Fandom: The Change
Claim: Johan/Seth
Número: 01.- Estudio
- Hey, Desireé.
Seth está seguro que Johan lo hace a propósito, eso de arruinarle las horas de estudio que con esfuerzo consigue. Es difícil, estando en la situación que están, el lograr paz y conseguir la calma necesaria.
- Me llamo Seth.
- Ya, preciosa London.- El otro no parece entender y se sienta a su lado, revolviendo su cabello con brusquedad. Seth se limita a apartarle el brazo, sin mucha fuerza, volviendo la vista a los libros.
- ¿Qué viene a hacer?
- Sólo conversar un rato, Ofelia.
Que le den a Johan y a sus malditas burlas.
Número: 02.- Biblioteca
Seth creía que la biblioteca era un buen refugio. Silenciosa, llena de personas calladas, ocupadas en lo suyo. Un lugar donde no necesitaba relacionarse con nadie.
Se equivocó.
- Te recomiendo este libro.- Johan le extiende un par de pesados volúmenes.- Y este otro. Tenemos mucho tiempo, creo que los puedes leer pronto.
No sabe si el chico está siendo amable o se está burlando.
- Uh, muchas gracias, joven Strauss.
- Bah. Ya vi lo que leías antes. Tienes unos gustos de mierda, niño. Pero tranquilo, te guiaré por el buen camino, agradécelo.
Pero, sin duda, es un cretino.
Número: 03.- Aula
Johan ha pensado muchas veces en buscar otro lugar para dormir.
La enfermería era mil veces mejor, tenía camas y mantas y almohadas suavecitas. Maldito el momento en que la tipa esa se lastimó y le hicieron desalojar su habitación de príncipe.
El suelo del aula, aún con las colchas, le parece molesto. La mochila de almohada rellena de ropa no le satisface y, a decir verdad, esa aula es demasiado fría.
- ¡Deje de meterme mano, joder!
Pero Johan se queda ahí. La compañía de Seth -y sus gritos, lloriqueos y demás cosas graciosas que hace- vale la pena.
Número: 04.- Lápiz
- Eres bastante aburrido, ¿lo sabías?
Seth quisiera que ese chico le dejara en paz. Se lo ha insinuado un par de veces y le ha lanzado indirectas a diestra y siniestra. Johan no parece captarlas.
- Joven Strauss...
- Es que en serio. Apagado. Y ya me tienes harto con tu "joven Strauss", que tengo nombre.- Parece realmente fastidiado.- Me agradabas más cuando eras Desireé. Tenías fuego en la mirada.
- Desireé está por ahí, si quiere verla.- Seth quiere matarlo, lenta, dolorosamente.
- ¡Ese fuego! Ese mismo.
Seth se contiene para no apuñalarle los ojos con el lápiz.
Número: 05.- Pluma
- ¡Lo conseguí! - Johan entra triunfal a la habitación improvisada en el aula vacía y Seth se obliga a apartar la vista de la ventana para mirarle.
- ¿Una almohada?
- Exacto. Una almohada y de plumas.- Se muestra orgulloso y casi corre hasta el tendido en el suelo, acostándose con la almohada.- Se siente como el paraíso.
- Está exagerando.
Johan parece tomárselo como un insulto y frunce el ceño.
- La princesa la consiguió.- Seth se imagina que London la ha robado.- Está rota y algunas plumas se han salido.
- Me desagradan las plumas.
- Quejica.
Número: 06.- Ortografía
- Tu nombre se escribe con h...- Johan parece pensativo y a Seth aquello le parece más bien un nuevo tipo de burla de parte de ese tío molesto.
- Sí, con h.
- Qué estupidez.- Seth alza la vista para verle.- De todos modos, la h no tiene sonido.
- En algunos idiomas.
- Es muda.- Y le mira fijo, con una sonrisa que tiene algo en mente. Que sea bueno o malo, Seth no lo sabe.- Vamos a borrar esa h.
- Crío.- Refunfuña.
- Set sin h. Pero no me gusta Set. Te llamarás… ¡Desirée!
- Jódete.
Número: 07.- Física y química
- Es sólo física básica, electromagnetismo.- Johan de nuevo ha comenzado y Seth está considerando seriamente buscarse otro lugar para dormir.
- Tú y yo no somos polos opuestos, idiota.- Dice, porque aunque puedan ser muy diferentes, Seth sabe que tanto como completamente contrarios no son.
- Oh, vamos, soy genial, rico y perfecto y tú no, ¿qué más prueba quieres de que somos contrarios?
- No me molestes.- Suspira, tomando la cobija, cubriéndose completamente.
- Aunque, quizá somos un ácido y una base.- Ahora eso.- ¿Qué tal si probamos a ver cómo de fuerte es nuestra reacción?
- Jamás.
Número: 08.- Vacaciones
- Espero esto se solucione antes de vacaciones.
Johan al fin parece darse cuenta de la situación y de la magnitud de esta. Seth se place en su actividad favorita desde su llegada a ese lugar, arrancando pequeñas briznas de hierba, dejando que el viento la lleve a los límites del mundo donde son consumidas.
- ¿Tenías planes para vacaciones?
- Quiero tenerlos.- Johan parece serio y aunque Seth prefiere no confiar, comienza a creerle.- También pensaba, no sé, ir a la playa y eso. ¿Te gustaría ir?
Seth sabe que debe decir que no.
- Tal vez.
No puede.
Número: 09.- Libros
- No entiendo para qué haces eso.- Johan habla, en voz baja porque están en la biblioteca. Seth alza la vista sólo para verle unos instantes.
- ¿Hacer qué?
- Esto.- Señala la pila de libros sobre la mesa, el cuaderno, los apuntes.- Estudiar cuando estamos en una situación tan... horrible. No tiene caso, quizá nunca volvamos a casa.
Vaya que se ha puesto pesimista.
- Me relaja.- Seth le pasa un libro, literatura, Ayax.- Lee esto y relájate.
- Oye, tío, tus gusto en libros no son muy buenos... - Mira el libro, dudoso. Seth gruñe.
- Lee y calla.
Número: 10.- Mochila
- Así que la almohada es tu mochila...
Johan no tiene derecho a juzgarle, eso es lo que piensa Seth cuando le escucha y frunce el ceño, metiendo el uniforme dentro de la susodicha mochila.
- Podrías haberte robado una de la enfermería, hombre.
Niega con la cabeza. Joder, sólo Johan es capaz de hacer algo tan ruin.
- Son suavecitas, no como tu mochila, que parece paja y no está muy blanda realmente.
Seth termina por arrojar la mochila.
- ¿La quieres o no?
Parece enfadado, Johan sonríe, complacido. No puede negar que adora ese fuego.
- Por favor...
Número: 11.- Castigo
No puede creer que eso le esté pasando a él.
Una cosa es estar atrapado en una dimensión caprichosa que les hace putadas a cada instante, que les mantiene vivos sólo por diversión y que se place en hacerles llegar a los límites. Puta dimensión sádica.
Pero, tener que soportar a Johan...
Ni siquiera son amigos y el idiota se la vive pegado a su lado, le abraza, le mete mano, le regaña y hasta le cela como si fuese su propiedad.
Y para colmo...
"Sabes, creo que me gustas"
Seth no entiende qué hizo para merecer tan cruel castigo.
Número: 12.- Imprudencia
¿Qué tiene ese crío en la cabeza?
Se pone en píe sobre el barandal de la terraza, haciendo equilibrio con los brazos extendidos.
Se va a caer, joder, se va a matar.
- Johan, escucha, baja de ahí...
Habla muy despacio y Johan le mira. Se encoge de hombros, dando un salto hacia tierra firme y Seth al fin puede respirar.
- ¡¿Qué hacías ahí?!
- Averiguar si desde aquí veía alguna salida de este lugar.
Entiende que Johan está desesperado. Contra su cordura, le abraza.
Pero no le da derecho a ser tan imprudente.
Tampoco a pararle el corazón.
Número: 13.- Libreta
Johan no entiende por qué de pronto entre su libro y su cara existe una libreta. Cuando levanta la mirada, Seth le mira. Con su gesto tranquilo de siempre, aunque sus palabras sean duras y esta vez parece como el primer encuentro. Le parece un poco tímido.
- Toma, esto te ayudará.- Johan toma la libreta. Es color púrpura y lleva su nombre con letra dorada en la cubierta.
- ¿Qué es?
- Una libreta, obvio. Aki dijo que es bueno escribir y... úsala como diario. Te ayudará a liberar estrés.
Seth dice que no, pero se preocupa.
- Gracias.
Número: 14.- Corregir
- Eres muy molesto, ¿te lo han dicho?
Johan se ríe. Al fin hay camas, pero aunque ya puede tener una propia, prefiere ir a dormir con él, colarse y mirarle de frente, aunque apenas distinga sus ojos en la oscuridad.
- Querrás decir adorable. O sexy. - Le corrige
- Sé exactamente lo que quiero decir.
Johan le revuelve el cabello, le rodea con un brazo por la cintura y le atrae más. Seth se lo permite y aunque Johan no sabe por qué, es suficiente.
- Te detesto.
Johan besa en su frente, despacio.
- Querrás decir "te amo".
Número: 15.- Sueño
- Mira, tengo una teoría.- Johan habla, en un murmullo apenas audible y Seth trata de ignorarle.- Yo creo que la dimensión es un ente vivo que estaba aburrido y dijo "voy a secuestrar una escuela para ver qué pasa".
- Loco.- Gruñe, aunque la verdad es que él ya había pensando en eso.
- Tiene lógica. Por eso nos ha dado comida para no morir y seguir divirtiéndose a costa nuestra. ¿Tú que opinas?
- Que tengo sueño.
- Esto es importante.
- Mañana...
Johan suelta un suspiro, girándose para quedar de costado. Vale, le dejará dormir. Por ahora.
Número: 16.- Exámen
- Muero.- Johan deja caer la frente sobre la mesa del comedor. Algunas personas le miran y seth se limita a darle un codazo sutil, indicándole que debe comportarse.
- ¿Ahora qué tienes? - Es casi como lidiar con un niño pequeño, sólo que uno que te mete mano en las noches y al que odias y quieres a ratos.
- Es el fin del mundo, Desireé.- Y sale con lo mismo, el imbécil. Además, parece que va a llorar.
- Última vez. Pregunto, ¿qué tienes?
Johan tiene ojos de cachorro bajo al lluvia ese instante.
- Extraño los exámenes.
Número: 17.- Inscripción
- Siempre quise meterme a este club.- Habla Johan, mientras husmean dentro del club de arqueología. Seth busca por debajo de las mesas y Johan se limita a revolver algunos libros.
Tienen que buscar aquella cosa, la subdirectora lo ha ordenado.
- No sabía que te gustaran estas cosas.
- Me gustan bastante.- Johan parece triste y eso Seth lo nota.- Debí inscribirme el año pasado o el antepasado.
- Cuando volvamos a casa, lo haces.- Seth habla, acercándose, palmea su hombro.
Lo hace para animarlo.
- Ya
Y no entiende por qué, pero le agrada verle, de nuevo, sonreír.
Número: 18.- Reprobar
No es que Johan no le haya besado antes. Le roba besos por doquier y luego se ríe, palmeando su cabeza, revolviendo su cabello.
Puede ser porque el idiota se la ha pasado picando, pero en esa ocasión, es él quien le toma del cuello de la camisa, le atrae y une sus labios, metiendo la lengua intrusa y explorando el interior, poca saliva y profundizar, mano en la nuca y perder el aire, obligándole a parar.
Johan se ríe, como siempre.
- Reprobado.- Será cabrón.- No sabes besar.
Y ahora Johan también conoce su puño, por supuesto que sí.
Número: 19.- Sobresaliente
- Te juro que todos y cada uno de mis sobresalientes en clase son verdaderos.
Seth no le cree ni media palabra. No es que piense que Johan es completamente estúpido, aunque a veces lo parezca, pero sabe que tiene dinero para sobornar a medio mundo y duda que Johan no haya aprovechado eso.
- Ya, lo que digas.
- ¡Te lo juro!
Como si sus juramentos tuviesen valor, ahá.
- No puedo creerte, lo siento.
- ¡¿Por qué no?!
- Un idiota que no sabe lo que es un trinomio cuadrado perfecto no puede sacar sobresaliente en álgebra.
Tocado.
Número: 20.- Números
- ... Doce.
- Exacto.- Seth asiente, sin despegar la vista del libro en turno y Johan frunce el ceño, arrojando la pelota de hule contra una de las paredes.
- Entonces, ¿quién era once?
- Maximilian.
- ¿Veinticinco?
- Josephine.
- ¡Uno!
- Michell.
Guarda silencio, pensativo, soplando sobre un mechón de su cabello antes de volver a arrojar la pelotita.
- No puedo creer que nos llamases por números. Para algo tenemos nombre, crío.
Seth se encoge de hombros. Ni le interesa, total, son sus métodos. Y la manera más sencilla de no involucrarse con nadie. Se protegía.
Número: 21.- Letras
- Pensé que eras de letras.
Johan no entiende el por qué de su error. Seth se la vive leyendo, desde que lo conoce le ve gastar el tiempo en pos de los clásicos de la literatura griega, le ha escuchado hablar del romanticismo y más de una vez le ha sorprendido escribiendo alguna cosa.
- Pues soy de ciencias.
- Ya, futuro licenciado en matemáticas.
Seth le sonríe. Joder, parece que le gusta eso. Y las matemáticas y los números y también las leyes de física y química y etc. Horror.
- Eres muy raro.
- Lo sé, gracias.
Número: 22.- Historia
A Seth suele gustarle la historia. la ve como un cuento largo o más bien una novela.
Se ha dado cuenta de que la historia se repite. No de igual manera, pero siempre son hechos semejantes, razones parecidas. Es un cuento que se repite a sí mismo y que no cambia demasiado.
El presente se convertirá en pasado y se hará parte de la historia y también se repetirá.
Por eso Seth maldice el momento en que se decide y se acuesta con Johan, en aquella habitación improvisada. Sabe que, aunque diga que no sucederá, volverá a repetirse, sin remedio.
Número: 23.- Borrador
- ¡¿Quién mordió mi borrador?! - London se asoma a la habitación de ellos, con la mirada verde brillante de enfado, sosteniendo la goma en la mano. Seth no sabe por qué siempre sospecha de ellos.
- Yo no he sido, princesa.- Dice Seth, apelando al ego de la cría y esta desvía la vista hacia Johan.
- Yo jamás osaría tocar las cosas de la princesa London.- Seth frunce el ceño.
- Sé que han sido ustedes.- Se da la vuelta.- Los perdono esta vez, ¡sólo esta!
Se marcha.
Seth lo sabe.
- Fuiste tú.
- No pude resistirme.
Número: 24.- Pintura
- Pienso que deberíamos arreglar la habitación.
Seth no lo entiende. Primero, no le importaba lo de estar atrapados ahí, después, la maldita crisis y Johan depresivo siendo más insoportable que el Johan usual. Y ahora...
- Podríamos buscar pintura, de preferencia azul. Y hacer unas cortinas...
Parece hasta resignado.
- Bien, iré a buscar pintura, ve apartando la cama.
Y planeando una vida en común en ese lugar, como si fuesen pareja, joder.
- Johan...
Lo peor es que le está empezando a convencer.
- ¿Qué?
- ¿Dónde vas a encontrar pintura en este lugar?
- La dimensión proveerá.
Número: 25.- Tiza
Johan lleva casi un cuarto de hora raspando con la navaja la tiza, dejando caer el polvo sobre un trozo de papel.
- ¿Qué haces?
- ¿Que no es obvio?
No, no lo es.
Seth calla.
Johan sonríe y le hace girarse, alzando el trozo de papel a la altura de sus rostros.
- ¿Qué...? - No le da tiempo de hablar. Johan sopla, el polvo cae sobre él, estornuda. Cuando abre los ojos, Johan va saliendo.
- ¡Estúpido!
No tardará en perseguirle.
Y para Johan, saber que Seth le sigue, vale la pena lo que hará cuando le alcance.