Por fin la parte 2!! *corre por todos lados* Lo siento mucho por la tardanza. Pero al fin la terminé! (Aunque no esté tan larga n.n)
Espero que no esté muy enredado ni nada. Y que lo disfruten a pesar del tiempo que se tardó >.<
Douzo~
- - - - - - - - - - -
Supongo que la sorpresa de haberme visto a mí mismo muerto era demasiada, ya que me había quedado petrificado en el suelo, sin darme cuenta que la escena estaba cambiando otra vez, y que ahora un sol intenso me daba en la nuca.
Levanté mi rostro. ¿Dónde rayos estaba? Mire por todos lados…
Era un parque. Un pequeño parque al mediodía, cuando el sol está en su punto máximo.
¿Qué hacía toda esta gente aquí a esta hora? Yo nunca vendría al parque con este sol.
Pero eso no parecía importarles en lo absoluto, muchos incluso lo disfrutaban.
El señor que vendía los helados definitivamente estaba haciéndose de mucho dinero en estos momentos.
Sonreí. Este escenario era mucho mejor que el otro. Pero… No recordaba haber visto este lugar en mi vida, a diferencia de aquel lago…
Me levanté y observé el lugar.
Bien, estaba en un parque lleno de gente… ¿Qué se suponía que hacía aquí? ¿Qué iba a ver ahora?
Algo pasó de largo, atravesando mis pies. Era una pelota, rodó y rodó hasta golpear contra un árbol y detenerse.
La observé, ¿de dónde había venido?
Una pequeña figura pasó frente a mí, entonces, alguien pequeño y rechoncho corría a por la pelota debajo de este intenso sol.
La tomó y regresó con ella hasta el lugar de donde había venido.
Puse una mano sobre mi frente para bloquear un poco el fuerte sol que me daba directo en la cara, y lo vi.
Era Kazu. Tal y como lo recordaba, tal y como lo había conocido. Kazu, sosteniendo a un pequeño niño entre sus brazos. Los observé un momento…
¿Eh? ¿Acaso…?
No sé por qué no me sorprendí cuando pude ver aquel rostro.
Pequeño y de grandes mejillas, sus ojos adormilados y aquellos pequeños labios que formaban un pequeño puchero, ya familiar, pero que se veía mejor en él que en el otro.
Era yo, más pequeño, un pequeño bebé que jugaba en el parque con su pelota… Y Kazu.
¿Qué hacíamos Kazu y yo juntos? ¿Qué hacía un Kazu de tal vez unos 20 y tantos años junto a un Satoshi de al menos 4 años…?
Así que hasta ahora había conocido a dos Satoshis. ‘El otro Satoshi’ y ‘El pequeño Satoshi de 4 años’.
¿Cuántos más me faltaban por conocer? Lo que era más importante, ¿qué significaban tantos Satoshi?
Los observé mientras continuaban jugando. Sabía que de todas maneras no podían verme, así que caminé hasta el árbol más cercano y me dejé caer en el césped, bajo la refrescante sombra.
Me causaba mucha curiosidad esto de conocer a otros Satoshi y ver a Kazu interactuar con todos ellos, aunque no estaba del todo seguro que era lo que sucedía. De todas formas sentía que esto, por más traumatizante que fuera, era algún tipo de suerte.
¿Quién más ha tenido la posibilidad de verse a sí mismo hablando y caminando en un tipo de pasado o mundo paralelo?
Supongo que debo estar contento por esta oportunidad.
Analizando todo lo que ha pasado, creo que estoy siendo testigo de diferentes vidas. Diferentes vidas donde yo soy el personaje principal.
Recordé que hace mucho tiempo, Aiba había estado hablando, toda una semana entera, de un artículo que había visto en una revista. Se trataba de vidas pasadas. Yo no le había prestado atención en esos momentos, pero esto se parecía mucho a lo que recordaba de ese artículo.
Ese artículo decía que todos éramos vidas recicladas, personas que teníamos una línea de vidas y pasados, que todas esas vidas influían en nuestra personalidad de quienes éramos ahora. Pero… ¿No se suponía que debían tener otro aspecto físico? ¿Por qué estas se parecían tanto a mí?
Y lo más importante. ¿Por qué Kazu estaba envuelto en cada una de ellas?
“Es hora de volver a casa”
Me levanté de mi lugar al escuchar a Kazu hablarle al pequeño Satoshi.
“¿Ya?”
“Si, tus padres estarán ahí pronto”
El pequeño Satoshi bajó su vista y asintió. “Pero, Kazu hará la cena, ¿cierto?”
Kazu sonrió. “Claro”
Ambos comenzaron a caminar y yo los seguí de cerca. En realidad la casa del pequeño Satoshi no estaba tan lejos y pronto llegamos ahí.
El lugar de hecho era pequeño pero muy lindo. Kazu dejó a Satoshi en la sala frente a la pequeña mesa de té, junto con un libro de colorear mientras este se dirigía a hacer la cena.
“¿Qué quieres para cenar hoy, Satoshi?”
“¡Omurice de Kazu!” exclamó feliz el pequeño.
Sonreí, tenía tiempo que no me veía a mí mismo tan feliz.
Caminé hacia la cocina, dejando al pequeño Satoshi solo para poder observar más de cerca a Kazu.
Lucía igual que como lo recordaba, había una pequeña sonrisa en sus labios mientras cocinaba. Sonreí también.
Lo extrañaba tanto, extrañaba que me hablara, extrañaba verlo jugar videojuegos, extrañaba su presencia junto a mí.
No sabía cuánto tiempo llevaba aquí, pero me parecían siglos. Extrañaba estar con Kazu.
“Por cierto” Kazu depositó los platos sobre la mesa, haciendo a un lado los crayones y dibujos del pequeño Satoshi. Por Dios, tenía tanta hambre, lástima que no podía comer nada, no podía tocar nada en este mundo. “Debo recordarles a tus padres lo de la semana que viene, ¿cierto? Tendré que quedarme mucho más tarde para decírselos”
“¿Qué pasará la próxima semana?”
“¿No lo recuerdas? ¡Te lo dije! Me iré unos días por unos asuntos”
El pequeño Satoshi levantó la vista de su plato, asustado.
“¿Kazu se va?”
“Ya te lo había dicho. Solo por unos días”
“¿Qué pasará con Satoshi?”
“Estarás bien. Tus padres conseguirán otra persona que te cuide”
El pequeño parecía aterrorizado con la idea.
“¡No lo harán! Los papás de Satoshi no lo harán. Satoshi se quedará solo…”
“No es verdad. Ellos me dijeron que conseguirían a alguien. Te prometo que no se repetirá lo de la otra vez…”
Satoshi negó con su cabeza.
“¡Kazu se va a ir! Se irá y dejará a Satoshi solo como todos”
Se levantó y corrió lejos de ahí.
“¡Satoshi, ven aquí! Escúchame”
Se escuchó un portazo a lo lejos. No quise levantarme a ver. Esta no parecía una vida muy feliz para un niño de 4 años…
La escena comenzó a cambiar. Permanecí en mi lugar, esperando a que se materializara otra vez.
Esta vez me encontraba en un pasillo oscuro. No conocía este lugar, pero eso ya no era nuevo. Por lo general no conocía ninguno de los lugares en los que había estado.
Había una pequeña luz a la distancia. Parecía una habitación.
La luz no era muy brillante pero me dirigí a ella para saber dónde me encontraba. Tal vez podría ver por la ventana.
Caminar por este pasillo creaba una sensación extraña en mí, me sentía en una película de terror. El ambiente alrededor también era distinto.
Ya casi llegaba a la entrada de la habitación cuando escuche un llanto. Me paré en seco.
Algo dentro de mí me decía que no debía ver. Había una pequeña voz en mi cabeza gritándome que diera media vuelta y desapareciera. Pero, ¿A dónde debía ir? ¿Qué debía hacer? Yo solo era un alma que deambulaba por sus propios recuerdos.
Sin importar qué se encontrara al otro lado. No iba a poder dañarme.
Debí haber escuchado a esa voz.
Al momento en que miré dentro de esa habitación, deseé no haberlo hecho. Quería salir corriendo pero mis piernas no se movían, estaba plantado en el suelo. Aterrorizado.
Había sangre en toda la habitación. Las sabanas de un color azul de la cama casi estaban irreconocibles gracias a toda la sangre que escurría de ellas.
¿Qué demonios era esto?
Mi estómago comenzó a revolverse, sentía ganas de vomitar.
Pero aún no averiguaba de dónde provenía aquel llanto.
Me incline un poco para ver…
Mi boca se abrió en sorpresa al ver al pequeño Satoshi sobre esa cama llena de su propia sangre. ¿Qué demonios era todo esto?
¿Por qué tenía que venir a estos lugares y verme a mí mismo muerto?
Pero… el no lloraba. ¿Quién lo hacía entonces?
Al lado de la cama, en el suelo, estaba otra figura oculta en las sombras.
Kazu. ¿Por qué no estaba sorprendido?
Aquel llanto provenía de él. Kazu estaba llorando como nunca lo había visto llorar en toda mi vida. El de verdad lloraba.
De pronto, mis piernas volvieron a la vida y me di media vuelta, ahora comprendía todo esto.
Corrí para salir de ahí. No me importaba en donde estaba ni a donde iría, solo quería alejarme de todo este mundo.
Solo quería sentirme un poco lejos de todo este embrollo del que sabía que nunca podría salir en realidad…
No supe por cuanto tiempo corrí. Salí de aquella casa y continué corriendo por una calle que parecía no tener fin. La niebla había comenzado a acumularse a mi alrededor, pero yo solo la ignoré y continué corriendo… Solo quería escapar…
- - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Un poco corto ne? Lo siento, aunque quise hacerlo largo, la segunda parte en realidad no lo era tanto XD
En el siguiente capitulo ya será la parte feliz y entonces ustedes comprenderan toodo de este fic! (Ahora que ya vienen las Nino!Explicaciones XD)
Por cierto, les tengo una peque;a adivinanza! *wii~*
Quien adivine en que se parecen las muertes de los 3 Satoshi, yo les haré 20 icons de cualquier cosa que quieran! (Cualquier miembro de Arashi, pareja, o de lo que sea! :D) Especialmente para ustedes! Que, por qué? No lo sé! Estoy aburrida y tengo vacaciones XD QQ ya lo resolvió *todos la patean XD*
Hasta pronto! ;D Gracias por leer aun *chuu*