Mar 15, 2012 15:08
La noche anterior le pareció especialmente tensa. Muchos sonidos, y no necesariamente naturales, se escuchaban aún en el exterior, junto con el alba que empezaba a despuntar en el horizonte. Movimientos incomunes por aquellas horas le llamaba mucho la atención, pero más aún los de hacía algunas pocas horas, que sonaban demasiado estrepitosas y violentas para cualquier actividad corriente del lugar.
Por eso salió al exterior, cuando ya el sol dejaba ver su sombra ámbar, atraído por lo extraño y turbio; por aquella inexplicable morbosidad que uno adquiría a lo extraño mientras permanece en el internado.
Ya otras veces había salido de noche para aliviar su vejiga, y encontrarse abruptamente con escenas poco comunes y quedarse a observarlas por mucho tiempo.
Esta vez pensó que sería igualmente tranquilo e insólito, y aunque debido a los dichosos ruídos caminó con mayor cautela hasta el balcón norte del ala de su habitación, no tuvo reparos en cruzar portales o salir al exterior sin cuidado.
El cielo aún tenía un tono entre azul y violáceo, y las montañas del fondo estaban delineadas con un ámbar más fluido, más brillante.
Casi tuvo un infarto al recibirlo, en el balcón, un lobo macho de casi un metro veinte de altura, con los ojos gélidos de color blancos y mostrando una fila de dientes afiladísimos.
Mientras decidía si correr para atrás (y esquivar milagrosamente dos pilares y un cordón contenedor de agua) o tirarse del balcón, se acercó desde atrás de un pilar exterior una chica pelirroja que tocó al lobo como si lo perteneciera.
((Este sería el pié para que postees Rekyem.!XDD))