Personaje/pareja(s): Lydia Martin, Stiles Stilinski, Scott McCall
Rating: PG-13
Resumen: Scott no ha parado de llorar y Allison está temblando tanto por los sollozos que está conteniendo y Lydia no puede gritar.
Advertencias: Muerte de personaje.
Notas: Escrito en respuesta a
este prompt en
retoaleatorioPD: Es muy posible que haya más de un error en esto, pero nunca había escrito para esta serie así que... eso.
“Over and over
I call your name in the dark.
Will you answer me?”
En el momento en que Stiles muere, Lydia no grita.
No porque el deseo no esté ahí, revolviendo su interior y molestando en su garganta, sino porque no quiere. No puede.
Scott no ha parado de llorar desde que Deucalion undió sus garras en el estómago de Stiles con una brutalidad aterradora. No ha parado de murmurarle cosas y abrazar más contra sí el ya cadáver de su mejor amigo, tampoco. Allison, Allison ni siquiera se ha movido de su lado, está temblando, pero Lydia no está segura de que ella esté consciente de eso. Y todos los demás están, supone ella. No es como si tuviese mente para preocuparse por alguien más que por Allison y Scott.
Scott no ha parado de llorar y Allison está temblando tanto por los sollozos que está conteniendo y Lydia no puede gritar.
Lydia no grita. Tampoco llora, ni aparta la vista. Lydia se pone de pie, se acerca a Scott y el cuerpo sin vida de Stiles y dice-: No.
Scott la mira y de repente es tan claro que solo tiene dieciséis años y que no debería estar cargando el mundo entero en sus hombros ni intentando proteger cada vida en el universo (ni sintiéndose culpable cuando no lo logra); nadie puede con algo así. Scott la mira y ella quiere decirle sh, tranquilo, no vamos a enterrar a alguien que queremos, Scott, no dejaré que eso pase.
-No-es todo lo que sale de su boca, pero supone que se entiende.
Ha leído sobre cómo devolverle la vida a las personas gracias al bestiario de Gerard Argent y, en el papel, es lo más sencillo del mundo, pero, ¿en la práctica? Caminar de su posición hasta el sol sería una tarea menos retante, pero, de alguna forma, lo llevan a cabo.
Por la gracia del cielo o el infierno, de la conexión entre Scott y Stiles y todas las fuerzas de Lydia Martin, lo llevan a cabo.
La primera señal de que las cosas no están del todo bien es que el Stiles que vuelve no es el mismo Stiles que se fue.
Todos lo notan casi de inmediato. Sigue actuando como el Stiles que todos conocen, habla como el Stiles que todos conocen y se mueve como el Stiles que todos conocen.
Los mira con una sonrisa, se acerca a ellos con las manos llenas de estoy aquí, pero sus ojos están muertos para el mundo.
Allison intenta proteger a las personas de la muerte, Scott pelea contra ella, Lydia es su mensajera y gran parte de Stiles le pertenece.
Los gritos de Lydia lo afectan. La primera vez que gritó luego de que lo trajeran de vuelta Stiles se paralizó por completo y empezó a murmurar cosas que ninguno entendía.
Lo que preocupa a Scott más que nada es que Stiles nunca recuerda nada de lo que dice, escucha o ve mientras Lydia grita. Lo que le preocupa a Allison más que nada es que Stiles se ve terriblemente asustado cuando el grito de Lydia acaba, luego parpadea y todo se ha ido. Lo que preocupa a Lydia es todo, básicamente.
Después de un tiempo en que Stiles termina escuchando muchas de las cosas que Lydia escucha y paralizándose cuando grita, Derek llega con una respuesta. Excepto que no es una respuesta, exactamente, sino más bien el detonante de muchas más preguntas.
Aparentemente, Stiles está conectado a la muerte (y, por consiguiente, a Lydia, pero eso ya estaba dado).
(La primera vez que lo escuchan, Stiles se ríe, porque no está ni remotamente impresionado con esa revelación. Podrían decirle que los unicornios existen y probablemente solo asentiría y seguiría con lo suyo.
Conectado a la muerte. Como si las cosas no pudiesen ser peores).
Antes de que muriera, Stiles estaba empezando a leer viejos libros sobre druidas y emisarios. La primera vez que logró que una mezcla de hierbas se convirtieran en un campo repelente de criaturas sobrenaturales surtiera efecto no dejaron de escuchar el cuento hasta cuatro semanas después. (Pero Lydia, te juro que brillaba, soy mágico. / No es magia, Stiles. Es voluntad. / La magia es la capacidad de hacer realidad tus ideas por medio de la voluntad. Así que es magia. De todos modos, tenías que haberlo visto, parecía- / ¡Stiles!).
Antes de que muriera, Stiles se sentaba en el medio de la sala y movía ceniza de montaña de un lado a otro creando figuras diferentes para practicar su manipulación a la vez que hablaba de alfas y sacrificios humanos con el resto de la manada.
Lydia sabía que tenía cierta ilusión en esto de ser el emisario de la manada, tanto que había contagiado a Scott con ella (sería genial, piénsalo, un verdadero alfa y el mejor emisario del mundo / Esto es material de película, Scott, somos material de película).
Antes de que muriera, Stiles podía hacer un campo de protección con ceniza de montaña, repeler criaturas mágicas, utilizar correctamente el acónito y controlar de cierta forma el aire para defenderse.
Dos días después de que lo trajeran de vuelta intentó hacer un campo de protección. Tomó la ceniza en sus manos y la dejó caer a su alrededor hasta formar un círculo. Cuando Scott se acercó para probar si funcionaba, su pie pisó dentro del círculo como si nada se estuviese interponiendo en su camino.
Stiles lo intentó unas seis veces más antes de que Deaton le explicara qué estaba pasando.
La ceniza de montaña no obedece a los muertos. Y puede que lo hayan traído del otro lado, pero Stiles Stilinski nunca volverá a estar completamente vivo.
Stiles se siente inútil, todos lo saben. Scott vigila a Beacon Hills junto con los otros hombres lobo y Allison y Lydia traduce el bestiario. Se suponía que Stiles se encargaba de entrenarse con Deaton, pero ya no es una opción así que Scott le pide a Lydia que haga como si necesitara ayuda con el bestiario, porque no puede dejar que lo ayude a él en la vigilancia.
Stiles no le cree cuando Lydia lo hace, pero acepta de todos modos.
Caen en una rutina. Se sientan juntos en la habitación de Stiles para traducir el bestiario. Lydia traduce su parte a la perfección y Stiles va dando tumbos con la suya (la cual Lydia termina traduciendo, también, pero no es que importe mucho).
Stiles sabe lo que están haciendo, pero no dice nada. No dice lo sé o estoy asustado o me siento inútil o hay veces en las que despierto y me siento muerto. Se sienta, pretende que sabe latín arcaico y, cada vez que Lydia, Scott o Allison preguntan, dice lo mismo, estoy bien.
Lydia intenta no sentirse culpable durante las horas que pasan juntos. Después de todo, ella lo trajo de vuelta. Sabía que había riesgos, pero, aún así, lo trajo de vuelta. Lydia intenta no sentirse culpable porque una parte de él se quedó en el otro lado o porque algo le está sucediendo y nadie sabe qué es. Todo porque, aunque no lo ama, lo quiere tanto que no podía aceptar que simplemente muriera.
Lydia intenta no sentirse culpable y, justo cuando lo está logrando, Stiles empieza a empeorar.
La primera vez que ocurre, Scott se despierta para ver que Stiles está extrañamente pálido y frío, cuando empieza a llamarlo, su amigo solo tiembla y cuando Scott le grita, Stiles despierta con un alarido roto y una inconfundible aura de terror.
Desde entonces, Stiles Stilinski despierta de la misma forma cada día.
Deaton no sabe qué sucede, Derek no sabe qué sucede, Peter parece realmente entretenido con lo que sucede, aunque no sepa qué sea (y la mitad del grupo quiere golpearlo por ello).
-Parece muerto, Lydia. ¿Puede estar muriendo otra vez?-pregunta Scott, con la mirada perdida en un punto de la pared. Puede ver que está tan cansado como ella.
-No lo sé-es todo lo que responde, porque no tiene idea, solo sabe que no quiere que sea eso. Todo menos eso, todo menos eso, todo menos eso, le ruega a todos los dioses conocidos. Porque ya lo vieron morir, ya fue a buscarlo al otro lado, ya lo vieron vivo de nuevo, ya imaginaron cómo serán sus vidas en cinco, diez años. Y no quiere, no puede aceptar que todo pueda desmoronarse.
Se suponía que era su momento de ser la heroína, de sacar un poco del peso que lleva Scott en la espalda, de quitar varias de las razones por las que las manos de Allison a veces tiemblan cuando sostiene su arco, de salvar a Stiles, de darles a todos una razón para sonreír en vez de echarse a llorar cuando nadie los está mirando.
Se suponía que el revivir a Stiles era un paso hacia adelante en el plan de recoger los pedazos que se les han estado cayendo a cada uno de ellos desde que el infierno se desató. Una prueba de que todo va a estar bien. Se suponía que evitaría que tuviesen que sufrir la pérdida de alguien a quien quieren.
Se suponía.
Lydia, por supuesto, es la que termina dando con la respuesta. La razón, por supuesto, es porque Lydia es la mensajera de la muerte, la que encuentra a los cadáveres, la que siente a los muertos, la que escucha cosas que pertenecen a otro mundo.
Lydia es la que termina dando con la respuesta porque Stiles amanece pálido y frío a su lado y, al tocarlo, lo ve.
Termina al otro lado de la habitación y es justo entonces cuando Scott entra. No pregunta, ni dice nada, va directo a donde Stiles ya que, después de un tiempo, Scott empezó a sentir cuando estas cosas le sucedían a su amigo.
Lydia se queda pegada a la pared. Se suponía que revivir a Stiles los ayudaría a recomponerse. Se suponía que era algo bueno. El grito de Stiles hace que tiemble, cierra los ojos- no, no, no, se suponía que todo iba a estar bien.
La voz de Stiles se escucha rota-: Había alguien ahí, Scott. Había alguien ahí.
Lydia no quiere pensar, ¿por qué cada vez que siente que toca la vida algo la empuja de vuelta a las manos de la muerte? ¿Por qué no pueden dejar de ser los que encuentran los cadáveres por una vez?
-Lydia, ¿estás bien?-puede escuchar a Scott frente a ella, puede escuchar a Stiles, también, haciendo la misma pregunta.
Se suponía que podrían vivir una vida normal por un tiempo al no tener que enterrar a un amigo.
El lugar es tan oscuro que no logra ver sus manos extendidas frente a sí. Está todo tan silencioso que, cuando escucha el grito, se siente como si el aire se hubiese cortado en dos. Corre en dirección del grito, siguiendo las extrañas ganas de saber qué está sucediendo. Nadie debería estar en ese lugar.
De repente empieza a haber luz y se encuentra a sí mismo en la orilla de un pequeño lago. Hay una persona en el centro y no deja de gritar.
Entra al lago y, cuando va a tocar a la persona, esta levanta la cabeza y le mira con los ojos desorbitados-: Corre-le dice.
Da un paso atrás y de repente el agua se siente más espesa, y tropieza con algo extrañamente blando. Cuando mira hacia abajo, el agua se ha convertido en sangre y hay manos saliendo de ellas. Cuando intenta salir del lugar, las manos lo aprisionan. El miedo lo está ahogando y, cuando logra girarse, lo ve.
Hay alguien en la orilla, mirándolo con un par de ojos rojos y una sonrisa cruel en los labios. Hay alguien en la orilla, las manos le impiden correr. La persona en la rodilla da un paso al frente y extiende la mano.
Todo huele a muerte y luego se acaba.
-Había alguien ahí-susurra.
Lydia entiende qué sucede. Stiles dejó algo en el otro mundo y alguien vino con él.
Y quiere alcanzarlo. O, quizá, ya lo alcanzó.
Lydia siente el momento exacto en el que la muerte la cubre como una manta y la deja extender sus brazos y gritar al otro mundo. Todo está oscuro y todo está demasiado callado en ese lugar, pero ella grita e intenta tocar algo, lo que sea, porque sabe que no está gritándole al vacío y que Stiles está allí, en alguna parte, y necesita que la escuche.
Siente hierba y arena caliente bajo sus pies, hay una voz muy parecida a la de Scott hablando y alguien llorando, huele a galletas y hospital y el viento parece ese que sopla en los días de verano y el que congela en los de invierno, a la vez. Lydia lo siente todo y se pregunta si es la vida que Stiles va dejando atrás.
Grita de nuevo, esta vez con más fuerza. Stiles, Stiles, Stiles.
Hay algo frente a ella, casi puede verlo, así que mueve su mano en su dirección y lo toca. Grita otra vez y le ruega a Dios, al universo, al cielo, al infierno, a la nada y al todo que sea él y la escuche -por favor, por favor por favor.
Y entonces suena una voz rota, casi apagada:
¿Lydia?
Stiles despierta con un sollozo estrangulado y, en cuanto sucede, Lydia sabe que no podrá olvidar ese momento nunca. Que ese segundo la perseguirá para siempre.
Scott no pierde tiempo alguno, menos de un segundo después de que Stiles haya abierto los ojos está él sujetándolo con delicadeza y diciendo una y otra vez-: Stiles, Stiles, tranquilo, está bien, todo está bien. Estás bien. Respira, respira. Estás bien, todo estará bien.
Lydia siente cómo sus manos vuelven a ser de este mundo y ve a Stiles perderse en el abrazo de Scott. Lo mira y piensa que quizá Scott tiene razón; está bien, todo estará bien.