El aburrimiento es mortal~
Había algunas parejas que iban cogidas de la mano o abrazadas felizmente. En la otra acera, en cambio, se encontraba una pareja que parecía estar discutiendo. No todo es color de rosa.
Mucha gente comunicaba por el móvil. Un hombre bien trajeado parecía muy satisfecho ante la conversación que estaba teniendo con la persona al otro lado del teléfono. El hecho de encontrarse conduciendo no era problema alguno para el.
La chica de su izquierda hablaba felizmente con alguien mientras miraba el escaparate lleno de ropa y accesorios. ¿Por que simplemente no quedan para hablar del maldito escaparate?
Los ancianos miraban disgustados "...la juventud de hoy en día..." ya que "...en mis tiempos no había tanta falta de educación...".
Unos niños salían muy contentos de algún quiosco, "¡Ya tengo los nuevos cromos de...", otros salían con bolsas llenas de "...chuches..."
Y ahí, parado en medio de toda la multitud "¿Que hace ese chico?" estaba el. "Mira mama, ¡ese chico no se mueve!. Shhh, no lo mires. Vamos." Y, ¿que hacía ahí parado? ¿Donde pertenecía el? En medio de la multitud no parecía tener sitio.
El no pertenecía a ningún lado. Su lugar no era ese.
-Tio, te has quedado empanado- miro al chico que toco su hombro para llamar su atención. Le sonrió.
-Lo se- fue su simple respuesta -Y tu, llegas tarde- le acuso.
-Ja ja, ya, bueno, es que Bea me entretuvo- rió nervioso.
-No tienes remedio- negó con la cabeza enfatizando sus palabras para luego reír.
El no pertenecía a ningún lado, hasta que llegaba Alex con sus sonrisas socarronas. Entonces sentía que su lugar era estar ahí para su amigo. Por que sin el no pertenecía a este mundo.