El comentario/análisis que hice sobre Tokio Blues tras la lectura para el Círculo de Lectores de Murakami. Lo posteo aquí porque creo que es uno de los análisis más concienzudos que he hecho en mucho tiempo y uvu
Veamos, tengo que comentar que conocí a Murakami no por este libro, sino por Kafka en la Orilla. Esto ha hecho que vea Tokio Blues (que no había podido terminar de leer antes) con una perspectiva clara: se nota que es de sus primeros libros (igual que El fin del mundo).
Para empezar, algo que creo que llama la atención de Murakami (o al menos a mí) es la pasividad absoluta del protagonista (masculino), siempre el espectador, que lo observa todo. Pocas, muy, muy pocas veces el protagonista hace algo que cambie la trama. Él se deja llevar, nunca inicia, nunca juzga. Es algo característico en sus libros, creo yo, y a mí me deja fascinada porque le da todo el protagonismo a las mujeres. No le llamaré feminista, pero creo que Murakami /adora/ a las mujeres en el sentido estricto de la palabra, las encuentra fascinantes y mágicas y a mí eso me tiene enamorada porque pocos autores (incluidas autoras) tienen ese cuidado con los personajes femeninos.
Respecto al libro, creo que Tokio Blues toca el tema de la autoestima y la autosuperación, las inseguridades cuando se es joven, de una manera sutil pero magistral, no te dice "y se suicidó porque no se quería" o "y terminó aceptándose a sí mismo" porque no es su estilo, pero está todo entre líneas, cada uno de los extremos en los que te puedes ver con este tipo de problemas. Para mí cada personaje representa una parte de este tipo de problemas:
Para mí Naoko es el nexo entre lo real y lo irreal. La residencia es el paso previo al surrealismo de sus otros libros, pero concentrados en solo un lugar. El capítulo 6 se siente como una “liberación" donde encuentra paz interior, un lugar apartado del mundo, casi increíble de creer que exista un lugar tan desconectado de todo. Creo que la residencia es la representación física de la paz interior que uno se encuentra cuando se acepta a sí mismo tal y como es.
Naoko representa la lucha por aceptarse así mismo (y lo que ocurre al perder esa batalla): ella se ve a sí misma como alguien roto, pero Watanabe jamás dice algo “malo” de ella. La ve “perfecta”. Pero ella no lo cree y ahí es cuando se pierde ella misma.
Pero lo mejor es que Murakami no te dice "quiérete o te pasará como a Naoko", sino que te pone la contrapartida:
Reiko. En mi opinión, Reiko representa la esperanza de que SE PUEDE. Para mí es, junto con Midori, la pieza clave del libro: sin ellas, Tokio Blues sería el libro más deprimente del mundo. Reiko es la demostración de que en el fondo todo se supera, es, en contraposición a Naoko, la lucha (y lo que puede ocurrir al ganar esa batalla). Ella dice “no creo ser capaz de salir de aquí”, pero Watanabe le dice “yo creo que sí podrías”. Es fuerte; al final del libro, sale de la residencia preparada para enfrentarse al mundo real. No nos dicen lo que ocurre con ella, pero Murakami da todas las pistas, sabes que conseguirá sobrevivir en este mundo tan hostil.
La historia con la niña de Reiko creo que también está relacionado con el tema de la autoestima: la niña perfecta, pero que realmente no lo es. A mí este personaje me conmovió, me pareció muy triste que intentara acostarse con Reiko. Para mí, la niña no era mala, sino que admiraba a Reiko por ser todo lo contrario a ella (Reiko es perfecta en su imperfección y la niña es, por jugar con las palabras, totalmente imperfecta en su perfección) y "necesitaba mancharla". Necesitaba romperla para sentirse bien consigo misma, y eso es triste. ¿Cuántas personas en la vida real hay así?
Midori... Midori es el mundo real. Es la que peor lo pasa realmente (muerte de ambos padres, poco dinero, etc.), pero es la más alegre. Para mí es más "irreal" que Reiko en el sentido de que Reiko llegó a aceptarse después de romperse. Midori llega y está aceptada. Yo la veo como la... culminación de aceptarse a uno mismo. No sé explicarlo, es como "lo que ocurre cuando te quieres a ti mismo", el final del camino de Reiko (y del camino que hubiera recorrido Naoko de no haberse dejado vencer). Midori es “imperfecta” para Watanabe (ella misma lo dice, “no debería haber hecho esto, o aquello, etc.”), pero NUNCA deja de aceptarse a sí misma. Se intuye que Watanabe la juzga a veces (como hacemos todos), pero eso no la detiene. Se enfada, es caprichosa e infantil, pero es así, no va a cambiar por Watanabe.
En cuanto al triángulo Naoko-Watanabe-Midori... Bueno, apartándonos de que creo que cada personaje representa las diferentes perspectivas del problema de la autoestima, creo que hubiera sido más interesante quizás si Naoko sí hubiera superado sus problemas, porque entonces Watanabe hubiera tenido que elegir entre "la chica que está luchando todavía" (Naoko) y "la chica que ganó la batalla hace tiempo" (Midori). Que Naoko muera es, desde el punto de vista romántico, una salida fácil y creo que la única “pega” que le puedo poner al libro. (Aunque los personajes y sus relaciones dan tanto de sí que, mirándolo desde otras perspectivas, el final es perfecto así que pega-pega… poco).
Otro personaje que me ha fascinado es el de Nagasawa. Me ha encantado que tuviera las cosas tan, TAN claras, los principios regios y que los siguiera sin cuestionarse. Para mí, Nagasawa es, respecto a lo de la autoestima, el papel que juega el orgullo. Creo que Nagasawa SÍ quiere que alguien le entienda (dice que no porque ha escogido vivir así, y una vez hecha la elección, no ve digno retirarse aunque esté mal), ¿por qué? Porque no deja de repetirle a Watanabe que, en el fondo, es como él. Para mí es un grito de socorro, un “tú me entiendes, sabes que no soy TAN malo”. Y Watanabe, creo, en el fondo le comprende, pero no comparte ese orgullo suyo de no poder decir “me equivoqué”. Hay veces que, cuando nos sentimos mal con nosotros mismos, nos protegemos con una capa de orgullo y dignidad (que es totalmente falso), y para mí Nagasawa es eso y me parece muy, muy interesante.
De los personajes creo que eso es todo, pero también me gustaría hablar de otro tema: la culpa.
Si los detonantes de todo son la muerte: (con la de Kizuki, Naoko y Watanabe, tan jóvenes, se dan cuenta de que hay un final; el padre de Midori muere como otro “recordatorio” para Watanabe; Hitsumi se suicida (y para mí, en mi canon personal (¿?), es cuando Nagasawa toca fondo aunque no se muestre: no se le vuelve a ver, y yo creo que aunque no se suicida, para mí “muere” por dentro. Se seguirá moviendo pero no tendrá ningún motivo para seguir), la culpa es el hilo conductor (y creo que muestra MUY bien la diferencia entre Naoko y Midori, y quererse a uno mismo y no hacerlo:
Cuando Kizuki muere, Naoko no puede soportarlo. Creo que no lo dice, pero Naoko se culpa y ESE es su monstruo. No pudo evitar perder a Kizuki (el amor de su vida), como tampoco pudo evitar perder a su hermana. A partir de ahí, todo va cuesta abajo para ella.
La muerte del padre de Midori es en mi opinión un para Watanabe de que hay un final en esta vida (y a partir de ese momento, la muerte está presente todo el tiempo con Hitsumi, y luego con la propia Naoko), y también una manera inteligente de mostrarnos cómo una persona sana (curioso, la más “sana” de todos es la más rara, la más extraña, la que dice y hace “más locuras”) se enfrenta a la muerte: cuando muere su padre, no hay culpa. Midori se desnuda ante el cuadro de su padre (que es su manera de despedirse, de decirle “esta soy yo, papá, y como te quiero, te dejo verme tal y como soy una última vez. Nunca me juzgaste, y por eso te regalo mi yo más sincero”). Después de eso, le deja ir, que es lo más sano.
(Con Naoko, todo se resume en Kizuki y su hermana, una y otra vez).
Hay otro tema menos importante que me parece curioso, y es que la pasividad de Watanabe no solo se ve en el tema personal sino en su absoluto pasotismo por el entorno político (cosa que es bastante distinta a otros libros suyos como Crónicas, que tiene páginas y páginas sobre política, guerras…) Me llamó mucho la atención habiendo leído otros libros suyos xD
Y por último, para acabar con un buen sabor de boca después del tochazo, mis citas favoritas:
“People are strange when you're a stranger- Jim Morrison.”
“Me gustas como un oso en primavera.”
“Aquello era muy propio de mí: cuando algo me absorbía perdía de vista el mundo que me rodeaba. […] Al pensarlo, me sentí angustiado. No soporto herir a las personas y encima alguien a quien quería tanto.”
“Piensa que la vida es como una caja de galletas”
“Tú siempre estás encerrado en tu propio mundo y, cuando llamo a la puerta, ‘toc toc’, te limitas a levantar la cabeza antes de volver a encerrarte.”
“Las cosas fluyen hacia donde tiene que fluir, y por más que te esfuerces e intentes hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres”.
“No te reprimas por nadie y, cuando la felicidad llame a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz”
“El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso”.