Otro fin de semana genial, cada vez mejor. Estoy inmensamente feliz,ilusionada y con ganas de hacer cosas...
Como el viernes estaba tan cansada me fui a la cama muy pronto y dormí, mucho. Bueno, no dormí excesivamente, pero lo que dormí fue reparador así que el sábado me levanté temprano, limpié la casa y a las 10.30 ya había terminado (raro en mí, normalmente el sábado me levanto a esa hora). Sobre esa hora me llamó María para ver si al final íbamos al Salón de Turismo. El viernes me había llamado con una voz de cazallera que no se tenía en pie y aunque la visita estaba programada se había quedado en el aire. Quedé con ella en vernos sobre las 12.30 en Pza. España y hasta casi la una de la tarde no se presentó con Javi. Venían también otra pareja amiga de Javi. Nos cobraron 10 pedazo de euros por la entrada y, sinceramente, el salón no estaba tan bien como en años anteriores.
Cogimos información de Asturias, Madrid (una decepción de están, la verdad, no había nada interesante y las amables señoritas que estaban allí eran muy antipáticas), de Navarra (nos dieron una copa de vino reserva y unos pinchos, qué bueno estaba todo) y de Alicante (porque tenemos un finde programado para junio en la casa de mis padres). De allí salimos al patio central y nos dejamos el plato fuerte (internacional) para después de comer y sobre todo porque Héctor vendría más tarde. Me dió un alegrón porque yo lo esperaba para las 4 y apareció sobre las dos y media. Ya estábamos todos así que nos fuimos a tomar un cafelín y después al están internacional. Vale, es chulo, pero creo que el salón se ha convertido en una gran red de venta de viajes y no de información turística. Cogimos información de Noruega, Islandia, La India, visitamos el están de mi isla (Irlanda, claro...) pero eché en falta países como Japón, Tailandia, Australia o Nueva Zelanda... y el de Estados Unidos era de risa, en serio, vaya inutilidad de están, ni un mísero mapa del país... Ah, y éstos se tomaron un té a la menta en un espacio que habían dejado para poner kashbas. Después, Héctor y yo nos fuimos a la sección de Cataluña para coger información sobre la Costa Brava (¡Cadaqués!), pero tampoco es que hubiese mucha cosa... Y creo que participamos en todos los sorteos habidos y por haber... Estuvo bien, pero ya digo que otros años ha estado mucho mejor...
Después me fui para casa rápidamente porque a las 9 teníamos que estar en Masquefa, un pueblo cercano a Martorell. Así que me cambié y salí disparada. Estresada, pero contenta. A ver, no digo que la tecnología esté bien, muy bien, en algunos casos, pero a mí el GPS me da un poco de mal rollo, yo soy una antigua, lo reconozco, y me siguen gustando los mapas, qué le vamos a hacer... Porque el niño se distrajo y se equivocó de camino y se fue por otro lado, por lo que aparecimos en una carretera con curvas, el campo muy bonito, eso sí, y de repente, todos los cristales se habían llenado de vaho y no veíamos nada. Bajamos la ventanilla, pusimos el aire acondicionado, pero tardó un rato en irse... fue un expediente X, que me dieron ganas de parar el coche, bajar y pintar una gran X en la carretera... Cuando llegamos nos estaban esperando sus amigos, muy, pero que muy majos, me reí mucho y sobre todo, son personas muy abiertas. Estuvimos cenando en un sitio donde te ponen unas torradas que no es que sean grandes, son gigantescas... la mía no pude acabarla, no llegué ni a la mitad. Después de la cena (que fue larga, pero casi ni me di cuenta porque una amiga de la novia de uno de los amigos de Héctor me estaba contando su viaje por Estados Unidos) nos fuimos a casa de Dani y Marta y estuvimos jugando a un juego de mesa (mezcla de trivial, pictionary y tabú), que tiene un nombre, pero no me acuerdo ahora mismo. Estuvimos hasta las tantas, las 4.30 más o menos y a Barcelona casi eran ya las cinco... estuvimos un rato hablando en el coche y luego para casa...
Sólo puedo decir que es un amor de persona...
Y hoy domingo he vagueado: capítulo de Dollhouse, navegar por internet buscando información de la zona de Cadaqués, ratillo de siesta, he hablado con mis padres, y trivial con Mari, que por cierto he ganado tras muchos esfuerzos (las dos estábamos sobadísimas...).
Qué ganas tengo de irme a Cadaqués, por cierto...