Titulo: Playing
Pareja: Juntoshi
Genero: AU, Fluff, SMUT
Clasificacion: R/NC17
Derechos: Ni siquiera Juntoshi se pertenece XP
Palabras: 3,348
Descripcion: ... No hay ?
Notas: Bueno... intente escribir algo bueno y fluff acompañado de un lemon ... pero cuando llegue a la parte del final se me hizo tan trabajoso escribir un buen final y que no se pasara de las 4000 palabras o iba a tener que publicarlo como otra cosa XD Asi que lo deje asi como quedo y por eso se llama asi n.n
Espero les guste
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Jun entró al club y tomó la primera bebida que pasara frente a sus ojos. Había tenido la peor semana de su vida, y para Matsumoto Jun eso ya era decir mucho. No solo porque el mismo creía que había tenido que soportar mucho más durante sus años de estudiante, era el mejor de su colegio y debía mantener un promedio, así que todas las semanas de exámenes eran una tortura para él. Más sin embargo, esta simple semana, que se suponía debía ser tranquila porque solo tendría varias reuniones y nada de trabajo extra, se había convertido en la peor. Y Jun tenía que admitir, que parte de eso era ocasionado por su novia, quien se había puesto en plan de reclamarle todo lo que hacía y lo que no hacía. Estaba comenzando a hartarlo por completo, si no fuera porque la amaba más de lo que detestaba sus quejas, tal vez ya hubiera terminado con ella.
Observó con detenimiento el lugar, eran las fiestas habituales que se hacían una o dos veces al mes en algún salón. Su propósito “principal” era traer a los empleados a relajarse, que si divirtieran un poco y convivieran con los demás (como si se llevaran tan bien). Pero, recientemente -Aunque Jun creía que era su propósito principal oculto- los empleados tomaban estas fiestas como una oportunidad para ser promovidos. Y claro, Jun estaba aquí porque su jefe quería presentarlo con otras personas, a pesar de que estaba arriesgando el pellejo.
A lo lejos, observó a Sho, cerca de unas mesas. A su lado, como siempre, estaba Nino. Jun sonrió, Nino era tan insistente y sin duda nunca iba a darse por vencido con Sho, era obvio que en estos momentos estaba intentando distraer a Sho de los preparativos y la comida.
Sakurai Sho era el encargado de la planeación de estas fiestas, no tenía un gran espíritu para hacer que las cosas quedaran a la perfección -Y habitualmente le pedía consejos a Jun-, era un poco torpe y se ponía nervioso fácilmente, aun así, hacía un gran trabajo con todo.
Jun se acercó a ellos lentamente, Nino enserio que estaba perdiendo su tiempo con todo, y a Jun le gustaba molestarlo, tal vez así pudiera desahogarse con alguien y liberar algunas frustraciones.
“Hola…”
“¡Ah! Junkun…” Sho levantó la vista de sus listas para saludarlo con una sonrisa.
“¿Qué haces aquí Matsumoto?” Nino como siempre.
Jun lo ignoró y tomó una galleta de un plato. “Mm… sabe bien”
“¿En serio?” Sho parecía complacido con el comentario.
“Hiciste un buen trabajo con esto”
“Todo fue gracias a tus consejos Junkun” Sho hizo una reverencia frente a él.
“Ya basta Shokun, no tienes que seguir alabándolo”
“Solo le agradezco por su ayuda” Sho murmuró mientras continuaba revisando sus listas.
Jun se acercó a Nino. “¿Enfadado porque vine a arruinar tu momento?”
Nino solo le lanzó la mirada asesina que no tenía ningún efecto en Jun.
“¿Por qué no te vas ya? Creí que tu jefe tenía que presentarte a otro tipo estúpido que te contratara”
“Solo son celos” Jun sonrió.
“Lárgate”
“No estamos en la oficina, ya no puedes mandarme”
“Mira…” Nino acababa de empezar con sus amenazas cuando Sho lo interrumpió.
“Por cierto, Junkun, pensé que no vendrías hoy”
“¿Eso por qué?” Nino se metió en la conversación.
“Lo escuché decir que había tenido una pésima semana…”
Jun asintió.
“Si es así… ¿Por qué no te vas?”
“Ya deja de molestarme…”
“¿Qué fue lo que pasó?” Sho parecía curioso.
“Rhina está enfadada conmigo. Cree que le doy mucha prioridad al trabajo y a ella nada. Me prohibió venir a esta fiesta. Lo más probable es que hoy sea el último día que me verán con vida chicos… Así que digan sus últimas palabras.”
“No creo que sea tan malo…”
Pero justo cuando Sho planeaba decir algo consolador, Nino pasó su brazo por los hombros de Jun, acercándose a él. “… ¿Puedo quedarme con tu auto?” Jun solo se alejó.
“No digas esas cosas Nino” Sho lo regañó.
“¿Qué? Me gusta su auto… Y ya que estará muerto no lo necesitará…”
“Creo que lo mejor es que hables con ella, lo comprenderá, arreglaran sus cosas y estarán juntos de nuevo otra vez, felices…”
“Eso es muy lindo Shochan”
“Se lo decía a Jun”
“Ya lo sé” Nino hizo una mueca. Sho siempre era cruel con él.
“Yo, sinceramente creo, que lo que Jun necesita es una distracción”
“¿Distracción de qué?”
“De sus problemas”
“¿Acaso no es lo que hace aquí ya?”
“Shokun…” Nino tomó la barbilla del mayor y lo obligo a que lo viera “Déjame terminar…”
Sho lo apartó molesto. Odiaba cuando Nino quería pasarse de listo.
“Bien, como decía. Necesitas una distracción…”
“¿Cómo cuál?” Jun no parecía interesado en el tema.
Nino miró a su alrededor, y después tomó el brazo de Jun, alejándolo del lugar donde estaba Sho.
“¿Qué haces?”
“Shh, no quiero que Sho se entere”
“¿Por qué no?”
“Porque lo quiero proteger de este tipo de cosas…”
“Aja… ¿y por eso vas a decírmelas a mi…?”
“Conozco a alguien te puede hacer sentir mejor…” Nino ignoró por completo su comentario.
“¿Alguien? ¿Quién?”
Nino volvió a tomar su brazo y a jalar de él, llevándolo a otro lugar.
“¿Conoces el departamento visual?”
“Si, los conozco todos…”
“Bien, ¿has oído hablar de un Ohno Satoshi?”
“No…”
“Él trabaja ahí…”
“¿Y qué tiene que ver eso conmigo?”
“El… te ayudara a que te sientas mejor…”
“¿Cómo?”
“Escucha, yo estuve con él la otra noche, y te digo que enserio ayuda…”
Jun frunció el ceño, procesando lo que Nino acababa de decirle.
… “¿Dormir con él?”
“Algo más que eso…”
“No voy a hacerlo Nino…”
“¿Por qué no?”
“Primera, porque no me gustan los hombres, y segunda, tengo una novia…”
“¿Y? No es como que te vayas a casar con él, ¿sabes?”
“No lo haré…”
“Confía en mí, ven…” Volvió a tomar el brazo del menor y lo jaló atravesando todo el salón. Hasta que llegaron a un salón más pequeño, donde había una barra para pedir bebidas. Junto a ella estaba un solo hombre, pequeño, delgado y su piel bronceada.
“¡Oh-chaaan!” Nino se acercó felizmente, llevando a Jun del brazo.
“Kazu, hola…” Ohno se levantó de su silla para saludar a Nino.
“¿Qué haces aquí?” preguntó Ohno.
“Siempre vengo a estas reuniones Ohchan…” había sarcasmo en la voz de Nino.
Jun solo sonrió y fue entonces cuando Ohno capto atención de que ahí estaba, y lo miró curioso.
“Ah, él es Matsumoto Jun… Lo conoces, ¿cierto?”
Ohno asintió, sorprendiendo a Jun.
“Departamento de Ventas, ¿o me equivoco?”
Jun asintió.
“Bien, él es Ohno Satoshi, como ya te había dicho. Matsumoto Jun, son grandes personas tienen muchas cosas en común, ahora conózcanse. Adiós”
Jun sonrió, Ohno le devolvió la sonrisa, pero el ambiente era algo tenso.
“Disculpa” Jun salió corriendo detrás de Nino y lo tomó del brazo.
“Esto no va a funcionar…”
“¿Eh?, ¿Por qué no?”
“Porque tú le gustas”
Nino río. “No créeme, ese no es el caso.” Y continúo su camino hasta donde Sho se encontraba.
Jun regresó al pequeño salón para encontrar a Ohno sentado en la misma silla observando su copa como si fuera lo más interesante del mundo. Y sinceramente, Jun no podía creer que este hombre durmiera con todo el mundo… no era posible.
Regresó a su lado y se sentó. “¿No ordenaras algo?” preguntó Ohno. “Ahora no”
El silencio era incomodo entre ellos de nuevo. “Matsumoto-san, ¿Nino te dijo algo sobre mí?” Jun lo miró confundido. “No” Ohno sonrió. “Que bien, Nino suele inventar cosas sobre mí…” El menor frunció el ceño, bueno, era costumbre de Nino hacer ese tipo de cosas.
“Ahh, Me muero de hambre…”
Jun sonrió ante la exclamación del otro. “En la mesa del gran salón hay bocadillos”
“Lo sé, pero no son suficiente para llenarme…”
“Tienes un gran apetito” comentó Jun con una sonrisa.
“No he comido desde las 9 de la mañana”
Jun observó como el mayor tomaba un poco de su copa. ‘Tiene unos lindos labios’, pensó sin querer.
“¿Tienes mucha hambre?”
“No sabes cuanta, me estoy muriendo” exclamó el mayor sonriendo,
“Ven conmigo”
Jun tomó su brazo y lo guió hasta llegar a las escaleras, las subieron corriendo, pararon hasta que llegaron a otra puerta.
“¿Dónde estamos?” Ohno parecía muy fuera de lugar.
“Entra” Jun abrió la puerta y ambos entraron a una sala oscura.
“¿Qué es esto?” Ohno estaba confundido. Las luces se encendieron de pronto. Era una gran cocina, y parecía estar completamente equipada para cocinar en cualquier momento.
“Esta es la cocina del lugar. Aquí es donde se preparan todos los platillos para las reuniones especiales. Pero en este tipo de reuniones no se usa”
Ohno parpadeo varias veces, luciendo confundido y asombrado a la vez.
“¿Cómo sabes todo esto?”
Jun sonrió. “Fui el encargado de escoger el lugar para estas y las demás reuniones. Lo conozco muy bien”
Ohno dio unos pasos hacía el frente, observando todo el lugar, Jun se rió por lo bajo. Probablemente era la primera vez de Ohno en una cocina así. El simple pensamiento le produjo un sentimiento de ternura intenso.
“Y… ¿qué hacemos aquí?”
“Dijiste que tenías hambre ¿no?”
“¿Eh?”
“Cocinare para ti”
Ohno lo miró sorprendido. “¿Hablas enserio?”
Jun asintió feliz.
“¿Qué tal cocinas?”
“Bueno, pues yo diría que bien, pero tú eres el juez”
Ohno sonrió. “Me alegra oír eso”
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Jun se dispuso a cocinar, mientras Ohno vagaba por el salón, abriendo cajones y revisando estantes. Después de unos minutos, Jun sirvió la cena.
“Wow, todo huele delicioso”
“Espero sepa tan bien como huele...”
“A puesto a que sí” Ohno lucía emocionado.
“Mmhh, esto enserio sabe bien”
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Jun tomó su copa y caminó hacía el pequeño balcón. Ohno ya estaba ahí, disfrutando de la vista y del aire fresco. El menor simplemente no podía creer que Ohno fuera la clase de persona que durmiera con cualquiera, y según el mayor, eso no era cierto.
Se acercó al lado de Ohno, ambos mirando hacia las luces de la ciudad. Jun simplemente no pudo resistir la curiosidad y decidió preguntarle: “Ohno-san…”
“Puedes decirme Satoshi”
“Está bien, Satoshi… Tu… ¿De verdad has dormido con Nino?”
Una pequeña risa salió de los labios del mayor.
“Sabía que Kazu te diría algo como eso… Si lo hice… Hace mucho…”
“¿De verdad?” Jun intentaba no lucir muy sorprendido, pero no lo estaba haciendo muy bien.
“Si… Escucha, Kazu y yo somos amigos desde hace muchos años”
Jun asintió, escuchando atentamente.
“Siempre hemos sido cercanos, pero cuando sus padres se divorciaron el… Simplemente se apegó a mí como goma de mascar. Lo hacía para no sentirse tan solo, su madre trabajaba todo el día. Y aunque no lo parezca, Kazu odia estar solo…”
Jun no estaba muy seguro de eso, Nino vivía diciéndole a todo mundo que se largara y lo dejaran en paz. Sin embargo, no dijo nada.
“Y… Creo que este tipo de cosas siempre pasan… Sobre todo con los buenos amigos… Cuando estábamos en preparatoria… Él creyó que se había enamorado de mí. Creo que eso fue porque siempre estuve a su lado… Y yo, no estaba muy seguro de mis sentimientos por Kazu, pero él es muy insistente y no se da por vencido tan fácil… Creo que me dejé llevar, me confundí con mis sentimientos… Y pasó. Un día en su casa mientras su mamá trabajaba… Pero después de eso, nos dimos cuenta que no estábamos hechos para estar juntos. No así, al menos…” Ohno parecía algo nostálgico cuando terminó su relato.
“Él dijo, que recientemente lo habían hecho, ¿eso también es mentira?”
Ohno rió. “Si pasó… Un día, desperté en un hotel a su lado… Pero la verdad no recuerdo y no quiero recordar”
“Y nunca… ¿Has sentido algo por él? Algo más que amistad”
“No, quiero mucho a Kazu, pero no así… No creas todo lo que te dice, le gusta inventar cosas”
Jun lo observó por un momento, una pequeña sonrisa en su rostro, sentía algo especial por este hombre. Por él, con quien se suponía que solo dormiría… Ohno le devolvió la mirada de pronto, se miraron a los ojos, y el mayor sonrió también. Jun no supo cuándo, pero en un instante, que podía ser comparado al latido del corazón, sus labios estaban sobre los dulces y suaves labios del mayor. Sus manos rodeaban su cintura y Ohno acariciaba su cabello lentamente. El beso pudo haber durado dos minutos, pero a Jun le parecieron días, días perfectos. Y se separaron… Ambos algo sonrojados…
“Lo siento…” Fue lo primero que salió de los labios del menor.
Ohno soltó una risita. “¿Por qué te disculpas? Eso estuvo muy bien…” no lo miraba, probablemente estaba avergonzado también. “Jun… Podríamos…”
Pero justo cuando Ohno comenzaba a hablar, el teléfono del menor comenzó a sonar. Era un mensaje: “Las maletas te esperan en la puerta…” Jun suspiró, ya se lo esperaba.
“¿Algún problema?”
“No, mi novia acaba de echarme de casa…” dijo lo primero que se le vino a la mente.
“¿Tienes… novia?”
Jun levantó el rostro sorprendido de lo que acababa de decir. Demonios…
Asintió sin estar muy convencido. Una pequeña sonrisa sarcástica apareció en los labios del mayor.
“Bueno yo… Me voy…”
“¡Espera!” Jun tomó su brazo y lo jaló hacía él. “Escucha…”
“Matsumoto-san, no soporto, cuando la gente no me toma enserio…”
“Pero yo…”
“Olvídalo” y con estas últimas palabras, Ohno salió de la habitación, dejándolo solo.
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“Hola”
Jun tomó asiento al lado de Nino, quien lucía enfadado, lo cual se pudiera deber a que Aiba estaba acaparando toda la atención de Sho.
El mayor lo miró. “Oh… ¿Ya tan pronto?”
“No fue tan poco tiempo…”
“A mí me pareció… ¿Y?, ¿Qué pasó?”
“Nada”
“¿Eh?”
“Satoshi no es como tú me dijiste que era”
Nino rodó los ojos.
“Se molestó porque le dije que tenía novia…”
“No es común de Ohno hacer ese tipo de cosas… Tal vez le interesaste más de lo que él esperaba…”
“Ya no creo nada de eso…”
“Ese es tu problema…”
“¡Matsumoto-san!”
Jun levantó la vista, su jefe estaba llamándolo. “Es hora de ser promovido” le dijo al menor antes de partir, este solo lo despidió con una mano.
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La reunión había sido cansada, sin mencionar que muy muy extraña. Jun no sabía muy bien qué hacer con su mente. Le dolía un poco la cabeza y lo único que quería hacer era llegar y dormir un poco.
Salió al frío aire de la noche. Los autos estaban estacionados y navegó entre ellos para llegar hasta el suyo, pero en el caminó se topó con una escena que en realidad no hubiera querido ver.
Era Ohno, besándose con un tipo que Jun no conocía y que no tenía interés en conocer. Pero no podía soportar el enfado que estaba empezando a nacer dentro de él, no tenía idea del motivo, solo sabía que lo molestaba, completamente. Y sentía un enfado dirigido hacía Ohno también. ¿Por qué demonios se había hecho el santo e indignado cuando estaba haciendo lo que Nino le había dicho frente a sus ojos?
Caminó con paso fuerte hacía su auto, que se encontraba dos autos más allá de la pequeña escena que se estaba llevando a cabo ahí. Y justo cuando pensaba largarse de ahí, Ohno lo miró. Le devolvió la mirada, pero no tenía ganas de quedarse a seguir viendo cómo se besaba con otro.
Pero justo cuando pensaba irse, Ohno se separó del chico, aun miraba al menor. Caminó hasta el auto de Jun, enredo sus brazos alrededor de su cuello y lo besó.
Lo siguiente, ambos estaban dentro del auto del menor, en el asiento trasero, besándose mientras sus manos recorrían sus cuerpos.
“Sabes… No creo que este sea el mejor lugar…” dijo Jun entre besos.
“Aquí estoy bien, quítame la ropa…”
“No en el estacionamiento…”
“¿Por qué no?”
“Todos nos verán…”
“Jun… Mírame, deja de decir estupideces y ten sexo conmigo…”
El menor sonrió. “Al menos… vayamos a otro lugar…” pero antes de que terminara su oración, Ohno ya lo había besado otra vez, y sus manos se habían colado debajo de su camisa, acariciando su pecho lentamente. Los gemidos comenzaron a salir involuntariamente.
“No tengo lo necesario aquí…”
Ohno solo sonrió. “No es como que no esté acostumbrado a eso…”
“¿Nada va a convencerte cierto?”
“Mejor ríndete ya”
En un abrir y cerrar de ojos, su camisa ya había desaparecido. Ohno se encargaba de sus pezones, uno en su boca y otro siendo masajeado suavemente con su mano. Jun solo mantenía sus manos sobre la espalda del mayor.
“¿Vas a quedarte ahí toda la noche?”
La voz de Ohno llegó a sus oídos. La perspectiva de no hacer nada era buena. Pero Jun no era de esos, y si había una oportunidad para liderar, la tomaba. Así que rápidamente cambió posiciones con el mayor, tomando sus labios entre los suyos, lamiéndolos, chupándolos, mordiéndolos; cualquier cosa que sacara esos hermosos sonidos de los labios de Ohno.
Descubrió su pecho de a poco, disfrutando todo el tipo de tono de piel que el mayor poseía. Se tomó su tiempo observándolo para después hundir su rostro entre su cuello, lamer y saborear cada parte de su piel, era como probar un gran y delicioso dulce, el más delicioso de toda su vida.
Ohno ya se había ocupado de su pantalón, y en estos momentos se deslizaba lentamente por su cintura. Jun inmediatamente quitó el pantalón del mayor.
“Eres equivalente en todo, ¿cierto?”
“No en todo”
Jun se inclinó para tomar el miembro del mayor entre sus labios. Primero la punta, después lamió la base y al final lo tomó completamente, las puertas de Ohno se cerraron sin previo aviso, casi estrangulándolo. “Oye…”
“Lo siento…” el mayor parecía estar sin aliento. “Continua…”
Jun tomó todo su tiempo, saboreando cada una de las partes del cuerpo de Satoshi, de arriba abajo. Ya no quedaba nada de esa actitud dominante dentro del mayor, ahora solo se limitaba a gemir y disfrutar. El menor abrió sus piernas lentamente, y a pesar del espacio logro inclinarse para lamer la entrada del mayor y prepararlo.
“Nnngh… Usa tus dedos…” Ohno volvió a hablar, y su voz sonaba ronca y su garganta seca.
“¿Por qué?” Preguntó Jun, su cabeza apareciendo entre las piernas del mayor.
“Si sigues haciendo eso… No resistiré…”
“No te preocupes, ya falta poco… Además, de esta manera no dolerá tanto…” Y volvió a inclinarse para continuar su trabajo.
“Estoy… acostumbrado…”
A pesar de lo que Satoshi había dicho, cuando Jun entró en él, no parecía que estuviera lo suficientemente acostumbrado, ya que se aferró con fuerza a los hombros del menor, gimiendo de dolor y placer combinados.
“Nnngh… ¿Ya?”
“Espera, no seas impaciente…”
“Ya no puedo…”
“Dijiste que estabas acostumbrado” al menor le encantaba torturar a los demás. Ohno escondió su cabeza en el hombro del menor, gimiendo débilmente.
“Satoshi…”
“¿Mmm?”
“¿Quieres correrte ya?”
Obtuvo un gemido como respuesta.
“Me apresurare si tú me ayudas un poco…”
Otro gemido.
“Tócate”
Hubo un gemido aún más fuerte, seguido de la mano de Ohno dirigiéndose a su miembro, parecía gustoso de poder ocuparse de él mismo.
“Jun… Jun…”
“Solo un poco más Satoshi”
“Ahh, ya…”
Lo siguiente fue el pequeño grito escapando de la garganta del mayor, y Jun siguiéndolo con un largo gemido…
Por un momento, ambos se quedaron justo como estaban, intentando recuperar su aliento.
“Es la primera vez que lo hago en un auto…”
“Disculpa el espacio…”
Ohno sonrió. “Ni siquiera sé por qué estoy aquí”
El celular comenzó a sonar. “Es el tuyo…” la voz de Ohno sonaba ahogada.
Jun volvió a ver su mensaje nuevo, tal vez sus maletas ya estuvieran en la calle.
‘Lo siento por el mensaje pasado. Cuando llegues a casa tenemos que hablar, Te amo’
Suspiró. Miró a Ohno un momento.
“Solo… imaginemos que esto no pasó…”
“¿Cómo con Nino?”
“Exacto…”
“Si tú quieres…”
“Si quiero…”
“¿Me llevas a un hotel?”
“Primero comprare condones…”
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Espero lo hayan disfrutado :)
Yo ya me voy a terminar mis tareas >.>'
BYEBYE n.n