Jun 04, 2008 20:06
lunes 2 de junio de 2008
Sentada en la sala de espera de un hospital, trataba de concentrarme en unas copias y notas que había llevado - supuestamente- para estudiar.
El cuarto que estaba enfrente de la pequeña - pequeñísima- sala de espera - que constaba de un sólo sillón- estaba siendo limpiado por una extraña señora que me miró con los ojos entrecerrados mientras recogía sus cosas y salía. Por unos minutos pensé que alguien iba a ocupar el cuarto cuando, en eso, una enfermera con sábanas en los brazos entró y comenzó a tender la cama.
La enfermera comenzó a silbar.
Alcé los ojos y le eché una mirada tenebrosa, que creo no hizo mucho efecto porque siguió silbando como si nada. Mi abuela, en el cuarto de enfrente, dormía, por lo que mi urgencia a que se callara se incrementó cuando otra enfermera entró en el cuarto y le expresó a la otra enfermera que le iba a ayudar.
¡Me lleva! - pensé mientras meneaba de izquierda a derecha la cabeza, esperando que vieran ese gesto de "oh, cállense por favor, ¿que no ven en dónde estamos?" y que por fin pudiera concentrarme en mis copias y mi abuela dormir tranquilamente.
No. No se callaron. De hecho, comenzaron a chismear en un tono de voz cada vez más y más alto, mis miradas tenebrosas se convirtieron en fulminantes, casi creí ver una aura oscurosa combatir al de las atolondradas enfermeras que de repente... ¡comenzaron a cantar!
Me desesperé, iba a levantarme del sillón cuando escuché que la tía que estaba cuidando a mi abuela comenzaba a abrir la puerta del cuarto. Ora sí, pensé, se les va a armar.
Mi tía tomó uno de los floreros que estaba en una mini mesita al lado del sillón y lo estrelló en el cuarto de enfrente, las enfermeras gritaron... y se hizo el silencio.
Ay.
Ojalá así hubiera sido.
Pero no. De hecho, tomó una katakana y mató a las insufribles enfermeras una por una. ¡La sangre salía a borbotones! Waaaaaaaaaahahahaahahaha.
...
Mmm. No. Tampoco.
Actually, mi querida tía sólo se asomó, me vio y se volvió a meter murmurando algo así como "no hagas tanto ruido".
Puse mis copias a un costado, estaba a punto de lanzarme como señorita educada al cuarto de las escandalosas cuando una de las enfermeras le dijo sonriendo a la otra "oye, como que nos hace falta música", y la otra con voz igualmente alegre le respondió "sí, ¿por qué estará tan bajo el radio?"
¡Por que estamos en un puto hospital!... quise gritar.
Y no pude.
Luego, cerraron el cuarto y se fueron tan campantes como habían venido, dejándome con mi ira a medias... que luego fui a descargar en la administración. Pero no me hicieron mucho caso.
De hecho, le subieron más al volumen del radio.
Snif.
family,
zambomba,
trivialidades,
on shock