(no subject)

Jan 31, 2012 11:36

El día que dejé este journal mi vida era un puta mierda. Lo llevaba siendo bastante tiempo. No siempre fue así desde luego, así que puestos a contar esta historía debería empezar por el principio.

Mi año de Eramus fue el mejor de mi vida. Y supongo que desde que volví de erasmus, allá por el 2001, lleve mi vida por un camino que no debía, quizás por inercia o quizás porque no tenía ni puta idea de que hacer con ella. Después de erasmus me toco pasar otro año en la universidad para terminar derecho. En ese último año hice unas prácticas en un despacho y me metí un verano de trabajo en USA. La buena o mala fortuna hizo que encontrase trabajo bastante rápido en España y con la enfermedad de mi padre decidí retrasar mis planes de marcharme fuera (había unos masters en Alemania la mar de apetecibles y la Humboldt me hacía ojillos). Al final dichos planes se aplazaron sine die a la muerte de mi padre un mes después.

Por esa época más o menos empecé a escribir este diario. Me lo tome como una forma de sacar de mí toda la mala hostia que sentía con la intención de que no me envenase. Las normas eran claras, sin autocensura, sin fotos mías en abierto, pocas entradas only friends y no responder a mensajes de anónimos (no me gusta jugar con desventaja). En aquel momento casi todo me importaba una mierda. Un trabajo a ratos interesante pero muy mal pagado, un jefe hijodeputa y un Bluty frustrado sin saber muy bien hacia donde dirigir sus pasos mientras sobrellevaba el peso de su familia. Supongo que esa actitud de yo solo contra el mundo y lo demás me importa un carajo, es lo que atrajo a tanta gente por aquí. Hay muchas historias divertidas que surgieron a raiz de esto, cuando facebook no existía y eramos más, aunque otras no lo fueron tanto. Sólo me gustaría quedarme con una idea, sin que yo quisiera ni fuera mi intención, esta página se convirtió en una forma importante de relacionarme con los demás, en mi ventana al mundo. Y eso, en el fondo, me disgustaba, me hacía infeliz, porque mientras Bluty se quedaba enganchado en aquellos primeros años, yo, evolucionaba, y aquel se convirtió en un lastre, ya no encajaba en todo lo demás. Y todo los demás lo podéis encontrar en este diario.

Tengo una teoría en relación a como soy. Creo que en mi caso y en el de muchos otros, mi año de erasmus me marcó de tal forma que siempre estoy dispuesto a dejarlo todo detrás para marcharme lejos y empeazar de nuevo. Es como una especie de botón del pánico, de solución drástica a cualquier problema que pueda surgir. Format C: y a correr. Supongo que por eso nunca me compré una casa, supongo que por eso me ha costado tanto querer construir algo duradero con otra persona, supongo que por eso aún hoy, me sigo levantando a veces de la cama con ese deseo casi incontenible de hacer la maleta y marcharme.

He estado varias veces a punto de irme, me he puesto plazos para irme a Londres, a Alemania o incluso a Suiza. Pero siempre ha pasado algo que me ha hecho quedarme (uno empieza ver una mano negra en esto). La penúltima vez que puse una fecha límite para marcharme, encontré un supuesto buen trabajo en el que ganaba un sueldo bastante alto y cambié de curro, y de vida, y la termine de joder.

Ahorraré los detalles de los tres años que estuve trabajando allí, pero básicamente empece a cobrar bastante dinero, que me permitía llevar una vida despreocupada, a cambio de trabajar una media de 11 horas diarias. Con esa pasta me compre un coche y me mude a un apartamento de puta madre en una zona de Madrid poco recomendable (yonkies y tal). El despacho asimismo se encontraba en una zona residencial, apartada de madrid casi sólo accesible en coche. Así que empece a hacer poco más que trabajar y beber y salir a gastar la pasta que ganaba para poder sobrellevar el trabajo. El hecho de vivir en una zona que no me gustaba me hacía salir menos de casa y vivir más aislado. Cuando salía del trabajo tenía que moverme en coche, con el coñazo que supone y el riesgo de volver a casa tajado. Así me encontré que por ganar más pasta, eche de mi vida las cosas que merecían la pena y la pasta que ganaba, me la gastaba en poder sobrellevar mi vida. Un día detrás del anterior, acostándome tarde con la cabeza frita por los Consejos de Adminsitración, las Juntas Generales y el abosulut limón, levantándome al día siguiente listo para la batalla.

Una puta mierda.
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