#16
Título: Diplomacia
Fandom: Axis Powers Hetalia
Claim: España/Romano
Warnings: Ninguna
-“¿Por qué tengo que ponerme esto?”- inquiere Romano en voz alta, tratando de mirarse al espejo. Tiene un mohín en el rostro y el estómago revuelto, porque piensa que vestirse así es estúpido -aunque secretamente le guste- y no entiende por qué debería lavarse la cara y las manos, y tratar de peinarse bien.
-“Te lo he dicho ya, Romano.”- responde España, a su vez, mientras le acomoda el moño de la corbata con los dedos por tercera vez. -“Iremos a ver a la reina, así que por favor, compórtate… ¿Está bien? Será sólo un rato.”
-“¿Y por qué tenemos que ir a ver a la reina?”
-“Quiere conocerte.”
-“¿Por qué querría una reina conocerme?”
España guarda silencio por unos segundos y en consecuencia también Italia deja de balancearse sobre sus talones. Una sonrisa se desliza por sus labios a la vez que levanta su mano para acariciarle los cabellos.
-“Porque eres muy mono, y me haces muy feliz. ¿Te parece bien?”
Las mejillas suavecitas y redondas del pequeño italiano se encienden bruscamente, y le pone un rostro que claramente dice que no lo está.
-“Anda, Romano~ Es sólo un ratito, ¿sí? Así, chiquitito,”- y levanta sus manos para marcar la supuesta duración del intervalo temporal en que se encontrarán ahí. -“una vez que vea lo lindo que eres y me dé su aprobación, podremos volver a casa y comer. O dormir. O lo que sea que quieras hacer.”
-“¿Podremos cenar pasta?”
-“Si eso es lo que tú quieres, no veo por qué no.”
Entonces finalmente el chiquillo asiente y se queda quieto, mientras el español termina por fin de hacerle el moño que esta vez no deshará. Si tiene pasta para la cena, y el estúpido bastardo hará lo que él quiera, piensa, todo eso de la diplomacia puede que no esté tan mal.
Fandom: Axis Powers Hetalia
Claim: España/Romano
Warnings: Ninguna
-“¿Por qué tengo que ponerme esto?”- inquiere Romano en voz alta, tratando de mirarse al espejo. Tiene un mohín en el rostro y el estómago revuelto, porque piensa que vestirse así es estúpido -aunque secretamente le guste- y no entiende por qué debería lavarse la cara y las manos, y tratar de peinarse bien.
-“Te lo he dicho ya, Romano.”- responde España, a su vez, mientras le acomoda el moño de la corbata con los dedos por tercera vez. -“Iremos a ver a la reina, así que por favor, compórtate… ¿Está bien? Será sólo un rato.”
-“¿Y por qué tenemos que ir a ver a la reina?”
-“Quiere conocerte.”
-“¿Por qué querría una reina conocerme?”
España guarda silencio por unos segundos y en consecuencia también Italia deja de balancearse sobre sus talones. Una sonrisa se desliza por sus labios a la vez que levanta su mano para acariciarle los cabellos.
-“Porque eres muy mono, y me haces muy feliz. ¿Te parece bien?”
Las mejillas suavecitas y redondas del pequeño italiano se encienden bruscamente, y le pone un rostro que claramente dice que no lo está.
-“Anda, Romano~ Es sólo un ratito, ¿sí? Así, chiquitito,”- y levanta sus manos para marcar la supuesta duración del intervalo temporal en que se encontrarán ahí. -“una vez que vea lo lindo que eres y me dé su aprobación, podremos volver a casa y comer. O dormir. O lo que sea que quieras hacer.”
-“¿Podremos cenar pasta?”
-“Si eso es lo que tú quieres, no veo por qué no.”
Entonces finalmente el chiquillo asiente y se queda quieto, mientras el español termina por fin de hacerle el moño que esta vez no deshará. Si tiene pasta para la cena, y el estúpido bastardo hará lo que él quiera, piensa, todo eso de la diplomacia puede que no esté tan mal.