesto su vestido de niña buena y espera pacientemente, cuando oye la voz de su hermano acompañado de alguien, no puede evitar echar una ojeada a la puerta del parque.
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La visita no le pilla del todo desprevenido, el conserje le ha avisado y el extraño movimientos de cabezas de los estudiantes, cualquier cosa que hagan se nota, parecen estatuas, pero pone cara de sorpresa, porque le sorprende que se haya presentado así. Qué ilusión, le encantan las sorpresas.
-¡¡¡Hola!!! ¿Cómo tú por aquí?
Le dará una excusa para no aburrirse.
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En fin. Y ahora que lo piensa, a Mordred seguro que le hubiera encantado la biblioteca también. El primo no tanto. Es que le ha dicho si quería venir, pero Mord ha dicho que no, que no tiene ni el más mínimo interés en conocer a los demás Slytherins de la familia, Igrayne le ha dicho que es un soso y Mordred ha dicho que "enana, largo de mi cuarto que me tapas la luz" y así ha quedado la cosa.
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- La verdad...- mira un enorme reloj en la pared del fondo- me queda un cuarto de hora para terminar, después estoy disponible para ir donde quieras y más si invitas tú- le guiña un ojo, no es que sea roñoso, pero ahora pasta lo que se dice pasta no tiene.
Mientras empieza a recoger los bártulos se acuerda que le dijo a Chlöe que hoy comerían juntos y después hacer una excursión al zoo muggle, de Londres.
- Uy... he quedado con Chlöe para comer, le mando un memo y lo anulo- desaparece un poco la felicidad de su cara, pero su sonrisa permanece.
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-¡Ala no! ¡No lo anules! - dice, porque a ella no la conoce y es su prima pequeña, e Igrayne siempre ha querido tener una prima pequeña-. Bueno... quiero decir que no lo anules si crees que no le molestará que coma yo con vosotros también, claro... que... que puedo invitaros a ambos si es por eso, ¿eh?
Pone ojitos de niña buena por si así convence a Copernic, a ver.
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La idea de que tenga una aliada que influya sentido común a Chlöe mientras dure su estancia en Hogwarts le satisface bastante, pero no sabe hasta que punto se puede ir Chlöe de la lengua. Pensándolo mejor, en su casa nunca se dice nada, mas que las ideas alocadas de Sebastian y las gilipolleces de Giere que alardea de ellas como un pavo real.
- No creo que le moleste, al principio será un poco reacia, mejor no se lo digo y nos vemos directamente, no es muy confiada que digamos, pero...bueno no sé, podemos probar, al fin y al cabo encontraré piso y si me echan ya me buscare la vida para que Chlöe no me odie- sonríe divertido, este será un día decisivo en su vida, pero le encanta la posibilidad de que se lleven bien.
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Se inclina un poco más sobre el mostrador.
-Oye, ¿todavía no has encontrado piso?
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-Ve, ve, tranquilo. Yo no me muevo-, dice encogiéndose de hombros. Está distraída mirando a los estudiantes que incluso en verano vienen a hincar los codos aquí.
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Coge su mochila, apaga el ordenador y guía a Igraine hacia la salida
- Bueno estamos listos para irnos y ver que cara pone Chlöe- suelta una carcajada sorda, no puede nolestar a los pobres torturados estudiantes-. ¿Dónde nos vas a llevar?
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-No sé. ¿Una pizza? Es que no sé qué restaurantes hay por aquí, tendrás que decírmelo tú. O si tenéis tiempo y tal, podemos ir a Londres. He venido en coche porque todavía - y ahí baja la voz para que nadie la oiga- todavía no tengo el carnet de aparecer y no era plan de venir en escoba, y en transporte público se tarda un montón. Y hoy mi padre no necesitaba ir a ninguna parte y Lars se estaba aburriendo. Lars es el chófer.
Lars es el chófer y es sueco. Es como altísimo y rubio y muy serio hasta que cuenta un chiste y entonces te desternillas tú y se desternilla él acto seguido. A Igrayne le cae genial ese hombre.
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- Conozco un sitio guay, pero...¿tienes mucha hambre? Porque esta un poco lejos y hay que ir a buscar a Chlöe, así ves Oxford y tal. Si tienes mucha hambre tengo galletas saladas en la mochila- la ve algo hambrienta y saca las galletas de la mochila.- Además Chlöe siempre llega tarde, cosa de chicas, esta aprendiento- pone cara de resignación, espera que esta etapa se le pase rápido.
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-Creo que podré aguantar-, dice al fin con una sonrisa de oreja a oreja. Además Oxford es bonito, estará bien pasear y así cuando venga con Sören otro día ya se lo conocerá y podrá guiarle a él, que seguro que también le encanta-. Además, no hace ni hora y media que me he comido un cruasán, no debería tener hambre todavía. Mi madre dice que tengo la solitaria y que me la tendrán que sacar a lo muggle, atrayéndola hacia la garganta con un vaso de agua después de haberla atiborrado de sal o algo así. Qué asco. De todas formas no es verdad que tenga el bicho ese, sólo lo dice para asustarme.
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- Bueno, pues si aguantas he qudado con Chlöe ahí enfrente- le dice después de doblar un par de esquinas, es un pequeño jardincito cercado, fuera de la vista de los muggles.- Ya veras, va a ser genial- intenta tranquilizarla, pero en realidad se intenta tranquilizar a si mismo.
Mientras cruza la calle cae en la cuenta
- Por cierto, ahora que caigo, ¿no ibas a venir acompañada?- le lanza una sonrisa y se inclina un poco hacia ella dando énfasis.
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-Tú no te preocupes que un día te lo traigo para que le des el visto bueno. Es que hoy no podía, que tenía una cosa familiar - y eso es verdad que hoy igualmente Sören no habría podido venir. IGrayne, cuando miente, miente lo menos posible- pero otro día sí, lo prometo. Además se va a quedar alelado cuando vea la biblioteca.
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Esta sentada en un banco de piedra al sol, se ha puesto su vestido de niña buena y espera pacientemente, cuando oye la voz de su hermano acompañado de alguien, no puede evitar echar una ojeada a la puerta del parque.
Quién será
¿Su prima?¿qué hace aquí y con Copernic?
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