SNACK A LA MEDIA NOCHE 1/1

Jan 14, 2016 23:50

Pairing: KyuHae (KyuHyun x DongHae)
Raiting: PG
Notas de la autora: Esta ya es la cuarta entrega del desafio "One month, one shot", a.k.a el desafío "KiRuIrKum" (así era, no?) y pues este One shot lo disfruté mucho y lo ame por dos razones: Se dejó escribir fácil y pude hacer un Oneshot de menos de 9 hojas! Se lo dedico a Kumi, mi única amiga KyuHae bised... kkkkkk... Espero lo disfruten...

- ¡Lo maté! ¡Carajo, lo maté! - DongHae miraba incrédulo al vampiro que yacía en el suelo, con la mirada perdida en la nada. Las piernas separadas, los dedos encorvados en una especie de rictus mortal. El cazador llevaba al menos cuatro años tras el vampiro más peligroso de los últimos tiempos: Cho KyuHyun.

Había comenzado su cacería cerca de Seúl, ya casi cuatro años atrás y desde entonces la persecución y las peleas entre ellos no habían dejado de suscitarse. Ahora, mientras admiraba el cuerpo del vencido, no podía evitar tener sentimientos encontrados.

Por supuesto, como todo cazador, se sentía orgulloso del trabajo logrado. No cualquiera podía ir por el mundo cazando monstruos y salvando la humanidad sin recibir nada a cambio como no fuese el orgullo que aquello representaba. Pero, muy en el fondo, también otro sentimiento se anidaba: la tristeza. Eran cuatro años de conocerle, de investigarle, de seguirle constantemente.

“Es ridículo, pero casi se sentía como un amigo”

Admiraba la estaca que le había clavado profundamente en el lado izquierdo del pecho. Sabía que, con eso, el cuerpo del vampiro se estaría quieto. Aun así, debía de llevar a cabo el resto del ritual si quería destruirle por completo. Abrir una fosa profunda, colocarle con los brazos cruzados sobre el pecho, abrirle la mandíbula y colocarle una moneda de cobre en la garganta para luego llenarla de dientes de ajo y luego colocar una moneda de cobre sobre cada ojo. Solo así se eliminaba correctamente a un vampiro. Sólo entonces el mal abandonaba el cuerpo muerto ya mucho tiempo atrás.

DongHae suspiraba un poco. De entre su arrugada camisa, perlada de sudor por la pelea de minutos atrás y aderezada con todo tipo de tierra y suciedad, sacaba un cigarrillo. Lo admiraba un poco, notando lo arrugado que estaba, a punto de partirse por la mitad. Suspiraba sin más. Un hombre como él no podía darse el lujo de fumar un cigarro en buen estado tras una pelea.

“Debería comprarme una cigarrera de plata. Eso sería un arma y una protección eficaz…”

Encendía el cigarro y lo fumaba despacio, admirando las volutas que el humo formaba a modo caprichoso. La melancolía le golpeaba con fuerza. Cuatro años de su vida resumidos a aquella apestosa y oscura catacumba en París. ¿Qué haría ahora? Cazar otro monstruo, obviamente. Había escuchado de unos leuprechans que se habían mudado de Escocia para Italia y que estaban asesinando sin ton ni son a los habitantes de un pequeño pueblo.

“De algún modo, siempre pensé que serías tú quien me mataría, de verdad… Eras tan listo, tan fuerte, obstinado… atractivo…”

Como a DongHae no le gustaba hacia donde sus pensamientos se dirigían, prefería poner sus manos en acción. Aún con el cigarro en los labios, tomaba los brazos del vampiro para empezar a tirar de él, arrastrándolo pesarosamente por aquél lugar. Quería moverlo hacia una catacumba más pequeña para ahí ponerse a cavar. Esperaba no desenterrar demasiados cadáveres.

“Al menos descansarás con muchos otros. Cuando yo muera, pediré que me dejen caer en la fosa común o algo así. Quiero poder pasar la eternidad acompañado de alguien con quién poder platicar…”

Le dejaba en la oscuridad y frío de aquél pequeño pasadizo dentro de la catacumba para ir por el resto de su material de trabajo: una pala (con bordes de plata y el resto de hierro), una bolsa llena de ajos, varias estacas, monedas de cobre, de plata, de oro (para acabar con diferentes monstruos), una Biblia, balas de plata, una semiautomática AK-47 bendecida y un paquete de galletas (siempre podía dar hambre a la espera de la criatura en cuestión). Mientras empacaba todo y volvía a descender al interior de la catacumba, recordaba algunos de los encuentros con aquél ser despiadado.

El primero había sido en un bar cercano al Río Han. Había estado leyendo los periódicos sensacionalistas en los que las personas aseguraban que eran atacados y drenados de una buena parte de su sangre a los alrededores de aquél río. Muertos, de esos solo se habían encontrado dos sin ninguna gota de sangre. Probablemente se trataba de unos pobres desgraciados que habían tenido la mala fortuna de saber demasiado bien para su propia salud.

Debía admitir que él no le había encontrado, si no que el vampiro le encontraba a él. Al parecer se sabía buscado y eso le causaba cierto placer malsano. Se le acercaba fingiendo ser un chico pálido y perdido dentro de la gran ciudad. Platicaban un poco, o un mucho, hasta que DongHae le ofrecía de su jarra de cerveza. Entonces contestaba con un “Yo solo bebo concentrados de hemoglobina” para después abrir la boca y enseñarle los colmillos. DongHae había maldecido mucho. La persecución se daba, claro está. Sin posibilidad alguna para que el humano ganase.

“Y, sin más, desapareciste del radar por varios meses”

Al menos hasta que KyuHyun se aburría del anonimato. Un buen día volvía a aparecérsele enfrente. DongHae había estado durmiendo profundamente tras darle caza a un hombre lobo. El desafortunado no volvería a aullarle a la luna, eso seguro, porque se necesitaba una cabeza para tal fin, y el cazador se la había cortado y luego incinerado en tierra sagrada.

Dormía tranquilamente, sí, pero entonces algo le había despertado. Era como un susurro que le jalaba de entre lo más profundo de su sueño para regresarle al mundo de los conscientes. Entonces veía a KyuHyun flotando en posición vertical sobre él, a pocos centímetros de distancia. Claramente al vampiro nadie le había mandado el memorándum en el que le aclaraban que eso era de mala educación (lo de entrar en casas privadas y luego acosar a su dueño, al menos).

- ¡Carajo! -DongHae buscaba instintivamente la estaca que sabía debajo de su almohada. Ahí no había nada. Entonces KyuHyun le mostraba que él la tenía sujeta entre el dedo índice y pulgar de su enguantada mano.

- ¿Buscas esto?

- ¡Maldito monstruo! ¡Eso está bendecido! -Había empapado la estaca con agua bendita para luego dejarla secar al sol estival y así conservar su efecto.

-Los guantes de látex funcionan igual de bien que los condones. Impiden que cosas feas lleguen a mi bello ser.

- ¡No te sientas tan listo! -Se dejaba caer de la cama para intentar sacar debajo de ella un montón de cabezas de ajo. O lo intentaba. Tampoco había nada ahí.

-No te sientas tan listo tú… -Le enseñaba los colmillos. En un abrir y cerrar de ojos el vampiro ya tenía a DongHae atrapado. Le sujetaba por ambas muñecas mientras que dejaba caer su peso muerto, literalmente, contra los muslos del cazador, inmovilizándole efectivamente -Eres un mal anfitrión. Tuve que usar tu asquerosa escoba para alejar esas cosas de mí. El ajo solo sabe bien marinado en kimchi bien condimentado. Eso hace que el hierro de la sangre adquiera un sabor un tanto picante y cálido. Por eso me gusta alimentarme en mi país. Dicen que la cocina con la que creces siempre será la mejor…

- ¡¿Qué es lo que quieres?! -DongHae apretaba los dientes, esperando que de pronto el vampiro le clave los dientes en alguna parte del cuerpo (eso de los cuellos parecía estar fuera de moda).

-Me aburro… -Se lamía los labios, ya saboreando al humano -El día del bar lo pasamos bien, ¿No? Apuesto que me hubieses considerado para llevarme a un hotel de no ser porque te enseñé los colmillos.

- ¡Yo jamás…!

-Shhh… es de mala educación interrumpir. Además, hay un factor importante en todo ello. No me puedo acostar contigo porque… estoy muerto. Casi. Algo así… Pero podríamos hacer otras cosas -Sacaba su lengua, remojándose los labios para luego acercar su rostro al de DongHae y, lentamente, recorrer el contorno de su barbilla con la misma. Lo hacía hasta llegar a la oreja del cazador. Entonces se atrevía a morderla un poco. Probablemente el gesto hubiese sido erótico si no hubiese dolido tanto. Uno de los colmillos no dudaba en atravesar el cartílago de la oreja. DongHae emitía un quejido bajo antes de intentar poner resistencia nuevamente. Lograba conectar su cabeza contra la del vampiro.

- ¡Déjame en paz!

-Solo quiero que sepas que tú me cazas y yo te acoso. Veamos qué pasa primero; o tú te enamoras de mí, o me clavas una estaca en el corazón y ¡Bam! Te conviertes en el súper cazador de vampiros.

“¿Qué opinas ahora? ¡Bam!”

Cavaba con rapidez, queriendo terminar con la tarea lo más rápido posible para luego poder regresar a su hotel de quinta y festejar él solo frente a la televisión por cable; única opción a esas horas de la noche.

-Ni siquiera sé de dónde sacaste esa obsesión de que yo te gustaba… Quizá por eso ahora estás muerto y yo, vivo… -DongHae se secaba el sudor con el dorso de la manga. Solo entonces se daba cuenta que lo que tenía en las mejillas no era sudor, si no, lágrimas.

“Soy un cazador y tengo mi orgullo. Las cosas no se suponen que acabasen así. Acababan conmigo muerto y tú viviendo hermosamente por una eternidad, como siempre”

Para la décima ocasión que se habían encontrado, era más que claro que aquello se trataba de un tira y afloja al más puro estilo del “gato y el ratón”. En ocasiones DongHae salía con una fea herida y en otras KyuHyun tenía que huir a temor de ser calcinado al instante. Pero, entre una u otra opción, se encontraban las acciones de ambos. DongHae tan solo tenía que aparecer en algún lugar, vestido impecable, dispuesto a cenar en un buen restaurante y, a los pocos minutos, un hombre pálido con cabello un tanto esponjoso aparecería en escena, sonriéndole ampliamente.

Cenarían (tan solo DongHae) mientras platicaban de cosas triviales. Y otras no tan triviales. Como los rituales en boga para realizar en el Mar Negro o sobre el rumor de que Behemoth estaba libre por culpa de algún idiota que no sabía lo que realmente conjuraba porque, en serio, ¿Quién querría invocar a ese demonio malote y feo como la peste? Después saldrían a la calle, con los brazos entrelazados y no sería hasta llegar a la comodidad de algún callejón oscuro y solitario, que intentarían despedazarse el uno al otro. Les funcionaba aquella rutina, de algún modo. Al menos, gracias a la persecución, DongHae había conocido varios países.

“Creo que ya está bastante profundo...”

Miraba el cuerpo del vampiro, reposando tranquilamente en su etapa final de muerte. Había leído que después de los primeros 50 minutos con una estaca, el cuerpo de aquello seres parecía succionarse, arrugándose hasta quedar como cuerpos momificados. Pero KyuHyun lucía todavía impecable. Tendría que llegar a corregir esos escritos. Mientras tanto, arrastraba el cadáver hasta la fosa que había cavado para poder ir después por la moneda de cobre y los ajos. O eso intentaba. Cuando los pies del vampiro caían en la fosa e iba a soltar los brazos, las manos del vampiro se sujetaban a sus muñecas.

“¡Carajo, carajo, carajo, carajocarajocarajocarajo!”

Cuando abría los ojos, se daba cuenta que se encontraba en un lugar oscuro y muy cómodo. La cabeza le punzaba con fuerza. Gruñía un poco mientras se llevaba una mano a la nuca, buscando alguna herida en la misma. No encontraba nada. Sin embargo, sentía el cuello tirante, con algo en el mismo. Al tocarlo, notaba que estaba cubierto por una capa de costra sanguinolenta. No solo eso. Su boca también sabía a sangre.

“¡Oh por Dios! ¡no, no, nonononononononono!”

-Por fin despiertas… Dos días completamente perdido. Por un momento creí que había bebido más de la cuenta… -Ahí estaba esa voz maliciosa, burlándose de él, como siempre. DongHae intentaba hablar, pero solo un gemido apagado escapaba de su garganta -Shhh… aún es muy pronto para eso. La verdad es que casi te destrozo la garganta. Descuida, volverás a hablar.

El vampiro se sentaba junto al cazador, que por fin reconocía estar en una cama gigantesca y bastante mullida. Le miraba acusadoramente, pidiéndole explicaciones.

-No me mires así -Suspiraba. No disfrutaba que le juzgase de sobremanera ¿Acaso era su culpa que no le matase correctamente? -Lo de la estaca fue una mala pasada. No sé qué pensabas que hacía, pero para tú información, intentaba besarte. Y tú me lo pagas con una estaca en el pecho. Si crees que eso no duele, luego te clavo una para que veas.

“¡¿Intentabas besarme?!”

KyuHyun podía leer la mente del cazador como si fuese un libro abierto. Los ojos de DongHae resultaban tan expresivos como siempre. KyuHyun sonreía un poco, sintiéndose débil a esa mirada inquisidora y perdida. Con cuidado, utilizando la uña perfectamente manicurada de su dedo índice izquierdo, retiraba un mechón de cabello de la frente de DongHae.

-Claro que intentaba hacerlo. He intentado besarte desde el día que nos vimos a orillas del Río Han. Y luego resultaste ser un cazador. Lo bueno es que eres bastante malo cazando vampiros. Tu colección de dientes de hombre lobo no es muy relajante, la verdad. Intenté besarte luego y me intentaste matar. Siempre lo intentas. Solo soy un pobre vampiro enamorado -Se llevaba las manos al pecho a modo dramático, como cualquier actor acreedor al Oscar lo haría -Por eso cuando me clavaste la estaca lo tomé como la señal de que en verdad me querías lejos. Luego, mientras cavabas, te sentí llorar y supe que solo eres… eras, un humano terco.

“¡¿Cómo que era?! ¡¡¿Por qué no funcionó la estaca?!!”

-Oh… -Sonreía, mostrando todos sus dientes, incluidos los afilados colmillos que parecían brillar en la oscuridad -Tengo dextrocardia. El corazón a la derecha. Eso me ha salvado de morir varias veces, no creas que eres el único que llega a comportarse como un hijo de puta con sus estacas y sus dientes de ajo.

DongHae emitía un sonido apagado, completamente derrotado. Debía de tratarse del cazador con peor suerte en el mundo para ir a parar con un vampiro enamorado de él y con más trucos bajo la manga que Houdini.

-Así que te he convertido en un vampiro. Ahora podemos ser felices por la eternidad. Viajaremos por el mundo, cazaremos humanos llenos de deliciosa sangre, nos saciaremos con botanas a la medianoche y tendremos una vida de ensueño…

“¡Voy a cazarte, aunque sea lo último que haga!”

DongHae se incorporaba. Se sorprendía de poderse mover con tanta agilidad. KyuHyun emitía un chillido grave al tiempo que esquivaba al recién convertido.

- ¡Oye! ¡Lo hice por amor! ¡Sé que me amas! ¡Llorabas por mí! -Una patada iba en su dirección. KyuHyun la esquivaba con muchos trabajos. Empezaba a creer que convertir en vampiro a un cazador había resultado pésima idea. Sobre todo, porque dicho cazador estaba en excelentes condiciones mientras que él tan solo se fiaba en su velocidad sobrenatural. Cosa que el nuevo vampiro también poseía.

¿Y lo mejor de todo? Qué ahora tenía una eternidad para cazarle.

#superjunior, #kyuhae, #snackalamedianoche

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