titulo: celos, libros y otras cosas
autor:
kiky_midoupersonajes: morgan y reid
spoilers: season 4 ... nada imporante detallesitos
betta: daniela sofia vietti
dedicatoria: onigiri-chan , a mi betta , a la gran escritora que me inspiro y a
katrinna_le_fay agradecimientos:
katrinna_le_fay clasificaciones y advertencias: mayores de 18 por relaciones sexuales, lenjuage adulto , posiblemente los personajes no respeten muy bien sus verdaderas personalidades.
inspirado en: RocknRolla de
luandachan Morgan estaba celoso, sabía que era estúpido sentir celos de un objeto inanimado pero no podía evitarlo, no cuando Reid trataba mejor a esas estúpidas cosas que a él.
Todas las mañanas era lo mismo: lo veía llegar con el dichoso objeto en una mano, prestándole demasiada atención, mientras en la otra llevaba un café con demasiado azúcar , que debido a la gran torpeza del chico se iba derramando por el camino.
Lo veía sentarse aún sin despegar los ojos del dichoso libro de turno. Sí, le tenía celos a un libro,… bah, a uno no, a todo libro que pasase por las manos de Reid. Pero no eran celos ilógicos, no, eran justificados. Porque Reid no leía los libros; no, Reid se los follaba. Eso creía Morgan, porque la cara de puro goce del menor rozaba lo orgásmico. Si, Morgan creía que la cara de Reid al leer era orgásmica.
Reid trataba a los libros como a un amante, sus ojos le brillaban al leer cada palabra, de sus labios salían suspiros, o leves murmullos cuando algo le interesaba al rubio.
Porque Reid acariciaba la tapa con cuidado, como si acariciara la piel de un amante, rozaba las letras del título con su dedo indicie.
Al abrir el libro, lo hacía lentamente, generando expectativa. Acariciaba las hojas con suavidad al cambiar de página.
Por eso Morgan estaba celoso, porque Reid le dedicaba horas a esos libros, aunque Reid pudiese 20.000 palabras por minuto, pero claro el rubio, leía y releía. Morgan odiaba a ese estúpido poeta que a Spencer tanto le gustaba, ya que le recordaba a su madre.
Pero Morgan, jamás podría odiar a los libros, no, él podría sentir celos, pero jamás los odiaría, no cuando le dedicaban imágenes como la de ahora.
Reid se hallaba de piernas cruzadas semi recostado en ese sillón que era demasiado grande para él, tenía los primeros botones de la camisa desabrochados, el suéter mal acomodado dándole un look bastante casual, y su pelo largo detrás de las orejas. Morgan consideraba que era una imagen digna de almanaque, es que el chico lucia tan despreocupado pasando las hojas, mojándose los labios de vez en cuando, mientras comía una paleta.
Pero Morgan no lo soportaba más, quería la atención de Reid, la quería y la quería ahora. Ya no soportaba que unos estúpidos libros acapararan a Spencer.
-¿Qué lees?- pregunto Morgan arrastrando las palabras mientras seguía con la mirada el chupetín que se movía dentro de la boca del más joven.
- Isaac Asimov, era un escritor y bioquímico de nacionalidad estadounidense que nació en Rusia, que hace ciencia ficción, “The Naked Sun”.
Morgan alzó una ceja, molesto. ¿Tan interesante era ese libro como para ni siquiera despegar su vista de el?
-¿Te gusta?
- Es el autor preferido de mi padre, no es del todo de mi agrado, prefiero la poesía.
- ¿Me lees?
- No entenderás de que se trata… ya voy por la mitad.
-Vuelve a empezar chico genio, o simplemente intento entender con los datos que surjan, da igual.
Morgan vio como Reid abría la boca formando una pequeña O por la sorpresa, y luego le sonrió para empezar a leer, despacio, modulando a la perfección. Las palabras salían como suaves suspiros de sus labios, dándole una entonación especial a lo que leía. Morgan no podía ni respirar, se hallaba en un estado de catarsis total, las palabras que salían de los labios del menor llegaban una a una a él, y se quedaban en su mente, haciéndolo llegar a otro mundo.
Reid detuvo su lectura un segundo para alzar la vista, no creía que Morgan lo escuchase leer más de 15 páginas seguidas, supuso que el moreno estaba aburrido y quería molestarlo para entretenerse, nunca creyó que lo escuchase leer con tanta atención.
- ¿Por qué te detienes?
Reid sonrió; la pregunta de Morgan había sonado como una queja de un niño caprichoso, no entendía por qué al moreno le gustaba que le leyese. Se perdió unos instantes en sus pensamientos, calculado las posibilidades, armando estadísticas acerca de los hechos, ¿cuántas posibilidades había de que al moreno realmente le interesase lo que el leía? Siendo generosos… un 10%, entonces ¿Por qué lo escuchaba con tanta atención? ¿Por qué lo miraba así?
-¿Qué esperas?
No contesto, sólo se limitó a leer un poco más. Morgan ya no soportaba la situación, le encantaba que Reid le leyese, le gustaba, pero era demasiado para su cordura, Spencer se seguía viendo condenadamente erótico y que le leyese de esa manera no ayudaba a despejar sus ideas.
- Chico, ¿acaso planeas matarme?
Reid lo miró, sin entender nada.
- ¿De aburrimiento?, te recuerdo que tú me pediste que te leyese.
- Sí, pero, ¿debes hacerlo de ese modo?, vas a volverme loco.
- ¿Qué tiene mi tono de voz?- preguntó molesto el menor, ¿qué se creía Morgan?, primero le pedía que le leyese, luego lo miraba raro, y ahora se quejaba.
- Es demasiado…
- ¿Sabes qué? Si te molesto tanto iré a leer a otro sitio- dijo Reid levantándose, él no iba a soportar el capricho de Morgan.
El moreno siempre lo molestaba, pero nunca era tan pesado, llevaba horas intentado leer tranquilo. Pero Derek no lo dejaba, debido a como lo miraba, porque la mirada del moreno siempre lograba provocarle cosas que él aún no entendía muy bien y que por más que analizase o buscase en libros no hallaba la respuesta. Los sentimientos no eran lo suyo, eso estaba claro, él solo servía para lo que era razonamientos lógicos, por eso esto le incomodaba pero a la vez le atraía de sobremanera.
- No, tú te quedas aquí, pretty boy- le dijo Morgan con voz autoritaria, jalándolo del brazo para sentarlo de nuevo en el sillón.
Derek no dejaría que ese chico se fuese, y menos a leer, no, Reid debía prestarle atención a él y debía hacerlo ahora. Morgan no solía ser así, él siempre lograba tener la atención de cualquiera, solo le bastaba unas cuantas palabras y listo, pero con Reid todo era distinto.
-¿Se puede saber que te sucede, Morgan?
Morgan sonrió, claro que le diría que le pasaba, porque ya se había cansado de este jueguito de miradas, se había cansado de desear a Reid y no poder tocarlo, se había cansado de que Hotch siempre lo alabara, de las miradas de admiración de Reid hacia Rossi, de las charlas que tenía con Prenttis , de que García lo consintiera y por supuesto del exceso de confianza de J.J hacía el menor. Pero sobretodo se había cansado de que Reid dedicase todas esas caricias, sonrisas, y suspiros a los libros, esas cosas debían ser de él y de nadie más.
- Sí, estoy harto Reid… harto de que les prestes más atención a ellos que a mí.
El rubio abrió los ojos y soltó un oh de sorpresa; nunca imaginó que Morgan estuviese celoso, y menos que sintiese celos de alguien por él, pero no entendía a que se refería. Él no le prestaba más atención a otras personas, es más, con Morgan era con quien compartía un vínculo más cercano, por eso en estos momentos se encontraban en la misma habitación, y no se hallaba con otro. Reid le había pedido a Hotch que los emparejasen, debido a que para Reid era mas cómodo compartir cuarto con Morgan, debido a que él sabía de sus constantes pesadillas. Y, por supuesto, sabía como calmarlo luego de ellas.
- Morgan, eso es ridículo, yo no…
- Claro que sí, lo haces. Todo el tiempo, frente a mis ojos, los tocas, les dedicas sonrisas, suspiros. Es muy molesto, ¿sabes?
Reid se sonrojó, no sabía de qué hablaba Morgan, pero parecía una casi confesión. Porque según lo que tenía entendido, uno no iba por ahí diciéndole a todo el mundo que sentía celos de que tocase a otra persona, o que le sonriera, o al menos él no lo hacía. Pero había algo que todavía no entendía, él no tocaba, suspiraba o regalaba muchas sonrisas a mucha gente, es más casi todos sus toques, suspiros y sonrisas iban dedicados al moreno.
- Morgan, yo no creo que eso sea cierto. El 40% de mis conversaciones fuera del trabajo son contigo, el resto se divide en 20% de cartas a mi madre, un 15% J.J, y luego un 20% para la suma de los porcentajes del resto del equipo y un 5% el resto del mundo. Además yo no ando toqueteando a todo el mundo… eso no encuadra con mi personalidad… debido a que mi comportamiento...
Morgan detuvo el discurso, aunque le habían agradado las palabras de Reid sobre que él era al que le dedicaba mayor tiempo de su vida. A Derek aún le molestaba como Reid trataba los libros y se lo iba a dejar bien en claro.
- Puede ser… yo no hablo acerca de J.J, Hotch, García o el resto, niño, yo hablo de ellos y de cómo te los follas frente a mis ojos.
Reid abrió los ojos completamente, esta situación lo superaba; no tenía la mas mínima idea de lo que Morgan hablaba.
- Reid, tu pasas horas con ellos, le dedicas caricias y suspiros, por dios, es como si follases con ellos, tu cara es orgásmica en esos momentos… es tan molesto, ¿por qué mierda tiene que ser así? ¿Por qué le prestas más atención a unos estúpidos libros que a mí?
Y Reid rió, eso era lo más ridículo que había escuchado en su vida: Morgan, Derek Morgan, agente especial estaba celoso de un objeto inanimado, no sólo eso, sino de un libro. Y además argumentaba que él se los follaba, esto debía ser algún tipo de chiste.
- ¿De qué te ríes? No le veo la gracia
Reid no contestó, sólo continuó riendo y se acercó al mayor mirándolo con ternura. Quiso acercarse a sus labios y besarlo, pero jamás se animaría hacer algo como eso, asi que sólo suspiro. Esto de los sentimientos… capaz era más fácil de lo que pensaba.
- Ojala me tratases como tratas a los libros… - dijo en un murmuro molesto Morgan, que Reid alcanzo a oír.
- … Lo haría si lograses captar mi atención, si lograses entretenerme… ¿Derek, tú crees que eres capaz de acaparar absolutamente toda mi atención?
Morgan jamás creyó que Reid le diría algo como eso; Reid era tímido, algo torpe y se hallaba bastante perdido en lo que eran las relaciones amorosas. Las palabras de Reid le impactaron, pero a la vez sedujeron, era un lado del rubio que no conocía, y que se moría por conocer. Porque Reid estaba jugando, y Reid era perfecto en los juegos, pero este juego no se trata de estadísticas ni lógica; estaban haciendo lo que Morgan mejor hacía.
- Eso creo, y voy a demostrarte que puedo hacer que no despegues tu vista de mi… que no oigas nada más que a mí, que no pronuncies otro nombre que el mío, que me prefieras antes que a ellos.
- No lo sé, es un libro muy interesante…- dijo Reid mordiéndose el interior de la mejilla.
Sabía que estaba jugando con fuego, se sentía tan fuera de sí, pero Morgan le provocaba eso, Derek lograba sacarlo de su habitual modo de vida, él alteraba toda su estructura.
- Te demostraré cuan interesante puedo ser.
Morgan no perdió más tiempo y acortó la distancia que había entre su boca y la del menor, lo agarró con fuerza de la nuca para acercarlo más, revolviendo sus cabellos. Reid gimió, no podía evitarlo: las manos fuertes de Morgan recorriendo su nuca, jugando con sus cabellos, tironeando de ellos, lo volvían loco porque si había algo que lo llevaba al borde de la locura era eso, el sentir esas manos sobre el sobre su cabello, y Reid se alegraba de llevarlo largo.
Aún sin quitar sus manos de la nuca de Reid dirigió su boca al cuello de este repartiendo suaves besos, y leves mordidas, que provocaban más y más gemidos por parte del rubio. Spencer suspiraba, gemía y suplicaba al moreno que no se detuviese pero este haciendo caso omiso a sus palabras se separo de él dejando a un lado las caricias que repartía en su cuello.
- Morgan…- gimió el rubio en protesta- estás perdiendo mi atención…-
- Shh… calma… lo que verás la captará por completo- dijo para volver a besar al rubio, mientras se quitaba su playera, sólo separándose en el instante que era necesario para lograr pasarla por su cabeza.
- Vamos Spence tócame…
Y Reid no pudo negarse a su petición, guió sus manos al pecho del mayor, paseándolas por toda la piel morena, contemplándola fijamente, como si temiese olvidarse de cómo era, pero Reid sabía que eso era imposible, ya que él poseía una brillante memoria eidética. Reid acariciaba con pereza la cintura del mayor y jugaba a trazar pequeños círculos imaginarios en las caderas del mayor.
- Dime… Spencer…- dijo entre besos el mayor.- ¿logré captar tu atención? ¿O todavía prefieres leer?
- La tienes, y por completo
El genio tomó la mano de Morgan y la dirigió a su camisa para que este la desabrochase, el moreno acató las órdenes con rapidez, desabrochando uno a uno los pequeños botones, dejando expuesta la piel nívea del menor. No pudo esperar a que la camisa llegase al piso, antes de que esta lo tocara ya se encontraba devorando a base de besos y mordiscos el pecho del menor, dejando de vez en cuando algunos recordatorios de que este le pertenecía.
- Ah… Morgan...-dijo el de memoria de elefante, mientras luchaba contra el cinturón del mayor. Derek reía entre besos, debido a la desesperación que parecía tener el menor, decidió arrastrarlo a paso lento a la cama que se encontraba detrás de él mientras se desprendía del cinturón del menor.
- No es justo.- refunfuñó el menor, Morgan había desprendido su cinturón y ahora desabrochaba su pantalón de vestir, mientras él aún luchaba contra el estúpido cinturón que poseía el moreno.
- Hey, siéntate aquí, pretty boy- dijo Derek para que se sentase sobre su regazo, el menor obedeció a regañadientes. Morgan decidió ayudarlo a que le quitase el cinturón, una vez lograda la tarea se desprendieron de su ajustado pantalón de jean, dejando expuesto un ajustado bóxer color negro que contrastaba a la perfección con el bóxer blanco del rubio que se hallaba sobre él.
- Al fin…- dijo en un suspiro el rubio mientras era besado por el mayor, que dirigía sus labios al cuello de este para dejarle una notoria marca, que haría comprender a más de uno que Spencer Reid era de su propiedad.
- ¿Qué haces? Eso no se podrá tapar- dijo a modo de queja Reid.
- Eso le mostrará a Hotch a quién le perteneces.
Y Reid rió, eso era ridículo, ¡por Dios!, primero celaba a los libros y ahora a Hotch, Aron Hotch alias yo-no-sonrió, por Dios, Hotch era 100% hetero, tenía hasta hace muy poco una esposa muy linda y tiene un hijo. Es ridículo.
- Es ridículo el es hetero y me lleva como 20 años…
- Yo te llevo casi diez y míranos… y yo también era hetero…cualquiera se volvería, gay por ti.
No dijo nada más, Reid creía que en este momento las palabras estaban de más así que deicidio continuar con la tarea de besar al moreno, acercó su rostro al del otro y repartió besos mientras acariciaba lentamente su cuerpo.
Bajó de su puesto, para arrodillarse frente a Morgan, que lo miraba con los ojos abiertos de par en par: nunca se imaginó algo así por parte del menor, Reid se acercaba lentamente al elástico de sus bóxers para comenzar a bajarlos, dejando así expuesta su hombría.
Morgan entreabre las piernas para darle más comodidad al chico de cabellos rubios, lo observa con los ojos dilatados y los labios entreabiertos, con el rostro lleno de placer. Levanta sutilmente la cadera acercándosela al rostro de Spencer que lo mira excitado.
Reid lo toca de forma sutil, logrando sacar pequeños jadeos y quejas del moreno.
- Vamos, chico, no seas cruel- rogó Morgan.
Las caricias leves de Reid lo volvían loco, él necesitaba más, así que con cuidado tomó la cabeza de Spencer y la guió a su miembro. Reid acaricia con sus labios entreabiertos y da pequeños mordiscos, no sabe bien qué hacer, pero no importa. Morgan lo guía con su mano sobre su cabeza, jalando del cabello con suavidad. Después de unos segundos Reid se lo mete en la boca y el gruñido de Derek se oye por toda la habitación.
Morgan suelta suspiros y jadeos, le sorprende lo rápido que aprende Reid, el menor es simplemente genial, sus ojos mirándolo fijamente buscando grabar la esencia del momento, sus labios suaves rodeándolo y sus cabellos haciéndole cosquillas, todo era simplemente perfecto.
Y Derek se corre, se corre dentro de la boca del menor, con un gruñido ronco que hace que Reid tiemble de placer. Reid lo mira a los ojos buscando allí respuesta a lo que había sucedido o a lo que iba a suceder.
Morgan simplemente lo besó en un beso lleno de sentimientos y promesas, lo recostó sobre la cama y le quito el bóxer.
- Ahora te daré algo que te entretendrá lo suficiente como para que nunca más oses prestarle más atención a un libro que a mí.
Reid rió, y besó castamente los labios del mayor esperando que cumpliese su promesa, después de todo era lo que él más deseaba.