EXO [Reminiscencia, Parte 1: Luz (de mi vida) (13/17)]

Jul 20, 2015 21:22

Título: Reminiscencia
Parte: Primera, Luz (de mi vida)
AU: Reminiscencia!AU
Fandom: EXO
Pairing: Chanyeol/Baekhyun, Kai/D.O, Suho/Chen
Rating: R
Palabras: 9.365
Summary: Baekhyun soñó. Soñó con las sirenas de las ambulancias, con el calor asfixiante sobre la piel. Soñó con un chico hecho de fuego, con un grito sobre el silencio; con otro hombre, de rostro muy joven y ojos muy cansados, leyendo la etiqueta que alguien le había colocado en el pie.
Y de repente, todo seguía pareciendo un sueño, pero él había abierto los ojos y estaba quieto, de pie, en el lugar en el que había empezado todo.
[Reminiscencia (del latín: reminiscentia)
-Acción de representarse u ofrecerse a la memoria el recuerdo de algo que pasó.
-Recuerdo vago e impreciso]


Hay un momento en el que debes comenzar a afrontar tu destino.



Parte Primera - Capítulo 13

-¿Tú crees que debería odiarle?

Cuando Baekhyun había llegado al cuarto blanco, Luhan había estado ocupado una vez más, con los ojos cerrados y los labios temblándole, formando susurros inconexos, palabras a las que apenas les estaba poniendo voz. El chico suponía que podría haberse ido en lugar de esperar, pero ya había acabado su sesión de entrenamiento matinal, así que decidió esperar junto a la puerta, sentándose con la espalda apoyada en una de las paredes blancas. No pronunció su pregunta hasta que los cables hubieron dejado de vibrar y Luhan hubo abierto los ojos para mirarlo, con una sonrisa en los labios y una ceja arqueada.

-¿De quién me estás hablando? -preguntó-. ¿De Oh Sehun? Por lo que sé, hay novedades en su caso, ¿no?

-¿No te ha informado Suho? El registro en su casa nos acabó llevando al hospital. Tiene una enfermedad incurable.

Luhan parecía volver a tener el cien por cien de su atención en la Sala de Control de nuevo, así que, suspirando, Baekhyun se levantó y se acercó a él. Sentado y prácticamente inmóvil en su silla blanca, el único modo en el que el otro Reminiscente reaccionó al verlo aproximarse fue alzando levemente el rostro para mirarlo. Sus ojos eran muy oscuros, casi negros, en contraste con la blancura a su alrededor.

-Es lo que me han dicho, sí -respondió-. Eso explica muchas cosas.

Baekhyun asintió, despacio, decidiendo que no se sentía cómodo mirando a Luhan desde arriba para una conversación así y procediendo a sentarse a sus pies, jugueteando con los dedos sobre el regazo antes de decidirse a hablar.

-Cuando estábamos en el hospital, nos encontramos a Yixing. Nos dijo que lo que le habían prometido a cambio de todo esto había sido matarlo.

-Tiene sentido, también -respondió Luhan tras un momento.

-¿Es lo que crees? ¿Es normal que lo que quiera a cambio de ayudar a los Caídos sea que lo maten para convertirse en uno de ellos? Sé que está enfermo, pero… Entiéndeme, yo estaba intentando salvarlo. Conseguir que viviera, ya que él todavía puede, pero, ¿resulta que no quiere? ¿Que si me ha vendido y ha hecho todo esto es porque quiere morir? He estado pensando en ello y ni siquiera sé muy bien qué hacer ahora. ¿Qué es lo que puedo hacer? ¿Acorralarlo y decirle que, por mucho que vivir en Reminiscencia le parezca mejor que morir, yo creo que estaría mejor vivo que Caído?

-Podrías hacerlo -replicó Luhan con una sonrisa-. No me parece tan mala opción.

-No creo que me escuche.

-Baekhyun, yo entiendo su situación.

-¿Eh? -cuando el chico levantó los ojos de sus dedos para mirarlo, Luhan estaba apoyado sobre el respaldo de su silla, con los cables plateados vibrando tras él de un modo tan suave que habría sido posible olvidarse de que seguían estando allí.

-Tú quieres salvarlo porque guardas buenos recuerdos de cuando estabas vivo, pero tu vida y la suya son muy distintas. Cada una de las personas que han venido a parar aquí existían antes en el otro plano, ¿recuerdas? Y algunas de ellas lo darían todo para volver atrás, posiblemente como tú. Pero otras existen aquí sin más, y otras prefieren estar muertas que vivas. Reminiscencia tiene muchas cosas que ofrecer.

-Pero Reminiscencia es temporal, Luhan.

-No para ellos; no exactamente, si has Caído -lo corrigió el otro chico con suavidad-. Y si todo lo que te queda en el plano de los vivos es sentarte en una cama y esperar a morir, puedo comprender que haya gente que prefiera adelantar el proceso.

-Chanyeol también dijo algo parecido -murmuró Baekhyun, flexionando las piernas y acercándolas a su pecho para poder apoyar el mentón en las rodillas-. No es que Sehun le guste demasiado, pero me ha pedido a mí que no lo odie. Supongo que vosotros entendéis su punto de vista mejor que yo.

Hasta aquel momento, Luhan había estado relativamente serio y muy quieto, pero soltó una carcajada al escucharlo, echando la cabeza hacia atrás sobre el respaldo y haciendo que los cables tras él tintinearan, chocando los unos contra los otros con un sonido claro como el cristal.

-¿Chanyeol te ha dicho eso a ti? Vaya, todo este asunto de tu vida amorosa se está volviendo más y más interesante por momentos -bromeó. Baekhyun tendría que haber estado acostumbrado ya a los comentarios de Luhan sobre aquella clase de temas, pero el aliento se le quedó trabado tras los labios en cuanto su cerebro hubo procesado las palabras. La última vez que él había visto a Chanyeol había sido la noche anterior, en la azotea, dormido con la espalda contra la pared y un libro abierto en el regazo, y por si el recuerdo por sí mismo no bastara para hacer que algo en el estómago empezara a darle brincos estaba el hecho de que quizá, y sólo quizá, Baekhyun se hubiera aprovechado de la situación para besarlo. El qué quería decir aquello era algo en lo que el chico no quería pensar. No cuando tenía que concentrarse, y entrenar, y tenía que resolver todo el asunto con Sehun, y ni siquiera sabía si a Chanyeol…

-¿Por qué siempre tiene que estar mi supuesta vida amorosa metida en todo? -protestó-. Lo único para lo que tú sacas el tema es para reírte de mí, y cuando en lugar de ti es Chanyeol quien habla de ello, acabo sintiéndome mal porque él no se acuerda de la suya.

-Si es que tuvo una.

-Claro que la tendría, ¿por qué no iba a tenerla? Pasa de sobra el estándar mínimo de atractivo que… -Luhan lo estaba volviendo a mirar con aquella chispa divertida detrás de las pupilas, así que Baekhyun decidió suspirar y cambiar de tema antes de acabar diciendo algo que le valiera burlas durante las próximas dos semanas-. ¿No crees que tiene que ser muy raro? El no acordarse de nada, así.

-Es una Pena dura, una de las más duras que yo he visto -concedió Luhan-. Pero él la lleva mejor de lo que lo haría yo. Prefiero la mía, incluso. Puede que esté encerrado en una celda, pero por lo menos sé quién era antes de venir aquí.

Baekhyun acomodó mejor el rostro sobre las rodillas, clavando los ojos en el espacio hueco sobre sus cabezas, en el que el blanco se degradaba hasta convertirse en negro, tragándose los hilos de cristal que rodeaban a Luhan.

-¿Tú sabes si…? ¿Crees que se habrá buscado a sí mismo por internet o algo así? -susurró.

-¿Qué?

-Chanyeol puede materializarse en el mundo real, podría usar un ordenador, o mirar los periódicos. ¿No se habrá buscado a sí mismo, para tratar de averiguar quién es? Gente que se llame Chanyeol y que haya sufrido una muerte trágica.

-Podría, pero no sé si lo ha hecho -respondió Luhan encogiéndose de hombros-. Lo que sí que sé es que Kris y Chanyeol llegaron a Reminiscencia más o menos al mismo tiempo y que fue él el primero en no contarle nada. Desconozco si al principio Chanyeol intentó buscar respuestas a sus preguntas por su cuenta, pero lo que sí que creo es que ya no lo hace. Existe aquí, sin más. Tal vez haya pensado que le da igual saber quién es o no.

Baekhyun recordaba a Chanyeol, hablando del cielo, del mundo y de sus recuerdos, y negó con la cabeza.

-No -susurró-. No creo que le dé igual. Siempre está mirando a las estrellas porque dice que las recuerda y… también dice que se acuerda de mí. Parecía muy triste cuando le dije que yo no sabía quién era él. No creo que nadie se pusiese así si las respuestas le diesen igual.

-Pobre Baek. Tú eres el único recuerdo más o menos vívido que tiene y aun así no te acuerdas de él -la sonrisita de Luhan pareció bailarle en los labios hasta que acabó convirtiéndose en un gesto pensativo, suave-. Pero no sé por qué, las estrellas y tú. Probablemente le causaste una impresión muy fuerte, o bien cuando estaba vivo o bien cuando murió.

Baekhyun se giró hacia él con el ceño fruncido.

-Yo no he estado presente en la muerte de nadie, salvo en la mía propia, gracias -replicó-. Y considerando lo fuertes que son los poderes de Chanyeol, casi lo prefiero así. No sé si me gustaría saberlo; no si él mismo no lo sabe.

-Ah, probablemente fue algo traumático, sí -concedió Luhan-. Tal vez haya olvidado porque eso sea mejor que recordar.

El vello en los brazos de Baekhyun se erizó, y el chico se pasó los dedos por el brazo, tratando de concentrarse en la suavidad de su piel, para intentar calmarse.

-No creo que su muerte sea algo tan turbio -protestó-. Si hubiera sido una cosa especialmente horrible, habría aparecido en las noticias, ¿no? Se habría hablado de ello.

-No tiene por qué. Lo traumático de la muerte de cada uno es relativo, ¿no te parece? El dolor, el sufrimiento y la angustia sólo dependen de uno mismo.

-Pero…

-Somos amigos, ¿verdad? Así que puedo contarte una historia -Luhan lo interrumpió sin alzar la voz, pero Baekhyun se quedó callado, acomodándose mejor sobre el suelo blanco y frío para poder observarlo bien-. Es la historia de un niño que sabía demasiado, que era demasiado listo. Siempre tenía que ser más inteligente que los demás, en la escuela, en la vida, con sus seres queridos. Llegaba a ser irritante a ratos, supongo, porque nunca escuchaba lo que le decían. Para él, sus decisiones eran las mejores, y eso fue lo que acabó saliéndole caro.

El cuarto estaba tan silencioso que el sonido de la respiración de Baekhyun prácticamente parecía retumbar sobre las paredes.

-Luhan… -comenzó a decir, pero el otro chico se rió.

-Con un trasfondo así, casi es normal esperar un desenlace épico, ¿verdad? -susurró-. Una gran mente, un gran final. Pero no fue así. El chico murió, claro, pero lo hizo por una tontería. Verás, podía ser listo, pero definitivamente no era rico. Su padre se había marchado a trabajar al extranjero y nunca estaba, y su madre tenía una peluquería, en los suburbios. Vivían en un apartamento encima del local, su hijo y ella, y la buena mujer siempre le decía que no se entretuviera por el camino después de clase, y que siempre volviera a casa por calles anchas. Era ella quien había ahorrado durante años para poder pagarle a su hijo la matrícula de la universidad. Y a pesar de todo, él no escuchaba, Baekhyun. Siempre hacía lo que quería.

-¿Qué… Qué fue lo que pasó?

-El chico se quedó a propósito hasta la madrugada en la ciudad, un día en el que no quería volver a casa. Cuando lo hizo, era tarde, y pensó que las cosas malas solamente les pasaban a otros, no a él. Sabía que atajando por calles poco concurridas llegaría a casa antes; sabía que era mala zona; sabía que podía buscarse problemas. Supo que era imposible huir cuando los encontró. Sabía que la gente con la que se topó no tenía buenas intenciones; sabía que había visto demasiado, y la bala en la cabeza que llegó para silenciarlo ni siquiera dolió. Lo que quede de mi cuerpo probablemente esté en el fondo del río. La última vez que decidí comprobarlo, la policía todavía no había encontrado el cadáver.

Los cables empezaron a vibrar otra vez en el momento en el que Baekhyun se arrodilló, acercándose a Luhan lo suficiente como para ponerle una mano en la rodilla.

-Luhan, yo…

-A veces me lo pregunto, ¿sabes? Si el hecho de que mi Pena me obligue a tener todo esto conectado a la cabeza es porque la bala entró justamente por aquí -los dedos blancos del chico acariciaron un punto, detrás de su oreja, por debajo del pelo claro. Había hilos de plata a su alrededor, hundiéndose también bajo su cabello como las cuerdas de una marioneta-. Pero, ya lo ves. Lo que pretendía decirte con todo esto es que lo duro o doloroso de una muerte puede ser relativo. Mi caso ni siquiera apareció en las noticias; en la sección de sucesos de algún periódico local, tal vez, o en horario de baja audiencia de un telediario, pero no más. Y, sin embargo, la angustia para mí fue real. Ese período en el que era consciente de que sabía demasiado, de que me iban a matar y que, por mucho que gritara, mi madre no iba a estar ahí para abrazarme, existió. Pensé en ello, ¿sabes? Antes de que llegara el disparo. En que se despertaría al día siguiente, y vería mi cama hecha, se preguntaría dónde estaba yo y no llegaría a saberlo nunca. Nunca.

Tal vez, Baekhyun hubiera tenido que decir algo, consolarlo de alguna forma, pero Luhan no parecía triste como tal, sino más bien resignado, todavía algo enfadado, quizás, aunque no quedaba claro con quién.

-Lo siento -acabó diciendo. Su familia también había perdido un hijo, pero por lo menos la policía les había entregado el cuerpo. Habían podido organizarle un funeral; había pancartas en su memoria en la universidad. Había estado tan dañado que habían tenido que reconocerlo por la ficha dental, pero no había desaparecido de la faz de la tierra de la noche a la mañana, como si nunca hubiera estado allí.

-Puede que Chanyeol sea como yo -añadió Luhan, posando su mano sobre los dedos que Baekhyun todavía tenía en su rodilla-. Tal vez el único que sepa cómo murió sea Kris, quizás porque estuviera allí, aunque llegaran a Reminiscencia con un lapso de días de diferencia. Quién sabe.

-Espero que no -murmuró Baekhyun. El poder de Chanyeol era el fuego, y las llamas podían hacerle mucho daño a una persona. Luhan era uno de sus pocos amigos en aquel lugar, y la imagen mental de un desconocido disparándole en la sien ya era bastante difícil de asimilar. El imaginar a Chanyeol sufriendo, fuera del modo que fuese, era un pensamiento insoportable.

-Puede que tú no lo veas así, chico de Luz, pero has tenido suerte -dijo Luhan entonces, haciéndolo regresar al mundo real de golpe-. Tu muerte fue rápida, ¿no? Rápida y sin dolor. En ese sentido, eres el niño bonito de Reminiscencia.

Ahora sí, Baekhyun no supo muy bien qué responder.

--

Kyungsoo estaba detenido en la esquina del cuarto de entrenamiento en la que almacenaban las armas, observando el despliegue de varas, escudos y espadas romas que estaban apiladas allí con ojo crítico.

Había vuelto a usar varas para entrenar con Baekhyun antes, y si bien el chico estaba mejorando en lo que respectaba a luchar con un arma - ya no dejaba tanto el flanco abierto, ni con ellas, ni con las espadas o los cuchillos - seguían sin avanzar en el punto más importante.

“¿Tan débil es su poder?” se preguntó, sacudiendo la cabeza y lanzando una última mirada a las armas antes de dirigirse hacia la salida. “Ahora mismo, Baekhyun se está esforzando. Debería mejorar. ¿Qué es lo que estamos haciendo mal?”

Se suponía que los poderes acababan despertando y haciéndose más fuertes de modo natural, según su amo los necesitara pero, o bien los de aquel chico eran verdaderamente inútiles, o bien seguían atrofiados, y él no sabía muy bien cómo demonios hacer para solucionar algo así.

-Debería ser fácil, llamar a su fuerza interior -murmuró-. Todos nosotros podemos. Incluso yo…

Tragando saliva, Kyungsoo cerró los ojos. Siempre había odiado convocar su poder, porque detestaba y temía a la fuerza que latía dentro de él a partes iguales, pero la idea de poder hacerlo - concentrarse y sentir el torrente de energía circulándole por las venas, arrastrando con él todos sus pensamientos coherentes - siempre le había resultado más tentador de lo que le hubiese gustado admitir.

Había dejado de andar y estaba muy quieto, respirando con fuerza, en mitad de la sala. Las paredes ya estaban marcadas, con arañazos, raspones y quemaduras de otros Reminiscentes que habían entrenado allí antes que Baekhyun o que él. Ahora que lo pensaba, hacía tiempo que no liberaba a la bestia, que no la dejaba respirar y destruir todo a su paso.

No debería pensar en ello. No podía permitirse pensar en ello, pero aquel era el descanso de mediodía de Baekhyun, y su pupilo no volvería hasta la tarde, así que tal vez…

Kyungsoo había contenido la respiración, a punto de ceder, cuando sintió el aire moverse delante de sus narices. Cuando abrió los ojos, alerta, todo lo que pudo ver fue cuero.

-¿Qué…? -murmuró, retrocediendo un paso. Tuvo que alzar la vista para mirar al intruso a la cara, y con lo que se encontró fue con la expresión, casi sorprendida de Kai-. ¿Qué es lo que estás haciendo aquí y por qué te ha parecido oportuno materializarte encima de mi persona?

-No me he materializado encima de ti, sino al lado -empezó a concretar Kai, como si aquello tuviera alguna clase de importancia. No tardó en interrumpirse, no obstante, y en observar a Kyungsoo con una sonrisita petulante-. Vaya, no sé por qué será, pero detecto un aumento en tu energía. ¿Estabas entrenando, Kyungsoo? ¿Ibas por fin a liberar tu poder? ¿Es eso?

-No me vengas con tonterías. He bajado aquí porque estaba entrenando a Baekhyun.

-Yo no veo a Baekhyun por ninguna parte.

-Está en su período de descanso -no tenía sentido discutir y Kyungsoo se cruzó de brazos, manteniendo la espalda muy recta-. Ya viniste a ver a Baekhyun una vez, así que dudo que hayas vuelto por él. No eres uno de nosotros, según dices, así que si has entrado a nuestra base es porque estás aquí por algo. ¿Qué quieres?

-Muy bien, muy bien. Veo que no quieres hablar. De acuerdo, he venido a reunirme con Suho.

-¿Con Suho? -Kyungsoo se había esperado muchas cosas, pero aquella en concreto, no. Kai siempre había dejado muy claro que no le gustaba tener que obedecer a un líder, ni a la Rueda. Le habría costado creer que alguien como él pudiera llegar a buscarlos por voluntad propia de no haber tenido al otro chico delante, mirándolo con una mano sobre la cadera y las cejas alzadas.

-Sé que le informaste de que estuve aquí la otra vez, así que he decidido materializarme aquí a ver si, por suerte, estabas en esta habitación y podías llevarme hasta él. Mi otra opción era aparecer de repente en mitad de su despacho, pero dudo que a vuestro líder eso le hubiese parecido un movimiento aceptable por mi parte.

-Podías haberte aparecido fuera del hotel. Llamar a la puerta. Los timbres existen.

-La cuestión es cuánto habríais tardado en decidir que no soy una amenaza y abrirme la puerta.

Los dedos de la mano derecha de Kyungsoo se crisparon sobre su antebrazo. Seguía teniendo los brazos cruzados, y luchó por relajarse.

-Eres imposible -susurró-. ¿Qué es lo que quieres? ¿Me lo vas a decir? Soy el segundo al mando en este hotel.

-Todo un logro, no me cabe duda, cuando en total sois cinco personas -de tener un arma en la mano, Kyungsoo habría golpeado a aquel idiota con ella en las narices, pero Kai no tardó en sacudir la cabeza y sustituir la mueca burlona por una expresión seria, normal-. Estoy seguro de que lo que vengo a deciros va a interesaros, a tu líder, a ti y a todos. Tengo información que ofrecer sobre los Caídos, y sobre las cosas que han estado haciendo, supongo que a vuestras espaldas.

Kyungsoo no se movió de donde estaba.

-Ya. Y supongo que querrás algo a cambio -replicó con voz neutra. A Kai no pareció molestarle en absoluto su falta de expresividad.

-No mucho -dijo despacio, deslizando las manos dentro de los bolsillos de su cazadora negra-. Solamente que me aclaréis unas cuantas dudas.

--

-Vaya, hacía tiempo que no pasaba por aquí. Las vistas son más impresionantes de lo que recordaba.

Kyungsoo, de pie con la espalda muy recta junto a la mesa del Salón de Cristal, frunció los labios con desaprobación al ver a Kai acercarse a los ventanales. Aquella habitación era su santuario, el corazón de su refugio y su centro de operaciones, y el otro hombre, con sus vaqueros gastados y cazadora de cuero negro, su sonrisa perezosa y el cabello oscuro cayéndole, cuidadosamente despenado, sobre la frente, parecía más uno de los Caídos que un Reminiscente.

Si Kai tenía información que ofrecer sobre Kris y los suyos, era la labor de Kyungsoo considerar todas las posibles opciones y, de querer escuchar lo que tenía que decir, llevarlo hasta Suho. Había tenido dudas - y odiaba tenerlas, sobre todo cuando un fallo podía hacer que ganaran o perdieran la batalla - pero había acabado cediendo y conduciendo a su invitado hasta los pisos superiores del hotel, contactando con Luhan para que diese aviso a Suho.

La reunión no era oficial, así que no había necesidad de convocar a todo el mundo, y cuando Kai se acercó a los ventanales, observando la ciudad a sus pies con el rostro ladeado y una mano en la cadera, en la habitación sólo estaban él, Suho y el propio Kyungsoo.

-¿A eso es a lo que has venido? ¿A mirar por la ventana? -murmuró este en voz baja-. Pensé que tenías información.

Kai giró sobre sus talones con una gracia felina, mirándolo primero a él y luego a Suho, acomodado en su silla de siempre, en la cabecera de la mesa. El líder de los Reminiscentes le hizo un claro gesto para que tomara asiento junto a ellos, pero él se encogió de hombros, sin más, y apoyó la espalda contra la cristalera tras de sí.

La frente de Kyungsoo se llenó de arrugas. Iban a quedar marcas de suciedad en el vidrio después de aquello, y el único que iba a preocuparse por limpiarlas iba a ser, por supuesto, él.

-Dios mío, Kyungsoo, siempre tan aburrido -murmuró entonces Kai, y el chico suspiró, tratando de mantener la espalda recta y no dejar ver en absoluto que aquellas palabras lo molestaban-. Se supone que no estoy aquí para informaros sin más, sino para hacer un intercambio de datos útiles. Probablemente vosotros sois la parte más interesada, no yo. Los Reminiscentes son quienes pelean con los Caídos; yo sólo soy una persona externa a todo esto que tiene curiosidad.

-Si no has Caído, cosa que no has hecho, te recuerdo que técnicamente sigues siendo un…

-¿Qué es lo que quieres saber?

El reproche de Kyungsoo, que había hablado con su tono exasperado habitual, quedó interrumpido por Suho, que, alzando una mano para pedirle silencio, se levantó de su asiento en la cabecera de la mesa. Fue él quien se acercó a Kai, a paso lento, hasta detenerse a unos diez pasos de donde estaba, contra el cristal.

-Vaya, así que vamos a tener una conversación de verdad.

-Pregunta, y veré si puedo responderte.

Los labios de Kai se curvaron levemente hacia arriba antes de fruncirse en una expresión tan seria que casi no parecía pertenecerle.

-Muy bien. En realidad sólo hay una cosa que quiero saber de verdad. ¿Qué es lo que está pasando aquí? -preguntó.

-¿Lo que está pasando?

-En general. Con vuestro querido amigo Kris Cayendo de golpe y llevándose a la mitad de los Reminiscentes con él. Con el flujo de almas que sube a la Rueda volviéndose irregular. Con un Reminiscente de Luz apareciendo de pronto y con todos, absolutamente todos vosotros, yendo detrás de él a pesar de que el chico no parece gran cosa -explicó Kai, deteniéndose un instante para mirar a Suho de arriba a abajo, con la intensidad perezosa de un felino-. Los monstruos del bosque están inquietos, señor líder. Se mueven más, se atacan los unos a los otros. Llevo años allí, sé que eso no es normal. Y no son solamente ellos: es todo este mundo. Algo es diferente, y lo es precisamente desde que el chico de Luz llegó: es como si toda Reminiscencia estuviera reaccionando a él.

-La Rueda está hecha de luz. Su esencia misma y el poder de Baekhyun son idénticos -respondió Suho-. Supongo que sabes que los Reminiscentes de Luz no son comunes.

-Dime algo que no sepa -resopló Kai. Las luces de la ciudad a su alrededor parecían crear un halo en torno a su figura, y había algo en él que hacía que Kyungsoo se sintiera incómodo-. Te contaré cierta información de la que dispongo, si crees que eso va a ayudarte a cooperar. ¿Sabes que los Caídos han estado entrando a mi bosque? Xiumin y Jongdae, los chicos de Hielo y Rayo, siguiendo órdenes de su jefe e intentando no morir a manos de las criaturas que viven allí en el intento.

Los dedos de Kyungsoo se crisparon sobre la mesa.

-¿En el bosque? ¿Qué es lo que estaban haciendo ahí?

-Estaban buscando un altar de piedra que hay escondido es una de las partes más profundas. Por lo que escuché, decían que era un punto de poder.

Suho y Kyungsoo cruzaron una mirada.

-Los puntos de poder… Sirven para custodiar algo. Un Sello -explicó Suho al ver que Kai lo estaba mirando con las cejas alzadas-. Éstos tienen muchas utilidades, pero entre ellas la principal ahora mismo es mantener estable a Réquiem.

-¿Y qué quieren, entonces, yendo ahí a toquetear todo? ¿Despertar a Réquiem?

-No creo -Suho negó con la cabeza, y Kyungsoo ahogó un escalofrío-. Pero me preocupa el hecho de que estén ahí. Cualquier cosa que pretendan hacer con el Sello de un punto de poder es peligrosa para este mundo en sí. Supongo que sabes, sabéis -añadió, girándose a mirar a Kyungsoo, que asintió con la cabeza-, que, cada cierto tiempo, Reminiscencia y el plano de los Vivos se acercan hasta rozarse, y que en esos momentos los dos mundos se alteran.

-Sí. ¿Y?

-La Rueda está dañada, casi rota. Desde que comenzó a deteriorarse, cada uno de estos choques con el mundo de los vivos ha ido agrietándola más y más, hasta que la situación se ha convertido en algo prácticamente insostenible -explicó Suho, con un tono inusitadamente firme para estar repitiendo un discurso que ya les había dado a él, a Chanyeol, a Luhan, incluso a Baekhyun. Tras hacer una pausa, no obstante, añadió algo más-. El instante en el que los dos planos chocan es el único momento en el que la Rueda está lo suficientemente cerca de nuestro mundo como para intentar hacer algo para arreglarla. Puede ser posible, para nosotros, repararla para que recupere la estabilidad durante unos cientos de años más.

-¿Pero?

-Es posible también desestabilizarla más. Incluso romperla. Sobre todo si los Caídos se dedican a trastear con objetos o lugares de gran concentración energética, como los Sellos custodiados en los puntos de poder. Si la Rueda se agrieta, si se destruye, eso significa el fin para todos nosotros.

-¿Y qué es lo que quieren, entonces? -Kai se cruzó de brazos, apoyando la parte trasera de la cabeza sobre el cristal, que vibró levemente tras él. Tenía una sonrisa burlona en los labios, pero no había rastro de humor en su mirada-. ¿Insinúas que lo que Kris y sus amigos intentan es destruir el mundo? ¿Este mundo?

-No lo sé -Suho sacudió la cabeza-. Yo pensaba… Estaba empezando a creer que a la larga lo que los Caídos estuvieran planeando daría igual. Que con el poder de un Reminiscente de Luz de nuestro lado tendríamos posibilidades de arreglar la Rueda, sea lo que fuere lo que ellos estuvieran intentando, pero los poderes de Baekhyun están atrofiados, no despiertan. Puede, simplemente, que tarden más de lo normal, no lo sé.

-O quizás vuestro Reminiscente de Luz sea deficiente, sin más -completó Kai con algo parecido a una risita-. ¿Qué es lo que pasaría entonces?

-No lo sé. Tú mismo lo has notado. El mundo está cada vez más inestable, lleva años así y, conforme pasan los meses, la cosa va a peor, y más deprisa. Baekhyun es el punto de desequilibrio que podría salvarnos a todos, pero no es el único que existe.

Kyungsoo tensó los hombros.

-Líder -murmuró, pero Kai ya estaba paseando los ojos negros del uno al otro, entornándolos, alerta.

-¿Qué es lo que quieres decir? -inquirió.

-Está claro que Baekhyun es diferente. Es por eso que Reminiscencia reacciona a él, igual que lo hacía, cuando no estaba en letargo, con Réquiem. Como lo hace con todos los que se salen de lo normal. Baekhyun, si es que finalmente acabase funcionando, podría ser excepcional, pero no ha sido el primer Reminiscente especial de nuestra era -explicó Suho con calma-. El primero de todos, de los que existimos aquí, ahora, fue Chanyeol.

Por primera vez desde que habían empezado a hablar, Kai se separó del cristal del ventanal, con los ojos muy abiertos a causa de la sorpresa. No tardó en recuperar el control, no obstante, en dejarlos fijos y echar el cuerpo hacia delante, sólo un poco.

-¿Chanyeol? -repitió. Suho asintió, quieto en el sitio, y Kai sacudió la cabeza-. Supongo que no vas a darme más detalles, pero tenía que haberlo supuesto. No deja de ser el más peligroso de todos nosotros, con ese poder que tiene, para bien y para mal. ¿Por qué…?

Parecía más que claro que, a pesar de haber obtenido ya más respuestas de las que teóricamente se había ganado a cambio de su información, el otro hombre pretendía seguir preguntando, pero el súbito eco de una voz en sus cabezas, formando palabras a partir de sus propios pensamientos, hizo que tanto Suho como Kyungsoo alzaran el rostro a un tiempo.

“¿Líder?” la voz mental, Luhan, parecía alarmada, apremiante, e incluso Kai, que técnicamente no podía escuchar nada, se interrumpió en mitad de frase al ver el súbito cambio en su expresión. “Siento interrumpir la reunión, pero he detectado algo anómalo.”

-¿El qué? ¿Qué pasa?

“Kris. Creo que es Kris. Utilizando su poder de modo abierto, en el bosque. Normalmente no puedo detectarlo, ya lo sabes, pero ahora… Creo que está usando una gran cantidad de energía, y ni siquiera se está molestando en esconderla. Está…”

-¿Dónde? ¿En el punto de poder?

“No.” Luhan paró de hablar un momento, y a Kyungsoo no le gustó nada aquella pausa. “Creo que en la tumba de Réquiem. Puede que me equivoque, pero…”

-Maldita sea -murmuró el chico, y Kai lo miró.

-¿Qué ocurre?

-Antes has dicho que Chen y Xiumin habían ido antes al punto de poder del bosque -explicó Suho-. Al parecer, ahora es Kris quien está ahí. En la tumba de Réquiem.

-Pensé que habías dicho que no entraba en los planes de los Caídos despertar a Réquiem de su letargo -murmuró Kai.

-Eso es lo que pensaba -Suho también bajó la voz, se acercó al ventanal a zancadas para observar la ciudad a sus pies. Kyungsoo no se movió de la mesa. Sabía que el bosque estaba allí, más allá de los rascacielos, pero era invisible tras las moles de cemento y cristal-. Luhan, ¿está Kris solo? ¿Detectas más energía de alguno de los otros guerreros de su bando?

“Yo no… No estoy del todo seguro. Lo único que detecto es la energía de alguien vivo. Creo que… ¿Sehun?”

¿Sehun? Kyungsoo no entendía; no entendía por mucho que tratara de pensar.

-¿Es alguna especie de trampa? -preguntó, en el mismo momento en el que Suho se giraba para mirarlo.

-No lo sé, pero sea como sea tenemos que ir.

-¿Vais a ir mi bosque? -inquirió entonces Kai, que había avanzado hasta pararse junto a Suho. Era mucho más alto que él, y parecía casi felino, mil veces más un guerrero que la figura menuda y seria del líder de los Reminiscentes.

-No es tu bosque -comenzó Kyungsoo.

-Kris y aparentemente Oh Sehun están ahí -explicó Suho-. Lo lamento si consideras que vamos a invadir tu supuesto territorio, pero tenemos que hacer un reconocimiento.

Kai soltó una carcajada que a Kyungsoo le pareció extremadamente fuera de lugar.

-No es eso lo que me preocupa -declaró-. Lo único que quería decir es que, si vais al bosque, yo os acompaño.

-¿Qué? No.

-Tu mismo líder lo ha dicho, Kyungsoo: el bosque que rodea a la ciudad es mi territorio. Yo también tengo curiosidad por lo que Kris puede estar haciendo allí; podéis considerarme un aliado temporal con los mismos objetivos que vosotros. Y, además -Kai se llevó una mano a la cadera, con una sonrisita petulante en los labios-. Tampoco es que en vuestro equipo seáis muchos. Alguien que os ayude si las cosas se ponen feas no os vendría mal. ¿O sí?

Kyungsoo le habría dado con la puerta de salida en las narices, aunque sólo fuera para que, por favor, se quedase callado de una vez.

-No -cedió Suho, no obstante-. Tienes razón. Toda ayuda es poca en un caso así. Te lo agradecemos.

Se lo agradecían. Ni siquiera sabían cuáles eran sus autenticas intenciones, pensó Kyungsoo, pero claro que se lo agradecían.

-¿Cuáles son las órdenes? -murmuró-. ¿Vamos a salir a reconocer el terreno ahora mismo?

-Qué remedio -Suho dio la espalda al ventanal, comenzó a caminar a zancadas hacia la puerta-. Kyungsoo, prepárate, te necesito armado y listo. Kai, espéranos en recepción. Luhan, convoca a Chanyeol. Tengo un encargo especial que hacerle.

El sol brillaba con fuerza al otro lado de los cristales, bañando en luz la ciudad a sus pies. Kyungsoo siempre había preferido las misiones de reconocimiento diurnas sobre las nocturnas, porque odiaba la sensación de no poder ver, pero el mero hecho de pensar en el bosque - agobiante, denso, con aquellos árboles como garras que parecían querer atraparte y mantenerte allí - bastaba para hacer que un escalofrío le recorriese la columna y le temblasen las piernas.

“Vamos allá,” trató de autoconvencerse. “No puedes dejar que esto te pare. Sea lo que sea lo que estén haciendo, vamos a pararlos a tiempo”

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-Hay una misión en marcha -la voz de Luhan sonó lejana cuando abrió los ojos para mirar a Baekhyun, después de casi un cuarto de hora de haber estado ausente. Los cables zumbaban a su alrededor, vibrando alrededor de su cabeza como las alas de un insecto-. Hemos localizado a Kris y a Sehun en el bosque alrededor de la ciudad. Suho y los demás están yendo a ver qué ocurre.

-¿Qué? -a pesar de no querer admitirlo, la intensidad de la sesión de entrenamiento de aquella mañana había agotado a Baekhyun y, cuando Luhan había cerrado los ojos, concentrándose en algo más allá de la sala de control, el chico había estado a punto de quedarse dormido sobre el suelo. No tardó en recuperarse al escuchar al otro Reminiscente hablar, no obstante, y se incorporó de un brinco, trastrabillando hasta quedar de pie-. ¿Cómo que en el bosque?

-Ese bosque es un lugar malo. Está fuera de la protección de la Rueda, e infestado de unos monstruos tan salvajes que ni siquiera Kris puede controlarlos -explicó Luhan-. No sabemos qué pueden estar haciendo ahí, pero…

Baekhyun tragó saliva.

-¿Estoy yo incluido en la misión? -quiso saber.

Los ojos negros de Luhan seguían estando algo desenfocados cuando alzó el rostro para mirarlo.

-Por lo que sé…

-¡Oye, Luhan!

La única puerta de acceso a la habitación, situada tras ellos, se abrió de pronto y, al girarse, Baekhyun se encontró a Chanyeol en el umbral, con la capucha de su sudadera azul eléctrico enmarcándole el rostro pálido y los pies calzados con botas militares. Era raro verlo allí, otra figura con color dentro de la blancura perpetua de la Sala de Control. Baekhyun no sabía si se sentía reconfortado o levemente inquieto por su presencia.

-¿Yeol? -murmuró.

-¿Baekhyun?

Chanyeol se quedó estático un momento, alzando las cejas, pero no tardó mucho en recuperarse y avanzar hasta el centro del cuarto. Las gruesas suelas de sus botas resonaron con fuerza en el espacio vacío y Baekhyun volvió a pensar que era extraño, escuchar en aquella habitación otro sonido que no fuera su propia voz, o sus propios pasos, el susurro quedo de Luhan al hablar en alto o el zumbido casi permanente de los cables que lo rodeaban. Salvo eso, el otro Reminiscente casi nunca hacía ruido - apenas se movía, siquiera, sobre su silla.

-¿Qué estás haciendo aquí? -Luhan le había dicho a Baekhyun  que Chanyeol también acudía a verlo en alguna ocasión, pero no lo había visto allí en persona hasta ahora-. Acaban de decirme que hay una misión, pensé que estarías…

-Ah, sí. Sí. Lo que ocurre es que… -detenido ya a su lado, Chanyeol giró la cara hacia él. Sus ojos subieron hasta su rostro, bajaron un instante, se clavaron en los suyos. Luego, tragando saliva, se volvió hacia Luhan-. ¿Kris está en el bosque? Suho y los demás están yendo a enfrentarse a él, ¿verdad? ¿Por qué yo soy el único al que han enviado a otro sitio?

-Vas al bosque igual que ellos, Chanyeol -replicó Luhan con suavidad.

-Pero ellos van a seguir el rastro de energía de Kris hasta el lugar donde tú lo detectaste y yo voy a comprobar que todo está en orden en el punto de poder en el que Kai dice que vio a Jongdae y Minseok la última vez que estuvieron allí -el chico sacudió la cabeza con vehemencia-. Me están dejando fuera de una posible lucha por lo que pasó la última vez, en la universidad, ¿verdad? Creen que voy a volver a perder el control si me enfrento a Kris.

-Eh, escucha. Necesitan a alguien que compruebe que todo en el punto de poder sigue en orden, y tú eres, objetivamente, el más fuerte de todo el equipo. Míralo así, ¿de acuerdo? Puedes ir solo mejor que cualquiera de los demás.

-No creo que ese sea el caso, teniendo en cuenta cuál es mi poder y que la misión es en mitad de un bosque lleno de árboles -rezongó Chanyeol. Tenía el ceño fruncido, los puños apretados y los brazos tensos bajo las mangas arremangadas de su sudadera azul brillante, y Baekhyun suspiró, posándole una mano en la tela sobre el codo para intentar calmarlo. Su piel, bajo el algodón, estaba, como siempre, cálida, y aquello lo tranquilizaba y lo ponía mucho más nervioso al mismo tiempo. Como siempre. Quizá ahora más que antes.

-Piensa que al menos tú no te quedas aquí -comentó, intentando bromear. No tenía tiempo para pensar en cosas en las que no quería pensar.

Chanyeol inclinó el rostro para mirarlo. Era mucho más alto que él, pero Baekhyun no siempre lo recordaba de modo activo. Ahora, sin embargo, se sentía pequeño a su lado.

-Es cierto. ¿Te han dejado fuera? -preguntó.

Fue Luhan quien respondió, no obstante, pálido y sonriente.

-Más bien no lo han incluido en los planes -aclaró-. No hay una orden directa que diga que tiene que quedarse, pero tampoco lo han citado para ninguna de las misiones, así que… -el chico fue todo inocencia cuando ladeó la cabeza y miró a Chanyeol, con unos ojos bordeados de pestañas negras-. Podías llevártelo tú contigo, quizás.

A juzgar por el modo en el que ahogó una tos, Chanyeol parecía, como poco, estar teniendo problemas para no ahogarse con su propia saliva.

-¿Qué?

-Era sólo una sugerencia. Así tú no tienes que ir solo a la excitante zona sin combates y Baekhyun no tiene que quedarse aquí.

-Pero yo no… Suho no ha dicho…

-El grupo de Suho ha salido ya, pero te recuerdo que puedo comunicarme con ellos y pedirles permiso. Piénsalo.

Chanyeol tartamudeó, claramente dudando, y Baekhyun negó con la cabeza, arrodillándose frente a la silla de Luhan. Sabía, en cierta medida, por qué su amigo estaba haciendo aquello, y se lo agradecía, pero lo último que él quería era presionar a Chanyeol.

-Escucha, tal vez sea mejor…

-No creo que sea tan mala idea -dijo una voz tras él, y Baekhyun sintió un escalofrío recorriéndole la columna ante lo firme de aquellas palabras.

-¿Chanyeol?

-Si conseguimos permiso, ¿por qué no? Sé que mi misión no es la principal, pero en el fondo todo esto trata de Sehun, y de Kris, y de los Caídos. Todos tenemos preguntas, y yo te dije que iba a ayudarte a responder las tuyas, ¿no?

-Yo no… Gracias -Baekhyun tomó aire-. No es sólo eso. No son sólo las preguntas que pueda o no tener. Es… Puede que no sea tan fuerte como vosotros aún, pero no quiero seguir siendo el único que se queda en casa cuando los demás están haciendo algo. Con perdón -murmuró, dirigiéndole a Luhan una mirada de disculpa-, pero si estoy entrenando es porque yo también quiero participar, y si esto sigue así ni siquiera sé cuándo van a empezar a dejarme.

-No te preocupes. Yo querría lo mismo que tú, si tuviese la posibilidad de levantarme de esta silla -su amigo se rió-. Estarás bien. En caso de que ocurra cualquier cosa, tienes a Chanyeol y a todo el poder ese que tiene para defenderte.

-Bueno, algo es algo -Baekhyun lo imitó y se llevó una mano a los labios para ahogar una sonrisa-. Aunque no sé yo si su poder es precisamente muy defensivo.

Cuando el chico se giró hacia él, Chanyeol seguía donde había estado, con el algodón azul de la capucha de su sudadera sobre el flequillo, las manos en los bolsillos y el labio inferior atrapado con suavidad entre los dientes.

Baekhyun trató de ignorar el hormigueo en la punta de los dedos, el calor en la boca del estómago.

-¿Todo bien? -preguntó en su lugar.

Tras un segundo, Chanyeol alzó el rostro y sonrió.

-Mi poder no está hecho para defender a nadie -declaró en voz queda-. Pero nos las apañaremos lo mejor que podamos. ¿Quieres venir, Baek? Entonces pidamos permiso y vamos.
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[Capítulo 12, parte 2]  [Capítulo 14]

!multi-chaptered, pairing: chanyeol/baekhyun, rating: r, pairing: suho/chen, au: reminiscencia, pairing: kai/kyungsoo, fandom: exo, fic: reminiscencia

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