[Mini-Fic] "The Heart" {cap 4 parte 2}

Apr 20, 2011 22:59

“¿Es tuyo?” preguntó Ohno, señalando al piano negro, que se encontraba en la esquina de la habitación.

“Ah… Sí. Lo tengo desde hace un tiempo” respondió Nino, saliendo de la cocina llevando 2 vasos de agua. Llegó hasta donde Ohno estaba y le entregó uno.

“Gracias” susurró Ohno, sin dejar de observar el piano.

“No sabía que podías tocar el piano…” comentó Ohno, sorbiendo un poco de agua de su vaso.

“Te dije que era un poco musical” explicó Nino.

“Pero no me dijiste que tipos de instrumentos tocabas”

“Bueno, ahora lo sabes. Toco el piano, guitarra, batería… creo que es todo…”

“Genial, es muy lindo” volvió a decir Ohno, observando aún el piano.

“Tiene un tiempo que no lo toco” susurró Nino.

“¿Por qué no?”

Nino hizo una mueca.

“Bueno… Digamos que a cierta persona no le gustaba ese tipo de música, así que me prohibió tocarlo…”

“¿A tu antiguo novio?” preguntó Ohno.

Nino asintió. “Tonto…” murmuró Ohno.

Permanecieron en silencio unos minutos. Ninguno de los dos sabía de qué hablar ahora. Nino estaba demasiado nervioso para pensar en algo interesante que decir. Repasaba y repasaba en su mente si tenía las cosas necesarias para esta noche… No recordaba cuando había sido la última vez que había hecho esto…

“¿Tocarías algo para mí?” preguntó una voz de pronto.

“¿Eh?” preguntó Nino, quien no había escuchado bien.

“¿Tocarías tu piano para mí?”

“¿Yo?” preguntó Nino estúpidamente.

“Bueno… Sí. Yo no sé tocarlo…” respondió Ohno con una pequeña sonrisa.

“Sí, claro, que tonto…” se regañó Nino.

Ohno sonrió tiernamente.

Nino dejó su vaso sobre una mesita al lado del sofá, y se sentó en un pequeño banquito y levantó la tapa de su piano. Respiró profundo y comenzó a tocar, deslizando sus manos suave y elegantemente por las teclas, rozándolas con cariño… Parecía acariciar el piano mientras lo tocaba. Ohno se deleitaba viendo los pequeños dedos de Nino moverse rápidamente por las teclas, nunca había visto a alguien tocar así.

La melodía también era acompasada y variada, ni demasiado lenta, pero tampoco era rápida… Y Ohno comenzaba a sentir algo extraño dentro de él, una sensación enorme de llorar, tragó saliva y se acercó al menor. Posó sus manos sobre las del otro para que este dejara de tocar y tomó su rostro entre sus manos, lo acercó a él para besarlo…

“Nnngh…” gimió Nino mientras se aferraba con fuerza a los hombros del mayor, quien en esos momentos recorría su pecho con su lengua.

Ambos se encontraban ya en la cama de Nino, la verdad, el menor pensó que todo había resultado más fácil de lo que imaginaba, un segundo antes Ohno lo estaba besando apasionadamente en la sala de estar, y un segundo después ya estaba desvistiéndolo frente a su cama; todo había sido solo un borrón en la cabeza de Nino, hasta estos momentos, en los que no podía concentrarse en nada más que la caliente y húmeda lengua de Ohno recorriendo todo su ser.

“Ohchan…” susurró entre gemidos.

“Nino…” gimió Ohno, levantando su rostro para volver a apoderarse de los labios del menor.

Las manos de Nino recorrieron el perfecto pecho desnudo del mayor, sus manos bajaron hasta encontrarse con la hebilla de su cinturón, los labios de Ohno se deslizaron a su cuello, donde lamía, mordía y besaba cada parte de este, Nino estaba 100% seguro que a la mañana siguiente aparecerían marcas en su cuello.

Lo cierto era, que los labios de Ohno eran completamente embriagantes, sin importar si los besabas o no, ellos por si solos eran asombrosos, y hacía que la cabeza de Nino diera vueltas como loca y el menor no pudiera concentrarse en un mecanismo tan complicado como desabrochar un botón.

“Agh” se quejó Nino, y pegó su cuerpo al de Ohno, ambos pechos desnudos tocándose y la piel de ambos se erizo con el roce.

“¿Qué sucede?” preguntó Ohno, mordiendo levemente el oído del menor.

“Tu pantalón…” respondió Nino, antes de soltar un gemido.

“¿Qué hay con él?”

“No puedo desabrocharlo, ¿por qué haces tantas preguntas?” volvió a quejarse Nino, enterrando sus manos en el suave cabello del mayor, deslizando sus labios por el cuello de este.

Ohno soltó una risita baja. Y recorrió el cuerpo de Nino con sus manos, una vez más, hasta llegar a su pantalón, el cual desabrocho con agilidad y lo quitó después, dejando al menor con su ropa interior solamente.

“No es justo” reprochó Nino.

“No es mi culpa que no puedas desabrochar mi pantalón”

“Es complicado” se excusó Nino.

Ohno volvió a reír. “Lo quitaré por ti” susurró en el oído del menor.

Se levantó de la cama y quitó su pantalón junto con su ropa interior.

Nino solo lo contemplaba desde la cama, sentado, con una sonrisa en su pequeño rostro.

Ohno volvió a subir a la cama, y enredó sus brazos alrededor de la delgada cintura de Nino.

Volvió a enterrar su cabeza en el cuello del menor, y Nino volvió a deslizar sus manos por el pecho de Ohno, hasta llegar a su erecto miembro, el cual tomó entre sus pequeñas manos y comenzó a acariciar.

“Ahh…” comenzó a gemir débilmente Ohno, su aliento rebotando en la piel de Nino, y haciendo que esta se erizara completamente.

Nino subió y bajó sus dedos por todo el largo, acariciando lentamente, una de sus manos bajó hasta los testículos del mayor, comenzando a acariciarlos también.

“Nino…” gimió Ohno, enterrando sus dientes en el hombro del menor.

“Ohchan, recuéstate…” susurró Nino, aun sin soltar el miembro del mayor. Ohno hizo lo que este le había ordenado, la verdad no estaba pensando bien lo que sucedía, pero, ¿desde cuándo debes pensar durante el sexo? Era una de las cosas maravillosas de él, que solo tu cuerpo y tus hormonas te guiaban durante todo el recorrido, tu cerebro se desconectaba y no razonabas sobre si las cosas estaban bien o no, si te daban placer, entonces lo eran.

‘Esto lo es’ pensó Ohno, gimiendo plácidamente, disfrutando de la sensación de la lengua de Nino recorriendo todo su miembro, deteniéndose en la punta y bajando de nuevo…

Una de sus manos continuaba ocupada con sus testículos y la lengua de Nino era gloriosa…

“¡Oh Dios!” gimió Ohno y aferró sus manos a las sábanas, Nino había metido su miembro completamente en su boca, y continuaba su masaje ahí, mordiendo y chupando al mismo tiempo, como si Ohno fuera un dulce delicioso el cual quisieras probar toda tu vida.

Las manos del mayor, pronto, fueron a dar sobre la cabeza de Nino, acariciando su cabello suavemente, mientras gemía cosas sin sentido a cada momento.

Sintió una sensación  caliente en su estómago y supo, sin dudar, que ya estaba cerca; comenzó a gemir el nombre de Nino sin parar, hasta que este levantó la vista.  Sus pequeños labios estaban rojizos y húmedos, ‘Demonios’ pensó Ohno.

“¿Mmm?” preguntó Nino, alzando sus cejas.

Ohno respiraba agitadamente, y le era inmensamente complicado formular palabra alguna.

“Tu…” comenzó. Nino lo miró completamente confundido.

“Sobre…”

“Mí…”

“Ahora…”

Ohno terminó la frase entre varias respiraciones profundas, tratando de recuperar su aliento y de abrir su garganta la cual estaba seca.

“¿Yo?” preguntó Nino.  Ohno asintió.

“¿Conducirte?” volvió a preguntar, Ohno volvió a asentir.

“¿Por qué?, ¿Estás cansado?” preguntó, de nuevo, pasando una mano por una de las piernas del mayor.

“Ahhhnng…” gimió Ohno.

“Solo… Hazlo…” volvió a repetir.

Nino sonrió traviesamente, se levantó de la cama, lo cual le ganó un quejido de parte de Ohno, y caminó hasta su pequeña cajonera a un lado de su cama, sacó un pequeño paquetito y volvió a subir a la cama.

“¿Esto está bien?, ¿O sacó también el lubricante?” preguntó Nino, abriendo el condón.

“¡Como sea!” dijo desesperado Ohno, ¿acaso Nino no entendía que estaba a punto de correrse y que estas conversaciones no servían de nada?

“¡Oye!” se quejó Nino, tomando el rostro del mayor entre sus manos. “¡No te pongas pesado!”

“Kazu, por favor… Solo…”

Nino suspiró. “Está bien, está bien. Desesperado”

Metió 2 de sus dedos a la boca de Ohno y el mayor comenzó a lamerlos enseguida.

Después de unos minutos, que en estos momentos le parecieron siglos a Ohno, Nino los sacó. Ohno lo miró confundido.

“Ya que tú estás muy cansado…” explicó Nino, guiando uno de sus dedos llenos de saliva hasta su entrada. Ohno se sentó de golpe, pero no intentó detenerlo.

Nino introdujo uno de sus dedos lentamente, gimió fuertemente y echó su cabeza hacía atrás, gimiendo de nuevo.

De acuerdo, esto era suficiente para hacer que Ohno se volviera loco, pero aun así, no quitó su vista del rostro de Nino, quien movía su dedo dentro de sí, entonces introdujo otro, y comenzó el mismo procedimiento. Ohno gemía involuntariamente, esto era lo más erótico que había visto en su vida. Por Dios, que suerte tenía en estos momentos.

“Ahhh” Nino gimió de alivio al sacar sus 2 dedos, entonces sacó por completo el condón y lo puso sobre el miembro del mayor.

Ohno gimió enseguida, cualquier mínimo roce era capaz de volverlo loco a estas alturas.

Nino apoyó sus manos sobre el pecho de Ohno, y subió sobre él, se miraron un momento a los ojos, antes de que Nino se dejara caer, lentamente, sobre el miembro de Ohno, introduciéndolo dentro de él.

Ambos soltaron gemidos fuertes, y Nino se dejó caer un momento sobre el pecho del mayor, respirando profundamente. Volvió a enderezarse y continúo con sus movimientos, subiendo y bajando  a una misma velocidad, casi al mismo compás que los gemidos de Ohno.

Ohno permanecía con sus ojos completamente cerrados, sus manos sobre las caderas de Kazu, ayudándolo a subir y bajar un poco más rápido, gimiendo su  nombre acompasadamente. ¿Hacía cuanto tiempo que no experimentaba este placer? Aunque, para ser sinceros, Ohno nunca había sido el seme antes, esto era algo completamente nuevo para él, y era maravilloso.

“Ohchan… Ohchan…” gemía Nino una y otra vez, acelerando sus movimientos.

“Kazu… yo… Ahhh” gimió Ohno antes de correrse por completo dentro del condón, Nino gimió y continuo moviéndose, Ohno tomó su miembro entre sus manos y comenzó a masajearlo, Nino gimió más fuerte, y después de unos minutos, se corrió sobre su pecho.

Permaneció donde estaba, respirando agitadamente. Ohno retiró uno de sus mechones de cabello de su frente, gentilmente, y sonrió.

Nino le devolvió la sonrisa, y lo abrazó, Ohno depositó un tierno beso sobre la cabeza del menor, y esté bajó de Ohno, quien quitó el condón y lo arrojó a la papelera que estaba al lado de la cama.

Después se dio la vuelta, Nino estaba sentado limpiando lentamente el semen de su pecho. Ohno observó el rostro tranquilo del menor, por el cual aún  caían varias gotas de sudor.

No lo haría, maldita sea, no lo haría, aunque tuviera que arriesgar todo en su vida, pero no lo haría, no dejaría que nada malo le sucediera a este pequeño, el cual se había convertido ya, en lo más importante para  él.

Nino lo observó de pronto, y volvió a sonreír, Ohno abrió sus brazos y este se acurrucó a su lado escondiendo su rostro en el cuello del mayor, Ohno lo abrazó fuertemente, acariciando su espalda con ternura…
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*ohmiya, g: smut, #nc-17, g: fluff, &mini-fic, g: lemon, g: yaoi, g: romance

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