Mar 23, 2011 01:02
Vale, no me pregunteis por qué, pero creo que voy a reencontrarme de nuevo en este espacio, pero sin dar noticias a nadie, sin hacer ruido. La verdad es que la luz no va, parece que allí donde voy traigo la oscuridad conmigo, y todas esas líneas que antaño escribí hoy están cubiertas de una fina capa de polvo que revela el tiempo que hace que nadie da una ojeada a esto. Vuelvo a las andadas, una vez más, y es que el bucle de la vida se repite contínuamente cual loop en los platos de mi dj. Todo es lo de siempre pero nada es lo mismo y quizá sea esa la "gracia" de este juego. Sabemos que lo pasado, pasado está, pero por mucho que queramos olvidarlo quizá no sea esa la mejor opción. Yo soy partidario de tener el pasado y los recuerdos junto a los álbumes de fotos, almacenados en un estante un tanto escondido de nuestra habitación. Lo suficientemente lejos como para no revivirlos a diario; lo suficientemente cerca como para no olvidarlos. Creo que los errores del pasado son importantes en tu crecimiento como persona y que, olvidar tus orígenes y tus errores, no va a ayudarte a madurar o a saber afrontar la realidad, sino todo lo contrario. Si la evolución nos ha llevado hasta aquí es porque hemos visto los fallos que han tenido nuestros antepasados y hemos intentado mejorarlos o evitarlos en la medida que nos ha sido posible -aunque tal y como estamos ahora tampoco parece que hayamos aprendido demasiado- pero hemos actuado siempre teniendo en cuenta la historia de aquello que nos rodea.
No sé por qué he vuelto a aquí, quizá porque este agobio me puede de nuevo, quizá porque estoy repitiendo errores que no quiero hacer y mi cabeza es más lista que yo y me impulsa a escribir para que vea realmente lo que estoy haciendo mal, o quizá sea simplemente por el hecho de leerme todas las reflexiones del libro de Chojin y eso me ha impulsado a reflexionar conmigo mismo; a imitar una vez más a esa persona que me ha hecho crecer como persona con ayuda de su arte y de sus palabras. Sé que no debería tener ídolos y, es más, no lo idolatro, pero es un claro estandarte y un máximo exponente de que con constancia y trabajo se puede conseguir lo que se desea, que si permaneces fuerte ante las adversidades y sigues el camino que crees correcto para ti sin darle importancia a voces externas, puedes llegar ahí donde te propongas. Me gusta pensar que esos valores los tengo, que soy fuerte y tenaz para mantener una lucha que, a veces, casi puede conmigo. Pero la disciplina del fútbol o del deporte profesional en general me ha enseñado que si juegas es para ganar, que lo demás no vale y que, nunca -y me reitero- NUNCA te das por vencido, nunca lo serás porque el sentirse perdedor es solo un pensamiento y una actitud. Si no ganas, lo vuelves a intentar; si te caes te levantas. Las cosas son tan sencillas como eso.
Ya veremos lo que le dura esta pequeña resurrección a este blog -y a ver cuantos se dan cuenta de ella, que me da a mi que va a ser... ¿nadie?- y... ahora que lo pienso. Quizá me haya venido este impulso de reanimar esto simplemente porque somos 23. ¡Quién sabe!