EXO; 88D!AU Chanyeol/Baekhyun [Un sueño borroso, (Ask FM!Drabble)]

Mar 25, 2014 01:03

Título: Un sueño borroso (Ask FM Drabble)
AU: 88 Días!AU
Fandom: EXO
Pairing: Chanyeol/Baekhyun
Rating: PG
Palabras: 1.527
Summary: Hasta ese momento, toda la situación había parecido sacada de una especie de sueño raro.
Notas: Chanyeol PoV de la escena de la invitación del capítulo 8 de 88 Días.

Cuando Chanyeol volvió a su habitación, increíblemente satisfecho por el hallazgo que había encontrado en la nevera - restos de la comida de aquel día, guardados en un tupperware y estratégicamente escondidos tras un par de botellas de leche - se encontró a Baekhyun subido en la silla de su escritorio, pegado a una de las estanterías y con algo en las manos.

Al principio, estuvo a punto de reírse. Imaginarse a su vecino frustrándose por no poder alcanzar la balda superior (porque por mucho que dijera, estaba claro que estaba muy alta para él) y subiéndose a una silla porque se había empeñado en que iba a bajar el libro que le faltaba por resumir fuera como fuese lo hacía querer soltar una carcajada, meterse con su tamaño y revolverle el pelo. Cuando quería, Baekhyun podía ser la cosa más estúpidamente adorable del universo entero, y Chanyeol se encontró sonriendo y dando un paso hacia él. No obstante, hubo algo que lo hizo detenerse y únicamente observarlo desde el umbral, con una mano todavía sobre el picaporte de la puerta.

Baekhyun, delante de él, estaba pálido, pálido como un fantasma. Desde su posición, Chanyeol sólo podía verlo de perfil, pero aquello resultaba suficiente para percatarse de cómo se estaba mordiendo el labio, de cómo los dedos de una de sus manos estaban cerrados contra la balda de la estantería, como si estuviera débil y se fuera a caer de bruces allí mismo. Visto así, parecía increíblemente afectado por algo, casi físicamente enfermo, y el chico sintió una punzada de preocupación.

-¿Baek? -lo llamó-. ¿Qué haces ahí arriba? ¿No te dije que me encargaba de bajar el libro yo?

Su vecino dio un respingo y se giró a mirarlo, con los ojos muy abiertos primero, y luego con el rostro contraído en una expresión que Chanyeol no fue capaz de identificar, pero que hizo que el corazón se le acelerase en el pecho de todas formas. Era la expresión del que ve algo muy triste por primera vez, la expresión de alguien que ha perdido alguna y sabe que, haga lo que haga, no va a poder recuperarlo nunca.

-¿Todavía tienes esto? -le preguntó en un susurro, girándose hacia él del todo y levantando la mano para que él pudiese ver lo que tenía entre los dedos. Al principio, Chanyeol no sabía qué era todo aquello, a qué se estaba refiriendo su vecino sujetando una hoja de cartón doblado y roto como si fuera algo increíblemente valioso, pero no tardó en identificar los colores y las formas y entonces supo lo que estaba pasando allí.

Apenas hacía un instante, había estado a punto de correr hacia Baekhyun, tratar de tranquilizarlo, decirle que bajara de allí y dejara de hacer el tonto, pero el verlo sosteniendo su antigua invitación de cumpleaños, mirándolo y preguntándole por qué la tenía todavía lo hizo sentirse increíblemente tenso, como si Baekhyun, que antes había encajado de modo perfecto en su habitación, como si llevara viniendo toda una vida, hubiese vuelto a convertirse en un extraño, uno que no podía estar allí y que debía marcharse de inmediato.

-¿Eso? -la invitación rota era su secreto, algo que había recogido del suelo cuando el propio Baekhyun la había despreciado porque le dolía la mera idea de pensar que algo en lo que había puesto tantas esperanzas acabara en un cubo de basura, donde desaparecería para siempre sin importarle a nadie. De niño, la había mirado mucho, cada vez que su vecino le hacía un feo o le decía algo especialmente hiriente; luego, la había guardado en un cajón, olvidándose de ella, y sólo había vuelto a sacarla un par de semanas atrás, para recordarse a sí mismo (después de otro feo más) que entregarle el corazón del todo a Baekhyun, por muy precioso que fuera el otro chico, podía implicar que su vecino podía acabar rompiéndoselo. Como ya había hecho otra vez, aquella vez, y Chanyeol no sabía si estaba preparado para algo así-. Lo metería allí hace años; se me había olvidado que estaba.

Estaba mintiendo, claramente, y por el modo en el que Baekhyun, todavía en la silla, estaba sacudiendo la cabeza, parecía claro que su vecino se había dado cuenta. Allí subido, parecía muy pequeño.

-No -estaba susurrando-. No. Yo no…

-Baek, baja de ahí y dame eso. Vas a caerte si sigues subido a esa silla.

Levemente exasperado, Chanyeol se acercó a donde estaba su interlocutor, tratando de quitarle la invitación de las manos, apartar aquella silla de su alcance y hacer que se acabara todo de una vez, pero Baekhyun hizo una especie de ruido y se encogió sobre si mismo. La silla, a sus pies, tembló.

-No -repitió.

-Dámela, Baekhyun. Por favor.

Chanyeol no supo cómo había ocurrido pero, antes de poder acercarse a él del todo, Baekhyun había hecho alguna clase de movimiento extraño y la silla, con él encima, estaba precipitándose hacia delante. En aquel momento, Chanyeol no pensó: Baekhyun se estaba cayendo, con un grito en los labios y el miedo en los ojos, así que él avanzó un paso y trató de alcanzarlo, de sostenerlo en pie. La silla golpeó contra la pared, el cuerpo cálido de su vecino se estrelló contra su pecho. Y, comparado con él, Baekhyun era tan pequeñito, pesaba tan poco, que podría haber logrado mantenerlo en su sitio de no ser por la inercia, pero se encontró cayendo de espaldas, quedándose sin respiración al chocar contra el suelo a causa del impulso. Los pulmones se le vaciaron, sus gafas salieron despedidas y, de repente, Baekhyun estaba cálido contra él - sobre él - y el mundo a su alrededor se había vuelto borroso.

-¡Baek! ¿Estás bien, Baek? -lo llamó, a pesar de todo, porque podía sentir todos y cada uno de los puntos en los que el otro chico estaba presionado contra él (le estaba respirando contra el cuello, maldita sea, con los labios pegados contra su piel) pero no lo estaba notando moverse. Tratando de pensar, lo sujetó por los antebrazos, lo apartó un poco de él y lo sacudió-. ¿Te has hecho daño?

El rostro de Baekhyun era una mancha difuminada a muy pocos centímetros del suyo, pero Chanyeol pudo distinguir cómo abría los ojos, cómo lo miraba mordiéndose el labio por un instante, y luego se apartaba a buscar algo.

-Estoy bien -murmuró, colocándole lo que a todas luces eran sus gafas perdidas contra la nariz y rozándole el rostro con los dedos, aquellos dedos, en el proceso. Últimamente, los dos pasaban mucho tiempo juntos, pero Chanyeol estaba seguro de que nunca habían estado tan cerca, no hasta el punto de quedarse sin respiración porque las manos perfectas de Baekhyun estaban más suaves de lo que él había pensado contra su piel-. Yo quería…

-Baekhyun -era sólo una palabra, un nombre, pero, involuntariamente, dejaba traslucir demasiado, y Chanyeol rogó para que su vecino lo dejara pasar y no se diera cuenta. Cuenta de que, si antes había  querido echarlo de su habitación, ahora estaba sintiendo un ansia terrible por pegarlo contra él, por besarlo y descubrir si el resto de su piel era tan suave como aquellas manos. No había nadie allí. No había nadie más. Podía hacerlo. Podía…

-Yo no quería hacerte daño -murmuró el otro chico, sin apartarse de él, sin moverse. Chanyeol respondió porque tenía que decir algo.

-No. Me querías lejos.

“No pienses que no me acuerdo. No pienses que no lo sé”

-Pero ahora estoy aquí, ¿no? Estoy aquí.

-¿Lo estás?

Baekhyun se mordió el labio, asintió con suavidad, y Chanyeol se encontró siguiendo el movimiento de su boca con los ojos entornados. No sabía qué hacer con sus manos, con su cuerpo, consigo mismo, y de lo único que estaba seguro era de que, no sabía si estaba soñando o no, pero quería, quería, quería - quería a Baekhyun, tal y como estaba ahora, cerrando los ojos, aferrándose a su sudadera, acercándose a él como si quisiera también.

Estaba seguro de que lo habría acabado besando, allí, en el suelo de su habitación, de no haber sido por los golpes contra la puerta. Hasta ese momento, toda la situación parecía salida de una especie de sueño raro, pero aquel repentino sonido lo devolvió a la realidad de un plumazo, y Chanyeol fue plenamente consciente de lo que podría haber pasado si los hubiesen llegado a dejar solos un segundo más, y cuánto podría llegar a haberse arrepentido después, conociendo a Baekhyun.

-Chicos, ¿estáis bien? -exclamó la voz de su hermana. Hermana que, obviamente, llevaba toda la tarde en casa-. He oído un golpe muy fuerte allí dentro.

Baekhyun se había apartado de él de un salto y no estaba diciendo nada, y Chanyeol casi podía sentir el frío de su ausencia contra la piel.

-¡No ha sido nada! -exclamó, utilizando el tono más alegre de todo su repertorio-. Baekhyun se ha subido en una silla y casi tiene un accidente, pero estamos bien.

Y durante un instante, se preguntó si el decir algo como aquello después de lo que acababa de pasar podía considerarse, o no, una mentira.
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au: 88 dias, fic: short fics/drabbles, !drabble, fandom: exo, rating: pg, pairing: chanyeol/baekhyun

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