Una semana después del terremoto, comparto algunas impresiones, de todo un poco. Segundo y espero último post sobre el tema.
Es difícil describir lo que pasó, pero hay algunos videos en youtube que grafican algo de ello. La mayoría son de gente que estaba carreteando -fue día viernes en la noche, o mejor dicho, sábado a las 3:30 de la madrugada, así que nadie se asombre que luego que termina el terremoto alguien diga pucha mi copete, yo no boté la piscola, y otras frases para el bronce, a esa hora es normal que la gente esté algo ebria-, y a estas alturas, tanta chuchada ya me parece natural dada la situación… no sé cuantos conchatuma&$% deben haberse dicho en este país en ese momento, yo solo pensaba “cuando va a parar esta wéa”. (Y en los videos parece más corto de lo que fue en realidad, porque antes del ruido se estaba moviendo, y después del ruido, también, y harto. Y estos videos son como a cuatrocientos kilómetros del epicentro).
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El ruido... y se movía todo y se cayó todo... y sí era terremoto en alguna parte.
Y siempre alguien diciendo ya va a pasar, o pasó pasó pasó...
Y Ricardo Arjona había cantado esa noche en el Festival de Viña, por si alguien se pregunta de qué sale eso.
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Cuando empezó a moverse todo, yo como siempre hago cuando hay un temblor, me quedé tranquila y callada donde estaba, esperando que pasara. Chile es un país de temblores, acostumbro a sentirlos en la noche, unos tres o cuatro en un año, yo creo, pero de esos magnitud 5.0 a 6.0 o algo así. Pero esta vez no se detuvo, y cuando se cortó la luz, ahí sí que quedó la grande. El ruido era tremendo, parecía venir del fondo de la tierra, sumado a todo lo que se quebraba y se caía (loza, lámparas, televisores, maceteros, botellas) y además, la manera en que se movía la casa entera (de repente era un movimiento circular, de repente era más arriba abajo y todo saltaba, o terminaba siendo de un lado a otro… bien variado), era imposible mantenerse en pie, yo ni siquiera lo intenté, me quedé sujetándome en el lugar en que estaba, porque una vez que escuché que se caían repisas y cosas, sabía que no podría salir del cuarto, no tenía idea donde podían estar las llaves en ese desastre, así que me quedé esperando que pasara. Ahora y a futuro creo que eso de guardar la calma no me va ir, y que saldré corriendo.
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- Recién al quinto día volvió la luz eléctrica. Y de hecho sé que hoy quedan un par de lugares en que la energía no ha vuelto. De verdad, no pensé que sería tanto.
- La falta de energía eléctrica es lo más terrible. Fueron días en que la única información venía de la radio a pilas. Solo una emisora. Domingo y lunes enterándonos recién de lo que pasaba en la costa, que queda a unos 100 o 150 km de mi ciudad (en hora y media se llega a Dichato o Cobquecura). Si no se sabía nada de nada. Tantos rumores. Gracias a la radio por permitir que nos enteráramos un poquito de lo que pasaba.
- Dado que mi casa aguantó bien, no pensé en un primer momento que había sido tanta la destrucción. Pero era cosa de dar una vuelta por la ciudad y ver murallas caídas, de ladrillos y todo. Porque casas de adobe -barro y paja- puedes esperar que se caigan en un terremoto, pero construcciones de ladrillos y cemento, no. Ese
edificio de Concepción, que quedó
así, no sé, tendrá unos dos años, la responsabilidad de la constructora ahí es innegable.
- Aunque parezca extraño, la telefonía fija resistió mejor que la telefonía celular. Como al tercer día recién se lograba una fortuita comunicación vía teléfono celular, con mucha suerte. Aún hoy, es relativo, a veces no hay comunicación.
- No quiero hablar sobre réplicas. Las hay de 6.6 de intensidad. Y no hay nada que hacer al respecto, solo esperar que no venga una réplica demasiado fuerte. Ya van más de doscientas en esta semana. Y ese día sábado, yo podría jurar que toda la hora después del terremoto, la tierra se movió, ligeramente, todo el rato. Fue un vaivén constante. Eran las 9:00 de la mañana y las lámparas del techo oscilaban.
- Hay que tener una radio a pilas. Y linternas con pilas. Eso queda como lección. Porque el suministro eléctrico se demora días en volver. Y partir a buscar agua apenas termine el terremoto, porque si bien aquí tuvimos agua al tercer día, sé que en Concepción al día de hoy en muchas zonas no tienen agua. Sí tienen internet, pero no agua. Y una semana sin agua, sin baño...
- Y estamos con toque de queda. Yo no viví tiempos de dictadura militar, siendo tan chica, pero ahora, había un clamor de la gente por toque de queda y resguardo militar. La noche del miércoles, en que se impuso la medida, por fin la gente pudo dormir en sus casas sin pensar que venían a saquear. Una medida definitivamente tardía, pero que ahora nos da tranquilidad. La Presidenta vivió el tema del gobierno militar desde la oposición, y seguro tiene sus
traumas, ella y toda su gente, y por eso mismo retrasó la decisión porque evidentemente no quería despedir su mandato con un país ocupado por la fuerza militar (qué triste e irónica es la vida), pero la realidad es otra, y nuestro ejército está para dar seguridad a la población, cosa que nadie podría dudar. Ahora, una parte fue su lenta decisión, y otra el ritmo de tortuga con que se movió el contingente militar... Desde el ámbito civil se piensa que es cosa de horas para que personal del norte llegue a la zona devastada, se suben a unos aviones y listo… nada más lejos de la realidad. Creo que recién el lunes habían mil y algo efectivos en Concepción, una ciudad en que habían saqueos desde las primeras horas tras el terremoto; y se demoraron casi dos días en decretar el toque de queda en esa ciudad. Se espera un replantamiento de esta situación, y que se alcen voces críticas al manejo que el gobierno le dio a la catástrofe, simplemente para que no se repitan los errores.
Tomás Mosciatti es un buen ejemplo.
- Y
se descabezó el monumento de O’Higgins. En plena Plaza de Armas. Que ya se había descabezado en el terremoto de 1939.
- No deja de llamarme la atención que, pese a todo, no ha sido tan terrible a nivel vidas humanas. El terremoto/maremoto en Chile, 8.8, ha dejado cerca de quinientas víctimas fatales (si es que no se han equivocado de nuevo en eso como lo hicieron inicialmente). En Haití, que fue 7.0, dejó más de doscientas mil personas fallecidas. Y eso a pesar que tenemos ciudades en que gran parte de las edificaciones son aún de
adobe, y supongo que por eso mismo la gente está conciente que con un terremoto tiene que salir de su casa con premura.
- ¿Y ese famoso
proyecto HAARP tendrá la culpa de todo? Yo no creo que tengan una máquina para hacer terremotos, pero a estas alturas del mundo… Igual siendo Chile un país sísmico, se esperaba un movimiento, así que no sé.
Solo queda esperar que Chile tenga la fuerza para ponerse de pie, y para llegar con ayuda a esas localidades más afectadas, especialmente lugares en que las casas fueron arrasadas por el mar. Ahí alimentos no serán suficientes, si la gente no tiene donde vivir, y necesita ayuda para reconstruir sus viviendas. Que esa ayuda les llegue con la Teletón que se hizo, es lo que todos esperamos.