Jan 22, 2006 21:04
Cuando era pekeña me encantaba la hora de la salida del colegio. Mi colegio no era muy grande,pero al salir del edificio quedaba un enorme patio hasta la puerta donde las mamas nos esperaban. Yo siempre iba corriendo y arrastrando el abrigo, xq nunca me detenia a ponermelo, cualquier oportunidad para ganar tiempo era poca. Corria por el patio nerviosa, emocionada y contenta. Nunca hablaba con el resto de los niños durante ese trayecto, evitaba toda distracción. Veia la multitud de madres agolpadas en la puerta, pero la mia nunca estaba alli. Mi mama nunca esperaba en la puerta mezclada con el resto. Ella siempre me esperaba de pied junto al coche, unos metros atrás de la multitud. Confiaba en mí, y sabia que no iba a pasarme nada en esos pococs metros que la separaban de la puerta, siempre me enseño a no tener no miedo.
Salia a empujones entre tantas mujeres histericas que se apresuraban por darle la mano a sus pequeños hijos.Y por fin la veia, y entonces corria más rápido aún que antes. Daba un slata y ella siempre me cojia en brazos y me abrazaba fuerte durante mucho rato.Me encantaba su olor y agarrarme a su pelo y su piel suavita.Siempre iba en vaqueros ajustados y zapatos planos.No me cansaba de mirar su pelo rubio ceniza ondulado, los ojos azules más tiernos del mundo y sus miles de pequitas. Me sentia tan agusto en sus brazos...como si estuviera en una nube blandita.
Miraba al resto de los niños de mi clases con sus madres, y sentia lastima x ellos. Me daba pena,estaba segura que todos querian que mi madre fuese la suya. Las miraba a todas, y no solo no habia ninguna tan guapa como ella, tampoco habia ninguna con una voz tan dulce, que riera tanto, que fuera tan agradable, por no mencionar que ninguna trabajaba , ni llevaba vaqueros, ni me parecian tan listas como mi mama; pero sobre todo lo que más envidia estaba segura que les daria, era que ninguna los abrazaba como mi mama me abrazaba a mi.