(no subject)

Jan 21, 2006 17:07



A nadie le importa nada, a nadie le preocupa realmente el mal ajeno. Vivimos rodeados de gente que dice mil veces palabras bonitas pero carentes de sentido, porque cuando les necesitas, desaparecen. Y cuando eso ocurre te quedas tú enfrentándote a tus miedos, a tu soledad, a las voces de tu conciencia. Intentas buscar salidas, intentas alegrarte de ver el sol. Pero llega la noche de nuevo y los fantasmas y el frio se sienten con más fuerza. Nada tiene sentido. No obstante consigues dormirte y llega otro amanecer y vuelves a verte al espejo. Vuelves a ver esa cara que no te dice nada, sólo ves a un ser al que los años han ido transformando en un desconocido . A alguien que te ha fallado mil veces y que a pesar de todo te sonrie con un hilo de esperanza muy en el fondo de esos ojos. Alguien a quien parece que todo le ha salido mal, al que los desconocidos prejuzgan a la ligera y al que los que creía amigos le han dado la espalda porque no es nada más que un fracaso. Y como no pueden obtener nada de tí, te abandonan. Alguien que se está cansando de luchar contra corriente y de ver como se le desprecia y se le infravalora a pesar de todo su potencial, se le han cerrado las puertas, una tras otra. Alguien que sin saber por qué ha sido objeto de la envidia, de lo poco bueno que pudiera tener, destruyéndolo poco a poco y sin descanso. Dentro de poco no le quedará nada. Nada que provoque envidia, nada que interese a nadie. Sólo piel y huesos, sólo piel y huesos. Y un alma atormentada que no se encuentra bien en ese cuerpo.
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