-¿Por qué? -dijo Nezumi. -Ese parque está justo en medio de la ciudad, puede que sea un bosque pero aun así es artificial. Toda la vida salvaje es administrada y controlada por la ciudad, si una avispa parásita brotara de la nada, lo notarían.
-Es cierto, pero… de todos los lugares en la ciudad, el parque sería el ambiente más adecuado para que apareciera una nueva especie. Y hasta ahora todas las víctimas, incluyéndome, estaban en el parque cuando ocurrió. Por supuesto- -Shion dudó. -No sé si ha habido víctimas en otro sitio- pero creo que parte de la razón por la que la ciudad sospechó de mí fue porque los incidentes estaban concentrados en ese lugar, pero si ese fuera el caso-
-El monstruo debió haber nacido de alguna forma sin haber sido notado por los sistemas de control.
-Es plausible, ¿Cierto? Y además, el parque es donde muchas personas se reúnen.
-No hay escasez de hospederos, -dijo Nezumi sombríamente.
Era un parque diseñado hermosa y convenientemente por los ciudadanos. Si una especie que depredaba humanos en realidad lo habitaba, entonces-
-Primavera, -murmuró Shion.
-¿Primavera? -repitió Nezumi.
-Una vez que el invierno llegue, las avispas cesarán su actividad mientras entran en un estado de hibernación. Los huevos que ya fueron depositados probablemente pasaran el invierno así.
-Dentro del cuerpo de las personas.
-Sí. Y cuando llegue la primavera, serán capaces de reanudar sus actividades como un imago. Entonces saldrán todos al mismo tiempo. -En una temporada con abundante luz solar y florecimiento, una masa de avispas negras saldrían volando simultáneamente de los cuerpos de la gente. ¿Cuántas serían? ¿Cuántas personas serían sacrificadas?
-Tenemos que hacer algo.
-¿Y cómo vas a “hacer algo” al respecto? -contestó Nezumi francamente. -Ni siquiera pienses en regresar a la ciudad, serías asesinado. Eres un aficionado, no puedes sacar algún truco fantasioso escabulléndote bajo la vigilancia. Diez a uno, tan pronto como pongas un pie en la ciudad, te dispararán. No tienes una carta ganadora bajo la manga, lo sabes.
-De hecho- creo que podríamos.
Nezumi estrechó los ojos.
-Sobreviví al ataque de la avispa, hay una oportunidad de que haya desarrollado anticuerpos resistentes a la toxina. Si los tengo, entonces sería posible extraer un suero de mi sangre.
Nezumi le lanzó una mirada horrorizada a Shion y encogió exageradamente los hombros.
-¿Y entonces qué vas a hacer? ¿Ir danzando dentro del Departamento de Salud de la ciudad y decir “Por favor, revisen mi sangre. Y si gustan, por favor saquen un suero de ella”? Eso es idiota, seguramente ellos te sacarán toda la sangre y la tirarán a la basura junto con el resto de basura orgánica. Seguro, lo que dices es impresionante, pero ¿Estás preparado para arriesgarte a perder la vida por esa gente?
-No quiero morir.
-Entonces no pienses en cosas inútiles. Tengas anticuerpos o no, una vez que seas capturado, de todas formas te asesinarán. Sólo es cuestión de qué tan pronto.
-Entonces ¿Qué debería hacer?
-No hacer nada. Sólo deja que ellos se defiendan a sí mismos.
Shion levantó la cara.
-¿Dejarlos? -preguntó silenciosamente.
-Sí. Que magnífico escenario sería ese, -se burló Nezumi. -Puedes observar la Ciudad Sagrada desmoronarse hasta caer en ruinas, brillando en la luz de primavera. Y tendrás el mejor asiento del lugar.
-¡Nezumi!- Shion levantó la voz bruscamente.
-Wow, no me arrojes agua de nuevo.
-¿Tienes la impresión que el Bloque Oeste está a salvo? -dijo sin creerlo. -Somos seres humanos, igual que ellos. No sabemos cuando pueden atacarnos también.
Nezumi guardó silencio. Una sonrisa torcida jugueteó en sus labios.
-No somos iguales a ellos.
-¿Qué-
-La gente dentro de la ciudad definitivamente no ve a los residentes del Bloque Oeste como el mismo tipo de seres humanos. Aún no sabes la clase de lugar que es éste, ¿O sí? Éste es el tiradero de basura de la Ciudad Sagrada. No. 6 ha prosperado arrojando aquí todo lo que no quiere; deberías echar un buen vistazo y verlo por ti mismo.
-Nezumi…
-Es sólo una corazonada, pero escucha, -continuó. -Ese monstruo probablemente sólo va a escoger a los residentes de No. 6 como sus hospederos- la gente que ha arrojado toda la suciedad a las manos de otros para vivir en ese ambiente perfectamente higiénico, bien alimentado y de excelente salud. El señor Monstruo tiene gusto gourmet.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-No tengo idea de la biología de los insectos, Shion. Pero probablemente estoy en lo cierto al suponer que cualquier abeja, avispa, hormiga o saltamontes aparecerá principalmente en lugares donde hay más comida. En términos de densidad de población, nosotros somos más que en la ciudad, pero ¿Ves alguna señal de monstruos aquí? No. Lo que significa que simplemente aquí no hay víctimas, no hay hospederos. ¿Cierto?
Shion se quedó sin palabras. Sus pensamientos se enredaban, y había un dolor sordo punzando en su nuca. La mano de Nezumi tocó su mejilla.
-Lo siento- -dijo con suavidad. -No tenía intención de hacerte sentir mal. Lo olvide. Eres del otro lado, del lado interior del muro.
-No entiendo lo que quieres decir con interior y exterior.
-Por supuesto que no lo entiendes, -dijo Nezumi gentilmente. -Es normal. Ustedes probablemente nunca intentaron entender qué sucedía fuera de sus muros, ¿O sí? Seguramente ni siquiera tenían curiosidad al respecto. Personas inconscientes, arrogantes, dichosas… Pero tú, pobrecito, -murmuró. -Has caído de ese pedestal.
Lo que significa que ya no puedo ser inconsciente, arrogante o dichoso. ¿Eso es lo que quieres decir? Shion dejó que su mirada hablara por él mientras miraba a Nezumi a los ojos.
Si la arrogancia es no saber nada y nunca intentar saber, y si mi dichosa vida hasta ahora ha sido construida sobre esta arrogancia, entonces claro, no me importa deshacerme de todo eso. Caer de mi pedestal sería lo mejor que pudo haberme pasado.
-Nezumi, -dijo ecuánime.
-¿Mm?
-Quiero saber la verdad. Quiero saber qué es real, qué le está sucediendo a este mundo en el que vivo. Quiero ver su verdadero rostro.
Nezumi encogió los hombros y le lanzó una sonrisa torcida.
-Que palabras tan juveniles.
-Tenemos la misma edad.
-Yo tengo más experiencia en la vida que tú. Caray, no conozco a nadie más que pronunciaría una frase tan vergonzosa como “Quiero saber la verdad”; excepto Hamlet, tal vez.
-¿Quién es ese?
-Un príncipe de Dinamarca. Creo que deberías compensar esa falta de conocimientos antes de intentar saber la verdad, realmente no sabes casi nada sobre los clásicos, ¿Eh?
-Bueno, nunca los he necesitado antes… -Shion frunció el ceño. -Las Artes no son muy alentadas, así que…
Nezumi alcanzó los estantes y sacó dos libros.
-Si lo que dices es cierto, entonces una vez que llegue el invierno, el alboroto se calmará; lo que significa que tenemos un aplazamiento hasta la primavera.
-Probablemente.
-Entonces no es necesario excitarse, -dijo alegremente. -Nada resultará de ello. Así que hasta que te recuperes y estés lo suficientemente bien para desplazarte, puedes leerle estos.
-¿Leerle?
Un ratón café subió a la rodilla de Shion, y se levantó sobre sus patas traseras.
-Él ama Macbeth. El otro es Fausto. ¿Alguna vez has oído de él?
-No.
Nezumi hizo una mueca y lanzó un exagerado suspiro.
“No lo conseguiréis con todos vuestros afanes si no lo
sentís, si ello no surge de vuestra alma y con encanto muy
poderoso y sostenido no subyuga los corazones de todo el
auditorio. Ya podéis estar siempre clavado en una silla,” [2]
-Así va. Deberías darle un descanso a tu cerebro y ponerte a entrenar tu alma. Tu Mamá solía leerte, ¿Cierto?
-Sí.
El ratón chilló insistentemente.
-Oh, cierto. Hablando de Mamá, tengo un mensaje de su parte. Casi lo olvido.
-¿Eh?
Un ligero color apareció en las mejillas de Nezumi mientras volteaba obstinadamente a un lado.
-Bueno, ya que te las arreglaste para no morir… Me imaginé que no haría daño decirle ahora a tu madre que estabas aquí.
-¿Fuiste a ver a mi madre?
-Yo no, -dijo bruscamente, -Permanecí en el túnel subterráneo. Este chico…
El ratón café ladeó la cabeza.
--Él fue en mi lugar, con la nota en su boca. Uno de los trucos más viejos del manual, pero sorprendentemente, pasó la vigilancia sin ser notado.
-Gracias.
-No hagas eso. -Nezumi hizo una mueca. -No me muestres esa mirada de ojos llorosos. ¿No estás un poco avergonzado?
-Le hablaba al ratoncito.
-Oh- bueno, entonces.
Shion realmente estaba agradecido. Ahora que sabía lo difícil que era pasar el muro, agradecía desde el fondo de su corazón que Nezumi hubiera tomado de nuevo el mismo riesgo sólo para enviarle el mensaje a su madre. Así que esto es lo que significa aumentar tu conocimiento.
-Tu mamá tiene agallas, -remarcó Nezumi, -Se las arregló para mandarme una respuesta sin ser atrapada.- Nezumi le lanzó un pedazo de papel enrollado del tamaño de la mitad de su dedo. Había un mensaje garabateado que apenas podía leer.
-¿Qué significa eso? -Él y Nezumi se miraron con desconcierto.
-Es una carta que tu Mamá le escribe a su amado hijo, -dijo Nezumi. -¿No tienes ni idea de qué puede significar?
-Realmente no, -contestó Shion dudoso. -“K” probablemente se refiere al nombre de mi madre, ¿Pero esto…”no estoy segura”…?
-Probablemente es una dirección. No que los números de edificio sirvan de algo aquí… Edificio de Información, eh. Supongo que lo investigaré.
-Así que debe significar que mi madre conoce a alguien que vive en el Bloque Oeste. - Era una sorpresa para él. Nunca había oído de Karan absolutamente ninguna palabra sobre alguien que viviera allí. Nezumi chasqueó los dedos con elegancia.
-Oh- ya sé.
-¿Eh?
-Tal vez él sea tu padre.
-Gran posibilidad, -repuso Shion. -Mira quien es el que ha leído demasiadas historias. ¿No estás un poco avergonzado?
Nezumi chasqueó la lengua con desilusión.
-Estás mejorando en tus réplicas.- Pero, bueno, supongo que tienes razón. Es un guion típico de melodrama barato. La reunión lacrimosa de un padre e hijo después de dieciséis años de separación. -La voz de Nezumi se volvió profunda y ronca.
-Te he extrañado, hijo.
-Yo también, Padre. -Shion se dejó envolver en los brazos abiertos de Nezumi. Éstos rodearon su espalda. Era cálido. Durante un instante, el toque frío del cadáver de Yamase regresó a su mente, pero aquí había calidez que quería recordar, no esa frialdad; y Shion se juró nunca olvidar el calor del cuerpo que estaba en sus brazos. Deseó que todos los seres, incluido él mismo, pudieran continuar siendo seres vivos; no quería que su vida le fuera arrancada injustamente. Pudo sentirlo - el placer de vivir, respirar y poseer un cuerpo de carne cálida- empapada en las profundidades de su interior. Nezumi se separó gentilmente.
-Estás mejorando en entender las señales, -dijo con aprobación.
-Lo sé. He avanzado mucho en tan poco tiempo, ¿No te parece?
-Que pupilo tan excelente, ¿Entonces podemos irnos?
-¿A dónde?
-Afuera.
Afuera había caído la oscuridad. Allí en el Bloque Oeste, la noche y la completa oscuridad parecían sinónimas. Un viento frío golpeó la piel de Shion.
-Mira,- Nezumi apuntó. No. 6 estaba esculpida en la oscuridad, bañada en luz mientras resplandecía en la distancia.
-Siempre brilla de esa forma, de madrugada, día y noche. Bonito, ¿No?
-Sí.
-Pero donde vas a vivir desde ahora es aquí. - El terreno estaba hundido en la oscuridad, con algunas luces escasas repartidas aquí y allá. Ardían tristemente, y hacían que la oscuridad de alrededor pareciera incluso color negro tinta. Las nubes arriba la quebraban, y la luna se asomaba detrás de ellas. Era luna creciente; una franja delgada, casi como una uña cortada, flotando en el cielo vacío.
Nezumi se agachó para recoger algo.
-Mira esto. -Era una avispa muerta.
-Parece sólo una avispa normal.
-Tenías razón, parece que terminó la temporada de actividad de avispas.
-Para primavera… -La voz de Shion se desvaneció.
Era posible que la ciudad pudiera resistir de alguna forma hasta la primavera. Eso le daba un periodo de gracia de algunos meses hasta que la sentencia mortal cayera.
-Si eres serio respecto a combatir las avispas parásitas, no interferiré, -dijo Nezumi. -Pero si eso significa ayudar a No. 6, me retiraré.
-¿Sientes rencor contra No. 6?
No hubo respuesta. El viento sopló con mayor fuerza. Los doseles de encima crujieron y chirriaron mientras se balanceaban en la oscuridad.
-Shion.
-¿Mm?
-Esa ciudad donde naciste y creciste- es el parásito más grande.
-¿Eh?
-Se aferra al hospedero, succiona todos sus nutrientes y lo devora entero. Esa es la clase de ciudad que es: una Ciudad Parásita… ¿Entiendes lo que estoy diciendo?
-No.
-Lo descubrirás pronto. Dijiste que querías saber la verdad; pero una vez que la sepas, no serás capaz de retroceder. Si yo fuera tú, me prepararía.
-De todas formas ya he llegado demasiado lejos para retroceder, ¿No crees?
-Supongo.
La tranquila carcajada de Nezumi fue transportada por el viento. Su voz era seca y vacía, como para complementarla.
-Si descubres la verdad, y aun así quieres proteger No. 6-entonces,-
En la oscuridad, el rostro de Nezumi volteó hacia el suyo. Shion pudo sentir su mirada; casi podía ver la intensidad del gris de sus ojos.
-Entonces tú también eres mi enemigo.
Chico, está haciendo frío aquí fuera. Volvamos dentro. El tono de Nezumi era ligero. Era como si nada hubiera sucedido. Le dio la espalda a Shion y empezó a silbar mientras bajaba las escaleras.
-Nezumi.
El silbido se detuvo.
-Aún no me has dicho tu nombre.
-Nezumi es, y Nezumi será; con eso es suficiente.
-Pero no te queda. Y fue una promesa. Dijiste que me dirías tu nombre si sobrevivía.
Hubo una ligera risa, que de nuevo se convirtió rápidamente en un silbido. La puerta se cerró y el silencio se asentó en la oscuridad. Shion se quedó solo, clavado en su sitio. El viento acariciaba su cabello blanco; podía escuchar un perro ladrando en algún lugar a la distancia.
Observó la ciudad que resplandecía con la luz; la Ciudad Parásita; la ciudad cuyo nombre Nezumi había escupido con disgusto, era reluciente y hermosa.
Shion apartó los ojos de la luz y respiró profundamente.
Entonces descendió lentamente los escalones hacia la habitación subterránea.