Decimotercer Vicio Ichiruki (Calor)

Jul 07, 2008 14:26

¡Hola a todos y todas! Son casi las tres de la tarde, pero como me acabo de despertar… ¡buenos días xD! Acabo de terminar "Sumisión", así que ahora publico "Calor". Como siempre, todo pertenece a Tite Kubo. Espero que sea de vuestro agrado.

Fandom: Bleach

Pareja: Ichigo/Rukia

Tema: #8 - Calor

Número de palabras: 900

Resumen: "Una habitación sin aire acondicionado, un calor axfisiante y un solo helado para dos personas… ¿Qué se cuece en casa de Ichigo por las tardes?"

Género: Romance/Humor

Advertencias: Quizá Rukia esté un poco OoC. Si es así, lo siento mucho U_U.



"Calor"

Los rayos del sol se colaban por la ventana del cuarto del joven Kurosaki sin piedad alguna, haciendo que la habitación se convirtiera en un auténtico horno. Y para desgracia de Ichigo y Rukia, que se encontraban dentro, a ellos les había tocado ser los pollos que, poco a poco, se cocían entre esas cuatro paredes.

La Shinigami se abanicó con ambas manos, en un intento por refrescarse. Evidentemente, no consiguió nada. Ichigo, por su parte, se quitó la camiseta blanca que vestía y remangó sus bermudas hasta que adoptaron el largo propio de unos pantalones cortos.

- Quiero ir a la piscina… - se lamentó ella, mientras daba un profundo suspiro.

- Y yo a la playa, no te jode… - repuso sarcásticamente, ya que la costa más cercana distaba bastantes kilómetros de Karakura. Más tarde se llevó una mano a la cabeza y dio un par de vueltas en el suelo, hasta quedar boca arriba, pudiendo así observar a su acompañante -. Sabes muy bien que la piscina municipal está cerrada hoy - respondió, a la par que le lanzaba una mirada ceñuda.

Ante ese gesto Rukia puso en blanco sus grandes ojos y, sin reparar en el mal humor que sufría su amigo, bajó de un salto del armario y se tumbó a su lado.

Al apoyar su cuerpo en el suelo del cuarto del muchacho se dio cuenta de que allí se estaba mucho mejor que en el interior de su guardarropa. El viento frío que despedía aquel viejo ventilador le daba de lleno, refrescándola un poco. Cuando ya estuvo totalmente acomodada se estiró, y dio un bostezo.

Después contempló a Ichigo de reojo. Éste miraba al techo, comiéndose un polo de naranja. Ella frunció el ceño. ¿Por qué todo lo bueno se lo guardaba para él?

- ¿Qué te pasa ahora? - inquirió en tono áspero. Acto seguido, se sacó el helado de la boca, y se incorporó levemente.

- ¿Por qué no me has dado uno a mí también? - preguntó, fastidiada. Se le estaba haciendo la boca agua al verle disfrutar del dulce.

- Era el último que quedaba. Además, anteayer dijiste que no te gustaban de naranja.

- Está frío, ¿no? - añadió con voz queda. Ichigo sólo asintió -. Entonces sirve. Dame un poco.

- Ni de coña. La otra vez tú te comiste el último de la caja y yo me quedé con las ganas - explicó, señalando a la chica con el dulce.

Ante su poco amable respuesta arrugó la nariz y, sin pensárselo dos veces, se abalanzó sobre él, en pos de apropiarse del ansiado polo.

- ¡Eh! ¿¡Qué mosca te ha picado, enana de mierda!? - exclamó, mientras intentaba quitarse a Rukia de encima. Tras varios minutos de forcejeo Ichigo consiguió quedar libre de cualquier agarre.

La Shinigami se cruzó de brazos y apretó los labios. No había conseguido nada, y para colmo se sentía aún más acalorada y, en cierto punto, frustrada. "¡Maldito gigai debilucho!" era lo único que podía pensar en aquel momento.

Sin embargo, al ver su pecho desnudo manchado de helado naranja, una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios. Porque quizás la chica no le superaba en fuerza, pero conocía de sobra sus puntos débiles, y con eso bastaba para llevar a cabo sus objetivos.

La morena se agachó levemente, hasta quedar a la altura del muchacho, que se había vuelto a tirar en el suelo. Acto seguido se sentó sobre él y apoyó ambas manos en sus descubiertos hombros.

El chico no pudo hacer más que quedarse quieto y sonrojarse violentamente, provocando que en el rostro de ella se ensanchase su burlona sonrisa. Al ver aquella divertida expresión de sorpresa por parte del muchacho, posó sus labios en la mancha y la lamió con suavidad.

- ¿Pe-pero qué c-coño has…has hecho? - balbuceó con un hilillo de voz, mientras la empujaba para que se marchase lejos, muy lejos. Sus revolucionadas hormonas no soportarían otro de sus extraños arrebatos, y su autocontrol, tampoco.

Pero a Rukia poco le importó todo eso, ya que se volvió a acercar, en esta ocasión con movimientos ágiles. Ichigo cerró los ojos con fuerza, apartando así la mirada de su pequeña figura. Sentía que a cada paso que ella daba su estómago se contraía y su nuez subía y bajaba, casi descontrolada. El estudiante rezaba a todos los dioses que conocía para que a Rukia no se le ocurriera llevar a cabo ninguna locura.

Mas cuando notó que ya no quedaba distancia entre ambos se dio cuenta de que sólo le había rozado. Abrió los ojos, y pudo ver a la Shinigami con su helado en los labios, mientras le dedicaba una sonrisa traviesa.

- ¿Ves? Si me obedecieras nos habríamos ahorrado todo esto - comentó, jugueteando con el dulce.

- Vete a la mierda - espetó, agotado.

- Yo también te quiero, Kurosaki-kun - respondió en aquel tono meloso que tan de los nervios le ponía. Después lamió por enésima vez el polo, con una mezcla de picardía e ingenuidad.

El muchacho se secó el sudor de su frente con el dorso de la mano y dio un último suspiro, signo de que había perdido ante ella, como siempre. De nada servían los "no" contra la chica; Rukia siempre conseguía lo que quería. Qué lástima que no hubiese llegado a aquella simple conclusión desde un principio.

ichiruki, kuchiki rukia, 30vicios, kurosaki ichigo, bleach

Previous post Next post
Up