En la entrada anterior nos habíamos quedado a los pies de la Giralda, pero aún quedaba algo más por contar del recorrido de aquel 25 de diciembre: la subida al Metropol Parasol. Y como este domingo pasado volvimos al mismo lugar pero fue un día mucho más completo me centraré en resumir el 4 de marzo en lugar de la segunda mitad del 25 de diciembre.
Retrocedamos al 1 de enero para comprender el objetivo de este día. Aquel día fuimos a Sevilla y, después de muchos años sin verse, mi padre se reencontró con su prima Virtudes. Ella, muy feliz por el reencuentro, nos invitó a comer algún día a su casa y ese día quedó fijado para el 4 de marzo. Y así, después de un madrugón llegamos a Sevilla sobre las 11:00 y en la parada del bus nos encontramos con Virtudes. Su nombre queda bien con ella porque tiene la virtud de conservar la sonrisa casi todo el tiempo. Y los abrazos entre mi padre y ella son puro amor, viendo esos abrazos uno nota el profundo cariño que existe entre ellos, y es que en su infancia fueron grandes compañeros de juegos y travesuras.
Y emprendimos el camino hacia su casa, donde nos esperaba su esposo y dos pequeñas cositas de las que me enamoré: Luna, una hiperactiva perrita negra de 2 años, y Rocky, un tranquilo perrito color canela de 17 años. Luna no paraba quieta, si estábamos de pie se ponía a dos patas a nuestro lado y si estábamos sentados aparecía entre nuestras piernas. Y a quien apenas dejó descansar fue a mí, porque cada vez que se me acercaba le acariciaba su lomo y eso le tuvo que gustar así que se me estuvo echando encima la mayor parte del tiempo. Se apoyaba sobre mis piernas y me miraba cara a cara con sus enormes ojos de loca, cosa que imponía un poco pero era adorable, además de muy pesada insistiendo en lamerme. Tanta atención me puso Luna que todos allí bromeaban con que al final me la tendría que llevar para mi casa. Y yo que tengo ganas de tener un perrito. :'(
Un rato después llegó otro primo de mi padre, hermano de Virtudes. Es un tipo con un sentido del humor algo ácido y un buen uso de la ironía y nos dio unas buenas risas a todos. Se me quedó grabada su gran frase «Yo sé que soy un HDP, todas las mañanas me miro en el espejo y pienso: Qué HDP soy. Y lo peor es que me deprimo, pero luego pienso que los hay peores y me vengo arriba». Más tarde llegó la bellísima hija de Virtudes y ya estuvimos los siete al completo, así que había llegado el momento de la comida familiar: un rico pollo al horno con patatas.
Y así estuvimos hasta las 16:00, cuando Virtudes, mi padre, mi hermana y yo nos fuimos hacia la estación del metro para hacer un largo viaje que nos recomendó ella. Resulta que en los tramos finales el metro circula por superficie y desde las ventanas se puede observar un bonito paisaje, el río y una densa Sevilla en el horizonte, así que los cuatro nos embarcamos en un largo recorrido de 18 km en metro que duró una hora. (
Clic aquí para ver todas las paradas de metro) Comenzamos el viaje en la estación 1º de Mayo, seguimos hasta el final de tramo en Olivar de Quintos, después del cambio de sentido nos quedamos hasta el otro final de tramo en Ciudad Expo y tras un cambio de sentido más nos bajamos en nuestro destino y que ya conocéis por la entrada anterior: Puerta de Jerez. Fue un buen viaje, poder disfrutar todos esos paisajes y contemplar a lo lejos el pequeño skyline formado por la Giralda (101 m), las dos torres de la Plaza de España (74 m), el Puente del V Centenario (120 m), el Puente del Alamillo (140 m), la Torre de los Remedios (66 m) y la Torre Pelli en construcción (86 m actualmente, 180 m cuando esté acabada) mientras estás tranquilamente sentado no tiene precio.
Y ya a pie, atravesamos la siempre espectacular Avenida de la Constitución y después de cruzar algunas callecitas llegamos a nuestro destino: Plaza de la Encarnación, lugar gobernado por el impresionante Metropol Parasol, también conocido como las Setas de la Encarnación. ¿Y qué es Metropol Parasol? Es una estructura de madera formada por seis enormes parasoles y en ella se ubican un mercado, una plaza elevada y un gran yacimiento arqueológico romano cuyos restos datan del siglo I en adelante y que ha sido reconvertido en un curioso museo subterráneo. El mayor atractivo que ofrece el Metropol es la posibilidad de acceder a la parte superior de sus parasoles (a 28 m de altura) y hacer un largo recorrido por la pasarela que rodea la estructura para disfrutar de unas magníficas vistas de la ciudad.
Estoy MUY decepcionado con las fotos, pensaba llevar mi cámara pero mi hermana me aseguró que su cámara de vídeo era mejor. Y quizá tenga un zoom magnífico, pero cuando he visto las fotos y esa pésima resolución de 640x480 me entró una profunda rabia. Mi cámara toma fotografías con una estupenda resolución de 3072x2304... En fin, aquí van, prometo actualizar con mejores fotos cuando vuelva allí armado con MI cámara.
Una parte del recorrido de la pasarela.
El restaurante sobre los parasoles.
Giralda, Catedral y Puente del V Centenario.
Puente de la Barqueta.
Puente del Alamillo. Desde su inauguración en 1992 es la construcción con mayor altura de la ciudad gracias a sus 140 m. Fue el primer puente del mundo diseñado con esa forma de arpa y posteriormente otras ciudades fueron haciéndose con uno similar, como Buenos Aires, Valencia, Jerusalén o MONTERREY. Y como la pésima calidad de esta foto y esos feos edificios impiden apreciarlo en todo su esplendor, dejo otras dos donde puede verse mejor.
Réplica del cohete Ariane (izquierda) y Torre Mirador (derecha), ambos construidos para la Exposición Universal de 1992 que tuvo lugar en la ciudad y que está por celebrar su 20º aniversario. Una lástima que actualmente no tengan ningún uso.
Torre Pelli con el enorme sol del atardecer a sus espaldas. Quedé muy satisfecho con esa foto, sin duda debo repetirla cuando la torre esté terminada. CON MI CÁMARA, CLARO.
Y un vídeo donde queda bien explicado qué es Metropol Parasol. Fue un gran día, quizá el mejor que he vivido en este año, pero a las 20:00 ya debíamos estar en la estación para volver a casa. Lo había pasado tan bien con Virtudes, quien no sabía si decirme primo o sobrino, que me dio un poco de tristeza tener que despedirnos de ella y verla alejarse mientras nos subíamos al bus, pero prometimos que pronto volveríamos a repetir un día tan memorable como este.
Próxima parada: Prado de San Sebastián.
TO BE CONTINUED...