Título: Pesadilla
Fandom: Fringe.
Personajes: Peter y Olivia
Disclaimer: Fringe no me pertenece.
Nota: Fic para el
Reto 3 de Bishop's Madhouse. He usado ambas palabras y la primera foto. Este es mi primer fic de Fringe.
- Peter!... Peter! - dijo Olivia al tiempo que agitaba suavemente su hombro. Peter estaba teniendo pesadillas.
- Oh. Ah. Ah? - los grandes ojos de Peter la miraron con sorpresa - ¿Qué sucede? Pensé que era Water y sus acostumbradas necesidades de media noche.
- Estabas teniendo un mal... sueño - respondió insegura Olivia, ahora dudaba si había sido o no una buena idea levantarlo, todavía era muy temprano y estaban cansados y con sueño y no se sentía cómoda precisamente en este momento.
- ¿Pesadillas? - preguntó Peter sacándola de sus pensamientos - no es cierto, ya sabes que cuando...
- Si, si - lo interrumpió Olivia - se la historia, pero también se que se veía como un mal sueño - continuó con un tanto de irritación.
- Te creo a medias - respondió Peter guiándole el ojo y levantándose de un salto de la silla donde estaba sentado, se estiro y sonriente salió de la oficina de Olivia.
El laboratorio lucía sombrío con tan poca luz, los ronquidos de Walter venían de algún lado en medio de la oscuridad, al parecer Gene estaba enfadada dado que mujía lentamente pero un sonido ronco que lo hizo preguntarse como pudo haber dormido con la vaca y su padre de ruido de fondo.
En el fondo de su mente estaba preocupado por el sueño del que habló Olivia, nunca lograba recordar con que soñaba pero la sensación al despertarse no era placentera, además, se encontraba un poco abrumado y avergonzado con Olivia ya que ella había notado algo preocupante para tener que despertarlo en plena madrugada. A pesar del frío decidió salir a dar un paseo, Harvard en la madrugada era un poco lúgubre, la neblina no ayudaba pero prefería un poco de aire fresco al aire viciado del laboratorio.
Olivia sabía que la pesadilla no era nada feliz por la manera en que se aferraba a la mesa donde se había apoyado y los quejidos de miedo y hasta terror que escuchó al entrar al lab mezclados con los de una vaca con sueño y un Walter más que dormido. Mientras pensaba en lo que pudo haber soñado Peter para ponerlo en ese estado, escuchó la puerta del laboratorio cerrarse con más fuerza de la necesaria y de inmediato supo que Peter era el causante de ese sonido. Tan inteligente, pero a la ver un tanto inmaduro, como si hubiera tenido que madurar muy rápido debido a su padre pero siempre llevara un niño resentido en su interior; y como reflejo de ese niño salió a esta hora de la mañana a un Harvard frío y neblinoso sin más abrigo que el de su camisa de botones.
No era su responsabilidad, no era la madre de estos dos hombres adultos pero no podía evitar sentirse un tanto de ese modo. Estaba cansada, llegó a recoger unos archivos e ir a casa a dormir después de la dura noche, sin embargo, optó vencer todos sus pensamientos cerdos y un tanto sonmolientos e ir por el abrigo de Peter y seguirlo en medio de la noche.
La agente Dunham camino en dirección al parque junto al lago, estaba segura de que Peter se encontraba en alguna de las bancas del lugar. Mientras caminaba se sentía un tanto tonta por lo que estaba haciendo, preocuparse en exceso era estúpido, si tuviera tanto frío hubiera caminado de vuelta al laboratorio por su abrigo. Cuando estuvo a punto de volver en su pasos escuchó una voz conocida que la llamaba.
Caminaba al borde del lago viendo las aves volar a pesar de la temperatura, deseo tener una cobija inmensa para cubrirse, pero su orgullo le impedía regresar por una, no antes de que Olivia recogiera lo que sea que hubiera venido a traer y se fuera a casa, antes de que le hiciera más preguntas acerca del sueño que no recordaba, antes de que sintiera su preocupación y se sintiera culpable por no tener lo suficiente para compensarla, por no ser lo que ni ella ni Walter hubieran querido que fuera.
Mientras deseaba no encontrarla la vió caminar hacia el lago, por el camino que él mismo había tomado para llegar al lugar donde estaba. Como siempre traía lo que el más necesitaba, primero le trajo esperanza para continuar, fuerza para sentirse útil de nuevo y finalmente a Walter, el padre que nunca pensó tener y a pesar de todo ahora quería de alguna manera. Esta vez junto con su rostro dubitativo traía su abrigo, sin pensarlo y en contra de lo que quería, la llamó.
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