bruner random

Nov 05, 2010 06:03

VII. EL GIRO HACIA LA MENTE
Durante aquella época “pensar” no era un tema de la “corriente principal” de la psicología. Demasiado mentalista, demasiado subjetivo, demasiado cambiante. Köhler estudio la “solución de problemas” con chimpancés, lo llamó insight, pero tuvo que explicarlo con la tradicional teoría del aprendizaje.
De lo que trataba la mayor parte sobre “pensamiento” era de silogismos, o de resolver problemas a la manera de Köhler. “Todo x es y”. Se enfocaban las formas del error humano: el error lógico o ¿Era lingüístico? La bibliografía consagrada a resolver problemas se debía principalmente a Max Wertheimer, que había fundado la psicología de la Gestalt junto con Köhler. Se llegó a la conclusión de que la solución de problemas y el pensamiento requerían una “estructuración” de las tareas. Cuando Bruner estudiaba el posgrado el libro la “Psicología experimental” de Woodworth era la sensación, con pagi9nas dedicadas al pensamiento, procesos cognitivos, habla e idioma.
Los principios de la historia de los estudios cognoscitivos están llenos de hábiles trucos, convenciones de procedimientos en c.g.s este requerimiento hizo que los psicólogos cognoscitivos norteamericanos se mostraran más listos de lo que de otro modo hubiese parecido.
La “cronometría mental” Es más antigua que la psicología. Su meta es medir el tiempo que toman ciertos procesos mentales. Posner y Shulman se encontraban tan impresionados que colocaron a Donders entre los cuatro “padres fundadores” de la ciencia cognoscitiva (siendo los otros tres Oswald Kulp, Herbert Simon y Bruner) “Su idea básica fue presuponer que el tiempo transcurrido entre estímulo y respuesta podía dividirse en una serie de etapas, cada una de las cuales añadía un componente al tiempo general de reacción”. Nos da un ejemplo de la luz, ¿Cuánto tarda un sujeto en reaccionar ante el estimulo de una luz y hacer la elección de que si esa luz es blanca o de color? Esa idea era sumamente atractiva, aunque causo pesares y confusiones en la psicología. Presupone que los procesos mentales componentes son sucesivos y ordenados, lo más grave es que no toma en cuenta el contexto, y puede que así ocurra en la mayor parte de la historia del pensamiento.
Bruner confiesa que estuvo a punto de emplear la “cronometría mental” para llegar a los procesos de inferencia. Otro giro que lo atrajo fue la “realización conceptual”. Es objetivamente impecable, lo que pide es que el sujeto diga si un estimulo “pertenece” a una clase particular o no, el pertenecer a una clase es cuestión de regla, de una regla que está en la mente del observador. El “problema de la categoría” tiene un linaje filosófico. A Bruner le pareció posible

que el paso de lo particular a lo general fuese la etapa inicial del viaje más allá de la información dada.
Durante su último año de escuela en 1932 ocurrieron muchos hechos, como la publicación de libros importantes para él, premios nobel a grandes personajes. Entre las publicaciones más importantes fue la de Zeitgeist Frederick Barlett, y Edward Tolman. Para Barlett el problema de la memoria era el problema de la memoria era el problema de la organización, de cómo la experiencia vivida se organiza en un “esquema” y este representa al mundo de manera que la memoria resulta recuperable y utilizable. La memoria no estaba “establecida” de una vez por todas, sino que podía “invertirse” y ser reorganizada en cualquier momento, era esencialmente dinámica. El motor que impelía la empresa era “el esfuerzo por el significado”. Estaba constantemente en acción: eligiendo, subrayando, reconciliando.
La forma más clara para abrazar el mentalismo en aquella época conductista era ocultarlo bajo la teoría del aprendizaje.
Tolman se llamaba a sí mismo teórico del aprendizaje “cognoscitivo”, estaba libre de todo dogmatismo y bajo un asombroso experimento enfoco la insuficiencia del conductismo y añadió un nuevo propósito “similar a la mente”. Ejemplo de Recompensa y castigo. Ley del efecto. Tolman tenía, dos poderosas ideas. La 1° era el propósito de “heurístico” Para él el propósito suponía que el comportamiento se organiza en secuencias de medios-fines y que es “dócil” o sensible a las relaciones de medios-fines. Buscamos medios para alcanzar fines.
Recabamos conocimiento y luego lo empleamos para llegar a nuestras metas, el aprendizaje no sigue el modelo de un conmutador, es más bien como un cuarto de mapas: llega el conocimiento, se organiza y se planea, esto para guiar la acción a las metas. El conocimiento se basa en la experiencia pasada; la conducta se basa en el conocimiento, la experiencia pasada no afecta a la acción sino que la remodela.
Tanto Tolman como Barlett le dieron a Bruner lo que necesitaba para lanzarse al estudio de cómo el pensamiento nos lleva más allá de la información dada.
Mientras Bruner se encontraba en el Instituto de Estudios Avanzados vivió tiempos enriquecedores, y escribió a McGeorge Bundy para preguntar si podía darle un nuevo alojamiento, se le dio una casa victoriana donde nació en 1952 el Proyecto Cognición, con seminarios los jueves, así se abrió paso hacia el “problema de la categoría”.

Nos valemos de diversos recursos heurísticos o “trucos” como ayuda para razonar, había pocos estudios sobre los procesos psicológicos, Piaget y Vigotsky fueron los más interesados. Bruner decía que si se quería estudiar cómo piensa le gente, entonces se les debía dar una tarea que le permitiera pensar, sin ocultar nada.
No hay que observar la respuesta en un tiempo sino observar la sucesión de pasos por los que se llega a dicha respuesta.
A mediados de los 50s Simon empezaba a investigar la simulación por computadora de la resolución de problemas lógicos yambos creían que su labor era totalmente diferente. Bruner escribe un artículo llamado “más allá de la información dada” donde trataba de explicar la existencia de la inteligencia y que esta saltaba por encima de la percepción. Depende de un sistema de codificación, fue una versión cruda de la “revolución cognoscitiva”. En aquel simposio donde se dio a conocer este artículo también se dieron a conocer otros como la teoría de la atribución, la reducción de la disonancia y el análisis del pensamiento inteligente. (Experimento de las 81 tarjetas) y (experimento de las tarjetas con imágenes).
Más adelante después de un libro publicado y buenas críticas hacia él se dio un segundo simposio donde Miller escribió que la psicología experimental, la lingüística teórica y la simulación computada de los procesos cognoscitivos eran piezas de un conjunto. Bruner recibió comentarios negativos sobre su estudio del pensamiento pues este era muy matemático y provocaba que le alejara de la psicología.
Junto con Georges, enviaron una carta a John Gardner para pedir un departamento que se llamaría “Centro de Estudios Cognoscitivos” pues en Harvard las cosas no iban bien, este sitio se les dio y acogieron a personas interesadas en el tema.
A pesar de todas las luchas, Bruner estaba convencido de que la psicología de la mente nunca podrá estar libre de la filosofía de la mente.

VIII. COMO EMPIEZA LA MENTE
El interés de Bruner por el desarrollo humano se originó por el interés en los niños, intrigado porque pensaba que al estudiar a estos se encontraría la forma más primitiva del pensamiento, pero ahora con el conocimiento con el contaba se dio cuenta que el ser humano, cualquiera que sea su edad, son formas completas de lo que son. La primera teoría del desarrollo que conoció fue la de la glándula

llamada “timo” encarda de amortiguar el alcance de la madurez sexual hasta que el organismo esté listo.
Años más tarde volvió a retomar el desarrollo del ser humano al asistir a conferencias que trataban ese tema, en Harvard nadie practicaba la psicología desarrollista, y salvo Freud y Piaget nadie tenía interés en el tema.
A Bruner le intereso lo que Freud decía acerca del desarrollo “Una excesiva indulgencia consigo mismo o una excesiva privación en cualquier etapa del desarrollo probablemente nos fijará allí” aunque también le pareció rígido e irreal el desarrollo como un viaje a través de las zonas erógenas.
Durante aquella época la mayoría de los psicólogos no aceptaban a la cultura como influyente de la personalidad. Lo que aparto a Bruner de “la teoría de la personalidad” es su manera descontextualizada de tratar los motivos y disposiciones, le faltan sentido del lugar y el medio.
Lo que más llamo su atención fue cuando 21 años transcurridos en lo que él conocía del desarrollo salió al escenario “la mente” como generadora de fantasías y defensora, Piaget y Vygotsky crearon ese interés.
EL objetivo de Piaget ha sido caracterizar la lógica subyacente que da coherencia al conocimiento, y hacerlo de manera tan formal y abstracta que la caracterización revele la profunda afinidad de todas las formas del pensamiento, salvo tal vez las artes.
El objetivo de Piaget fue analizar cómo la sociedad humana nos ofrecía instrumentos para dar poderes a la mente del individuo.
Piaget fue un epistemólogo de la genética y estaba convencido de que estudiando el desarrollo de la mente del niño se podía seguir la evolución de las ciencias. Para Piaget el niño es apacible y solitario. Para Vigotsky es todo lo contrario el niño estaba lleno de consciencia realizadora y control voluntario de aprender a hablar y después descubrir el significado.
Mientras Bruner resolvía los problemas en su matrimonio comenzó a trabajar en el desarrollo del pensamiento, concentrándose en cómo los niños aprenden a llegar más allá de la información dada. El Centro de Orientación tenia niños con logros incompletos y fue con ellos que realizaron sus investigaciones sobre como pensaban los niños. (Experimento de la jarra de agua).
Para Bruner los seres humanos representan su conocimiento del mundo en tres formas: Sabiendo que hacer. Una segunda, por medio de imágenes: descripción

de acontecimientos y relaciones. Por último “conoceremos” las cosas representándolas en un sistema simbólico, como el del lenguaje o las matemáticas.
Cuando Bruner visitó Muscú se encontró con Alexander Romanovich Kuria con quien mas se enviaría cartas, libros, publicaciones, etc. En 1960 Luria visito los Estados Unidosy se quedó en Cambridge durante una semana. Luria y sus estudiantes trabajaron arduamente en experimentos para demostrar que el idioma daba a los niños los medios de alcanzar el poder y el autocontrol sobre los mundos de los estimulos externos y los impulsos internos. Despues, una vez organizado el lenguaje, podía resolver problemas convirtiéndolos en un lenguaje sobre el cual podían entonces operar (ejemplo de los colores y el avión).
Durante aquella época Bruner era llamado “la mayor autoridad en edcuacion desde John Dewey”, formaba parte del Pánel de Educacion del Comité Presidencial de Asesores de Ciencia y trabajaba formando un nuevo programa escolar de estudios sociales.
Tuvo contacto con bebés al hacer un experimento para medir su ritmo cardiaco o respiración y lo que encontraran seria el indicador de algún estado interno de la mente. Berry Brazelton le dio un curso sobre cómo eran realmente los niños. Al año siguiente Brazelton se acercó al Centro de Estudios Cognoscitivos. Aprovecharon el chupeteo de los bebés para medirlos y así tener un conocimiento sobre lo que ocurría en su mente para controlar al ambiente dependiendo de la intensidad de este. (Experimento del niño chupeteando y la focalización de una imagen).
Parte de la dificultad del niño es tratar de controlar su nivel de despertar o activación. Es lábil: se vuelve hiperactivo, frustrado o abrumado de fatiga.
Los descubrimientos sobre esta investigación trajeron buenas críticas hacia el trabajo y otras no tan buenas hacia el propio Bruner. Sus trabajos fueron publicados en primera plana de importantes prensas.
En aquella época se encontraba el movimiento femenil, por lo que el Centro de Estudios Cognoscitivos tenía su propio grupo femenino y varias de sus miembros ayudaron a establecer la nueva guardería Diurna de la Universidad, en Harvard.
La pregunta, pues, no es cuándo ni dónde empieza la mente. La mente en alguna forma siempre está ahí lo que significa que; antes bien, ña pregunta es acerca de las condiciones que producen mentes humanas más ricas, más fuertes, más confiadas.

IX. EL MUNDO Y LAS PALABRAS
El interés de Bruner en el lenguaje empezó por un interés en su repercusión sobre la mente: el lenguaje como instrumento de la mente.
Empezando por la teoría de Sir Frederic Barlett los “esquemas”.
Roger Brown dio una conferencia sobre el lenguaje y nombro a Whorf, utilizando du “hipótesis”, donde le daba une versión fuerte y una débil al lenguaje. La fuerte afirmaba que el lenguaje era el molde en que se vertía el pensamiento y la débil era una especie de “hipótesis de codificabilidad”: los conceptos e ideas que más fácilmente se codificaban en un lenguaje particular eran precisamente los mismos que serían fáciles de recordar, utiliza y de absorber por la cultura. Bruner se resisitia a la versión fuerte, le parecía absurda.
Según Vigotsky el lenguaje se convertía primero en instrumento y después en medio de pensamiento. La mayoría de la generación de Bruner se habían creado con dos modos de pensamiento lógico: el analítico y el sintético.
Las explicaciones el lenguaje dadas por la teoría del aprendizaje quedó expuesto como una especia de escoria antintelectual.
Lo que intereso a Bruner del lenguaje de Noam fue la naturaleza activa de la mente y el cerebro para estructurar frases sustantivas, verbales y sus uniones naturales. El lenguaje considerado de esta manera debía existir, en alguna forma desde el principio. El nativismo estaba levantando la cabeza.
Se realizaron experimentos de oraciones y como estas podían transformarse o combinarse. George utilizó la cronometría mental para saber cuánto tiempo era requerido para ser comprendía. Los principios gramaticales parecían estar operando no sólo en la mente del gramático sino también en la mente del usuario del lenguaje.
Noam Chomsky escribió un libro en contra de cronometrar la comprensión, Peter Watson criticó que para comprender se dependía del uso de la frase.
Para Jakobson la gramática no sólo era un sistema formal o lógico, sino un sistema que cumplía con diferentes usos: “marcaba” el énfasis, refería, mandaba y hasta se podía hacer volver reflexivamente sobre sí mismo.
La razón de que los bebés no hablen antes, no solo consiste en que les faltan las capacidades, sino que no saben lo bastante acerca de la palabra, acerca de los demás y de sí mismos para apreciar cómo deben usarse las reglas del lenguaje.
No se adquiere el lenguaje en abstracto: se aprende cómo usarlo, se usa para comunicarse y poner en orden los acontecimientos, para construir realidades.
Muchos autores comenzaron a investigar sobre el lenguaje, principalmente en los niños, enriqueciendo aun más los 70s.
(Experimento de la madre con sus hijos). Si los niños pequeños descubren objetos que sus padres miran, siguiendo su mirada entonces la realización de la referencia. “lingüística” conjunta sería mucho más fácil; vincular un sonido o un gesto con un objeto mirado por ambos simultáneamente.
El nivel cultural de los padres afecta profundamente lo bien, rica y abstractamente que hablarán sus hijos. No solo la gramática de las frases sino el discurso, el dialogo, la capacidad de interpretar el lenguaje escrito y hablado.
Bruner llegó a la conclusión de que la necesidad de emplear el lenguaje, plenamente como instrumento para participar en una cultura compleja es lo que aporta el motor para la adquisición del lenguaje.
A mediados de los setenta Bruner aceptó la presidencia del Comité Asesor Científico del “Grupo de estudio” Max Planck de Psicolingüística.
Bruner termina esta parte del lenguaje que es imposible hacer un mapa lingüístico completo; pues no se puede agotar el tema estudiando el lenguaje simplemente como un sistema de símbolos con su estructura esencial o simplemente en cualquier forma. El lenguaje es para emplearlo y los usos del lenguaje son tan variados y ricos que estudiarlo es estudiar el mundo.
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