Freiheit (One shot- Twc)~ Para Olgap_k

Aug 15, 2009 22:21


Hoy es el cumpleaños de una gran escritora y una persona maravillosa
¡Muchas felicidades mi linda
olgap_k !

Espero que en los doce meses que faltan hasta tu próximo cumpleaños no te falte la luz, el amor y la ilusión. Muchos besos y que los musos te ronden ;D

Freiheit


Llegaron al hotel en coches separados, por caminos separados.

Tom daba vueltas y más vueltas por la suite que le habían asignado, dejando a su paso un camino de inquietud. Hacía horas que esperaba y desde luego la paciencia no era su fuerte.

Después de  retarse inútilmente contra las agujas del reloj, Bill entró en la habitación sin hacer el menor ruido, como un espectro surgido de la nada.

Todos los sentidos de Tom se pusieron en alerta máxima; faltaba la risa, el bullicio, la voz aguda de su hermano traspasándolo todo. En su lugar, un silencio cortante se instaló en la habitación como un tercer huésped. Algo había ocurrido.

Bill se dejó caer en la cama, soltando con desidia un maletín de piel, e hizo el ademan de desabrocharse los cordones de las botas, pero el gesto murió y dejó caer las manos sin fuerzas.  Estaba realmente agotado. Sus rastas negras recogidas en una cola baja dejaban al descubierto un rostro demacrado bajo el suave maquillaje.

-‘¿Qué? ¿Tengo aspecto de negociador implacable?’ le había dicho ésta mañana, guiñándole un ojo a través del espejo, intentando bromear. La respuesta de Tom fue un beso corto y una palmada en el trasero de ‘buena suerte’. Parecía que el tiempo se había congelado desde entonces.

Esperó un poco más antes de acercarse, respetando su espacio. Era una lección que habían aprendido a fuerza de convivir desde los quince años encerrados en un autobús y rodeados de gente a todas horas. Se aproximó poco a poco, dejándole respirar, y se sentó a su lado rozando su hombro, haciéndole notar su presencia.

Bill por fin levantó la vista, y sonrió de lado al devolver el suave roce.

Habían conectado de nuevo, el tiempo volvió a fluir y la tierra a girar.

El universo podía seguir su curso.

Tom abrió los brazos y Bill encontró entre ellos su lugar natural, el lugar al que siempre quería volver. Se buscaron los ojos en silencio, entrelazaron sus manos.

Ya nada podía salir mal.

-Cuéntame, tiburón de las finanzas ¿cómo terminó el combate?- rió Tom, sintiendo una inquietud pequeñita pellizcando el fondo de su estomago que prefirió ignorar

-Siempre te vas en lo más interesante-replicó haciendo una mueca-el marketing se me da bien, pero me gustaría que tomásemos juntos algunas decisiones…importantes.

-Confió en ti para dejarlos K.O, por algo tienes los poderes de mi firma ¿no?-su sonrisa resplandecía de sinceridad. ¿Quién llevaría sus asuntos mejor que su gemelo?

Desde pequeño se movía en el mundo del espectáculo y tenia un conocimiento casi intuitivo de sus resortes. Pocos tenían su olfato para conectar con el público y darle en cada momento justo lo que quiere, o para entender el poder arrasador de la imagen. Esa era su obsesión: era consciente de que la imagen que proyectaban al exterior no era más que un simulacro de sí mismos, por eso mismo debía ser controlada y perfecta, un auténtico icono mediático.

Todo ello, unido a su capacidad de persuasión, su talento y su claridad de ideas, lo convertían en un temible negociador.

-Bueno, todo ha resultado bastante ventajoso para nosotros. Fue decisivo hacer de ‘los Kaulitz’ una marca registrada, se matan por tener nuestra imagen asociada a sus productos, Tom.

-Y nosotros, que somos un encanto, se la cederemos gustosos a cambio de algunos euros ¿no es así?-canturreó, dejando un suave beso en el cuello de su hermano.

-No, sólo la prestamos. Nosotros controlamos todo el proceso: nuestra imagen, nuestras normas. Y no somos baratos precisamente.

-Suena a prostitución de lujo, aunque con este cuerpazo no me extraña- se burló Tom, acariciándose el pecho, divertido. De pronto, la mirada de Bill se tornó sombría.

-Es prostitución-sentenció- nos desean, nos pagan y nos consiguen ¿dónde está la diferencia?- a Tom se le quitaron las ganas de reír

-No es lo mismo, pequeño, y lo sabes. Sólo son fotos: un par de poses estudiadas, algo de maquillaje, seducir a la cámara con mi cara angelical…y a casita con tres ceros más en la cuenta corriente. Fácil, rápido e indoloro- concluyó

-Cada uno vende lo que puede o lo que tiene, Tom. Hay quien sólo tiene su cuerpo para comerciar, nosotros tenemos otras cosas que ofrecer- Bill bajó los ojos mientras hablaba, el eye- liner levemente corrido manchaba sus parpados.

-¡Claro, joder! nosotros hacemos música, vendemos discos ¿qué tiene eso que ver con la prostitución?- replicó con aire orgulloso. De pronto Bill lanzó una profunda carcajada teñida de amargura. El pellizquito de inquietud se convirtió de golpe en un pellizco en toda regla.

-¿De verdad crees que nuestro negocio es la música? Déjame que me ría, hermanito ¿estás convencido de que ésta lujosa suite, tu nueva y flamante Gibson les paul o el anillo de diamantes negros que me regalaste hace unos días después de…bueno, ya sabes…crees que salen de un puñado de canciones? No pensé que fueras tan ingenuo, en serio.

-Bill-dijo en un suspiro- no entiendo donde quieres llegar con ésto. Yo sé perfectamente en que consiste nuestro trabajo, y lo jodido que puede llegar a ser. Los periodistas con sus preguntas estúpidas, los viajes interminables, la presión, las stalkers, las sonrisas fingidas…hemos estado soportándolo juntos todo este tiempo, por si no lo recuerdas. Pero somos artistas y vendemos canciones, de eso estoy seguro- Tom se cruzó de brazos esperando una respuesta. La conversación le estaba dando muy mala espina y quería llegar al final del razonamiento de su hermano a su ritmo, sin forzarlo en ningún momento o se cerraría en banda.

-Sí, Tom. Somos artistas, no por mi voz ni por tu guitarra, sino porque hemos nacido para destacar. Pero no vendemos canciones.

-¿Entonces qué, Bill?

-Vendemos sueños- suspiró, agotado-ese es nuestro negocio.

Tom lo miró alucinado, no se esperaba esa respuesta ni en un millón de años- Sí, nos apoyamos en la música para llegar a la gente, pero en realidad nos quieren a nosotros. Fantasean sobre nuestra vida, analizan todo lo que decimos y hacemos para intentar conocernos mejor, incluso estudian alemán para sentirse más cerca de nosotros…aunque saben que nunca nos alcanzarán. Vendemos ilusiones, Tom, sólo eso.

-De acuerdo, en eso llevas algo de razón. Todos necesitamos alguien a quien admirar ¡y yo el primero! Ya sabes…Samy Deluxe y todo eso…pero ¿dónde quieres llegar?- Bill lo miró con sus grandes ojos y siguió tirando del hilo de sus pensamientos.

-Tú sólo escúchame ¿vale?...a ver, ¿No te has preguntado nunca porque nuestra imagen tiene tanta fuerza en el mercado? Cada cambio de look, cada corte de pelo es un jodido acontecimiento imitado o criticado por muchos ¡hasta han hecho encuestas a pie de calle sobre mis nuevas rastas en Stern TV!- dijo, retorciendo una de sus blancas extensiones entre los dedos. Tom sintió su nerviosismo y le cogió de las manos con ternura.

-No es raro, eres una estrella…brillas. Has nacido para ser admirado- y añadió, bajito- nadie puede ser más hermoso que tú. Ya ves, yo llevo toda mi vida contigo y no me canso de mirarte- Bill sonrió coqueto. Una mirada cómplice lo dijo todo.

-Somos tú y yo, Tomi. Eso es lo que quieren. Dicen que la imagen de los gemelos de TH puede vender cualquier cosa, en cualquier lugar del mundo. Mira- Cogió el maletín de piel que cargaba al llegar y sacó unas carpetas que enseñó a Tom- estos son los contratos finales con Nokia y todas las exigencias estéticas y de control de imagen aprobadas por ambas partes. Aquí- dijo, entregándole un grueso catálogo- el nuevo merchandaising TH-HUMANOID que ya revisamos juntos ayer. A ver…todo lo de Hot toppic para el mercado americano, también está listo y firmado…- Tom observaba todas aquellas camisetas, colgantes y baratijas decoradas con su cara entre divertido e indiferente. Él sabia que era guapo y deseado, esa era parte del éxito del grupo y  lo asumía encantado, pero que una chica quisiera llevar unos pendientes con su jeta le parecía bastante exagerado, si no ridículo.

-Mira Bill, un tanga con mi nombre bordado. Te verías monísimo con él- rió, levantando las cejas con picardía

-Vaya, mi querido Tomi, creo que a ti te sentaría mucho mejor ¿acaso quieres que te recuerde lo de anoche, princesa?- rió sinceramente con su contraataque al ver el gesto torcido de su hermano-

Umm, además eso que tanta gracia te hace es una gran parte de nuestros ingresos, no lo olvides.

-Si es que mi hermanito es un genio del showbusiness ¿Quién lo diría? A ver, entonces todo esto- dijo balanceando las carpetas- asciende a la bonita cifra en euros de…

-Bueno, aún no he terminado- le interrumpió repentinamente serio- hay algo más que no te he enseñado. Es otra línea de merchandaising, pero aparte de la marca TH, sólo…nuestra- Tom lo miró algo extrañado. Sabía que los G’s no eran la apuesta fuerte de la discográfica y siempre aparecían de mera comparsa junto a ‘los gemelos K’, pero ¿una línea independiente?

Ese dosier negro que Bill le tendía no le daba buena espina.

-Joder, esto es…-Tom abrió los ojos como platos- mierda Bill…esto es material twincest ¡twincest! -No lo podía creer. En sus manos tenía todo un catálogo de objetos adornados con lemas de apoyo al twc e imágenes provocativas de ambos. Había desde tazas con las simples iniciales TWC pintadas a artículos de joyería, pasando por pegatinas a tamaño natural de los gemelos con la leyenda ‘In twincest we truth’- Bill, yo…no sé que decir…

…no habrás firmado nada ¿verdad?

-Sí, lo he firmado en nombre de los dos- su rostro apagado no dejaba lugar a dudas- las fans del twc son una cuota de mercado cada vez mayor y había que satisfacer esa demanda. Si no lo hacemos nosotros lo hará otra empresa que se enriquecerá a nuestra costa. Perderíamos grandes beneficios- dijo suavemente.

-Pero Bill…jamás pensé que harías algo así… ¡ni siquiera me has consultado!

-Si lo hacia, te habrías negado, y no podemos perder esta oportunidad ¿no te das cuenta?

-¡Y con razón! Por Dios, eres tú el que no comprendes lo que has firmado. Estoy acostumbrado a soportar los rumores, a negar las sospechas, a estar ocultando mi amor al mundo… ¿y ahora tú consientes esto? Yo no puedo…no puedo mercadear con nuestros sentimientos, con nuestra intimidad…es demasiado valioso para mi.

-Tom, escúchame, por favor- pidió, aferrándose a sus manos- tú eres lo único real, lo único sagrado en mi vida. Nunca vendería mi amor por ti. El movimiento TWC existe a pesar nuestro, no podemos prohibir una ‘fantasía’ ni podemos fingir que no existe. Tengamos el valor de reconocer que el morbo que provoca nuestra relación siempre nos ha beneficiado. Mira nuestras fotos, las poses que nos sugieren los fotógrafos, los gritos de las fans en ‘In die natch’…el twincest está implícito en todo lo que hacemos, en ningún momento hemos dejado de jugar al equívoco, y eso forma parte de nuestro éxito.

La línea de objetos TWC es sólo un paso más ¿me entiendes ahora?

-Entonces…- Tom tenía los ojos húmedos clavados en el catálogo y la desilusión pintada en el rostro- Bill… ¿esto es lo que somos? ¿En esto nos hemos convertido?

-Sí, Tomi, eso somos, un producto más en el mercado global…pero también dos personas solitarias en el ojo del huracán, dos personas que se aman, dos personas a las que todo el mundo  cree que puede juzgar pero que nadie conoce.  Sólo vendemos imágenes, sueños, simulacros…y cuando nuestro momento en la música termine y ya no tengamos una poderosa multinacional que nos respalde, el dinero nos dará la libertad para ser quienes somos. En un futuro no muy lejano podremos vivir a nuestra manera, lejos del ojo público, protegidos. Libres.

¿Me apoyas ahora, amor mío?

-Siempre estaré a tu lado, Billa. Siempre.

th, b-day, twincest

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