Esperemos que no caigan meteoritos mientras estamos aquí

Oct 18, 2011 04:47

Hace tiempo ya que no escribo nada, ahora que tengo un rato que matar, supongo que podría comenzar a usarlo como dice el nombre. Como un diario.

Estoy en la toma de mi universidad, rodeada de un montón de personas que creen y piensan casi igual a mí, quizás un par de detalles escapen del plan común, pero en general queremos y gritamos lo mismo “Educación Gratuita”. Pero no quiero escribir de eso, ya otros con más destreza con las palabras han hecho lo suyo y se han explayado como corresponde.

A mi el movimiento me pillo con las defensas bajas, con los brazos cansados y la voz ronca. No comencé como un alma llena de ánimos y fuerza, comencé desilusionada, rendida y derrotada. Jamás hubiese pensado hace unos 5 meses que estaría en el campus a las 4 de la mañana, esperando, esperando ser parte de algo maestro y único, rebelde e iracundo. Veamos como sale.

Decir que no estoy cansada seria mentir. Jamás me había tocado pelear tanto un ideal, una idea, un proyecto. Uno va por la vida tratando de ser lo mas consecuente que puede, o eso deberíamos hacer. Pero ser consecuente, tener una postura, ponerte una camiseta y llevar a un rebaño algo alelado y lo suficientemente ciego como para dejarse dominar, es en palabras muy burdas, extenuante.

En estos meses eh cambiado tanto, que hasta a mi me cuesta acostumbrarme. Estoy mucho más valiente de lo que pensé ser, mucho más mal genio, más intransigente, más soñadora, con más carácter, y más mal carácter. Con un cansancio espiritual que se pelea con el ánimo y la fuerza que nace de cada muestra de que este movimiento no se muere, solo toma aire y continúa.

A veces me recuerdo unos años atrás, encerrada en mis problemas, en mis cosas, pensando que nada de lo que pudiese hacer, decir o pensar tendría mayor relevancia, por que solo soy una persona entre millones.

Estoy rodeada de música, de cantos y de juerga. Aquí en teoría hay ley seca, o sea, nadie toma alcohol. Es una regla absurda, es una regla de padres que quiere hacernos creer que somos serios. Serios. ¿Cómo podemos ser serios? Somos niños, somos jóvenes, uno que otro adulto, pero más que eso, somos soñadores. Creemos que en la vida importan las leyes dividas y que en el comportamiento colectivo debiese reinar el sentido común, la humanidad y la caridad. No es así, y quizas eso es lo que me tiene el alma agotada. Darme cuenta, al fin, el mundo no es asi. El mundo es cruel, duro, solitario e injusto. No importa cuanta bondad tengas, el mundo te la consume toda, llegas a cierta edad con una desconfianza y un frío en el corazón que ni todos los discursos del mundo son capaces de entibiar.

Este movimiento es una brisa tibia, nos quiere hacer creer que si se puede, que mil almas soñadoras e idealistas pueden hacer el cambio y lograr engrasar ese engranaje de bondad que en teoría todos tenemos. ¿Cómo abra sido, antes de que con vendiéramos a la crueldad y el egoísmo?

Dudo haber tenido algo de sentido, solo quería expresar, aun que fuese al vacío eso que me esta apretando. Eso si, hay algo que aun no cambia en mi persona, aun amo estar sola. Y también hecho mucho de menos.

Buenas noches, con algo de suerte me pego un pestañeo. Mañana a casa, al oasis del no saber. Pasado volvemos.

vida, bla, si siguen gritando exploto, toma, de tando odiar termine amando

Previous post Next post
Up