Egoísta.

Jul 14, 2009 10:40

Fandom: Hachimitsu to Clover
Claim: Shinobu/Hagumi
Rating: Mature

Capítulo 2

Diariamente sus ojos se abren temprano por la mañana.

El despertador suena sobre la estantería de madera, con un chirrido desagradable, y aunque se cubra la cabeza entera con alguna almohada o lo derribe de un puntapié, sabe que ha llegado esa hora del día en que pese a ser aún de noche el deber la reclama fuera del lecho.

Repta por encima del colchón, bajo las sábanas, y su rostro se encuentra con el añorado hombro desnudo que acepta el peso de su cabeza con anhelo.

“Shuuji…” murmura, y la piel de sus mejillas se desliza por encima del contorno de un brazo que le envuelve vigorosamente bajo la presión de un cuerpo que no es el suyo. “Buenos días, Shuuji.”

“Buenos días, Hagu.”

Y ella sonríe, porque sus labios le besan la frente y el despertador finalmente calla.

Diariamente se arrastra fuera de la cama, sobre un piso de madera fría que le cala en los pies desnudos y la conduce a través de un departamento estrecho y silencioso. Toma una ducha, desayuna y se marcha, y las calles de Londres la reciben con una caricia brumosa que se cuela por sus cabellos rubios y la tela estrecha de su abrigo.

La estación del metro fluctúa bajo un mar de personas que hierven entre los pasillos apretados y las escaleras eléctricas. Abajo no hace frío, pese al viento que le azota el rostro conforme el tren se acerca, y ella se desliza dentro del gigante de hierro entre empujones y murmullos estridentes de conversaciones y risas matutinas. Oscila, pesa y se detiene, y conforme sus manos pequeñas se aferran a los bordes de un asiento, las luces brillantes en las estaciones la ciegan. Se deshace del cúmulo de brazos y piernas al llegar a la séptima parada; el portafolio bajo su brazo peligra al saltar hacia el puerto de concreto, seguida por un torrente de estudiantes más que la espolean y la arrastran como el cauce de un río. Cuando se percata está ya a las puertas de la universidad, sin haber movido apenas las piernas, y después se precipita por los jardines escaleras arriba en la búsqueda de un poco de paz.

Así sucede diariamente, pero Hagu ya no teme. Se ha acostumbrado a dejarse llevar por la corriente, al sonido estridente del despertador justo antes del amanecer, al sabor amargo del café y a los besos furtivos en la frente, sobre los desordenados cabellos rubios. Se ha acostumbrado a la lluvia fría sobre la cabeza desnuda, a la niebla gruesa que le deja apenas ver su propia nariz y el contorno de los edificios desdibujándose a su paso.

honey & clover

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