Jan 06, 2011 04:11
Me desperté y, sin saberlo, conseguí lo que hacía tiempo que pedía. Debajo del árbol menos regalos que nunca, pero más ternura de la que pudiese haber imaginado. La dulzura de una familia rota que se cuida a si misma... Y, al fondo, pasando desapercibido como un gato en la oscuridad de un callejón, había un pequeño regalo. Algo que al cogerlo se me presentó efímero... pero eterno mientras dura. Algo que no se gana pero que puede perderse. Lo único que quedó en Pandora lo robaron los reyes magos para dármelo a mi, a un pobre chico al que los baches ya están haciendo demasiada mella.
«¿Cómo puede ser que me hayan dado esto? ¿a mi? Yo... que fue lo primero que tiré por la borda cuando se hundía el barco...» Todo esto es lo que pasó por mi cabeza cuando abrí la caja. Es curioso que ahora el destino me lo devuelva como regalo de navidad justamente a mi...
El destino así lo quiso y volví a tener en mis manos a esperanza, ella y yo, a solas, de nuevo. Quizá sepa que necesito de ella para aprender a volar. Se me antojaba delicada y exquisita, algo que vale la pena examinar en profundidad. Todos ven lo que parece, todos ven su apariencia, pero... ¿qué es en realidad?
Quizá no sea más que una luz que hace las veces de hada acompañando a los caminantes que apuestan por su camino adentrándose en las salvajes junglas de sombras. Quizá solo sea una chispa, un destello que nos parece divino cuando nos roza con sus alas. O quizá solo sea otro tipo de mariposa que clavar en un cuadro para mostrar nuestra gran riqueza material. Quién sabe.
Solo sé de ella que es tan fugaz y tan impredecible como la suerte, que se pasea entre nosotros con timidez, acariciando nuestras almas hasta conseguir una que sea lo suficientemente mullida y cómoda como para poder descansar un tiempo indefinido. Y solo sé que ahora... Ahora es mi momento.
Gracias. Me has dado el mejor regalo de navidad que me podrían haber dado en esta navidad rota y gris, como la lente de un microscopio abandonado, o cual espejo en ruinas. Mirándote puedo llegar a verme y a reencontrarme en otro cuerpo; reencontrarme con mi yo más puro que ya creía abandonado. Has devuelto a la vida este león, y aunque no resurjo de las cenizas, es un renacer en toda regla. Sostén tu sonrisa... Sostén tu sonrisa y prepárate, porque voy a hacer de este un tiempo digno por el que luchar... Un tiempo por el que valga la pena vivir riendo.