Título: Construyéndolo
Autora:
hermyone_mexPairing: Harry / Hermione
Advertencias: El fic se encuentra ubicado en el quinto libro de la saga -La Orden del Fenix- y aunque contiene muchas partes del canon, no sigue al libro de manera fiel, sobre todo en el comportamiento y los sentimientos de Harry.
Disclaimer: Ya lo saben, todo de Rowling, nada mío.
Notas de la autora: Pues como todos saben que este fic es un reto, también les digo que jamás había escrito, leído o visto nada sobre esta pareja hasta que tuve que escribir el fic, por lo que me disculpo si la historia queda un tanto irrealista o si no cumple las caracerísticas que suelen tener los Harmony, me esforcé mucho, al igual que las otras que escribieron en este reto, y pues es lo que importa, ¿no? XD
Construyéndolo
Años atrás, jamás lo habría imaginado. Ni en sus sueños más locos lo hubiera pensado. Y ahora estaba ahí, frente a él y todo, absolutamente todo había cambiado.
Podría tratar regresar al momento crucial, ese que había trasladado su amistad, su hermandad a aquél conflicto que había culminado en ese tornado de emociones tan aisladas de la fraternidad de dos amigos; y sin embargo, no existía tal momento, había un principio, pero no un origen.
Y aún así, seguía preguntándose cómo es que habían llegado a ese punto, a ese nivel donde no parecía que importara el pasado, o que el mismo pasado hubiera construido silenciosa y minuciosamente aquel momento que los determinaría como una pareja
Todo había comenzado por Cho Chang, ¿quién lo imaginaría?. Un gusto movido por las hormonas había llevado a Harry a que su primer asomo romántico fuera tan fugaz e incómodo que cualquiera apostaría que la experiencia lo dejaría con un autentico deseo de no volver a acercase a una chica por lo menos no fuera del mero trato amistoso o cordial, nada más.
*****
- ¿Sabes, Harry? Cho Chang tiene suerte que lo de ustedes no hubiera funcionado-dijo Ron un día durante el almuerzo, Hermione, que había estado tomando un poco de agua para refrescarse, casi se había ahogado por la sorpresa y la indignación ante las palabras del pelirrojo.
Harry no supo ni cómo reaccionar.
-¿Disculpa?
-Ron...-comenzó a decir Hermione en tono de advertencia, sabía que Ron no era la persona con más tacto en el mundo, pero eso no justificaba que pudiera andar diciendole semejantes cosas a Harry, a nadie, no sin una buena razón.
-No, esperen, no me malinterpreten-aclaró Ron con una tímida sonrisa y ante la mirada que Harry le dio, fue más que obvio que lo que había dicho no podía tener más que un solo tipo de interpretación-Bien, eso sonó mal, me disculpo-Hermione alzó una ceja en señal de completo escepticismo-Lo que quiero decir es que no había nada bueno para sacarle a ustedes dos, ¿me entiendes?
Hermione ardía en coraje.
-Ron, si no vas a decir nada bueno o que aporte algo, mejor cierra la boca-la voz de la chica tenía ese tono tan severo que solía usar especialmente con el pelirrojo, pero esta vez también estaba cubierta con un poco de resentimiento y dolor.
-¿Y a ti qué te pasa?
-Hermione yo no...-comenzó a decir Harry para tranquilizar a su amiga, lo último que quería después de la mención de Cho, era presenciar una de las tantas disputas entre sus dos amigos, además seguía sin entender el punto de Ron ante lo que había dicho y no le caería mal que se lo explicara antes de decidirse si enojarse o no con él por sus comentarios tan “sensibles”.
-Bueno, Ron, es evidente que lo que acabas de decir es porque, de alguna manera, tratas de convencer a Harry que el hecho de que lo de él con Cho no funcionara le conviene a ella porque de seguro era mejor que terminara todo antes de que las cosas se pusieran más serias, ¿me equivoco?
Ron se había quedado con la boca abierta.
-B-bueno, sí, algo por el estilo.
Ante la correcta interpretación de Hermione y el hecho de que en verdad no aportara absolutamente nada bueno a su estado de ánimo, Harry decidió que no quería estar ahí, sin decirle nada a sus amigos se levantó y salió del comedor dirigiendose al lago. Quería soledad. Tranquilidad.
Había perdido la noción del tiempo y sus pensamientos estaban alejados de todo lo que le rodeaba, de lo único que era consciente en ese momento era de la brisa del lago que le relajaba al punto de comenzar a sentir que el sueño lo invadía...
-¿Harry?
El chico se sobresaltó al escuchar la voz de Hermione a sus espaldas, la castaña se sentó en el cesped junto a él.
-¿Estás bien?-preguntó la chica mirandolo con preocupación-Estoy segura que Ron no quiso hacerte sentir mal con sus comentarios, pero sabes que no tiene ningún tacto para... bueno, para nada.
-Sí... no te preocupes, no me molesté, es solo que, quería estar solo.
-¿Quieres que me vaya?
Harry miró a Hermione a los ojos, en verdad parecía preocupada por él. Un suspiró salió de la boca del moreno.
-No, la verdad es que no quiero que lo hagas.
Los dos chicos se quedaron en silencio por un buen rato mientras miraban los reflejos del sol en el lago, por suerte, a pesar de ser fin de semana, la mayoría de los estudiantes se encontraban lo suficientemente alejados como para no molestar con sus formas tan escandalosas de divertirse.
-E-en verdad la quieres, ¿no?-la pregunta un tanto vacilante de Hermione tardó por lo menos medio minuto en ser procesada por Harry, cuando supo que se refería a Cho no supo si reír o resoplar.
Tampoco supo qué contestarle por lo que mejor lanzó su propia pregunta.
-¿Eso crees?
-La verdad es que no lo creía hasta el almuerzo, sé que dices que no te molestaste con Ron, pero parece que sí te afectó lo que dijo, o lo que quiso decir, que lo tuyo y Cho no hubiera funcionado.
-Es cierto, no iba a funcionar; no después de lo de Cedric.
-Oh, bueno, Harry, no es tan fácil olvidar a alguien, mucho menos cuando ese alguien murió de aquella forma, es una herida que deja marca. Debes de entenderla.
-La entiendo, por eso mismo sé que no hubiera funcionado, pero no la quiero, no es por eso que me fui de esa manera después de lo que dijo Ron. Sí, me interesé en Cho desde el año pasado, pero no creo que haya sido más que un gusto. Pero, sinceramente, creo que lo que hizo que no funcionara fue el hecho de defendiera a su amiga después de que ésta nos traicionara así con Umbridge ocasionandole tantos problemas a Dumbledore.
-Es lo que suponía, lo siento, es que parecías tan afectado...
Harry negó con la cabeza.
-No lo lamentes, solamente te preocupaste.
Otro silencio invadió a los dos chicos. Hasta que el moreno suspiró y dijo sin apartar la mirada del lago:
-Es solo que, bueno, quisiera que por una vez todo fuera más... sencillo, me gustaba Cho, pero creía que el estar con ella sería sencillo, me refiero a que no tendría que estar preocupandome por mortifagos y Voldemort todo el tiempo, pensé que podría relajarme con ella, divertirme, simplemente pasar el tiempo, ¿sabes?... pero siempre estaba el tema de Cedric y su muerte, y por consiguiente Voldemort. Creo que desde antes de que sucediera lo del descubrimiento de la ED ya sabía que no funcionaría, me sentía incómodo todo el tiempo y estoy seguro que Cho también.
Hermione suspiró.
-Harry, una relación no se trata solamente de diversión, relajación y 'pasar el tiempo', además no creo que eso es lo que tú busques...
-Sí, lo sé. Soy el maldito Niño que vivió, no puedo tener tranquilidad ni para el romance-dijo con amargura y se arrepintió al momento porque sabía que Hermione solamente trataba de ayudarlo y que esa actitud no servía de nada y de paso la lastimaba a ella-Lo siento, no debí hablarte así.
Hermione sonrió dulcemente.
-No lo lamentes. Y lo que dije de la relación era de manera general, no solo por ti. Además, las relaciones que tú describes son las más pasajeras e insignificantes, ¿eso es lo que en verdad quieres?
-Es a lo más que puedo aspirar, Hermione-otra vez había amargura en su voz, pero cargada de realismo, crudo y conciso realismo.
-Por supuesto que no, Harry.
-Mira quién soy, Hermione. Desde que asesinaron mis padres me converti en el blanco de Voldemort, mi nombre sembró fama en un mundo que desconocía y desde que me “integré” a ese mundo han querido asesinarme a mí o a los que me rodean más de una vez, el año pasado uno que ni siquiera tenía que estar conmigo murió, la guerra aun no comienza y no sé si pueda sobrevivir a ella, mucho menos si logre ganarla. ¿Crees que realmente logre despertar el verdadero interés en una chica como para que deseé estar conmigo en una relación 'formal'?
Para disgusto de Harry, la chica soltó una risa espontanea y placentera. Harry disfrutaba mucho de ver a su amiga reir, tal vez no tanto como a Ron, pero no cuando parecía que 'él' mismo era el producto de la risa.
-Bien, eso reafirma lo que he dicho. Soy patético-resopló resentidamente.
La sonrisa en el rostro de Hermione no desapareció, pero en sus ojos se encendió un brillo de compasión y ternura.
-No lo eres, tal vez un poco idiota por pensar eso, pero patético jamás-la muchacha colocó una mano sobre el hombro del moreno en señal de consuelo-Además, ¿crees que eso es lo que la gente ve en ti? ¿Solamente a un chico famoso y marcado por el 'destino de la muerte'?
-Bueno, no es como si pudieran ver mucho más, Hermione. Tú misma lo has comprobado, ¿qué pasó cuando el año pasado nos relacionaron los de Corazón de Bruja?
El semblante de la castaña se ensombreció un poco y retiró su mano dejando una sensación fría y de ausencia en el hombro de Harry. El chico la miró un tanto desconcertado por el reciente cambio de actitud.
-Ellos no te conocían Harry, y si basas el concepto de lo que eres en lo que la prensa y los que no te conocen tienen de ti, entonces jamás estarás conforme con lo que tienes porque no estarías cumpliendo las perspectivas de esas personas.
-Yo...
Hermione esperó a que dijera algo y cuando no lo hizo decidió agregar una cosa más pero esta vez con un poco de nerviosismo:
-Y si piensas que no logras despertar el interés en alguien para una relación 'formal' es porque no has mirado bien a tu alrededor.
Harry la observó con el ceño fruncido con clara muestra de confusión y después asintió silenciosamente regresando su mirada al lago aceptando sus palabras sin querer sacar conclusiones ni interpretaciones erroneas, solamente aceptandolas.
Pero una duda había nacido en su interior, tan pequeña como una vela encendida en medio de una tormenta, pero tan viva como la misma llama que consumía la cera.
******
Extrañaba poder hablar con Sirius, necesitaba la fortaleza y seguridad que él siempre le brindaba y ahora no podía siquiera contactarlo por medio de una lechuza, todo por culpa de Umbridge y sus evidentes intentos de encontrar algo lo suficientemente ilicito como para echarlo de Hogwarts y evitar la continua propagación del mensaje que Harry emanaba consciente e inconscientemente ese año escolar “Él ha vuelto. Voldemort ha regresado”.
Desde que el Ejercito de Dumbledore había sido descubierto y que el mismo Dumbledore hubiera sido retirado de su puesto como director del colegio y que ahora estuviera como un profugo del Ministerio de Magia al igual que su padrino, Harry se había sentido perdido, decaído, pero esa continua llama que explotaba en su interior como una ira creciente e inparable le hacía sentir que no estaba tan solo como pensaba, pero tampoco como hubiera deseado. Su conexión con Voldemort lo mantenía al margén de salir corriendo del colegio para huir de todo lo que le desesperaba y abrumaba. Sabía que si esa conexión estaba ahí él tenía que comenzar a luchar contra aquel 'hombre' que colaba en sus sueños pesadillas con tintes realistas y que iba ganando espacio en su interior, manchando y envenenando sus sentimientos de ira, soledad, desconfianza, paranoía... incluso temor. Y aún cuando era consciente de esa influencia que estaba sufriendo, no parecía poder pelear contra todo aquello.
Sentía que su lucha interior la estaba perdiendo. Su batalla con Voldemor tenía escenario en su mente y corazón y cada día perdía control sobre los dos.
-Harry, necesitamos hablar.
Parecía que la única manera que podía salir de ese estado de somnoliencia que figuraba ser permanente, era cada vez que Hermione le hablaba, ¿o acaso era que ya sólo ella tenía el valor de acercarse a él con la paciencia que otros iban perdiendo en él cada vez que un arranque de ira lo atacaba? La verdad, no lo sabía, pero siempre se sentía alegre que ella siguiera ahí, luchando por mantenerlo ahí a pesar de que él cada vez se agotaba más, no se rendía, pero tampoco se alimentaba de esperanza. Era consciente de que en muchos de sus ataques había ofendido a la castaña y aun así ella seguía tan firme y leal como siempre.
-¿Sobre qué?
-Sobre ti, tu actitud. Ya no has ido a las clases de Oclumancia con Snape y no has querido decir por qué. Sabes perfectamente que sin esas clases no podrás cerrar tu mente ante V-voldemort y él podrá usar esa arma en contra tuya tarde que temprano.
-No puedo cerrar mi mente con o sin las clases.
-Claro que puedes, solo tienes que esforzarte un poco más y...
-¡Me esfuerzo suficientemente, Hermione!
Y ahí estaba, una vez más, atacando. Atacandola. Y como siempre, ella no se iba, nada parecía poder hacerla decaer en su intento de ayudar a Harry. Y también, una vez más, Harry se encontraba preguntándose mentalmente por qué la chica no se vencía ni un poco ante tantos ataques y rechazos que sufría cada vez que trataba de ayudarlo. Se preguntó si lo hacía por la guerra, por la causa de la Orden del Fenix, por ella que, siendo una hija de muggles, se veía directamente afectada ante el dominio que Voldemort trataba de ganar a cada momento; o si lo hacía por él, por Harry.
Y deseó que fuera por lo último.
-Per-perdoname, no quise gritarte-le exclamó con dolor después de un momento de silencio.
Hermione se acercó a él y colocó sus dos manos sobre sus hombros, atrayendo instantaneamente la mirada del moreno, envolviendolo en una seguridad que él ya no conservaba.
-Harry. No puedes seguir así. Este lazo que tienes con Voldemor te está destruyendo. Sé que todo lo que ha sucedido es muy abrumador y desesperante, pero no puedes seguir permitiendo que te ataque de esta manera. No es fácil, lo sé, pero necesitas volver a tus clases de Oclumancia, Snape puede ser un completo fastidio, pero si Dumbledore te lo asignó es porque es el mejor.
Y de nuevo estaba el otro tema que le estaba afectando tanto y por el cual su necesidad de ver a Sirius aumentaba alarmantemente. Su padre. James Potter.
Harry había ido experimentando terribles cambios sobre la imagen que tenía de su padre desde que había visto el recuerdo de Snape. La idea que el mundo mágico le había forjado sobre James Potter no concordaba en lo absoluto en el James Potter que había visto insultar y humillar a Severus Snape durante sus años de estudiante en Hogwarts. Una parte de él justificaba esa actitud de su padre ante el hecho de que Snape era una persona sumamente desagradable y que había merecido ese trato. Otra parte suya, la más justa y Gryffindor, le decía que por más desagradable que Snape podría haber sido desde aquellos años, su padre había actuado con pura maldad y que él había empezado a molestar a Snape sin que este le hubiera hecho nada antes.
No, definitivamente no podía decirle a nadie aquello.
-Lo siento, Hermione. En verdad lo intenté, pero no puedo regresar a tomar esa clase y mucho menos con Snape, es agotador y sé que no me funciona en lo absoluto... incluso creo que me ha dañado más que ayudarme-murmulló lo último un tanto dubitativo.
La chica retiró sus manos de los hombros del moreno y lo miró como tratando de averiguar algo. Harry se movió hacia atrás sintiendose un tanto incómodo y nervioso.
Desde aquella vez en el lago Harry no había vuelto a mencionar el tema de “las chicas” con Hermione, de hecho, con nadie, y aunque ahora ya no se sentía afectado ni lastimado ante el hecho de que lo que había deseado tener con Cho no se había logrado, tampoco sentía que podía volver a querer intentar algo con alguien más, aunque no era como si estuviera rodeado de ofertas. Y por alguna razón, cada vez que Hermione lo miraba tan profundamente él sentía nervios y su estómago se contraía.
-¿Qué es lo que sientes cuando te invade la ira de Voldemort, Harry?
La pregunta lo dejó un poco deslocado.
-¿Di-disculpa?
-Trato de entender por lo que pasas, sé que no puedo comprenderlo por completo, pero no estás solo Harry, y tal vez si exteriorizas lo que está sucediendo en tu interior puedas comenzar a luchar contra aquello si tienes la perspectiva de otra persona, ¿no lo crees?
-Yo... no sé, puede ser. Pero no puedo decir mucho. La verdad es que solo es ira lo que siento cuando me pongo tan... insoportable.
-¿Has intentado retribuir los efectos de esta conexión que tienes con Voldemort? Ya sabes, hacer que él también sienta lo que tú, tal vez así pueda detenerse todo esto.
-No creo que sea lo mejor, Dumbledore quería que la conexión se cerrara porque él y Snape piensan que Voldemort aun no es consciente de que puedo ver parte de lo que hace cuando sus emociones están al máximo. Estoy seguro que sí él comienza a experimentar cambios en su interior a causa mía, tratará de ver lo que me está rodeando y de alguna manera tomará ventaja de ello. No puedo permitirme que suceda eso.
-No, supongo que no es lo más inteligente. Lo siento.
Por primera vez en días, tal vez semanas, una verdadera sonrisa se asomo en el rostro de Harry, y aunque no solía ser tan amplia y brillante como las que siempre tenía, era una sonrisa genuina.
-No tienes porque sentirlo, Hermione. Estás tratando de ayudarme, cualquier aportación siempre sirve.
La chica asintió devolviendole la sonrisa y, antes de que ella misma pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, levantó una de sus manos para acariciar el borde de la sonrisa de Harry.
-Extrañaba verte sonreír-le dijo sin tomar en cuenta cómo sonaría su confesión ni cómo se la tomaría el moreno.
Harry se ruborizó levemente y cuando Hermione quitó la mano de su rostro, pudo darse cuenta que la la piel fría de su rostro extrañana la calidez de esa mano.
*******
El día en que Harry había hablado con Sirius desde la oficina de Umbridge y que Fred y George habían abandonado definitivamente Hogwarts, había sido el día en el que se había dado cuenta de que sus sentimientos habían estado cambiando. Transormandose.
Fue la mirada decepcionante que Harry le había lanzado luego de que ella le dijera que el ver a Sirius desde la oficina de Umbridge era una locura, lo que le hizo caer en la certeza que su manera de sentirse con Harry cada vez estaba cambiando más y más. Y aunque Hermione no se había echado atrás en su insistencia con Harry de que no hiciera semejante barbaridad luego de que la actitud de frialdad verdadera de Harry le doliera como nunca antes le había dolido ni los insultos más groseros de Ron, y de que hubiera visto que en aquellos ojos verdes que el resentimiento y decepción eran verdaderos y no producto de la conexión emocional con Voldemort, Hermione no había dejado de darle vueltas a la cabeza a las emociones que sentía con Harry y que parecían haber aumentado sin que lo hubiera percatado.
Luego del escándalo y desastre que habían provocado Fred y George en todo el colegio, Hermione había podido abordar a Harry para saber si sí había podido comunicarse con Sirius y qué había sucedido. Para su suerte, lo encontró solo en un pasillo, sabía que si lo encontraba en la Sala Común de Gryffindor no podrían hablar del tema hasta que esta se hubiera vaciado completamente.
-¡Harry!
El chico, como lo hacía ultimamente, brincó ante la mención de la mención de su nombre y cuando se giró la castaña notó inmeditamente que todo había salido bien. Harry estaba sonriendole.
-Hermione, si sigues llamandome así cada vez que esté solo, te juró que mi corazón te lo va a reprochar.
Y ante la mención de aquello, el propio corazón de Hermione dio un brinco y la chica no supo cómo reaccionar.
-¿C-cómo? ¿Tu corazón? ¿Por qué?
La sonrisa de Harry se ensanchó y hasta soltó una pequeña risita, Hermione podía apostar que estaba muy sonrojada.
-Pues que me darás un infarto, se te ha vuelto costumbre sacarme de mis pensamientos con sustos de muerte.
-Ah... eso, claro-hizo todo lo posible porque no se viera la decepción en su rostro y mucho menos se notará en su voz. ¿Decepción? ¿Por qué?, no tuvo respuesta a su pregunta mental.
-¿Sucede algo?-bueno, era un fracaso fingiendo sus emociones, ella lo sabía, pero al menos lo había intentado.
-No, yo...-se aclaró la garganta mientras despejaba de su cabeza su dilema sobre el torbellino de emociones que la atacaba cada vez que estaba con Harry-Quería saber cómo te había ido en la oficina de Umbridge, ¿lograste hablar con Sirius?
-Sí, y también con Lupin. No hablamos mucho tiempo, pero sí el suficiente como para resolver mis dudas.
-Me alegro, Harry.
-Pensé que no querías que hablará con Sirius, ¿cómo puedes alegrarte, entonces?
Nuevamente la ira se apoderó del control de Harry, pero esta vez no supo si toda provenía de Voldemort o también había una parte de él que alimentaba el sentimiento. Verdaderamente le había lastimado que su amiga no lo hubiera apoyado en aquella decisión, sí, sabía que no le había explicado las razones por las cuales tanto había necesitado hablar con Sirius como para que ella lo comprendiera sin chistar, pero tampoco esperaba que Hermione reaccionara ante la ayuda que los gemelos le habían ofrecido a Harry como si su necesidad de hablar con Sirius fuera más que un capricho inconsciente que ponía en peligro el escondite e integridad de su padrino e incluso su misma permanencia en Hogwarts. Por más que el moreno no le hubiera explicado ni dado detalles de sus razones, tampoco esperaba que la chica se hubiera puesto tan firme en su necedad de no quererlo apoyar y que intentara por todos los medios convencerlo de que no lo hiciera. Sabía que estaba en la personalidad de Hermione el seguimiento a las reglas y el siempre mantener una intachable actitud académica, pero también era cierto que más de una vez había accedido a romper las reglas del colegio para ayudarlo junto con Ron en asuntos verdaderamente cruciales, y ese día Hermione había tomado su decisión de romper una regla para comunicarse con Sirius como si fuera la peor de las acciones que podría cometer. O al menos, así es como Harry lo había sentido.
-Jamás dije que no quisiera que hablaras con Sirius, Harry-sentía que la ira de Harry iba en aumento y aunque podía ver en sus ojos que ésta no era 'su' ira, también podía ver que una parte del moreno en verdad estaba enojada con ella y aunque no lo había demostrado al instante, era obvio que ese sentimiento lo había albergado desde que ella le había dicho que no se comunicará con su padrino, no de esa manera.
Harry intentó tranquilizarse porque sabía que estaba comportandose infantilmente, pero simplemente no pudo, fue como si la conexión hubiera abierto otra arma contra él: la manipulación. Ya no era sólo que los sentimientos de Voldemort fueran tan fuerte que incluso podían cambiar las emociones de Harry, ni tampoco que las pesadillas que lo acompañaban cada noche estuvieran cargadas de semillas que sembraban en él ideas y emociones que sabía que no eran suyos, pero que, aunque le afectaban a su comportamiento durante el día, había sabido controlarlos y seperarlos de sus verdaderas emociones y pensamientos. Pero esta vez la fuerza en su interior era mucho más fuere, de hecho, si lo pensaba bien, aparentemnte la conexión había ido aumentando de fuerza durante las ultimas semanas, pero algo de lo que no se había percartado hasta aquél momento, era que dicha conexión parecía 'reaccionar' ante la presencia de Hermione, tal y como estaba sucediendo en aquel preciso momento. Era tan grande que sintió miedo de sí mismo.
Retrocedió.
-Vete, Hermione.
-Harry, yo no quería que te expulsaran si te descubrían, o que Umbridge hiciera algo peor contigo que esa cicatriz que llevas en la mano. Sabes que es una mujer con una mente retorcida, trataba de que no resultaras dañado, no es que no quisiera que...
-Hermione. Vete.
-Harry
La ira comenzó a ser palpable en su magia. Harry sabía que no era suya, lo sabía perfectamente y esta vez no solo no podía controlarla, sino que estaba aumentando alarmantemente sin que pudiera hacer nada. Y supo que si explotaba no sería como en las otras veces que gritaba o decía cosas ofensivas, supo que su magia atacaría. Se aterró ante la idea de que la explosión parecía avecinarse y Hermione no se movía.
-Hermione, vete que no estoy bromeando-no podía advertirselo, trataba de hacerle vez, incluso con su voz llena de ira y desquicio, que si seguía ahí corría peligro, pero no podía advertirle, solamente podía seguir diciendole que se fuera, pero era obvio que la chica no quería hacerlo, no así, no sin aclarar.
-Tranquilizate, Harry; recuerda lo que hablamos, esto que sientes no es tuyo, sé que sí te molestó lo que hice pero también sé que tú no llegarías a este punto de enojo, trata de tranquilizarte-su voz difundía una calma que no sentía, ahora podía ver una sombra roja que cubría poco a poco las pupilas verdes y expresivas. No había visto así a Harry ni en sus peores ataques de ira, ni siquiera cuando había golpeado a Malfoy durante el partido que le había costado a él y los gemelos la expulsión del equipo de Quidditch, no, ni siquiera ahí lo había visto con esa carga de coraje, a pesar de que esa vez se había lanzado a los golpes y a la agresión verbal.
Y Harry sintió que la magia comenzaba a desprenderse por la yema de sus dedos. Sintió pánico.
Y conforme su miedo fue ganando fuerza en su interior, pudo darse cuenta que la ira comenzaba a disminuir, pero era como si el choque de emociones le hubiera nublado la vista porque cuando volvió a ser consciente de lo que le rodeaba se dio cuenta de que estaba incado sobre el suelo y que aferraba una de sus manos a su pecho, oprimiendolo con las uñas tan fuerte que hasta le dolía.
Hermione estaba incada junto a él y le rodeaba la espalda con un braso. Su mirada era de verdadero miedo preocupación.
-¿Ya pasó?-preguntó la castaña con un temblor en su voz, parecía que estaba a punto de llorar y eso hizo sentir a Harry aun peor.
Sin contestarle, Harry abrazó a Hermione fuertemente. Podía haberla lastimado seriamente, y lo peor era que estaba seguro que ella había sido consciente de eso y aun así no se había ido, no lo había abandonado. El hombro donde Hermione apoyaba su cabeza comenzó a humedecerse y Harry sintió que él también había derramado unas cuantas lágrimas.
Sí, fue ese momento cuando Hermione se dio cuenta de que ya no veía a Harry como su amigo, y en medio del abrazo deseó con todo su ser fundirse en su mente para brindarle la tranquilidad que él ya no poseía.
*****
Ron, Hermione y Harry estaban en un aula vacía.
-¡Les digo que lo vi fue real! ¡Hay que ir al Ministerio y ayudarlo!
Harry sentía que la desesperación iba en aumento y su frustración le estaba comiendo la paciencia, no era posible que los dos chicos no comprendieran que lo que había visto momentos antes NO era un sueño. Sirius estaba en peligro, Voldemort lo tenía en el Departamento de Misterios, y él estaba ahí discutiendo con Hermione y perdiendo valiosos momentos que podrían costarle la vida a Sirius.
-Escucha Harry. ¿Cómo sabes que no es una trampa, que Voldemort no planeó todo esto para que fueras al Ministerio de Magia y te atacara ahí?
-No es una trampa, Hermione. Sé lo que vi, y era real. Tan real como cuando vi que atacaban al señor Weasley.
Ante la mención de su padre, Ron pareció considerar las palabras de su amigo.
-Tiene razón, Hermione. Tú no lo viste esa noche que atacaron a mi padre, Harry estaba igual que hace rato durante el examen, los gritos y todo-la chica bufó con exasperación y Harry le frunció el ceño, ella solo bajó la mirada un tanto avergonzada.
-No podemos ir al Ministerio así por nomás-espetó ella con la voz un poco más tranquila.
-De acuerdo, iré yo, ustedes no tienen que hacerlo-la amargura en la voz de Harry podía ser casi palpable y cuando estaba a punto de dirigirse a la puerta de salida, Hermione lo tomó del brazo, el moreno la miró esperando a que dijera algo, el ceño fruncido ahí seguía, la castaña suspiró y soltó su brazo para decir:
-No, no irás solo a ninguna parte. Pe-pero Harry, por favor, hay que agotar nuestras posibilidades para comprobar si Sirius en verdad está en el Ministerio...
-¡Ya te dije que no fue un sueño!
-Lo sé, pero tampoco podemos descartar que sea una trampa. Te lo ruego, Harry, hay que comprobarlo, y si Sirius no está en el cuartel de la Ordén, te prometo que seré la primera en ayudarte a ir y acompañarte al Ministerio de Magia.
Quería decirle que no, gritarle que no podía esperar más tiempo haciendo estúpidaz comprobaciones, no cuando la vida de Sirius estaba en juego. Pero no quería ir solo, sabía que podía hacerlo, como también sabía que era lo mejor, la última vez que alguien lo había 'acompañado' a su enfrentamiento con Voldemort, ese alguien había resultado muerto, no importaba si hubieran ido sin saberlo y de manera totalmente inesperada; y aun así, a pesar del miedo de arriegar a alguien más por estar junto a él, no quería ir solo, y si la compañía de Hermione valía el comprobar que Sirius no estaba en el cuartel de la Orden -porque sabía que no estaba ahí- pues lo haría, lo comprobarían.
-De acuerdo. Pero ¿cómo lo comprobaeromos? La profesora Mcgonagall ha sido trasladada a San Mungo, Pomfrey me lo acaba de decir; ella era la única de la Orden que podía ayudarnos, ¿cómo le haremos?
*****
Nada había salido como lo planearon. A pesar de que habían contado con 'ayuda extra', Umbridge y su maldita Brigrada Inquisitorial los habían descubierto. Y Sirius... tal y como Harry lo había dicho, Sirius no estaba en Grimulde Place. Una sensación de frialdad subió por el pecho de Hermione al pensar cómo estaría Sirius en ese momento, pero no, seguramente Voldemort no lo mataría si no obtenía lo que quería: Harry Potter. Pero ahora no parecía que hubiera manera en que se escaparan de Umbridge y sus secuases para poder ir al Ministerio...
Todos, menos Harry, estaban sometidos por el grupo de Malfoy, y Umbridge no había podido sacarle ninguna información a Harry; Hermione comenzaba a sentirse más nerviosa ante la mirada alocada de la mujer, se veía que estaba dispuesta a utilizar cualquier medio con tal de conseguir alguna información útil sobre Dumbledore o Hagrid, y después de Snape agotara la última posibilidad de ayuda tanto para ellos como para Umbridge, Hermione supo que si Harry no decía algo sobre Dumbledore, Umbridge iba a torturarlo para obtener información del chico. Un miedo recorrió toda su piel y su cabeza comenzó a trabajar velozmente, debía idear algo lo suficientemente creible como para sacar a Harry del blanco de la varita de Umbridge y para librarse de una vez de ella y así poder ir en busca de Sirius.
Y lo hizo, el Crucio que la cara de sapo estuvo a punto de lanzar en contra de Harry, fue el detonante en la mente de Hermione para que se le ocurriera una idea. Sabía que no era la mejor idea y que en cualquier momento podía venirse todo abajo, pero al menos ella y Harry ya no estaban en el castillo, aunque tampoco iban camino al Ministerio, y el hechod e que sus varitas se hubieran quedado con los de la Brigada Inquisitorial tampoco ayudaba en mucho.
Pero Hermione tenía una idea, y en verdad esperaba que funcionara.... Grawp.
******
Todo se reducía a ese momento. Ni Sirius ni Voldemort estaban en el Departamento de Misterios, no estaban en ninguna maldita parte del Ministerio y él.... había sido un estúpido. ¿Cómo no lo había razonado? Hermione le había insistido que todo podía ser una trampa. Todo parecía ser una trampa si se pensaba con objetividad y frialdad. Y ahora estaban ahí, bajo la amenaza de los Mortífagos y Harry sentía que su corazón estallaría.
Ella no despertaba.
Vio su pánico reflejado en los ojos de Neville, los dos con el mismo miedo y la misma pregunta en su mente. No podía estarlo. No. No ella.
Por favor, no, Hermione, tú no.
Sus pensamientos y sus ruegos no cesaban. Su vista estaba nublada y opacada por la imagen de Hermione inconsciente y débil, no se atrevía a mirar su rostro, aun podía sentir la cálidez de su mano, esa misma mano que había tocado su sonrisa más allá de su piel, y no, no podía ver su rostro por temor a no encontrar también ahí el brillo de su mirada, su sonrisa, su caracterísitco sonrojo. Y si ella estaba muerta, él sería el culpable, él más que nadie lo sería y sabía que no se lo perdonaría. No sabía qué sería más dificil, si vivir con la culpa de una muerte, de su muerte, o... o vivir sin ella a su lado.
Pero no podía simplemente quedarse ahí temiendo. La miró y se aterró aun más, la sarandeó y no obtuvo respuesta. Cada uno de sus musculos se volvieron piedra y él no supo si estaba petrificado o si su mundo se había quedado estático, inmovil por el pánico.
Fue Neville el que se atrevió a buscar el pulso en su muñeca y Harry sintió que renacía, ni siquiera se había dado cuenta de que no había respirado hasta que la confirmación de que Hermione estaba con vida llegó a sus oídos, a su alma, a su corazón.
****
-¿Harry?
Por una sola vez, Harry no se sobresaltó ni brincó al escuchar la voz de Hermione llamandole. Tampoco hizo ningun movimiento o ademán que indicara que la había escuchado. Su mirada seguía funfida en el lago, miraba sin mirar y existía sin existir. Sirius estaba muerto.
Como meses atrás, Hermione volvió a sentarse a su lado, su mano de nuevo descansó sobre su hombro brindandole calidez y consuelo que no llegaba a su dolor, pero que tocaba su ser.
-No es tu culpa, Harry.
-Sí lo es.
-Tú no lo mataste.
-Murió porque yo no supe actuar con objetividad.
-Murió porque quizo ayudarte.
Harry no dijo nada más, el nudo en su gargante no se lo permitió. Y el abrazo de Hermione le dio fue la bienvenida a todas esas lágrimas que no había podido sacar, lágrimas que ahogaban su alma y esperanza. Y Hermione se encargó de secar cada una de ellas.
No había hablado con nadie de lo que había sentido cuando Voldemort lo había poseído, temía que si exteriorizaba ese deseo de morir que le había abrumado en aquellos momentos, todos se alejarían de él, y en esos momentos se había sentido tan solo que en verdad había deseado morir, desaparecer, rendirse; y tampoco había dicho una de las razones por las que había expulsado a Voldemort de su interior era por la pequeña esperanza de encontrarse de nuevo, así como tampoco había exclamado que en medio de su anhelo, lamentaba que alguien no lo acompañara, que ella no lo acompañara. Pero no había muerto, y esos brazos que le cubrían y protegían le decían que no estaba solo.
Levantó su mirada cuando las lágrimas habían cesado. Hermione lo miró con compasión, ternura, seguridad. Y él lo supo. Supo que aquella duda que se había formulado en ese mismo lugar tenía fundamento, que aquello era real. No sabía desde cuándo había pasado desapercibido a Hermione, no sabía si ella misma había ignorado lo que sentían. Realmente no importaba el 'cuándo' ni el 'cómo'.
Hermione sonrió y se sonrojó cuando el brillo en la mirada de Harry indicó que él ya lo sabía. Harry le devolvió la mirada y con una mano temblorosa trazó no sólo el borde de la sonrisa de la chica, sinoq ue delinió con la yema de sus dedos sus labios y cuando regresó su mirada a los ojos castaños supo que estaba donde tenía que estar, con ella.
-Cuando estabas inconsciente supe que moriría si no veía tu sonrisa de nuevo-le dijo Harry en un susurro apenas audible, ella no dijo nada, siguió sonriendole, devolviendole a la vida.
Y él la besó.
Fin