Carta a P. ése verano de 1993 en la isla de Santorini:
“Querido P.
Qué decir. El tiempo es maravilloso, el pueblo encantador, las gentes amables, las viejas, los gatos… y todas esas chorradas que se suelen contener las cartas de los viajeros… Aborrezco tu ausencia. Podría inventar mil frases similares y seguirían pareciéndome un eufemismo. Tal vez, ahora que no te tengo y empiezo a asimilar lo que ello significa, tal vez ahora, pueda expresarte todos aquellos versos que callé por procurar que la osadía no se apoderara de mis palabras. Te marchaste sin decir adiós, dejando una rosa en mi cama y las entradas que nadie usaría para la interpretación - recuerdo que era nuestra ópera favorita…- de esa noche. No encontré las palabras exactas. Nunca se me dio bien. Todos los besos que no te di, todas las caricias que desperdicié, las noches que dormí y ante todo, las miradas en las que olvidé perderme. Podría haberte hecho más feliz.
Después de todo, el simple juego terminó por preocuparme más de lo que debiera. Olvidé no recordar bien las reglas….
Un beso en la comisura de tus labios.
N.”
Qué decir. El tiempo es maravilloso, el pueblo encantador, las gentes amables, las viejas, los gatos… y todas esas chorradas que se suelen contener las cartas de los viajeros… Aborrezco tu ausencia. Podría inventar mil frases similares y seguirían pareciéndome un eufemismo. Tal vez, ahora que no te tengo y empiezo a asimilar lo que ello significa, tal vez ahora, pueda expresarte todos aquellos versos que callé por procurar que la osadía no se apoderara de mis palabras. Te marchaste sin decir adiós, dejando una rosa en mi cama y las entradas que nadie usaría para la interpretación - recuerdo que era nuestra ópera favorita…- de esa noche. No encontré las palabras exactas. Nunca se me dio bien. Todos los besos que no te di, todas las caricias que desperdicié, las noches que dormí y ante todo, las miradas en las que olvidé perderme. Podría haberte hecho más feliz.
Después de todo, el simple juego terminó por preocuparme más de lo que debiera. Olvidé no recordar bien las reglas….
Un beso en la comisura de tus labios.
N.”