Fandom: Marvel MCU
Pairing | Género: Steve Rogers/Tony Stark | Angst / AU.
Palabras: ~4,500 este capi/ ~36,000 total.
Rating | Advertencias: MA | AU universitario.
Notas: Las mismas que en el primer cap.
Cap 4: Reacción termonuclear
La fusión nuclear es un proceso por cual varios núcleos atómicos de carga similar se unen y forman uno más pesado. Cuando ocurre en las estrellas, debido a las altas temperaturas, se le denomina termonuclear.
Una de las primeras cosas que aprendió de Steve fue que le encanta pintar. Dibujar es para Steve lo que la tecnología para Tony, una actividad que bordea entre ser un hobby y algo que no pueden estar demasiado tiempo sin hacer.
Tony no tiene ningún dibujo de Steve. Casi nunca le dibujaba y eso que se pasaban horas en los laboratorios o en su propia casa, él con su tablet intentando no hacer como que miraba las acciones de Industrias Stark y Steve rasgando el papel con su lápiz. Siempre eran dibujos simples de las máquinas, de DUM-E (Steve tenía una fijación con él), a veces de Bruce, rara vez de él y la mayoría de veces era de espaldas, agachado contra la mesa.
Hay algo vivo en la pintura que Tony no se da el gusto ni el tiempo de disfrutar, por lo general. No es productivo, simple y llanamente, no da resultados automáticos y la mitad de las veces siente que le están tomando el pelo, cuadros llamados “surrealistas” que lo único que tienen es la suerte de haber tenido un gilipollas con mucha suerte al que le han comprado tres y se siente un artista.
Tiene cuadros en su casa pero la mayoría por pura decoración y que poco a poco han ido añadiendo Bruce ahora o Pepper desde hace tiempo: una foto enorme del perfil de Nueva York cortado por la torre con su nombre, un par de paisajes del cañón del colorado o de unas cataratas que pretenden ser relajantes pero que a Tony le dan siempre una ligera ansiedad, láminas con imágenes de la india que Bruce colecciona y regala por hobby, y poco más.
Ha apoyado el cuadro en su mesa y lo observa, pensativo. Tiene un nudo en la garganta, aunque no es el que la imagen que presenta sea triste. Están en la explanada que hay más allá del último edificio de la universidad, el suelo está lleno de hierba verde y por el cielo están dibujadas algunas nubes pasajeras. Tony está a la derecha del todo, de pie, con lo que parece un botellín de cerveza en la mano, con la mirada brillante dirigida a todos y a ninguno. Bruce está a su lado y le mira sonriente, Clint está apoyado sobre sus codos, semitumbado. Tiene la cabeza hacia atrás, la cara hacia el cielo y los ojos cerrados. Natasha es la siguiente y está sentada a su lado, las piernas cruzadas y los pies descalzos en la postura básica de yoga. Thor y Steve están al final, el primero riendo y el segundo más tímido, los ojos azules fijos en Tony.
Recuerda el maldito día como si fuera ayer.
*
Es un inusual martes de noviembre en el que la temperatura ha subido de los veinte grados gracias a algún milagro superior. No es raro que Tony tienda a escaquearse con Bruce, para librarse de las miradas de Coulson o de los cansinos alumnos (aunque Bruce le mira mal cuando les llamaba así, Tony sabe que a veces también lo necesita). Hoy en cambio es Thor quien les saca del laboratorio, negándose a que sigan perdiendo ahí la tarde, diciendo chorradas como que la gente necesita también luz solar y que hay que aprovecharla mientras puedan.
Por el camino se encuentran a Natasha y es fácil convencerla. Iba en busca de Clint así que un mensaje les trae a él y a Steve a la explanada.
Acaban todos en la hierba, hablando de todo y de nada.
-Cocinar es divertido-protesta Banner.
-Cocinar es un coñazo. Lo mejor es cuando llamas y voilá, burritos y nachos en tu mesa.
Thor le mira con los ojos como platos.
- ¡Nunca he probado los burritos!
Tony le devuelve la mirada, indignado.
-Eso no tiene ningún sentido, no puedes ser mi amigo si no has probado los burritos. Fin de la discusión. Bien-comienza, en ese tono resoluto que indica que ha hecho un plan como si todos hubieran accedido a ello-. Asunto resuelto. Este sábado hay cena mexicana en mi casa.
Se oyen varias protestas, los exámenes, Bruce tiene que pasar el fin de semana fuera, Steve pide el suyo poco picante, Clint tiene competición.
-No admito un “no” por respuesta. Si no es este sábado, me da igual, elegid uno. No es como si mi casa fuera a estar ocupada-y, como es Tony, cambia rápido de idea-. Espera, ¿sabéis qué deberíamos probar?
Clint levanta la cabeza y ríe.
-¿A estar una semana sin irnos de fiesta?
-Cierra la boca, Barton, que tú en teoría ni siquiera puedes beber-pero se le levantan las comisuras de los labios sin que pueda evitarlo.
-Di, Tony, ¿qué decías que deberíamos probar?
Tarda un segundo de más en responder porque si fuera cualquier otra persona ya hubiera aprovechado la situación pero se le ha quedado la lengua trabada en los malos pensamientos; tiene que ser Steve el que diga esa frase y hay tantas cosas que quiere que Steve pruebe que la tensión en la ingle es automática.
Steve se está poniendo rojo bajo su mirada fija y silenciosa.
-Shawarmas.
-¿Qué?
-Hay un restaurante ahí al lado, es tipo comida rápida, en la siguiente calle a la salida de la universidad. No lo he probado y tienen una pinta genial. Shawarmas. Deberíamos probarlos.
-Yo a todo lo que sea comer y experimentar, me apunto.
-Me lo ponéis tan fácil que no es ni divertido-se queja Clint.
-Pero, ¿a qué te refieres?
-Oh, por dios... De todas maneras, yo también me apunto.
- Y yo-expresa Natasha, agarrándose la punta del pie con la mano izquierda.
Bruce y Steve se encogen de hombros y asienten.
Y Tony vuelve al presente, al cuadro, a Steve. A su firma en la parte baja, camuflada bajo las briznas verdes y a la nota enganchada en la parte de atrás.
Espero que podamos probar el “shawarma” algún día. Feliz cumpleaños.
**
De: Tony Stark [playboystark@industriasstark.es]
Para: Steve Rogers [steve.rogers@shielduniversity.com]
5 de abril, 03:25 am
Asunto: Shawarma
Esta es la dirección que uso ahora. Tardé tres días enteros en convencer a Pepper de que me dejara usarla. No hace falta que me digas que es genial, lo sé.
La mala noticia es que el sitio de shawarmas al que yo quería ir ha cerrado. iLa buena es que me han dicho que era horrible y tengo la dirección de otro. Elige un día y arrastramos a todos.
Tony.
De: Tony Stark [playboystark@industriasstark.es]
Para: Steve Rogers [steve.rogers@shielduniversity.com]
5 de abril, 3:39 am
Asunto: RE: Shawarma
Archivos adjuntos: IMG_015.png
PS: Gracias por el regalo. Dummy me ayudó a colgarlo.
De: Steve Rogers [steve.rogers@shielduniversity.com]
Para: Tony Stark [playboystark@industriasstark.es]
5 de abril, 8:15 am
Asunto: Re: Shawarma
Hola Tony,
Es una dirección de correo horrible, que conste, pero te pega. Y el cuadro está muy bien colgado, seguro que hizo Dummy todo el trabajo.
Cint se empeña en decir que es demasiado pronto para estudiar pero los exámenes están a la vuelta de la esquina así que
Steve Rogers.
De: Tony Stark [playboystark@industriasstark.es]
Para: Steve Rogers [steve.rogers@shielduniversity.com]
5 de abril, 9:37 am
Asunto: Re: Shawarma
Clint seguramente tiene razón. ¿Cuándo los empezáis?
Tony.
De: Admin [admin@shielduniversity.com]
Para: Tony Stark [playboystark@industriasstark.es]
5 de abril, 9:38 am
Asunto: Re: Shawarma
Este buzón de correo está lleno y no recibirá más mensajes.
-Maldita sea, Steve.
**
Tony se acerca, por fin, a ver el nuevo laboratorio una semana después de la fiesta, y lo cierto es que el dinero no está mal aprovechado. Incluso tienen una sala aparte para experimentos potencialmente peligrosos.
No está nada mal, de hecho. Él lo aprueba en un cincuenta por ciento mínimo, piensa cuando ya lleva más de cuatro horas en él, codo con codo con Bruce, como si estuvieran en su propia casa. Los alumnos le miran con curiosidad, y algunos se acercan y un par le dicen que ‘lo sienten mucho, profesor Stark’ y Tony responde con el gracias y el asentimiento de cabeza por compromiso automáticos que ha desarrollado desde el accidente de sus padres.
Gracias a dios la falta de confianza le evita charlas demasiado repetidas los últimos meses, que qué pena que eso le hubiera pasado a una pareja tan joven y triunfadora, que las desgracias van donde menos se merece, que-
La dinámica entre Bruce y él no se ve alterada por el cambio geográfico o de la decoración y Tony carga sus datos desde el disco duro portátil mientras Bruce desaparece en el almacén.
-Parece que no ha pasado el tiempo por aquí.
Un escalofrío le recorre la espina dorsal cuando escucha la voz de Steve viniendo desde la puerta. Tony se da la vuelta en la silla.
-Hey, Steve-el tono tranquilo, muy bien, sigue así, Tony-Me ha traído Bruce a ver esto, no es la tercera maravilla del mundo y yo pondría como cincuenta cosas de otra manera, peeeero la verdad es que está mejor que antes.
-No esperaba menos de ti-hay calor, en esa sonrisa, y Tony no puede hacer otra cosa que no sea devolverla- Esperemos que el profesor Banner no lo haga desaparecer también.
-Yo no pondría la mano en el fuego, ya sabes cómo es cuando se enfada. Quizá lo hizo queriendo, siempre decía que odiaba la distribución. Un poco radical pero eh, quien soy yo para criticar-Steve ríe y Tony sabe que está hablando demasiado pero tampoco sabe cómo parar.
-¿Qué haces? ¿Estáis trabajando en lo de la radiación?
-Sí, estamos teniendo problemas para estabilizar la maldita mezcla, pero al menos ya no explota. Ya es algo.
Steve se acerca un poco.
-¿Has dormido algo?
-Por supuesto.
-¿Qué día?
-El- espera, no voy a caer en eso. ¿Qué día es hoy?
Y a Steve se le escapa la risa, un poco aliviada, como si encontrar al mismo Tony de siempre, al de antes, le tranquilizase.
Es absurdo, de verdad.
-Bueno, me voy a ir antes de que empiecen mis clases, que tengo que ir al otro edificio-sonríe un poco, como disculpándose, y pregunta-¿Hablamos?.
-Claro-le sale automáticamente, como un resorte, y se siente débil por ello-. Quizá deberías vaciar tu maldito correo electrónico. Furia nos- os da una mierda de espacio, tuve que hackearme la mía para conseguir algo decente.
-Lo sé-se queda un segundo callado, como si no supiera bien si decir lo que quiere decir-, me la hackeaste a mí también... sin mi permiso. Me lo tuvieron que quitar-Tony gruñe pero Steve ya está saliendo por la puerta-. Archivaré los correos, no te preocupes, ¡nos vemos!
**
La cafetería está salpicada de alumnos aquí y allá. Tony se afana en pasar desapercibido, mientras en su cabeza no se pone de acuerdo. Se debate entre asumir que va a volver a venir por aquí más de lo que quisiera y que debería volver a traer una nevera al laboratorio y negarse a reconocer la realidad, pensando que es cosa de una vez.
Solo quedan sandwiches de jamón y queso así que se coge un par y lo abre directamente ahí.
-Sabes que el acceso a la cafetería está restringido a alumnos o profesores, ¿verdad, Stark?
-Me persigues, ¿no es así? No sé qué te he hecho para que me odies tanto-
-Tengo una lista, si quieres te la enseño.
-No, gracias, prefiero quedarme con la curiosidad.
Coulson le hace un gesto y Tony se aparta de la máquina, mirando cómo saca la cocacola (algunas cosas nunca cambian). Le mira de reojo y Tony no sabe muy bien qué esperar ahora de Coulson, o de Furia, o de la universidad.
-Nick me ha dicho que tienes vía libre para andar por aquí.
-¿Qué?
Se encoge de hombros.
-Yo solo soy el mensajero. No desaproveches la oportunidad y haz algo de provecho, como conseguir que Banner termine ese proyecto y darle un premio a la universidad.
-No lo haría por vosotros.
Que alguien le pellizque, Coulson está sonriendo con Tony Stark. Inaudito.
-Hazlo por quien te de la gana. Ahora que no eres profesor, de todas maneras, ya no tienes que rendir cuentas como ellos. Pero tampoco te pases. No podemos estar reconstruyendo laboratorios cada dos días.
-Me ofende que alguien pueda pensar que yo cometería ese error.
-Sinceramente me importa bastante poco que tú te puedas ofender. Cuidado con lo que haces. Te estaré vigilando.
Tony le saca la lengua cuando le da la espalda, pero la guarda rápido cuando Phil se da la vuelta. Pone una cara que espera que sea de bueno y Coulson desaparece por la puerta, sospechoso.
Vuelve al laboratorio despotricando sobre él.
-Oh, echaba esto de menos, ¿qué te ha hecho ahora?
-Es un gilipollas, va ahí con su cara de- ¡y es un maldito conserje! Si yo fuera Fury, no, me cae demasiado mal como para imaginarme ser él, borra eso, además, hola sensación de profundidad, ¡pero! si yo tuviera el control sobre la universidad, tendría a alguien, no sé, alguien menos cojonero para estas cosas.
-Tú tendrías a Pepper.
-Touché, pero es que me vas a comparar. Al menos Pepper no iría por ahí como si fuera una dueña de la universidad y ninja silencioso a partes iguales. Estoy seguro de que tiene pasadizos secretos por todo el campus, es imposible llegar lo rápido que llega él de un sitio a otro.
-¿Cómo has comprobado eso?
-Es sencillo. Haz algo ilegal. Lo huele, el bastardo.
-No quiero saberlo, ¿verdad?
-Nopes. Por cierto, el trabajo de Clint es malísimo. Como mucho una C. Menos.
-¿Me has hackeado el ordenador?-le mira, incrédulo.
-Ha sido sin querer, antes estaba intentando acceder a mi archivo y... una cosa me ha llevado a la otra y, en serio, ¿la seguridad aquí? La podría saltar con los ojos cerrados y las dos manos atadas, podría saltarla tocando la tablet con la na-
-No me lo digas. Y no voy a suspender a Barton, está de B alto-Tony es una persona horrible y le mira por debajo de las cejas, sonriente-. El trabajo, Tony.
-Desde luego, Barton no pasa de una C, como mucho. En cambio Na-
Ah, el tic en la ceja de Bruce, nunca falla.
-¿Y Steve, Tony? ¿Qué nota tiene Steve?
Tony abre la boca y le va a contestar, de verdad que sí, le va a decir que desde luego es mejor que una C, lo menos un B (o un B alto, una A como mucho) y entonces piensa que no, que esos bíceps son de matrícula de honor, y para cuando sale de su ensoñación ve la expresión de triunfo de Bruce y se da cuenta de que no hace falta que diga nada.
Esta batalla la ha perdido.
**
Lo que empieza como picazón de garganta el martes se convierte en una tos continua para el miércoles, añade la compañía de los mocos y flemas el jueves y para cuando llega el viernes Tony tiene la nariz roja y los ojos brillantes de la fiebre.
-Tony, vete a tu casa.
-Estoy perfectamente, Pepper, estas reaccionando exageradamente a lo que no es más que un resfriado.
No pronuncia casi las erres y todo lo que dice parece tener el triple de des que debería. Pepper frunce el ceño e intenta tocarle la frente con el dorso de la mano.
-No, no, no, no, para, aleja tus manos heladas de mi cuerpo, que nos conocemos-esquiva-. No sé cómo haces para tener esa temperatura corporal. ¿Eres una vampira?
Es un poco impresionante la capacidad que tiene para ignorarle.
-Tienes que irte a casa. Ni siquiera eres capaz de escribir bien. Venga, venga.
Tony va a protestar, claro, pero coge aire demasiado fuerte y un ataque de tos que le arde en los pulmones le deja sin respuesta y sin posibilidad alguna de trabajar más por hoy. Pepper se cruza de brazos y coge su móvil.
-Te-vas-a-casa-y después habla al teléfono en su oreja-. ¿Happy? Por favor, ¿puedes venir a buscar a Tony? Estamos en la torre. Sí. Ok. Gracias, Happy.
Pepper le acompaña en el coche tras pasar por el médico de la Torre, que confirma que no tiene nada grave pero que el descanso es obligatorio. Le lleva hasta casa y le obliga a ponerse el pijama.
-Pepper, usas cualquier excusa para verme desnudo.
-Es en lo único que pienso.
-Mierda, joder, en serio, ¿metes las manos en hielo cuando no te miro? ¿Lo llevas en el bolsillo? Quita, quita, ya me pongo yo esto que- oh.
-Te has mareado, ¿verdad?
-No.
-Claro que sí, si casi no te puedes tener en pie. Voy a avisar a Jarvis y que vaya él a la reunión de la junta y-
-No, no, no, Pepper, de verdad, vete, a ver, me meto en la cama y ya. Tienes que ir a esa reunión, tú conoces mejor que él el proyecto.
Sabe que tiene razón.
-Siempre puedo atrasar la reu-
-Pepper, como se te ocurra terminar esa frase te despediré.
-Me volverías a contratar en tres días -ríe-. ¿Estás seguro?
-Sí. Me meto en la cama y duermo.
Pepper le mira preocupada, sin convencerse, aún pensándose si irse.
-Además JARVIS controla mis constantes vitales, en caso de que sufra algún ataque o la fiebre suba de cierto nivel te podría avisar.
-No voy a confiar tu vida a alguien artificial, Tony, por muy inteligente que sea.
-No le insultes, que es muy sensible.
-Déjame hacer un par de llamadas, a ver si puedo hacer... ya se me ocurrirá algo. Pero no quiero dejarte así... en cuanto termine la reunión vengo si no he encontrado a nadie.
-Espera, qué quieres decir con que no encuentres a nadie-replica, pero ella ya no le escucha, le echa una última mirada preocupada desde la puerta y sale sin contestarle mientras él termina de meterse en la cama. El frescor de las sábanas genera otra oleada de temblores-. Está loca, a ver si me va a traer aquí a cualquiera… -habla al techo-, nivel de seguridad tres, si estoy despierto me pasas la cámara, si es alguien que ha entrado en casa alguna vez desde que te instalé, le dejas pasar-termina, bostezando y tiritando.
-Entendido, señor.
-Y no te tomes a mal lo de Pepper, está nerviosita últimamente.
-Procuraré no guardar rencor a la señorita Potts.
-Gracias. Y ahora a dorm-
La almohada se traga su última palabra antes de quedarse dormido.
**
Tony despierta de un infierno de sueños a un infierno en el que todo lo que toca le causa dolor o escalofríos, las sábanas, el interior de sus piernas pegadas, el pelo mojado en la frente, el aire helado que le eriza la piel de los brazos.
Se levanta, medio mareado y se dirige al baño, ardiendo y helado al mismo tiempo. Mete las manos bajo el agua y se encuentra mejor, mucho mejor, y mete la cabeza y se lava la cara todo lo enérgico que puede sin llegar a marearse.
Tiene que dejar de pensar en la hipersensibilidad de su piel y baja las escaleras con las piernas temblorosas. Pepper le ha bloqueado el taller (cuanto le conoce, joder) pero introduce el código que anula las prohibiciones que no hayan venido de su mano.
Al menos la tablet, se dice, al menos la tablet y puede mirar datos y puede dejar de darse cuenta hasta de las motas de polvo que flotan por el aire. La coge y comienza a introducir números y a apuntar ideas que realmente no tienen mucho sentido.
Tres minutos después está dormido con la cabeza apoyada en la mesa.
**
La segunda vez le despierta una voz grave y unos brazos que le agarran y le llevan hasta el sofá que puso en el taller. Es Bruce, se da cuenta, cuando consigue abrir los ojos. Está hablando, pero no a él.
-JARVIS, ¿puedes abrirle la puerta también a él?
-Lo siento, señor Banner, son órdenes directas del señor Stark que no puede entrar nadie que yo no conozca.
Bruce suspira.
-Tony, dile a JARVIS que deje entrar a Steve.
-JARVIS, deja a entrar a Steve. Steve tiene vía libre. Steve que entre donde quiera. Espera, ¿Bruce? ¿Qué haces aquí?
-Dios, Tony, estás fatal. Me ha llamado Pepper porque ha recibido un aviso automático-le pone la mano en la frente.
-JARVIS, traidor.
-Estás ardiendo, ha hecho bien. Hey, Steve.
-Hola -Tony intenta enfocar pero es difícil, es imposible-. Cuando oí por primera vez hablar de JARVIS no controlaba toda tu casa, Tony.
Han pasado meses, una vida entera.
-Encantado de verle ahora que por fin puedo, Steve Rogers. Ya le he añadido a este nivel de seguridad.
En serio que a Tony le parece genial que Steve esté aquí y que sea muy amiguito de JARVIS y que estén todos felices pero-
-Hay alguien que se está muriendo aquí, ¿podemos por favor prestarle atención?
**
Al final se deciden y le suben a la sala. Las escaleras se le hacen eternas, y se sientan en el sofá.
-No se puede quedar aquí -escucha Tony. Es Steve, con tono preocupado y no le gusta, no le gusta ese tono ni que vaya por él, pero las manos de Steve se han quedado en sus hombros y le incapacitan para quejarse, esas manos; le dan ganas de arroparse en ellas y no salir nunca de ahí.
-No os preocupéis, no hay nada que hacer, claramente estoy terminal, este sufrimiento supera lo que una persona puede soportar. Qué hacen, ¿menos quince grados? JARVIS, ¡pon la calefacción a tope!
Su apoyo se sacude un poco.
-Steve-se queja, alargando las ‘e’s-, ¿te estás riendo de mí?
-Solo es una gripe y un poco de fiebre. Un ibuprofeno, una sopa caliente y estarás como nuevo. ¿Dónde tienes un termómetro?
-JARVIS puede mirar mi temperatura.
-No quiero ofender a JARVIS pero preferiría mirarlo en un termómetro de los de siempre.
-Anticuado -pero sonríe un poco porque le hace gracia que Steve sea así-. Hay un botiquín en la cocina.
Bruce se adelanta.
-Voy yo, creo que sé donde está. Voy a prepararle algo también. ¿Puedes subirle a la habitación? ¿Sabes dónde está?
Tony apuesta consigo mismo a que se ha sonrojado, pero no puede recoger su premio porque Steve está en un ángulo que su cabeza no es capaz de hacer.
-Err... no.
-Yo le puedo guiar, señor Banner.
-Muchas gracias, JARVIS.
Antes ha pensado que era largo el camino desde el sótano pero ahora sí que lo es, escaleras y pasillos y de verdad que tiene que pensar en el proyecto del teletransporte porque el primer sitio donde lo va a implementar es en su casa.
Se hace el firme propósito de cambiar su habitación a más abajo. Hasta ahora no se habría preocupado porque la mayoría de las veces duerme en el taller pero, esto es serio. Traslado ya.
-Steve, no quiero estar enfermo-arrastra los pies y solo quedan unas escaleras y no puede más-. Mira, no pasa nada, me quedo aquí, en las escaleras. Estaré bien, déjame.
-No te puedes quedar ahí-responde, y Tony le mira con expresión de perrito abandonado que espera que funcione porque de verdad que está muy, muy cansado y ya le da igual un poco todo. Steve suspira y sabe que ha ganado-. Te llevo.
-¿Que?
-Que te llevo.
Y no le da tiempo a responder y le coge en brazos, como una novia en la noche de bodas. Tony quiere decir que por favor es un adulto pero, bueno. Brazos, hombro, seguridad; Steve es extrañamente cómodo y enorme. Tony se deja hacer.
Andan por el pasillo.
-Es al final a la derecha-indica Jarvis, servicial.
-Gracias. Está la casa cambiada desde que yo la vi, Tony, y no solo hablo de JARVIS. Aunque es genial.
-Es genial pero es un rollo-Steve hace un ruido incrédulo-en seeeerio, la casa es enorme y hay ruidos todo el rato-Tony tiene los ojos cerrados y una sensación extraña en el cuerpo, de que flota, se le nublan los ojos y parpadea fuerte pero no consigue enfocar la mirada-Steeeeeeeeve.
-Ya llegamos, ahora dormirás y ya verás que te sientes mejor.
-No quiero dormir, quiero volar.
La risa de Steve suena en sus oídos, lejos y cerca a la vez, irreal.
-Pero si vuelas muy alto te puedes caer y hacer daño.
-Inventaría una manera de no hacerme daño.
Steve le mete a la habitación curvándose al entrar, teniendo cuidado para que no se de con los pies. Él deja escapar un quejido lastimero, de niño al que le han quitado el juguete, cuando le deja en la cama.
- ¿Y cómo harías eso?- pregunta sin que suene a pregunta, por seguirle a él, mientras le empuja hacia abajo, hacia la cama y le quita los calcetines, primero uno y luego otro, y Tony siente un escalofrío cuando le roza el empeine.
Claro que un escalofrío más entre los trescientos que tiene por todo el cuerpo no se nota demasiado.
Mira hacia arriba y Steve pone la mano sobre su frente. No espera una respuesta, pero Tony la piensa, respira hondo, cierra los ojos y habla.
-Tendría...-se lame los labios cortados-, tendría un traje, quizá de metal, alguno super-resistente y superligero. Tendría una armadura que me protegería de todo y me cubriría la cabeza y las manos y los pies. Me la podría quitar y poner cuando quisiera, y nadie- nada podría atravesarla. Podría construirlo, podría construir todo eso y aunque me cayera de muy alto no me haría daño.
Steve deja de moverse durante un par de minutos. Su respiración pesada es lo único que se oye en el silencio agonizante del cuarto.
Cuando pasa tanto tiempo que piensa que ya no va a contestar nada abre un ojo y le mira y tiene que abrir el otro porque hay algo en la intensidad de la mirada de Steve que le hace tragar saliva y contener el aire en los pulmones.
-¿Sabes lo que yo creo, Tony?
Niega con un movimiento suave de cabeza, y Steve se inclina un poco hacia él, y baja la mano hasta su pecho y la deja ahí.
Tiene que estar notando el martilleo brutal, incesante de su corazón.
-Creo que ya tienes todo eso-susurra, aunque nadie más le puede oír-y sabes mejor que yo que no es lo que quieres.
¿Es que no lo ve? ¿Es que no ve lo débil que le hace?
-Steve.
-Dime.
Me gustaría volar, Steve.
-Quédate conmigo-suena necesitado. Asustado, y no es de la fiebre, ni el dolor. Le da igual.
-No pensaba irme.
Tony cierra los ojos y apoya su mano en la de Steve, aún en su pecho.
**