Mini-Fanfic [ El extraño del que me enamoré ] [Cap. 1 ]

May 07, 2011 19:51

 Hola personas que se paseen por aquí ^^ bueno ahora les traigo un TakaChii ^^ bueno esto se suponía sería un one-shot pero como que dio para más xDD así que será un mini-fanfic de de dos capítulos xD quiero pedir una disculpa porque yo iba a subir esto desde hace dos días pero no tenía banner ya que mi programa se puso gay ¬¬ pero al fin pude hacerlo gomen si no es una imagen linda u.u en fin espero que les guste y comenten ^^ bueno sin más douzo~



Título: El extraño del que me enamoré 
Género: Boys Love/Yaoi/Lemmon/
Parejas: Takaki Yuya y Chinen Yuri (TakaChii)
Capítulos: -2-

Empezó como cualquier otro día, sólo abrí los ojos lentamente mientras mis pupilas se acostumbraban a la luz del día.
Entre bostezos decidí ponerme de pie, me senté al pie de la cama y mire el reloj, era temprano así que no tendría problemas para llegar a tiempo al colegio.
-Ya no aguanto más- dije en un susurro.
Baje a la cocina al término de mi rutina previa al desayuno, me acerque al refrigerador y tome un cartón de leche y acercándolo a mi boca tome un poco de ésta.

Al llegar al colegio camine sin muchos ánimos hasta el salón, me acomodé en mi pupitre y empecé a reflexionar sobre mi estancia en ese colegio.

Yo siempre había estado en escuelas públicas hasta que por mis calificaciones me ofrecieron una beca en este colegio. En mis anteriores escuelas yo era el niño lindo el cual era amado por todos pero en esta ocasión no era igual -me…me odian-
Mis días aquí eran duros, al ser éste un colegio de elite me trataban como un mendigo con suerte y aquí mis dotes de actor no me salvaban como en mis anteriores escuelas, de hecho me metían en problemas.

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El primer día que llegue a esta institución todo parecía normal hasta que al presentarme ante mi nuevo grupo mostré la mejor de mis sonrisas pero sólo recibí caras de disgusto y desagrado, no le di importancia; me comportaba con mis mejores modales pero eso no parecía funcionar y poco a poco, no sé como paso pero me gané el odio de mis compañeros, cosas como “este mocoso ¿qué se cree?” eran de todos los días.
Nunca me lastimo eso pero cuando es una actitud de todos los días y de todos es algo agotador
-Creo que en realidad no me gusta ser ignorado-
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Pero eso ya pasó hace un año “¿Qué más puedo hacer?”. Con el tiempo me empecé a hacer un poco autista no hablaba con nadie y nadie conmigo.

Mi día siguió normal sólo que está vez participe en clase y mi opinión fue tan buena y con buenas bases que el maestro se sorprendió y a mis compañeros no les quedo de otra que aplaudir, en ese momento me sentí feliz, por fin sentí que mis compañeros podían apreciarme aunque fuese un poco e inconscientemente sonreí un poco ante tal acto.
Cuando el maestro salió me di cuenta que la clase que seguía era deportes así que salí del salón; cuando regrese de ella nadie había regresado lo que me pareció algo extraño ya que yo había sido el último en salir, entonces dirigí mi mirada hacia mi pupitre, mis cosas no estaban y me asome por la ventana casi instintivamente, y ahí estaban, mis cosas estaban esparcidas por todo el patio y nuevamente voltee a mi lugar en el cual había un mensaje de que no me percate, decía:
“Podrás ganarte un aplauso mediocre del profesor pero jamás formaras parte de este lugar, así que aprende tu lección intento de niño bonito.”
En ese momento caí de rodillas junto a mi pupitre, cerré mis puños y una lágrima de coraje combinada con un poco de tristeza salió a mucha dificultad de mi ojo y desee no haber aceptado la beca que me habían dado en este colegio.
-¡En verdad me arrepiento!-
Me levanté y me dirigí hacia el patio y empecé a recoger mis pertenencias. Después de ello no me quedaban ganas de seguir ahí así que decidí salir de la escuela a vagar un poco son rumbo aparente. Después de algunas horas de haber estado transitando por calles al azar me di cuenta que estaba perdido y que para mi mala suerte ya era algo tarde, voltee para todos lados y no había nada “Si ya estoy perdido que mas da caminar un poco más para ver si reconozco alguna calle” pensé hasta que llegue a un tipo de tienda de discos, un poco rara, ya que se encontraba en un lugar muy solitario, decidí entrar y preguntar como salir de esas calles y llegar a una más transitada.
Al entrar a aquella tienda todo estaba muy calmado y se podía respirar un aire de comodidad y calidez al mismo tiempo era como si tuviera un sentimiento de protección al estar ahí dentro, caminé para adentrarme más en ella y me tope con un chico en una silla en una esquina del local que al parecer era bastante amplio, él a mi percepción era alto y delgado; cuando lo iba a tocar para despertarlo soltó un ronquido tan extraño y tierno a la vez que no puede evitar reírme en el tono más bajo que tenía para no despertar al muchacho con ella, pero cuando ya no aguantaba más escuche algo que me tomo desprevenido y me espanto un poco, lo que no quería hacer lo había logrado.
-¿De quién te estás riendo? Espero que no sea de mí- dijo con una voz un poco molesta e irónica.
-Yo…yo no quise, perdón- Entonces le cambio el tono de voz y coloco una ligera sonrisa en sus labios.
-Oh…entonces no hay ningún problema. Y ¿Qué se te ofrece o en qué te puedo ayudar?-
-Ehm…pues- baje un poco la mirada y con un poco de vergüenza dije -Me perdí…. ¿Me puede ayudar a ubicarme?-
-¡Oh vamos no me digas eso!-
-Perdón, entonces yo buscaré por mi cuenta-
-No, espera, no me refería a eso-
-Entonces… ¿A qué se refiere?-
-A eso me refiero, no me hables de usted, me hace sentir viejo y sólo tengo 21 años- dijo un poco exaltado pero con voz y cara de puchero a medias.
-Si tú me dejas de hablar de usted yo te digo en dónde estás- dijo con una cara tan linda que hasta yo tuve que admitir que tal vez él era más lindo que yo, por un instante me hubiese gustado no tener razón.
-Entonces si yo le hablo…perdón si te hablo de tú ¿me ayudarás?-
-Mejor, así cambian las cosas-
Cuando dijo eso embozo una risita picara y me vi contagiado por ella, hasta que mis ojos se toparon con los de él, en ese momento me empecé a sentir nervioso y note que mis mejillas empezaban a arder levemente y de inmediato baje la mirada buscando refugio en el piso. Él se percato y sólo escuche una risa algo fingida pero hermosa; volví a tomar valor y lo mire de nuevo para preguntarle.
-¿Si me puedes ayudar a ubicarme?-
-Sí, pero ¿cómo puedo ayudar a alguien cuyo nombre aún no sé?-
-Ah…pues…soy Chinen Yuri-
-Mucho gusto, yo soy Takaki Yuya-
“¡Qué nombre tan bonito!” pensé y caminé hacia el mostrador a donde había ido Takaki. Al encontrarme frente al mostrador saco un mapa y empezó a explicarme donde estaba.
-Es algo complicado, creo que me volveré a perder- dije mientras ponía una cara que debió haberse visto confundida hasta que sentí que alguien me tomaba del hombro, entonces levante la mirada y era él con una sonrisa tan amplia que de la nada me empecé a poner nervioso y torpemente pregunte. -¿Qué…por qué…sonríes así?-
-Por nada. Estás de suerte hoy me iba a ir temprano y ¿si quieres te acompaño? Para que no te pierdas-
Al escuchar eso me sentí aliviado y respondí afirmativamente con la cabeza. Y dicho esto Takaki empezó a cerrar el local y me dijo que esperara un momento en lo que terminaba, así mire por última vez el lugar que me permitió conocer a Takaki.
Salimos del local comenzamos a caminar por las calles tan desoladas que había ahí.
-¿Por qué trabajas aquí, si casi nadie viene por estos rumbos?- le pregunte un poco tímido.
-Buena pregunta- me respondió con un tono feliz.
-Verás, escapé de mi casa cuando era más chico y mi sueño siempre fue tener un negocio propio y que mejor, que tener uno en algo en lo que soy bueno……la música- hizo un gran énfasis en esas dos últimas palabras -además quería ser independiente y que mejor modo que tener un negocio propio, aunque ahora se vea muy solo, cuando conseguí ese local había mucha gente pero ahora ha bajado un poco, pero espero que vuelva a aumentar otra vez- me miro y de repente me dijo.
-Perdón por contarte todo esto pero desde que escape no he tenido ningún amigo y fue muy duro lograr y tener todo lo que tengo ahora- hizo una pausa y continúo.
-Perdón lo estoy haciendo de nuevo, creo que te ves como una persona de fiar y es por eso que es fácil hablar contigo- solté una gran sonrisa, de alguna manera me encanto que él dijera que le era fácil hablar conmigo y para mí también era agradable pues ya tenía casi un año sin hablar así de bien con una persona ajena a mi familia.
-Para mí también es fácil hablar contigo….Takaki-kun- dije avergonzado al final.
-¡¿Enserio?! Oh, es la primera vez que alguien me dice “Takaki-kun” tan dulcemente, se siente tan bien- me empecé a sonrojar casi de inmediato, pero estaba feliz también.
-Ya que me llamaste así, pues yo te diré “Chinen”- cuando dijo mi nombre utilizó un tono coqueto que sólo empeoro mi sonrojo. Seguía tan atento a mi sonrojo y a que Takaki no se diera cuenta que no supe cuando llegamos a la calle principal hasta que su voz, esa dulce voz, me regreso de mi trance.
-Aquí esta la calle principal, ahora ¿a dónde irás?-
-¿Yo…?- ¡imposible! No recordaba mi calle, por alguna  razón en mi mente solamente se encontraba el tono con el cual Takaki había pronunciado mi nombre.
-No lo recuerdo, enserio que ¡no puedo!-
-¡Qué niño tan distraído! Entonces vente conmigo, supongo que es mejor a que estés en la calle más tiempo solo y esperando a que se haga más tarde-
Me tomo de los hombros por detrás y me dirigió hasta llegar a una tienda de autoservicio.
-¿Está es tu casa?-
-No seas tonto, sólo compare comida para los dos- me sentí muy torpe pero no me importo y entre con él. Cuando salimos de ahí sosteníamos una platica más amena, divertida, me la pasaba muy bien con Takaki, era una sensación muy agradable pero a la vez distinta, cuando estaba en mis escuelas anteriores tenía que portarme de una manera muy diferente a la mía, tenía que ser lindo para ganarme a todos después por ese motivo era rechazado en el colegio pero cuando estaba con él podía ser yo son intentar fingir, sólo yo.
Llegamos a un edificio bastante bonito -ahora sí, aquí es donde vivo- me reí un poco al recordar mi anterior tontería, seguí a Takaki hasta llegar al tercer piso, cuando estuvimos frente a su puerta la abrió y me encontré con un departamento bastante lujoso para ser de un chico tan joven y que además había escapado de su casa, tal era mi asombro que hasta abrí la boca y los ojos de par en par.
-Te sorprendiste ¿verdad? De que alguien como yo tenga algo así-
-Para ser sincero sí ¿Cómo es posible qué tengas todo esto?-
-Hay una sola razón. Cuando escape tenía dieciocho años y no quería morir de hambre y en una calle solo, así que decidí trabajar en un host-
-¡¿En un host?!- dije perplejo.
-Sí, fue divertido, no hacías nada y la paga era muy buena, ahorre y así fue como puse mi negocio- dijo al principio con una sonrisa picara que cambio a la de orgullo.
-Entonces tu clientela ¿era por eso?-
-Sí, todas las chicas que me habían conocido iban pero después ya no, aún no sé la razón pero fue una gran ayuda para mi negocio-
Me imagine todo su relato y cuando me di cuenta Takaki estaba preparando la cena, el olor que provenía de la cocina me era familiar pero no distinguía a que comida pertenecía.
-Deberías de llamar a tu casa para avisar que no irás ¿no crees?- era cierto tenía que avisar, lo bueno era que tenía grabado el número de mi casa en el celular por si acaso; marque esperando que se terminará el tono y que abriera paso a la voz enojada seguramente de mi madre.
-¿Aló?- se escucho.
-Mamá soy yo-
-¿Yuri dónde estás? Estaba muy preocupada-
-Perdón pero cómo ya es tarde…. ¿me puedo quedar a dormir en la casa de uno de mis compañeros?- al oír esto el tono de voz de mi mamá cambio de la preocupación a la alegría.
-Claro que puedes pero pórtate bien- era claro que mi mamá sabia que mi situación en la escuela era mala, que no tenía buenas relaciones con mis compañeros y que el hecho de que uno me hubiese invitado le demostraba que me estaba yendo mejor.
-Gracias mamá. Nos vemos mañana- al despedirme voltee a la cocina donde me esperaba una mirada sarcástica.
-Con que uno de tus compañeros de clase. No deberías mentirle a tu madre-
-Sí, lo sé, pero que se supone que le iba a decir, que me perdí y conocí a un chico mayor que yo y me invito a su departamento-
-Sí ¿por qué no?- mi mirada se volvió algo fría pero al ver a Takaki entendí que era una broma y le sonreí.
-Bueno ya lo hiciste, ya ni modo, así que ya tienes permiso ven a comer-
-Ah, son gyozas-
-Sí…. ¿no te gusta?-
-No, me encantan son mi comida favorita-
-¡¿Enserio?!-
-Sí- me lleve una a mi boca, al estar comiéndola vi como Takaki me miraba expectante.
-Deliciosa- él sonrió y también llevo una a su boca.
-Vaya que eres un estuche de monerías. Primero host, luego un empresario y ahora hasta cocinero- mi comentario lo hizo reír, al termino de su risa los dos continuamos comiendo.
Cuando terminamos la comida me miro a los ojos y bajo su mirada a mis labios no pude evitar ponerme nervioso y por mi mente no dejaba de pasar la idea de ser besado.
-Tienes un pedazo de gyoza ahí- estiro su mano y con uno de sus dedos me lo quito, al sentir su dedo en el borde de mi boca tuve una sensación algo extraña pero atrayente. Acerco ese pedacito a sus labios y se la comió, sentí un poco desilusionado al pensar que no habría beso así que casi inconscientemente hice un puchero.
-¿Qué pasa? ¿Querías comerte eso?- no respondí y permanecí con mi cara hasta que Takaki tomo una gyoza con sus dedos y la acerco a mi boca.
-Di “a”- instintivamente abrí la boca para comerla pero no me di cuenta que también me lleve a la boca sus dedos.
-¡Hey! Mis dedos no son parte del menú- cuando me dijo eso deje que sacara sus dedos provocando que mis mejillas comenzaran a arder.
-Te ves muy lindo así- su comentario empeoro mi estado, y casi como un impulso dije.
-¿Enserio lo crees?-
-Sí- cuando termino de decir eso se paro de su lugar, se acerco a mi lugar peligrosamente y casi susurrándome al oído me dijo -Tú sabes mucho de mí ahora, pero yo de ti nada-
-Eh… ¿a….a qué te refieres?- dije tartamudeando un poco.
-Pues, por ejemplo ¿cómo fue qué te perdiste?- al empezar al segunda palabra su actitud cambio a él mismo de siempre, sus cambios de actitud me ponían nervioso pero me gustaban como para decirle que lo dejara de hacer.
-¿Me dirás o te quedarás callado?- dijo alejándose un poco de mí para verme de frente. Recordé el motivo por el cual me había perdido -mis compañeros- pensé en voz alta.
-Tus compañeros ¿qué?- me vio con curiosidad pero su cara mostraba un poco de preocupación, tal vez porque cuando lo dije mi voz se escucho apagada no a la que lo había habituado.
-Ellos me odian…. Desde que entre a mi actual colegio no les agrade y hoy lo termine de confirmar- volví a apretar mis puños y tener los sentimientos que experimente cuando me hinque frente a mi pupitre.
-Olvídalos, eres un buen chico, además pienso que si te odiaran desde un principio, es por deben de tenerte celos-
-No lo creo- mi tono de voz seguía apagado y sin darme cuenta gotas de dolor caían de mis ojos casi imperceptibles o al menos era lo que creía porque Takaki se dio cuenta y me abrazo con fuerza pegándome a su pecho y acariciando mi cabeza mientras me decía al oído -desahógate-
-No entiendo ¿por qué me odian? ¿No sé qué les he hecho?- comencé a corresponder a su abrazo, levantando mi mirada para poder verlo mientras él ya lo hacía, sin darme cuenta nos fuimos acercando hasta estar a menos de dos centímetros de distancia, sentía su aliento cerca de mi rostro, dio el primer paso, así rosamos nuestros labios, los suyos eran tan cálidos que empezamos a profundizar a un ritmo lento hasta que nos falto el aliento, Takaki se separo de mí delicadamente.
Lo miré a los ojos tímidamente, él vio los míos, regalándome una sonrisa picarona haciendo que un silencio nos invadiera pero no fue uno incomodo, así duramos unos instantes hasta que Takaki rompió aquel silencio.
-Creo que ya no soy sólo “uno de tus compañeros de clase”- hizo énfasis provocándome una risa.
-Estoy de acuerdo- el afirmo.
-Entonces ¿qué somos ahora?- dije bajando la mirada y sonrojándome de nuevo.
-Tendremos que esperar un poco para saberlo- me respondió mientras acariciaba una de mis mejillas para seguir con mi cabello.
-Pero ahora hay que dormir, tú tienes clases mañana y no debes desvelarte-
-Tienes razón, pero no sé si deba de ir- baje un poco la mirada provocando que Takaki levantara con su mano mi mentón para verlo.
-No importa lo que te hayan hecho, no les des el gusto de abandonar ahora- luego de escucharlo sonreí, gracias a él volví a tener valor para ir al colegio.
Me sentía muy bien, cómodo y hasta protegido estando con él. Luego de aquella escena fue a un armario y saco varias cobijas y una que otra almohada, acomodo una improvisada cama en el sofá que para mi sorpresa fue bastante cómoda y acogedora.

Después de aquel día me mostraba más feliz en el colegio y casa, mis compañeros se extrañaban que estuviera con ese ánimo pero no me importaba en lo absoluto, ya que podía contra ello, todos los días al finalizar la escuela recorría las calles que me llevaban a la casa de Takaki para visitarlo. Por otro mi mamá agradecía que al fin estuviera más animado por ir al colegio.

boys love, mini-fanfic, takaki yuya, chinen yuri

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