Juego de espejos

Apr 17, 2008 14:33

Llevaba varios días viéndolo distinto. Ausente y taciturno. No es que alguna vez hubiera sido muy hablador y vivaracho, precisamente. Pero ahora tenía esa mirada perdida de cuando algo se ha roto por dentro. La conozco bien, el espejo me ha devuelto una igual durante mucho tiempo.
Durante mis interminables discursos sobre el valor de la poesía del veintisiete o la diferencia de las subordinadas le lanzaba miradas cargadas de energía, intentando atraer su atención y rescatar su mirada del vacío. Pero día tras día se iba hundiendo más en su pupitre, hasta que sólo veía de él su oscura coronilla.
-Arturo, quiero hablar contigo.
Me miró como si saliera durante un instante de su ensimismamiento y asintió, indiferente. Lo saqué de clase de francés y nos sentamos lejos de oidos indiscretos.
Le ofrecí mi ayuda, el típico puedes contar conmigo para lo que sea, que hasta a mí me sonó hueco. Él permanecía callado, receloso de su intimidad, decidido a no dejarse invadir, a no necesitar ayuda. Entonces comprendí. Le conté cómo ha sido este último año en mi vida y por primera vez, sentí que me escuchaba. De repente me preguntó:
-¿Alguna vez has intentado suicidarte? Yo lo intenté hace unos días.
Y me lo dijo así, como si de repente se hubieran caido todas sus barreras y su soledad fuera menos solitaria. Y me miró de frente.
Le tendí una mano, en silencio.
Sabes, esta profesora disfuncional va a ayudarte.
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