Flores de papel se marchiran;
el temor del espiral infinito se apodera de sus entrañas rechazando el resurgir,
el temor a sufrir afianza el desanimo propio.
Los sueños se tornan enemigos que se enpeñan en crear ilusiones imposibles.
Esperar que la rana se decida dar el beso;
agradecer su veneno que ayuda a olvidar el pasado,
soñar los labios que la vida no lograra.
Miedo de encontrar al error en el camino, saludar al viejo conocido sin poder evitarlo.
Odiar que las cosas se asemejen y se repitan esta vez sin oportunidad.