Título: Fuera de mi alcance
Fandom: Glee
Ship: Jesse/Kate, y ligero Jesse/Rachel, pero centrado en el primero.
Resumen: Hay veces en las que una sola mirada de un extraño es suficiente para que te sientas mejor.
Notas: Ligeramente basado en un RP, pero prácticamente es sólo un Jesse/OC con el faceclaim de Karen Gillan. Inspirado en la escena de You're beautiful en el episodio Home.
"This hope is treacherous,
this day dream is dangerous,
this hope is treacherous,
I, I, I like it."
Taylor Swift's Treacherous
Todo el instituto está reunido en el gimnasio, las actuaciones del grupo de animadoras de Sue normalmente no tienen tanta repercusión, o por lo menos a ella no le interesan, pero no se puede negar que Will Schuester y su grupo de canto han cambiado muchas cosas por el McKinley. En lugar de las demostraciones acrobáticas y los saltos que Kate, al ser bailarina, no podía evitar encontrar mediocres, esta vez se trataba de una actuación musical presidida por Mercedes, una de los miembros del Glee Club. Incluso Sue parecía contenta con el modo en el que los dos grupos han dejado atrás la rencillas y los alumnos parecían más en paz que nunca, pero la joven pelirroja no podía eivtar pensar que nadie la echaría en falta de no estar allí.
Está sentada en el suelo junto a los demás, con la vista posada en sus manos que mueve nerviosa mientras los demás miran con atención a Mercedes y Kurt. Un suspiro escapó de sus labios y decidió echar un vistazo a su alrededor. Aunque algunos aún se nieguen a admitirlo, las cosas están cambiando en el instituto. Los miembros del grupo no estarían de acuerdo, sintiendose víctimas constantes de las humillaciones de los demás alumnos, pero lo cierto es que la gente parece temer menos el ser diferente, y también parecen ser más respetados por ello. Tal vez no se librasen de las burlas, pero al menos tenían un sitio donde encajar. Entonces, ¿por qué nada había cambiado para ella?
Ella no formaba parte del grupo, su voz no era demasiado buena y sus clases de danza no le dejaban demasiado tiempo libre, pero sabía que en el fondo les envidiaba. Envidiaba el modo en el que personas como Quinn Fabray o Santana Lopez, temida por los menos afortunados del colegio, se dulficaban en compañía de personas como Rachel Berry o Kurt Hummel, personas que antes habrían sido primer objetivo de sus burlas. No todo el mundo del club le caía bien, y no todos parecían encajar igual de bien, pero le sorprendía como incluso parecían encontrar el amor entre las paredes del auditorio. Y dicho pensamiento hizo que, dolida, tuviese que apartar la mirada de la pareja que se abrazaba con ternura a su lado, la misma Rachel y ese chico nuevo que se había cambiado de instituto sólo por estar con ella.
Les había visto pasear de la mano por los pasillos y, aunque al principio la actitud de él le había parecido superficial y simple, ahora sentía que su corazón era invadido por una amarga ternura al ver su entereza en aquella reunión. Mercedes estaba hablando justamente del trato que recibían algunos alumnos, de como todos eran especiales y debían recordarlo, y Jesse la escuchaba como si de verdad comprendiese lo que es sentirse despreciado, pareciendo incluso preocupado por si las palabras afectaban a Rachel, tratando en todo momento de tomar su mano y hacerla sentir mejor.
Rachel, en cambio, parecía distraída, vigilando la reacción de la rubia que se sentaba delante de ella ante las palabras de Mercedes, como si aún temiese actuar de un modo contrario a la ex-animadora, por mucho que ahora asistiesen al mismo grupo. Kate frunció el ceño, ¿cómo podía tener a la persona que quería tratandola de tal manera e ignorarlo? No le quiere de verdad. Acabó por pensar la bailarina, sintiendo una leve culpabilidad al permitir a su envidia juzgar relaciones ajenas, pero volviendo a perderse en los ojos atentos del chico, en la calma de sus movimientos.
Entonces, Mercedes se dirigió directamente a los presentes, formulando una pregunta que formó un nudo en la garganta de Kate.
"¿Cuántos de vosotros habeis sentido alguna vez que no valeis demasiado?". La chica observó como algunas manos tímidas comenzaban a alzarse, apretando la suya en un puño mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos. ¿Acaso les importaba? Todas esas personas con las manos levantadas encontraban una mirada compasiva y una sonrisa que les hacía alzar la mano con un poco más de firmeza. En cambio, nadie se fijaba en Kate.
Entonces, la curiosidad se abrió paso entre la tristeza y le hizo alzar la mirada, queriendo saber cual era la actitud del chico al que había estado observando. Una cálida sonrisa alumbró su rostro al ver su brazo extendido, con la cabeza alta, sin avergonzarse por admitir sus flaquezas. ¿Cómo podía alguien como él pensar que no valía la pena? Sea como fuere, la entereza del joven la impulsó a copiar su postura, extendiendo el brazo con inseguridad. Cuando volvió a girarse, esta vez Jesse era el que la observaba a ella.
Estuvo tentada de volver la mirada, temiendo que la hubiese pillado mirándole, pero él se limitó a sonreírle, animandola a levantar la mano con la misma firmeza que él. Ella lo hizo y su sonrisa se transformó en una pequeña risa, risa que él siguió. Con la misma dulzura que si la conociera de toda la vida, su mirada le hacía sentir distinta, casi como... Como si ella también valiera la pena.
Una vez Quinn Fabray alzó la mano, las demás personas se vieron animadas por ella e hicieron lo mismo, la primera de las mismas siendo Rachel, que se levantaba junto a ella y un grupo más de personas que se reunían junto a las animadoras. "¿Vienes?", escuchó decir a su lado. Jesse, más cerca de lo que le recordaba, le ofrecía la mano y se reclinaba a su lado. Kate aceptó con una sonrisa y caminó de su mano, acabando junto a los demás, que habían empezado a entonar una canción.
Por lo que sabía, Jesse St. james no desperdiciaba la ocasión para mostrar sus aptitudes musicales, pero en aquel instante su voz faltaba en aquel coro y se dirigía sólo a ella, siendo un susurro en su oído entre la música. "Soy Jesse, por cierto". Su mano le propinó un apretón amistoso que hizo que Kate sintiese cómo el estómago se le encogía.
"Yo soy Kate".