Fecha de estreno original: 1 de Abril de 1994
Guión: Marilyn Osborn
Dirigido por: David Nutter
Tengo la inconfundible certeza de que mi opinión sobre Shapes es bastante mejor que la generalizada.
O sea, no es un gran episodio, en la media de lo que es un episodio de Expediente X, pero no puedo evitar que siempre me haya gustado.
Para empezar, es un episodio en el que se muestra la extraña conexión de Mulder con los indios nativos americanos. Llamadme rara, pero siempre me ha atraído ese vínculo. El viejo que le llama “FBI” pero le mira de forma personal y especial. “Lleva un nombre indio, FBI”. El paralelismo entre el ostracismo de los indios y el que, en gran parte autoinfligido, sufre Mulder. La capacidad de Mulder de ver más allá siempre, como un indio. No sé, siempre me ha gustado.
Además, el viejo acaba despidiéndose de Mulder diciéndole que le verá dentro de 8 años. Hasta donde sabemos, Mulder se escondió en el desierto con Gibson Price 8 años después y estuvo en contacto con los indios navajos. Quién sabe si no volvió a ver a este viejo que va en plan oráculo. Siempre me han gustado las profecías y los vaticinios. Eché de menos averiguar lo que el viejo le dijo a Mulder 8 años después. “Espero que no”, le contesta Mulder. Yo creo que sí.
Aparte, es otro de esos abuntantes episodios de los primeros 5 años “tan Vancouver”. Gris, lluvioso, verde. Mulder y Scully con paraguas. Es una tontería, pero me encantaba eso.
Otra cosa que me gusta de Shapes, es que sin llegar a ser uno de esos típicos episodios donde se quedan aislados, sí que da un poco la sensación de que Mulder y Scully están metidos en un mundo paralelo, o al menos aislado de su habitual mundo de paranoias y conspiraciones. En Expediente X siempre sentaba bien acabar en un “universo paralelo” persiguiendo monstruos clásicos y primarios.
Sin embargo, siendo objetivos, la utilización del folclore indio en este episodio, acaba por pasarle factura, en el sentido en que todo se presenta de forma demasiado arquetípica y se acaba pasando de rosca. O sea, todos los indios están furiosos. Todos los blancos (que son pocos), son buenos. Y para rematar, el hombre lobo acaba resultando ser una pobre víctima, que, convengamos, un hombre lobo por definición es una víctima, pero aquí falta el elemento de mala leche intrínseco al monstruo-víctima. No sé si me explico.
- Lo peor: El hombre lobo me resulta “poco malo”.
- Lo mejor: que veamos el lado indio de Fox Mulder.