¡No me he podido resistir! Este fic lo escribió para mí mi querida
Merry-May y tenía que subirlo a mi rinconcito <3 Es una historia ambientada en Halloween que cuenta con varios toques de humor, una pizca de amor -que no resulta para nada empalagosa-, y el ingrediente principal: rastas y tornillos (?) A mí me ha encantado *o* en especial los zombies bailarines (?)
¿Qué, no te convence? A ver:
"-¿Estas asustado? -La voz de Frankie es solo un susurro en el oído de Tom, su mano se posa en su hombro y él se sacude fuertemente. Su comida casi regresa hasta su boca al ver la mano color menta aún en su lugar- ¿Me regresarías mi mano?"
Ok, fin del espacio publicitario...¡es hora de leer!
Paradise in Halloween
Las risas inundan las calles heladas, las copas chocan unas contra otras derramando el líquido amarillo y burbujeante que hay en ellas. El grupo de personas se aleja dando tumbos por la calle concurrida, las brujas armadas con sus escobas danzan en estado de ebriedad mientras los zombis salen de entre las sombras. Más allá del grupo, una pareja de vampiros se devora como si la vida se les escurriera de entre las manos, o mejor dicho de entre sus bocas.
-Sigue caminando.
A pesar de que la voz es un murmullo en su cabeza, el de rastas obedece seducido por su hechizo. Camina ignorando los hechos que ocurren a su alrededor.
Negro y naranja bailan frente a sus pupilas, su aliento crea pequeñas nubes que se pierden en la noche. El ángel de oscuridad guía sus pasos mientras se interna más y más en el abismo. Las sonrisas se vuelven macabras, pero él sigue aquella figura recién salida de una película de terror.
-¿Falta mucho?
Tom no quiere sentir que está incomodo, porque realmente no es así. Cuando el cabello blanco con mechas negras de su acompañante femenina se mueve al compás de la negación sonríe ampliamente.
-Soy Tom.
La chica en su bien elaborado disfraz voltea a verlo, correspondiendo su sonrisa con una mucho más discreta.
-Frankie -contesta empezando a andar de nuevo, a lo que él la sigue.
El de rastas no quiere percatarse de la manera en que la chica frente a sí está caminando, pero es algo que no puede evitar ver. Sus largas y bien torneadas piernas llenas de costuras falsas hacen que su traje se vea real, la piel verde menta hace que su propio disfraz se sienta ridículo.
«Bien Bill manda por el loquero, me he enamorado», es el único pensamiento en el chico alemán. Este sigue andando, ahora es plenamente consciente de la oscuridad que los rodea y sin pensar toma la mano de la chica.
Una descarga sacude el bien fornido cuerpo.
Electrizante.
-¡Lo siento! - Frankie grita soltando la mano del chico, los tornillos incrustados en su cuello aun tienen un singular brillo en las sobresalientes orillas -, me cuesta controlarlo.
«¿Controlar qué? », Tom frunce el ceño, pero se ve imposibilitado de formular la pregunta. Aun no entiende completamente un porque, pero no lo considera necesario todavía.
-No te preocupes -Él le sonríe cuando la ve a los ojos, unos extraños ojos bicolores, azul y verde complementándose como un todo.
Tom mira la cicatriz en su mejilla e intenta trazarla por el realismo con que fue hecha, pero una negación sin vocalización de por medio lo detiene.
-La fiesta es por aquí -Frankie titubea un poco frunciendo el ceño y Tom empieza a sospechar que están perdidos -Creo.
-Si me dices la dirección tal vez podemos ubicarnos. -Dice él intentando que no se ponga a llorar o algo así, nunca sabe cómo reaccionar ante eso. Cuando le es brindada la información casi sonríe. Y es un casi porque al lugar a donde van es una escuela. Pero, no es cualquier escuela.
Tom se estremece e incluso así no puede dejar de seguirla.
La música es lo primero que notan al acercarse al recinto, aun están a metros de distancia pero la melodía alcanza a perforar sus tímpanos.
Varios chicos en los más extraños disfraces aparecen en la visión del gemelo mayor, este frunce las cejas mientras Frankie sonríe.
-Vamos Tom, son mis amigos. -Ella señala hasta un grupo cerca de la pista de baile y rápidamente siente que algo va a acabar en desastre.
Una chica vestida de momia no le hace el menor caso mientras enrosca sus dedos entre los de un chico con cabello verde…¿esas son serpientes reales? Tom se estremece visiblemente mientras los ve alejarse.
-¿Tienes miedo niño bonito? -Pregunta un chico alto y moreno mirándolo duramente, gruñe en la dirección del chico de rastas.
-Está conmigo Clawd -Frankie se interpone entre ambos echando chispas con sus puños apretados. Una chica bastante pálida arrastra al moreno Clawd a la pista de baile. -, lo siento no suelen ser así.
-No te preocupes -Tom le sonríe, porque lo realmente importante es la sonrisa que le dedica ella.
La atracción no es usual, él lo sabe. Siente un deseo irrefrenable por estar cerca como si fuera un imán.
-La pareja que se fue era Cleo y Deuce -ella empieza a explicarle mientras señala disimuladamente a cada ser. -Clawd y Draculaura son quienes acaban de irse.
-Encantado -Tom ríe negando al mismo tiempo, pero se alegra cuando Frankie lo acompaña.
Nunca en su vida se ha sentido tan fuera de lugar y vaya que le consta haber sentido que no era bienvenido antes, pero ahora era… diferente. Como todo lo ocurrido desde que había encontrado a esa extraña chica de ojos bicolor.
-Los demás no están -Frankie voltea a todos lados con gracia en esos monstruosos zapatos de…¿tornillos?-¿Quieres bailar?
-No soy bueno.
Ella solo asiente en respuesta, se desliza a la pista sin perder un segundo el contacto con los ojos avellana. Sus pasos son seguros y la multitud empieza a darle su propio círculo en la pista. Tom solo puede verla embobado, esa chica es, en una sola palabra… electrizante.
La chica momia y la chica pálida se acercan a ella con una sonrisa y de pronto todos les ceden el lugar mientras de la multitud salen otras cuantas chicas. Una de ellas con su cabello rubio y piel aun más verde que Frankie y, a pesar de las distancia, Tom distingue unas pequeñas escamas en su piel. Una chica morena está al lado de Draculaura en un parpadeo, el de rastas adivina que es hermana de Clawd por la similitud de ambos.
-¿Dónde está Ghoulia? -Ladra Cleo, abanicándose teatralmente la cara, en una pose de diva que el de rastas bien conoce por su hermano gemelo.
Todos los dedos señalan en la dirección del otro lado de la pista, una chica de lentes está con unos tipos con la boca abierta que emiten sonidos extraños.
-Es hora.
La figura emerge de detrás de él, lo cierto es que, si se pasa por alto el que su montura saque fuego por las fosas nasales y que este sosteniendo su femenina cabeza como un balón de futbol, a Tom le hubiera parecido una maestra muy decente.
-¡A celebrar nuestro día!
Los aullidos irrumpen el silencio que se había formado, una canción conocida empieza a sonar y de pronto alguien emite un grito, tal vez es Tom quien lo hace, pero el sonido se pierde entre los cantos a la luna.
Ghoulia es la primera en sacudirse para empezar a bailar. Tom ahora lo sabe, ella es un zombie, uno real que está bailando la coreografía de Thiller con todos sus amigos zombies.
-¿Estas asustado? -La voz de Frankie es solo un susurro en el oído de Tom, su mano se posa en su hombro y él se sacude fuertemente. Su comida casi regresa hasta su boca al ver la mano color menta aún en su lugar- ¿Me regresarías mi mano?
Él se aleja de la multitud, escucha las risas, las conversaciones y solo una palabra inunda su mente.
¡Monstruos!
Ella lo observa más adelante, sus ojos bicolores reflejan la tristeza que la embarga.
-¿Te doy miedo?
-No eres tú, es lo que eres. -Tom contesta sintiendo el impulso de ser brutalmente honesto.
-¿Qué diferencia hay entre un monstruo y un humano? -Frankie rebate con una sonrisa triste-. Al menos nosotros tenemos clara nuestra condición, ¿sabes cuál es? Marginados. Porque los humanos se asustan de nosotros. ¿Sabes que paso con mi abuelo Frankestein? ¿Con cualquiera de los abuelos de mis amigos? Fueron cazados por tu raza.
Tom agacha la mirada avergonzado y siente como un dedo acaricia su mejilla. La mano de Frankie aun se aferra a él, puede percibir el temblor recorriéndola. Suspira acercándose con cautela.
-Lo siento, tienes razón -Admite después de transcurridos unos segundos. Él entendía, había tenido bastante del mundo como para reconocer lo que estaba a punto de decir-: los humanos somos peores que monstruos y no lo digo por cortesía. -Extiende la mano a Frankie quien le dedica una sonrisa apenada colocándosela de nuevo en su lugar -, rechazamos a nuestros iguales solo por una minúscula estupidez, lastimamos a todo aquel que nos ama sin siquiera pensar en ello o el dolor que causamos y es tan…
-Shh -Frankie acaricia el labio masculino con dulzura, una pequeña descarga eléctrica cuando roza el piercing hace que Tom haga una mueca graciosa. -Sin importar que, eres bienvenido aquí. Lo freak es cool. -Ella ríe graciosamente.
-Gracias -él sonríe entrelazando sus dedos, apretando.
-Debes irte -Frankie lo suelta lentamente, incapaz de dejarlo ir tan pronto. -Solo recuerda algo…
Tom se atreve a rozar sus labios antes de que prosiga, obteniendo una descarga potente que acalambra sus miembros.
-¡DESPIERTA MIERDA!
Bill lo tumba del inmaculado sofá de la sala y desorientado voltea a todos lados. ¿Cómo había regresado a casa? ¿por qué huele a perro mojado?
-¿Qué hiciste toda la puñetera noche? Te busque en la fiesta y habías desaparecido -el ceño de su hermano no se minimiza, pero Tom no deja de preguntarse donde esta Frankie ¿había sido un sueño solamente? No es posible.
Empieza a buscar entre sus ropas alguna señal que le diga que no está enloqueciendo y cuando se palpa en el bolsillo siente algo. Con prisa mete la mano para sacarlo y se encuentra con un tornillo ahí.
Bill espera impaciente así que con una sonrisa triste empieza a relatar lo ocurrido, ante la cara de asombro (¿o es horror?) de su hermano. Cuando termina, Tom siente que ha perdido algo importante.
Alguien que entiende cuán perdido está.
~*~
-Siguiente.
La monotonía esta por acabar con su paciencia, chica tras chica no hacen más que maltratar sus tímpanos, quiere irse.
Tom levanta la mirada para encontrarse con una bicolor, pero la piel no es del color de la menta que espera, en su lugar está un tono pálido y sin cicatriz. Suspira desviando la mirada, hace tiempo que debía de haber perdido las esperanzas de encontrarla. Esta por levantarse cuando una mano juguetea entre sus pies. Casi grita, casi.
La chica le dirige una sonrisa mientras acerca una pequeña foto hacia él, Tom la firma mecánicamente hasta que realmente nota la foto que firma.
Es una de ellos dos, Frankie monstruosamente bella y él con una cara que se debate entre el terror y la sorpresa. Los recuerdos de esa noche regresan y se encuentra añorando el poder bailar con Ghoulia o cualquiera de las chicas, pero sobre todo; quiere estar con Frankie.
-Tenías razón -Tom habla mirando como las demás chicas empiezan a murmurar y unas cuantas lanzan miradas airadas a la chica frente a él. Aun quedan algunas dudas en su mente, pero eso puede solucionarse esa misma noche. Incluso la mirada de su hermano, Gustav y Georg. Ahora solo una cosa importa.
-¿En qué?
- Lo freak es cool.
Fin
Oh, sí...no necesito agregar que es un fic de Tokio Hotel ¿verdad?
Gracias por leer,
mis tulipanes rojos para ustedes!