Desideratum. Drabbles
Personaje/Pareja: William Odergand/Fay Strauss (aunque por ahí se me coló algo Dennis/Will e_eu )
Rating: G
Nº Palabras: 100
Notas: Del AU ese en que Will se va de casa y blah blah. Will con 12 años, Fay tiene 16, Isaac 17, Dennis 15, Froylan 17. El resto de los chicos tienen entre 15 y 17 años. De la vez que se los 'secuestraron' un rato.
(1/7)
Fay quiere llorar, William lo sabe y también sabe que él, en la misma situación, ya lo habría hecho. Las manos la recorren y él trata de no mirar, pero no puede despegar la vista de sus ojos ámbar.
Quiere matarlos.
La chica se revuelve, forcejea y él permanece inmóvil. Es cobarde, tan cobarde.
Debe matarlos.
Por tocarla, por mancillarla.
- ¡BASTA!
No le obedecen.
- ¡DETENGANSE!
Ni puto caso. Tiembla. No le miran. Aprovecha y toma una botella, la arroja, justo contra la espalda de Isaac.
- ¡NO LA TOQUEN!
No debió hacerlo. Pero la sueltan. No se arrepiente.
(2/7)
Sabe que debería estar gritando y quizá lo está haciendo. Fay permanece en el rincón, abrazada a si misma. Llora por él.
“Hiciste llorar a una mujer. Qué imbécil eres”
No piensa con coherencia. Siente que se rompe y los chicos ríen mientras golpean de nuevo. Es todo rojo, tan rojo y huele, apesta a sangre y violencia.
- Puto pijito.
Isaac destila veneno y con la punta del zapato le obliga a levantar la vista. William no sabe cuando quedó de rodillas.
- ¿Qué tal?
- Golpeas como nena.
Un golpe más, uno menos. No importa mucho, en realidad.
(3/7)
Quiere dormir. Cuando ese idiota se cansa de golpearlo, se une a Fay en el rincón y se permite acurrucarse en ella.
- Froylan vendrá.
Apenas la escucha, apenas la siente limpiando la sangre con sus propias ropas.
- Dennis te quiere mucho, vendrá por nosotros.
Lo sabe. Necesita que se lleve a Fay. Que la protegan como él no puede.
- Negociarán, ya lo verás.
Asiente, cerrando los ojos. Fay no quiere dejarle dormir, él sólo quiere descansar. La aferra a su cuerpo. Va a protegerla.
Porque es la novia de Froylan. Porque la quiere. Porque casi la ama.
(4/7)
Sólo liberarán a uno.
Uno de los idiotas lo dice, burlándose e Isaac lo confirma asintiendo desde el umbral de la puerta. Fay discute, con ahínco. Los dos o ninguno.
- Basta. - William se levanta, despacio y en realidad no duele tanto.
Silencio, esperan, tiene su atención.
- Llévenla a ella.
Fay reclama y él no la oye. Finge no hacerlo.
- Lárgate de una vez, estúpida. - No le cuesta decirlo y Fay se acerca, besa sus mejillas.
- Regresaremos por ti. - Le susurra, despacio.
La mira desaparecer tras la puerta.
Es una promesa.
Pero William nunca creyó en ellas.
(5/7)
Es como estar muerto. No puede levantarse y permanece con la vista fija en el techo. El chico rubio se ríe, inclinándose y lamiéndole los labios.
No es justo.
Cuando puede levantarse, ya está solo y busca sus ropas en la oscuridad. Han dejado la puerta abierta. Le han dejado en libertad.
Nadie le espera. Si no le esperan, ¿para qué tomarse la molestia de regresar?
El mundo es injusto.
Se viste, camina, tambaleándose. Le duele hasta respirar.
La noche es profunda y le recibe la brisa fresca de otoño.
Nadie le extrañaría. Piensa que es mejor que así sea.
(6/7)
Dennis es el primero en verlo y contiene las ganas de abrazarlo. También quiere disculparse. Piensa, siente, que ha sido su culpa.
William le evade. Se mantiene en aquel rincón. Dice estar cansado, nada más.
Dennis sabe que miente. William sabe que no le cree.
El silencio es pesado el tiempo que permanecen uno cerca del otro, sin hacer nada.
- ¡Enano!
Froylan entra, el rostro ensombrecido de pronto iluminado y sin permisos, sin cuidado, abraza a ‘su mocoso’.
- ¿Cómo estás?
- No tan bien.
Dennis les mira hablar. Quizá fue su imaginación cuando creyó ver a William temblar.
(7/7)
Es Fay quien le cura. Limpia la sangre seca, desinfecta las heridas. Es un milagro que no tenga algo roto, dice. William no dice que hay algo destrozado.
Fay es linda, tan linda.
Lo es cuando termina de atender y se queda a su lado, acariciándole el cabello, ofreciéndole posada en casa.
Él es pequeño, tan pequeño.
Le miran como a un niño, es la mascota del grupo. El consentido del jefe, incluso del resto del equipo. Simplemente ‘el pequeño’.
No hay oportunidad.
Rechaza la oferta, pero le pide quedarse a su lado un poco más.
Tan cerca. Tan lejos.
Rating: G
Nº Palabras: 100
Notas: Del AU ese en que Will se va de casa y blah blah. Will con 12 años, Fay tiene 16, Isaac 17, Dennis 15, Froylan 17. El resto de los chicos tienen entre 15 y 17 años. De la vez que se los 'secuestraron' un rato.
(1/7)
Fay quiere llorar, William lo sabe y también sabe que él, en la misma situación, ya lo habría hecho. Las manos la recorren y él trata de no mirar, pero no puede despegar la vista de sus ojos ámbar.
Quiere matarlos.
La chica se revuelve, forcejea y él permanece inmóvil. Es cobarde, tan cobarde.
Debe matarlos.
Por tocarla, por mancillarla.
- ¡BASTA!
No le obedecen.
- ¡DETENGANSE!
Ni puto caso. Tiembla. No le miran. Aprovecha y toma una botella, la arroja, justo contra la espalda de Isaac.
- ¡NO LA TOQUEN!
No debió hacerlo. Pero la sueltan. No se arrepiente.
(2/7)
Sabe que debería estar gritando y quizá lo está haciendo. Fay permanece en el rincón, abrazada a si misma. Llora por él.
“Hiciste llorar a una mujer. Qué imbécil eres”
No piensa con coherencia. Siente que se rompe y los chicos ríen mientras golpean de nuevo. Es todo rojo, tan rojo y huele, apesta a sangre y violencia.
- Puto pijito.
Isaac destila veneno y con la punta del zapato le obliga a levantar la vista. William no sabe cuando quedó de rodillas.
- ¿Qué tal?
- Golpeas como nena.
Un golpe más, uno menos. No importa mucho, en realidad.
(3/7)
Quiere dormir. Cuando ese idiota se cansa de golpearlo, se une a Fay en el rincón y se permite acurrucarse en ella.
- Froylan vendrá.
Apenas la escucha, apenas la siente limpiando la sangre con sus propias ropas.
- Dennis te quiere mucho, vendrá por nosotros.
Lo sabe. Necesita que se lleve a Fay. Que la protegan como él no puede.
- Negociarán, ya lo verás.
Asiente, cerrando los ojos. Fay no quiere dejarle dormir, él sólo quiere descansar. La aferra a su cuerpo. Va a protegerla.
Porque es la novia de Froylan. Porque la quiere. Porque casi la ama.
(4/7)
Sólo liberarán a uno.
Uno de los idiotas lo dice, burlándose e Isaac lo confirma asintiendo desde el umbral de la puerta. Fay discute, con ahínco. Los dos o ninguno.
- Basta. - William se levanta, despacio y en realidad no duele tanto.
Silencio, esperan, tiene su atención.
- Llévenla a ella.
Fay reclama y él no la oye. Finge no hacerlo.
- Lárgate de una vez, estúpida. - No le cuesta decirlo y Fay se acerca, besa sus mejillas.
- Regresaremos por ti. - Le susurra, despacio.
La mira desaparecer tras la puerta.
Es una promesa.
Pero William nunca creyó en ellas.
(5/7)
Es como estar muerto. No puede levantarse y permanece con la vista fija en el techo. El chico rubio se ríe, inclinándose y lamiéndole los labios.
No es justo.
Cuando puede levantarse, ya está solo y busca sus ropas en la oscuridad. Han dejado la puerta abierta. Le han dejado en libertad.
Nadie le espera. Si no le esperan, ¿para qué tomarse la molestia de regresar?
El mundo es injusto.
Se viste, camina, tambaleándose. Le duele hasta respirar.
La noche es profunda y le recibe la brisa fresca de otoño.
Nadie le extrañaría. Piensa que es mejor que así sea.
(6/7)
Dennis es el primero en verlo y contiene las ganas de abrazarlo. También quiere disculparse. Piensa, siente, que ha sido su culpa.
William le evade. Se mantiene en aquel rincón. Dice estar cansado, nada más.
Dennis sabe que miente. William sabe que no le cree.
El silencio es pesado el tiempo que permanecen uno cerca del otro, sin hacer nada.
- ¡Enano!
Froylan entra, el rostro ensombrecido de pronto iluminado y sin permisos, sin cuidado, abraza a ‘su mocoso’.
- ¿Cómo estás?
- No tan bien.
Dennis les mira hablar. Quizá fue su imaginación cuando creyó ver a William temblar.
(7/7)
Es Fay quien le cura. Limpia la sangre seca, desinfecta las heridas. Es un milagro que no tenga algo roto, dice. William no dice que hay algo destrozado.
Fay es linda, tan linda.
Lo es cuando termina de atender y se queda a su lado, acariciándole el cabello, ofreciéndole posada en casa.
Él es pequeño, tan pequeño.
Le miran como a un niño, es la mascota del grupo. El consentido del jefe, incluso del resto del equipo. Simplemente ‘el pequeño’.
No hay oportunidad.
Rechaza la oferta, pero le pide quedarse a su lado un poco más.
Tan cerca. Tan lejos.