No había sido muy díficil burlar a los serenos apostados en las puertas de internado. Jim y Phillipe, que no tenían problemas para salir, los distrajeron hablando mientras Maximiliem se escabullía hacia la salida
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Jim le dedicó una media sonrisa, pensativo. "¿Viene aquí a brindar y no sabe por qué brindar"? Se levantó de hombros. -¿Por un buen camino de ida a su destino, y esperemos que de regreso?
Sonrió chocando copas con sus acompañantes. Tomó un largo sorbo de vino. Cayó en cuenta de que esa misma tarde había estando tomando solo...Era raro que bebiera tanto. Sin duda su estancia en Baptiste había transtornado su ánimo y sus hábitos. Sin embargo no podía decidir si le alegraba o le entristecía marcharse. Apuró la primera copa y se apresuró a servirse otra...
-No seas arcaico las mujeres hoy en día brindan igual que los hombres.- Comentó con la copa y una sonrisa bailando en los labios.-Además el único que me ha confundido con una de ellas es usted. Y solo porque nunca ha visto una hembra que tenga menos de cuatro patas.
Rió amargamente el último comentario de Jim y aprovechando que este se concentraba en beber del vino agarró con fuerza su copa y le golpeo con ella en el lado izquierdo de la cabeza.
El interior del recipiente salpico en todas direcciones al romperse, tiñendo de carmín las ropas de ambos y tan solo llegando unas gotas hasta la pechera de Philiphe.
Jim miró a Maximiliem fulminandole con la mirada. Sangre y vino carmón corrían por su cara, enrojeciendo sus ropas. Agarró del cuello de la camisa a su gran amigo, antes de que se pudiera reaccionar y le tiró contra el suelo haciendo sonar sécamente la madera con su peso, poniendo el pie encima de su espalda. -Genial -murmuró desganado, a pesar de sentir un leve cosquilleo en la espalda,de sólo la emoción de librar lucha de nuevo contra aquél chico.
Desde el suelo Maximiliem solo pudo lanzar una patada a la rodilla de su contrincante que crujió sonoramente. Sentía un dolor agudo en el espinazo, pero lo ignoró malamente mientras se erguía y lanzaba un puñetazo.
Jim no alcanzó a esquivar el puñetazo , pero le dió igual. Lanzó una patada alta, golpeando casi en los hombros a Maximiliem, y luego soltó un golpe directo a su cara.
((tomando en cuenta la diferencia de altura, que este pelagato mide casi 2 metros... XD))
Se vio de nuevo en el suelo rápidamente y el cuerpo demasiado dolorido para su gusto. Entrevió una de las partes más grandes que habían quedado de su copa, el mango, lo asió con fuerza y el objetivo de clavárselo a Jim en la pierna.
Jim se llevó la mano a la pierna, sintiendo un dolor punzante. Se había clavado bastante profundo. Se sacó algunos cristales de la pierna, aunque uno se le quedó dentro. Volvió lo antes que pudo a mirar a Maximiliem, queriendo volver contra él. Se divertía.
"¿Viene aquí a brindar y no sabe por qué brindar"? Se levantó de hombros.
-¿Por un buen camino de ida a su destino, y esperemos que de regreso?
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-¿Por qué Jim encuentre nuevas y buenas razones para brindar?-Comento Maximilien con sorna mientras levantaba la tosca copa y reía.
La noche no había comenzado nada mal, siempre era divertido contrariar el toque de queda del internado.
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Sonrió chocando copas con sus acompañantes. Tomó un largo sorbo de vino. Cayó en cuenta de que esa misma tarde había estando tomando solo...Era raro que bebiera tanto. Sin duda su estancia en Baptiste había transtornado su ánimo y sus hábitos. Sin embargo no podía decidir si le alegraba o le entristecía marcharse.
Apuró la primera copa y se apresuró a servirse otra...
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-A saber... ¿Quiere brindar para que no le confundan con una mujer de nuevo? - sonrió a Maximiliem.
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-No seas arcaico las mujeres hoy en día brindan igual que los hombres.- Comentó con la copa y una sonrisa bailando en los labios.-Además el único que me ha confundido con una de ellas es usted. Y solo porque nunca ha visto una hembra que tenga menos de cuatro patas.
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Rió amargamente el último comentario de Jim y aprovechando que este se concentraba en beber del vino agarró con fuerza su copa y le golpeo con ella en el lado izquierdo de la cabeza.
El interior del recipiente salpico en todas direcciones al romperse, tiñendo de carmín las ropas de ambos y tan solo llegando unas gotas hasta la pechera de Philiphe.
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Agarró del cuello de la camisa a su gran amigo, antes de que se pudiera reaccionar y le tiró contra el suelo haciendo sonar sécamente la madera con su peso, poniendo el pie encima de su espalda.
-Genial -murmuró desganado, a pesar de sentir un leve cosquilleo en la espalda,de sólo la emoción de librar lucha de nuevo contra aquél chico.
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Desde el suelo Maximiliem solo pudo lanzar una patada a la rodilla de su contrincante que crujió sonoramente. Sentía un dolor agudo en el espinazo, pero lo ignoró malamente mientras se erguía y lanzaba un puñetazo.
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((tomando en cuenta la diferencia de altura, que este pelagato mide casi 2 metros... XD))
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Se vio de nuevo en el suelo rápidamente y el cuerpo demasiado dolorido para su gusto. Entrevió una de las partes más grandes que habían quedado de su copa, el mango, lo asió con fuerza y el objetivo de clavárselo a Jim en la pierna.
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Sujetó a Jim que con la pierna herida y cojeando se disponía a lanzarse nuevamente contra Maximiliem.
- ¡¿Es que Sus Mercedes pretenden seguir hasta matarse?!
Phillipe miró en derredor. Había varias caras entre los presentes que los observanban con malos ojos.
- ...Mejor vámonos de aquí...
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