Fanfic [ Yes... My Lord ] [ Cap 4 ]

Mar 07, 2011 21:11


Hola de nuevo!!! bueno perdón por el retraso u.u se supone que yo subí esta entrada el sábado en la noche pero el gaaaay del LJ no lo debaja ver así que tuve que resubirlo, en fin por fin sabrán si Chinen dejo de ser sirviente xDD sin más ....Douzo.



Capítulo 4.
-Ahora ya estoy listo- se animaba Takaki fue así como salió de la cabaña, por otro lado Chinen después de un rato termino de leer aquel libro.

-Veamos el libro decía que para hacer la trampa se necesita una caja para capturar a un conejo y un señuelo- busco por el lugar y saco un cajón de la cocina improvisada que se encontraba en aquel sitio,  busco por los cajones para ver si encontraba algún tipo de señuelo hasta que encontró una lata de atún.

-Estoy de suerte es la única lata que hay- busco en uno de los cajones y saco un abrelatas y salió de la cabaña, camino un poco hasta que encontró un buen lugar para acomodar la caja.

-¿los conejos comen atún?  No lo sé pero ya que- antes de poner todo una idea se hizo presente en su mente.

“Bueno si no atrapamos nada tal vez esto sea mi cena”  así que comió el resto, luego se oculto para esperar que algún conejo cayera en su trampa. Por su parte Takaki se encontraba vagando por las cercanías para ver si encontraba algo  fue en ese momento que entre los arbustos vio un bulto café, respiro profundo y con toda su fuerza golpeo  sin piedad aquel bulto.

-¡Lo logre! Ahora ese mocoso será mi sirviente por más tiempo- mientras Takaki se alababa con orgullo olvido aquel bulto hasta que un rugido lo saco de sus pensamientos, de inmediato  volteo  para ver el bulto pero el bulto era la pata de un oso que ahora estaba enfurecido y quería atacar a su agresor.

-¡Maldita sea!- fueron las únicas palabras que pudo pronunciar antes de empezar a correr como loco. Takaki ya tenía corriendo un buen  tramo cuando de la nada un cajón apareció y se lo llevo entre los pies.

-¡Idiota! Acabas de arruinar mi trampa- le reclamo Chinen

-¡Enano, corre por tu vida!- fueron las palabras que salieron de la boca de Takaki antes de  dejarlo atrás.

-¿Y ahora qué le pasa?- dijo observando como se marchaba de ahí mas cuando volteo para ver su destrozada trampa, fue entonces que vio la razón por la que Takaki estaba corriendo.

-¡Un oso!- dijo aterrorizado y empezó a correr en dirección de la cabaña. Mientras más corría más se emparejaba con Takaki hasta que ambos entraron a la cabaña.

-¡¿Qué demonios hiciste?!- le reclamaba Chinen.

-Eso que importa ahora, lo más importante es saber ¿qué vamos a hacer?-

-Hay que ahuyentarlo- dijo Chinen mientras caminaba a donde se encontraban los libros que antes le habían ayudado.

-¡Y ahí vas con los libros de nuevo!-

-Los libros si sirven, casi tengo la cena gracias a ellos-

-Pero no la tienes-

-¡No porque un idiota arruino mi trampa!- Takaki camino hasta donde estaba Chinen y tomo un libro y empezó a hojearlo.

-Avienta los libros contra el oso-  dijo Chinen con una cara y voz serias, Takaki lo miro sorprendido.

-¡¿Qué?!-

-Lo que oíste, aviéntaselos y tal vez así se irá- está vez la voz de Chinen era alta.

-¿Y crees que funcione?-

-No lo sé pero no se me ocurre nada mejor- la voz de Chinen mostraba un poco de desesperación, Takaki tomo un libro y abrió una ventana aventando el libro hacia el oso pero lo que escucho no fue un gruñido fue mas bien el de un hombre. Ambos salieron para ver que había sucedido.

-¡¿Quién demonios me aventó esto?!-

-¡Nagase!- Yuri y Yuya nunca pensaron que verlo los haría sentirse tan felices.

-Sí, soy yo- decía mientras se sobaba la cabeza donde había sido atacado. Los chicos corrieron para encontrarse más cerca de él.

-¿Qué haces aquí?- pregunto Chinen mientras Nagase se reincorporaba.

-Venía a darle de comer a mi oso y me encuentro con que lo quieren atacar, para resultar que el que recibe un librazo soy yo-

-¿Tu…tu oso?- Chinen uso una voz dubitativa.

-Claro, lo encontré cuando era un cachorrito y ahora ya está gigante. Aún recuerdo los días en que- pero se vio interrumpido por la voz de Takaki.

-Eso no nos importa, ¡Tu estúpido oso casi nos mata!-

-¡¿Qué le hicieron para que se pusiese así!? Él es tal calmado- decía mientras acariciaba a su gran amigo.

-Estás loco- dijo Takaki suspirando.

-Y bien ¿qué le hicieron?-

-Yo estaba cazando un conejo y de pronto aparece este idiota que es perseguido por un oso entonces perdí la cena para correr y salvar mi vida- explicaba Chinen con un toque de enojo, pesar y resignación.

-¡Takaki! ¡¿Cómo te atreves a hacerle eso a mi lindo y pacifico amigo?!- decía haciendo caras graciosas para el oso -espera, dijiste cazar-

-Sí- respondió Chinen

-Y ¿por qué tienen que cazar si en el sótano hay comida enlatada?-

-¡¿Qué?!¡¿Y por qué no dijiste eso desde antes?!- pregunto Takaki de manera exigente con  molestia.

-Se me olvido- la cara de Takaki mostraba un poco de molestia que reprimió respirando nasalmente haciendo que sus  bocanadas de aire se escucharan a un ritmo agitado hasta volteo a su lado, miro la cara  de Chinen con la que supo que no debía  de darle importancia después de todo se trataba de Nagase.

-Bueno aclarado este punto ya me voy con mi pequeño oso lejos de ustedes par de personas dañadoras- finalizo yéndose por uno de los senderos que había cerca y desapareciendo al tiempo.

-Él es…..tan raro- dijo Chinen.

-Nunca pensé estar de acuerdo en algo contigo pero tienes razón, pero que importa, no tenemos que cazar hay comida en el sótano y ¿sabes qué es lo mejor?- pregunto emocionado Takaki.

-¿Qué?- dijo un poco extrañado Chinen.

-Que no conseguiste la cena así que serás mi sirviente por otra semana- Takaki uso una sonrisa burlona en su rostro.

-Pero ¡¡tú tampoco!!-

-Y eso qué, el trato fue que si ¡Tú! No lograbas capturar la cena serías mi sirviente una semana más-

-Pero….pero…pero-

-Acéptalo, apostaste y perdiste, ahora serás mi sirviente otra semana- dijo triunfante. Chinen suspiro e ignorándolo volvió cabizbaja a la cabaña para después ser seguido por Takaki con una cara completamente diferente a la de su compañero.

-Oye, sir…vi…en…te-  el tono de Takaki era molesto para Chinen pero a pesar de ello cada que éste lo llamaba iba inmediatamente, esto le molestaba pero no comprendía porque se apresuraba tanto por estar a su lado.

-¿Qué quieres?- respondió de mala gana.

-Ya que el maldito de Nagase nos dijo que había comida, hazme de comer-

-¡¿Eh?! Hazte tú si tantas ganas tienes-

-Lo haría pero para mi suerte tú eres mi sirviente- dijo esto último con una sonrisa triunfante y burlona, le encantaba sacar de quicio al pequeño como él lo hacia en su contra. Chinen bajo al sótano y noto que había un montón de latas de todo tipo de comida se adentro más en ese lugar y vio un frasco extraño lo tomo acercándolo a la luz.

-Es un feto- dijo con sorpresa y susto, entonces sintió que una mano lo tomaba por el hombro sorprendiéndolo más aumentando así el susto.

-Enano, tardas mucho, así que mejor yo me hago mi comida- nunca estuvo tan feliz de escuchar la voz del mayor, se giro para ver a Takaki quien tomo un par de latas y se fue. Chinen coloco ese frasco donde mismo y camino hacia la dirección opuesta a eso, se encontró con arroz y para su fortuna con una arrocera, salió de aquel lugar para dirigirse a la cocina notando que Takaki estaba calentando el contenido de esas latas de una manera desesperada.

-¿Sólo eso comerás?-

-Sí ¿algún problema?-

-No para nada, es sólo que comer sólo frijoles no se considera una buena comida-

-Calla mocoso, me los comeré yo no tú, además tú tardabas demasiado- Takaki se sentó en la mesa y se dispuso a comer mientras Chinen limpiaba la arrocera para así ponerla a funcionar. Luego de un rato Takaki termino y Chinen a penas iba a comer; el menor coloco arroz en un pequeño tazón, después abrió una lata de sardinas se sentó y comenzó a comer, la manera en que el menor comía hacia que Takaki tuviese hambre de nuevo.

-Nee, enano ¿me das?-

-Vaya pero si pensé que con eso habías tenido suficiente-

-Pues ya no es pregunta, es una orden, dame- tomo el tazón de Chinen y empezó a comer.

-No hay nada mejor que arroz- dijo Takaki para sí.

-¡Oye, eso es mío!-

-Lo era pequeño, además ahí tienes más de que te preocupas no seas tan tacaño- Chinen suspiro y se puso de pie para ir con un nuevo tazón con arroz, así comieron los dos.

La noche cayo haciendo que ambos entraran en sus camas para dormir.

Por alguna razón Yuya no podía dormir, se movía tratando se encontrar su lugar y así conciliar el sueño pero no parecía funcionar, las luces tenían una hora apagadas pero eso no importaba ya que ni así podía dormir.

-Mocoso- dijo en voz baja -¿Estás dormido?- volteo a ver la cama donde se encontraba el mencionado. -Mocoso ¿ya te dormiste?- está vez su tono de voz era más alto.

-Enano te estoy hablando ¿estás dormido?- Chinen abrió los ojos con fastidio.

-Lo estaría si dejarás de hablarme ¡¿Qué demonios quieres?!- el mayor se paro de su cama y camino en la oscuridad hasta la de Yuri.

-Es que no puedo dormir-

-¡¿Y qué quieres que haga?!-

-Pues tú si puedes dormir, así que tu cama debe ser más cómoda, así que vete a aquella-

-¡¿Qué?!-

-Lo que oíste-

-Estás loco, yo escogí esta así que vete a la tuya-

-Mocoso, eres mi sirviente y debes hacer lo que digo- Chinen hizo una mueca de fastidio y sin más se puso de pie para así salir de su cama pero al momento de dar el primer paso que lo llevaría a la otra tropezó con algo por no ver en la oscuridad que invadía ese lugar haciendo que Takaki cayera encima de él.

-¡Quítate, pesas!- le decía el ´pequeño con un poco de esfuerzo.

-¡Fuiste tú el que me tiro!- Takaki puso las manos en el piso cada una al lado del rostro de Chinen justo por encima de sus hombros colocando cada rodilla a cada lado de las caderas del menor, entonces para molestar comenzó a tocar su rostro con su mano derecha.

-Oh, ¿esto es tu nariz?- preguntaba con un tono burlón mientras Chinen movía la cabeza para que no lo tocase, hasta que sus dedos tocaron los labios del menor.

-¿Estos son tus labios?- el tono de voz de Takaki había cambiado del burlón al sensual, lo que hizo que Chinen no se moviera está vez, los dedos fríos y tibios a la vez del mayor recorrían de manera lenta  el contorno de la boca del menor, las mejillas de éste empezaban a tornarse rosadas agradeciendo que el lugar fuese oscuro para que el mayor no lo notase. La mano de Takaki dejo de tocar los labios de Chinen para dirigirse a su  mentón acariciando su contorno llegando a la barbilla bajando  por su cuello para después tocar las clavículas del pequeño, Takaki no entendía por qué hacia todo aquello pero era como si el pequeño tuviera una fuerza que lo atrajera a seguir, tenía miedo de no poder parar pero las sensaciones que tenía en ese momento lo hacían no querer detenerse, por su lado Yuri sentía que con cada rose de las yemas de Takaki su corazón latía a un ritmo más veloz pero aún así la sensación del toque del mayor lo hacía sentirse muy bien.

Takaki abandono las clavículas para bajar su mano por el pecho del menor hasta llegar al hueco que producía su ombligo y así  llegar al borde de  la playera que traía, su mano se coló debajo de ella, de abajo hacia arriba toda su palma comenzaba a rosar la piel del menor, podía sentir aquel abdomen y sus relieves, Takaki labio sus labios ante aquel estremecimiento que le producía tocar la piel tan tersa y suave que se encontraba bajo él. Su mano regreso al punto de partida de manera lenta para disfrutar de nueva cuenta esa piel, se hinco para poder colocar todo su peso en las rodillas, ahora con ambas manos entro dentro de la playera del menor hasta llegar a sus pezones y acariciarlos con suavidad hasta ponerlos duros por la exaltación que le producía el mayor. Chinen soltó un pequeño gemido casi como un suspiro para después armarse de valor y preguntar.

-¿Qué…qué…haces?- el mayor se acerco a su oído para susurrarle.

-Algo que ansias- la voz de Takaki era cada vez más carnal, haciendo que Chinen se sintiera incomodo y que cierta tristeza oprimiera su pecho, el mayor sólo hacía eso para satisfacer una estúpida necesidad con él y solo eso, con una lágrima que estaba por salir junto fuerza y lo amento para que se alejara de él, aprovechando que Takaki se había quitado de encima se puso de pie lo más rápido que pudo para dirigirse a la puerta y desde el lumbral le grito casi sollozando.

-¡Eres más estúpido de lo que pensé!- la luz que se colaba por la puerta le permitió ver el rostro del pequeño y en ese momento aterrizo en la realidad de lo que acababa de hacer, trago saliva y en su mente pasaron las acciones y actitudes que había tenido en torno a Chinen, en cómo se había sentido tocándolo, cómo si el menor no lo empuja hubiese seguido aún si él no quisiera, se llevo una mano al rostro para subirla hasta la frente pasándola después entre sus cabellos.

-Él enano tiene razón, son un estúpido- dijo con pesar para ponerse de pie y salir de la cabaña para buscarlo.

Chinen camino hasta estar en la parte trasera de la cabaña para que Takaki no lo encontrará, quería estar solo, se sentó y flexiono las rodillas para poder aprisionarlas dentro de sus brazos, cerca de ahí pasaba un pequeño arrollo provocando un sonido que  le devolvía la tranquilidad, no quería que sucediera pero un par de lágrimas salieron de sus ojos para recorrer sus mejillas y llegar a sus labios sin que las secase en el trayecto, recordaba lo que acababa de pasar, sabía que se había sentido muy bien bajo las caricias del mayor, sabía que gracias a ello se había percatado de que Takaki lo atraía de alguna manera así que le había dolido escuchar ese tono de voz, pensaba y pensaba que en ese momento él sólo lo había visto como un juguete para satisfacerse, respiro hondo, así por fin seco los sobrantes de las lágrimas que había soltado, se puso de pie para dirigirse a la cabaña, para él no había pasado mucho tiempo pero sabía que fácilmente estuvo afuera cerca de veinte minutos y no quería toparse con la estúpida actitud preocupada de Takaki, entro a la cabaña percatándose de que éste no se encontraba ahí.

-Este idiota salió, si de por sí en el día se mete en problemas no quiero imaginarme que pasara de noche- dijo en voz audible sólo para él, decidiendo así salir a buscarlo.

Chinen había salido nuevamente de la cabaña para buscar a Takaki a los alrededores, busco por un rato y cuando estaba a punto de rendirse vio que bajo un árbol se encontraba un multo que se asemejaba a una persona un poco dudoso se acerco a ese sitio y pudo notar que el dueño de aquel bulto era a quien buscaba desde hacia un rato.

Takaki se encontraba sentado con las rodillas flexionadas, poniendo sus brazos encima de ellas apoyando su frente en sus manos, al parecer estaba dormido, Chinen se acerco con sutileza agachándose para quedar a la misma altura.

-Menos mal que estás bien, me preocupaste- dijo en  un tono bajo y suspirando al final, Takaki había escuchado como alguien se acercaba pero prefirió mantenerse en la misma posición y de manera ventajosa escucho aquellas palabras provenientes del menor.

-¿Enserio te preocupaste por mí?- al escuchar esa voz Chinen se puso un poco nervioso abriendo los ojos de para a para pero de inmediato trato de calmarse.

-¿Me escuchaste?- dijo nervioso.

-Sí, pero respóndeme- al decir aquello levanto su cabeza y con ella su mirada, dirigiéndosela de manera suplicante a su acompañante.

-Pues….¿cómo decirlo?….uhm…eres un idiota, pero sí- la voz del pequeño mostraba cierta inseguridad para contestar pero termino aceptándolo con firmeza bajando un poco la mirada, dirigiéndola así a otro lugar. Takaki se enderezo para mover libremente los brazos para acercar una de sus manos a la barbilla de Chinen y obligarlo a verlo a los ojos.

-Para preocupase por alguien, debes tener alguna clase de sentimiento- le dijo serio pero con una voz tranquila y amable.

-Ahora resulta que no eres tan idiota y puedes hablar como gente civilizada- le respondió el menor para ocultar un poco su nerviosismo ante tal acto.

-Chinen ¿Qué sientes….por mí?- Takaki se acercaba a la cara del menor ladeando su rostro provocando en Chinen un extraño sentimiento, uno cálido y agradable pero de pronto volvió a la realidad y sutilmente se alejo del mayor.

-¿Qué cosas dices? Mejor regresemos a la cabaña- Chinen estaba a punto de ponerse de pie cuando una mano tomo su brazo y detuvo su paso manteniéndolo en el mismo lugar.

-Me iré hasta que me digas-

-Eres tonto o ¿qué? Si nos quedamos nos enfermaremos por el frío que empezará a hacer o peor vendrá ese oso a cobrar venganza- decía tratando de usar una voz divertida para que así el mayor lo soltase y se fueran de ahí.

-No me importa, dime- está vez la voz de Takaki mostraba suplica y capricho como si se tratase de un niño pequeño.

-Está bien, te lo diré…pero hasta que estemos en la cabaña- las primera parte de la oración de Chinen había logrado sacar una risa de su rostro pero al escuchar que tendría que esperar hasta llegar se la cambio a una simple y hasta cierto punto desilusionada por el hecho de esperar, mientras por su lado Chinen acababa de darse cuenta hace relativamente poco que se sentía atraído por el mayor y ahora  éste quería saberlo, no quería que lo supiese por ello atraso aquel momento, con forme caminaban sentía más la presión de tener que responder aquella pregunta,  por más que pensaba no sabía que hacer para evitar ese momento y antes de darse cuenta ya estaban en la puerta de aquel destino al que no quería llegar.

Takaki abrió la puerta cediéndole el paso al pequeño, una vez dentro se puso de pie frente a él cruzando los brazos y con la misma mirada suplicante pronuncio.

-Ahora ¿me dirás?- Chinen bostezo y estiro los brazos y velozmente tomo camino a su cama, se sentó y observo por un par de segundos a Yuya.

-Ya es muy tarde, deberíamos de dormir- dijo acomodándose en la cama.

-No me dormiré hasta que me respondas-

-Pues te quedarás despierto toda la noche porque yo tengo sueño- se hecho las cobijas encima y fingió hacerse el dormido.

“Por favor, que no venga” suplicaba en su mente el pequeño mientras cerraba y apretaba sus ojos.

Takaki se quedo parado por unos instantes para caminar luego hacia la cama de Yuri, se sentó en la orilla y con su mano acaricio su cabeza un poco.

-Te lo pasó por hoy…- Chinen se sorprendió al sentir aquella caricia y aún más cuando escucho aquellas palabras, se sintió feliz de saber que Takaki lo entendía.

-Pero si mañana no me dices te diré que es una orden, ¿entendiste enano?- dijo Takaki con una sonrisita sarcástica.

“¿Cómo creí que podías entenderme? Si eres un idiota” pensó bajo las cobijas suspirando por aquellas palabras así encontrando el sueño.

Al sentir que una brillante luz que comenzaba a molestar en sus ojos dio una vuelta para quedar acostado del otro lado de su cama al finalizar con aquel movimiento empezó a abrir los ojos lentamente y al notar que alguien estaba en la orilla de la cama los abrió de golpe.

-Hola, enano- dijo Takaki colocando una sonrisa en su rostro.

-¿Qué demonios haces?-

-No es obvio estoy aquí para que me digas la respuesta- el mayor seguía con aquella sonrisa.

-Eres tan molesto, desde tan temprano molestando- suspiro y le dio la espalda. Takaki se puso de pie y camino para estar frente al pequeño nuevamente.

-Me dijiste que me dirías-

-Sí, pero no dije cuando-

-Claro que sí, dijiste que al llegar me dirías-

-¡¿Enserio dije eso?!- Chinen fingió estar sorprendido por esas palabras.

-Vaya mi lord parece que tengo una mala memoria, ni modo como no me acuerdo de eso no lo puedo cumplir- dijo el pequeño un poco irónico, haciendo que Takaki cambiara su fas por una de molestia pero más que esa era de desilusión.

-Enano, eres muy listo- dijo con un poco de coraje -pero me agrado que me dijeses mi lord, así que desde ahora cada que te de una orden responderás, sí… mi lord-

-¡¿Qué?! ¡Estás loco! Eso lo dije en broma- comenzó a alegar Chinen.

-¡¿Enserio lo dijiste en broma?!- el mayor repetía el tono usado por su compañero

-pues yo lo creí así que ahora tendrás que cumplir esa orden- dijo con una sonrisa triunfante marchándose hacia la puerta dejando sin palabras al pequeño.

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