Escuchando: Pride (In the name of love) (U2)
Artículos escritos por Ismael Serrano en diferentes periódicos nacionales.
Sacados de www.ismaelserrano.com
SOBRE EL 11-M
Ya te he hablado de Vallekas, ¿verdad? De aquel barrio al sur de Madrid, de cómo eran sus casas bajas, sus chabolas construidas por emigrantes venidos del hambre y llenos de futuro, levantadas de noche, a escondidas, por todos los vecinos. De sus calles sin asfaltar donde tantos lucharon por la libertad que no tenían. Allí se enamoraron mis padres cuando volvían a casa con los pies llenos de barro y el alma perdiéndose en los regueros de lluvia que corrían entre las casas. Te he hablado de su lucha, ¿verdad? De sus puertas abiertas y de mi abuela sentada en la calle, soñando fortuna para mis tíos, llorando la huerta que quedaba tan lejos. Del Pozo del Tío Raimundo, tierra rebelde, del canto huérfano que nos hiela.
También sabes, te lo he dicho muchas veces, que allí aprendí la importancia de la memoria, la necesidad de soñar mundos mejores. Allí entendí que la tragedia ajena era la mía, que la poesía es un arma cargada de futuro. Ya sé. Te lo dije otras veces. Ahora Vallekas, mi patria, mi infancia, es zona cero. Estallaron las bombas. Deja que te cuente.
La noticia me pilló lejos de casa. Estaba en Barcelona. Me había quedado hasta tarde leyendo poemas de Marzal y García Montero. Soñaba con Alicia, supongo, regando las flores de Lavapiés. Con mi perro acurrucado en el lugar de la cama que dejo vacío. Entonces sonó el teléfono y conocí la tragedia. Llamé a la familia y supe que todos estaban bien. Después vi en televisión el horror de la catástrofe y entendí como nunca los versos de Neruda, sucede que a veces me canso de ser hombre.
Atocha, Sta. Eugenia, el Pozo eran zonas cero.
Primero vino el llanto y el dolor. Luego la indignación. Acebes, el ministro del Interior, nos dijo que había sido ETA. Si los que velan por tu seguridad te mienten ante una tragedia de tal magnitud todo está podrido. Y lo estaba. Acebes dijo que era ETA y que quien se cuestionase su autoría era un miserable. Supongo que se refería a él mismo cuando ahora le escucho hablar de Al-Qaeda como responsable de la masacre.
A lo largo de los siguientes días fuimos mentidos sistemáticamente por el gobierno del PP. En busca de rentabilidad electoral negaron la participación del integrismo islámico en el atentado. Negaron cualquier vinculación de este atentado con nuestra participación en las políticas belicistas de Bush y sus secuaces. Manipularon todos los medios informativos a su alcance para evitar que la gente supiera la verdad. Hoy sabemos que hubo conatos de enfrentamiento por parte de muchos trabajadores de las televisiones públicas que no soportaban la vergüenza de participar de aquella burda manipulación. El PP pretendía retrasar la información, ocultándola, para que no nos llegara antes de las elecciones.
No era la primera vez que el PP y los medios de comunicación públicos mentían. Hay sentencias de jueces que condenan a Radio Televisión Española por manipular la información en los días de la huelga general. Por no hablar de las armas de destrucción masiva. Pero esto ya te lo había contado ¿no?
Los años de gobierno de la derecha ha sido duros y muchas veces nos hemos encontrado en la calle protestando por sus políticas, ¿recuerdas? La LOU, la huelga general, la LOCE, el No a la guerra...
No a la guerra... Tú lo gritaste. Es perverso pensar que la gente que salió a condenar la participación de España en la guerra haya sido víctima del odio de los que la padecen, víctima de este terrible atentado. Nada justifica el horror de la matanza del 11 de marzo como nada justifica la guerra en Irak. El odio engendra más odio. Nosotros exigimos a los políticos alternativas pacíficas y diplomáticas para resolver los conflictos entre los pueblos.
Ahora recuerdo al hermano de George W. Bush cuando prometía en ese español tejano que tanto domina Aznar beneficios inimaginables para España por nuestro apoyo a la guerra. Porque de eso se trataba, de los beneficios que supondría el reparto del botín. Porque después de la guerra el mundo no es más seguro, los iraquíes no son más libres y no existen armas de destrucción masiva.
Ya te he hablado de que la historia no ha terminado, ¿verdad? Está viva y con más violencia que nunca. ¿Qué mundo estamos construyendo? Un mundo en el que vivimos aislados unos de otros, donde se nos generan necesidades artificiales, en el que se levantan fronteras insalvables para los seres humanos pero frágiles para el capital especulativo. Donde se criminaliza la disidencia Donde se levantan muros de vergüenza. Donde se niega el diálogo entre los pueblos y se trata de imponer un pensamiento único que uniformice las almas y los discursos (así se ha tratado de hacer con el tema del atentado y del terrorismo en este país). Donde se trata de imponer a través de la propaganda más burda y de la manipulación más obscena un consenso incuestionable, que nos dice que las cosas van bien (que España va bien) y que no existen alternativas a este modelo de sociedad y de mercado ( Y existen ¡ya lo creo!. Ya te hable de Portoalegre. Y de la Tasa Tobin. Y de la desaparición de los paraísos fiscales y del FMI. De la condonación de la deuda externa. De las políticas de cooperación y desarrollo. Te acordarás.)
En cualquier caso no todo está perdido. Recibí tu mensaje. Mi teléfono móvil tronó para decirme donde era la cita. Y te encontré: en Génova, luego en Sol, luego en Atocha. Exigiendo la información que merecía nuestra jornada de reflexión, exigiendo la verdad antes de votar. Las movilizaciones en contra de la guerra dejaron esta brasa que tú soplaste a golpe de mensaje telefónico para avivar la llama dormida. Y ahora saben que no están a salvo del control del pueblo, como tú sabes que no estás solo (ya te lo he dicho cien veces). Al día siguiente llenamos las urnas con la rabia acumulada después de tantos años de gobierno de derechas autoritario y excluyente. Llenamos las urnas de diálogo y de tolerancia. Y los que vienen ahora tendrán que saber administrar nuestra esperanza, porque hemos demostrado que no nos controlan, que estamos alertas. Por la gente del Pozo (ese barrio del que te hablé ¿recuerdas?), de Atocha, de Sta. Eugenia. Por los trabajadores, obreros, estudiantes que viajaban esa mañana en aquellos trenes de cercanías. Y demostraremos con nuestro quehacer cotidiano que otro mundo es posible. ¿No te lo había dicho? Otro mundo es posible. Pásalo.
ISMAEL SERRANO
El Príncipe
Observamos perplejos cómo en los medios, en la calle se debate la capacidad del Príncipe para escoger a su esposa, la futura Primera Dama. Vemos las fotos de esta chica en las bolsas de la compra, en el Interviú, en el envoltorio de una hamburguesa, y claro, los monárquicos de toda la vida arden de furia y gritan alarmados.
Creo que se plantea el debate equivocado. El debate real debiera ser por qué nosotros no podemos escoger a nuestros príncipes, a nuestros jefes de Estado, y no si los príncipes pueden escoger a sus novias. Esta gente que se quema a lo bonzo porque el gusto del Príncipe es el natural se ahorraría muchos disgustos si esto fuera una República. Quizás haya quien piense que los ciudadanos tienen una deuda con el actual rey por su lealtad a la Constitución y su compromiso con la democracia (por aquello del 23-F saliendo en la tele con la guerrera y las medallas). Si esta deuda existiera, estaría saldada. Así que sería el momento de plantearnos la necesidad de una monarquía ya que a este Príncipe no le debemos nada.
Un habitante de mi ciudad sueña también con casarse. Qué cosas. Con tener una casa en la que vivir con su chica mientras fuera el verano incendia los geranios y el mercurio en los termómetros empapa nuestras siestas. Ningún banco le da la financiación adecuada y su sueldo no le permite alquileres. La ETT le muerde los bolsillos y el corazón. Si fuera príncipe ya tendría su casa con amplio jardín, y un barquito, y largas vacaciones pagadas por el Estado, y una novia que sale en las bolsas de la compra. Bueno, eso no le importa tanto.
A mí nadie me ha preguntado si quiero pagar las mansiones a la familia Real. Por eso sólo me gustan las monarquías en los cuentos de Green o Tolkien y los 6 de enero.
Diario 16: 10-06-2001
Ismael Serrano : La ciudad es un mundo
La historia no ha terminado
Oigo en la radio a sesudos tertulianos y eminentes sociólogos hablar de una juventud idiotizada, acomodaticia, pasota, una juventud que abarrota los bares los fines de semana, que exige todo y no hace nada. Siempre me sorprendió la pasmosa facilidad con que la generación de mis padres hace análisis tan rotundos sobre una juventud tan difícil, tan heterogénea como es la nuestra. Una generación muy informada pero desorientada, sin referentes culturales e ideológicos claros que nos den alguna respuesta, que generen nuevas dudas. Una generación que supone la incógnita de una ecuación difícil de resolver.
Miro a esa otra generación que nos parió y nos educó, la de nuestros padres, y me es difícil concebir que algún día fueron jóvenes. Me cuesta identificarlos con aquellos chavales con pantalones de campana, corriendo delante de los grises, todos en La Sorbona, luchando por un mundo que no es el que nos dejan. Me asombra ver cómo esta generación, la que nos deja esta felicidad tan mal repartida, la que pide mano dura para nosotros -los niños descerebrados- elude su responsabilidad en todo esto: son ellos los que gestaron el fin de las ideologías, los que nos dejaron los contratos basura, los que nos programan telebasura, los que gobiernan.
Pero no generalicemos, no caigamos en el error de tomar una parte por el todo. Mi generación es la generación de los okupas, de los insumisos, de los estudiantes de la Autónoma de Barcelona corriendo delante de los de azul, de los hijos de los desaparecidos en Latinoamérica, de los contratos basura, de los que participan en ONG honestas, en proyectos de solidaridad con Chiapas. Mi generación es la de los chavales de "Barrio" planeando una huída, los que leen los versos de García Montero, los que escuchan a Extremoduro o a Silvio, los que saben que la historia no ha terminado.
Diario 16: 16-03-1999
Ismael Serrano