Puntos, comas y ZzzZz.

May 07, 2008 20:52

Estos días, como ya no tengo las prácticas por la mañana, aunque debo un día, pero que nadie se chive, me marcho a las pinchomil para la cama (las pinchomil, para mí, son las 12 y media de la noche, no os creáis) y me levanto más tarde de lo que es normal para mí (a las 9 o 10 de la mañana), así que tengo el horario del sueño un poco alterado. Es que yo normalmente soy como las gallinas, en cuanto se esconde el sol -a veces incluso antes- ya ando cabeceando por las esquinas. Pero lo de hoy ha sido rarísimo. Esta noche he tenido un ataque brutal de insomnio (tan brutal como que no me ha empezado a entrar el sueño hasta las 8 y algo de la mañana) y lo he aprovechado para leer. Leer, sí, porque los apuntes de Médico V son tan aburridos. Así que me he acabado El Juego del Ángel, que ya lo tenía un poco olvidado desde el fin de semana, y me he leído Crepúsculo. Así, del tirón.

El primero me ha gustado, en general. Tuvo algún momento que otro un poco sub-realistas (como la pre- o se- o loquesea-cuela) y el final casi me lo tengo que volver a leer para poder creérmelo y entenderlo, para qué negarlo. Si tuviera que describirlo en una palabra sería raro. En serio. Sé que no me he dejado el cerebro seco pensándolo, pero es que ha sido un libro raro. Así como La Sombra del Viento me cautivó desde la primera linea, este me ha dejado un poco... no indiferente, pero vamos, que ha sido como un libro más.

Quizá me esperara que tuviese una relación con el anterior que no tiene. A parte de algunos muy pocos personajes comunes, de que toda la trama gira alrededor de un libro del Cementerio de los Libros Olvidados y de que las dos historias ocurren en Barcelona, no comparten nada más. Además (y esto es mi humilde opinión, que también puede ser que esté influenciada por las altas horas de la madrugada en las que lo leí) en alguna ocasión Zafón utiliza expresiones demasiado rebuscadas, ornamentadas. Repito, es mi humilde opinión, que no me las quiero dar de entendida o algo así.

Sin embargo, me gusta más David Martín de lo que me gustó Daniel Sempere. Mientras que Daniel era un chaval bonachón que se enfrentaba a la vida con cobardía, David es un madurito sinvergüenza que la enfrenta con sentido del humor. No quiero desvelaros mucho, tampoco, pero también David hace las veces de hermanita de la caridad (no tan exagerado, pero aún así) con quien acabará siendo su asistente.

A pesar de todo esto el único fallo al que creo realmente se le puede llamar así, según mi punto de vista, es la nonexistencia de un personaje que inundara los capítulos del sentido del humor que regalaba Fermín Romero de Torres, para servirle a usted. Sí, hay de vez en cuando alguna respuesta afilada, un par de personajes que utilizan muy bien el sarcasmo y la ironía pero faltaba la esencia. Esas frases tan trabajadas y divertidas que daba Fermín cada dos o tres párrafos en cada una de las escenas en las que aparecía. Para mi, le ha faltado eso.

Y como ahora estoy cansada (porque he puesto el despertador por la mañana para hoy tener sueño y dormirme a una hora decente) y tengo que seguir ensayando con los tacones otro rato (sí, tengo una boda el sábado y tengo que ensayar para saber andar en tacones, qué pasa?) pues dejo Crepúsculo para otro momento en el que tenga el día algo más sereno y las hormonas algo menos alteradas. Porque OMG!!!!! Edward Cullen!!! Sólo voy a decir eso.

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