Que tal se han portado los reyes con vosotras?? Conmigo no me puedo quejar que aunque aunque no han sido muchas cosas al menos ha sido lo que quería y eso lo compensa ^^ Por fin los Reyes han cogido la indirecta del ratón que quería desde hace meses porque el que tenía desde hace siete años ya necesitaba jubilarse y mis dedos necesitaban un descanso, porque vaya tela, vosotras sabeis lo que costaba apretar el botón izquierdo para que funcionara? Al final tuve que cambiar los botones y hacer clic izquierdo con el botón derecho y ahora me cuesta acostumbrarme a hacerlo normal otra vez XDDD Bueno además de eso 50€ para meterlos en la nueva cuenta para la tarjeta esa de crédito por internet ^^ que ayer me hice la cuenta en el banco aunque la tarjeta no la traerán hasta el vierne, snif yo quiero el libro ya!! >_<
Pero los Reyes también os han traido un regalito para vosotras de mi parte :P En realidad la culpa es de
alderaan_ que escribió un minific de Bones que me inspiró una escena del fic de Navidad huddy que tenía colgado por ahí (que tendría que haber acabado en Nochebuena) y no he tenido más remedio que acabarlo.
Tienes que haber visto hasta el 5X11 para leerlo y no spoilearte.
Notas: Hasta que no me digan lo contrario la familia de Lisa es la familia de Cuddy porque son superadorables los padres &hearts &hearts y la hermana de Cuddy puede ser la de Lisa o... cierta pelirroja de ojos azules también :P
MILAGRO DE NAVIDAD
Todavía no sabía como se había metido en ese lío. Recordaba la euforia que la embargaba cuando se había convertido en la madre de acogida de la pequeña Jud y que había llamado a su madre después de que una enfermera del ala de maternidad le dijera muy sutilmente que se tenía que ir porque llevaba casi todo el día allí metida y estaba entorpeciendo su trabajo. Cuddy le lanzó una mirada asesina pero no tuvo más remedio que concederle un poco de razón cuando miró su reloj de muñeca. Habían pasado casi dos horas desde que el abogado le había dado la noticia y a ella le había faltado tiempo para ir al lado de su futura hija. House también se había pasado por ahí pero Cuddy casi no advirtió su presencia poniendo toda su atención en Judith, su milagro navideño.
Afortunadamente la niña se encontraba perfectamente para las circunstancias de su nacimiento, tan solo tenía un ligero defecto en la tráquea que ya habían solucionado sometiéndola a una operación de la que se estaba recuperando en su casa.
Porque sí, ya la tenía con ella. Nada más darle el alta se la había llevado a su casa y no habían salido de ella excepto para hacer las indispensables compras navideñas que este año se presentaban especiales.
Cuddy sabía que no se tenía que ilusionar. Jud todavía no era suya aunque en esa semana que llevaba con ella supiera que no le gustaban los biberones con leche demasiado caliente, que siempre se dormía en sus brazos meciéndola de una determinada manera y que se despertaba todos los días a la misma hora porque tenía hambre.
Y sin embargo quería celebrar que había una Cuddy más en la familia después de tanto esperarla. Por eso había organizado una cena familiar esa noche. 24 de Diciembre. Nochebuena para unos. El comienzo de Hanukkah para otros. Su cena de Bienvenida al mundo Judith Cuddy.
En un principio había invitado solo a su familia. Sus padres y su hermana con su marido y su hijo ya sabían de sus dotes culinarias y no pondrían mala cara cuando la cena se quemara y tuvieran que pedir una pizza. Pero después pensó que tenía que invitar a la persona que más le había apoyado en lo de la adopción fallida de Joy, incluso en esta a su manera. Wilson. Además sabía que este año las iba a pasar solo o mejor dicho con compañía de House que equivalía más o menos a lo mismo ya que House no era lo que se llamaba el alma de la fiesta. Así que lo invitó. Los invitó mejor dicho ya que estaba implícito que si Wilson iba a la cena obligaría a House a ir para que esa noche donde todos se reunían con sus seres más queridos no la pasara solo y les diera el susto de hacía dos años.
Aprovechando que Jud era una buena chica y que en todo el día se lo pasaba durmiendo empezó a preparar la cena para esa noche que sería a base de pescado. También preparó una ensaladilla que era una de las cosas más decentes que le salían y la dejó en la nevera. Después se dispuso a arreglarse un poco. Se duchó con los cinco sentidos puesto en el comunicador en el que oiría si la niña había despertado de esas siestas tan largas que se pegaba. Pero no, seguía durmiendo como Cuddy comprobó, cuando salió de la ducha, sonriendo al lado de la cuna que tenía al lado de su cama.
-Ey peque... creo que ya es hora de bañarte tú.
Cogió a la niña en brazos y se la llevó a una bañera pequeña que tenia el cuarto de baño con poca agua mientras que con una esponja pasaba por el cuerpecito desnudo de Jud poniendo especial atención en la pequeña cicatriz que tenia en la parte del cuello por la operación. La pequeña se despertó y se revolvió un poco mientras la secaba con cuidado y la tumbaba en la mesa para ponerle otro pañal limpio y vestirla con un mini vestido precioso que había comprado en la tienda.
-Así me gusta -le decía mientras la acunaba entre sus brazos una vez había acabado y la llevaba otra vez a su cuna- que te portes muy bien.
La hora de la cena cada vez estaba mas cerca y tenía el tiempo justo para vestirse y maquillarse antes de que sus padres llegaran con una hora de antelación para controlarlo todo pensó poniendo los ojos en blanco. Sin pensárselo mucho escogió un suéter rojo de manga larga y una falda a conjunto negra. Se estaba peinando cuando oyó el timbre de la puerta y antes de ir corriendo a abrir echó un vistazo a Jud para ver si se había despertado al sonar el timbre, pero la niña se había dormido otra vez.
Eran sus padres.
-Lisa... -su madre le abrazó nada más abrir la puerta.
-Hola mamá -dijo correspondiéndola en el abrazo y sonriendo a su padre que estaba detrás de su madre también sonriendo- No os esperaba tan pronto.
-Ya conoces a tu madre -ahora era el turno de su padre de abrazarla- quiere llegar pronto a los sitios.
-Sí... -se hizo unos pocos segundos de silencio incómodo- pero pasar! no os quedeis en la puerta
-Y... ella? -le preguntó su madre cuando pasaron al pasillo.
Así que eso era, por eso sus padres también parecían nerviosos. Cuddy lo estaba, no todos los días iba a presentar a la niña que tenía a su cuidado y que probablemente sería su futura hija a sus padres. No estaba tan nerviosa ni cuando les presentó a su pareja el día de graduación. Pero eso era distinto y toda la familia lo sabía.
-Estamos muy felices por ti, Lisa -le dijo su padre mientras iban a su dormitorio- es lo que llevas deseando desde siempre.
-Gracias papá.
Los tres se acercaron a la cuna donde Jud seguía durmiendo.
-Os presento a Judith -miró a sus padres con una sonrisa de oreja a oreja de madre orgullosa.
-Dios mío que preciosidad de criatura!
La que decía esto era su madre que ya estaba cogiéndola en brazos despertándola y haciéndola llorar.
-Oh no no no... no llores Judith...
Viendo que la pequeña no se callaba en brazos de su madre Cuddy la cogió y la acunó como ya sabía ella mientras veía como sus padres la miraban embelesados. Se sonrojó un poco ante aquellas miradas.
-Eres una buena madre Lisa -dijo su madre mientras veía como los llantos se acallaban- Tu no te callabas tan deprisa, nos tenías toda la noche en vela.
-Bueno... la verdad es que aún no soy la madre de ella. Solo la han dejado a mi cargo un tiempo, pero si todo va bien en unos pocos meses la adoptaré.
-No sabía que existían esas cosas -su padre tenía el semblante preocupado- es una niña preciosa Lisa, pero si dices que aún no eres la madre legal yo que tu no me encariñaría mucho con ella, solo por si acaso...
-Lo sé papá, lo sé -dijo mientras cogía la manta para taparla y se dirigía al comedor- pero una cosa es decirlo y otra hacerlo porque enseguida te encariñas con estos niños. Además ya te he dicho que todo va a ir bien y pronto vas a ser abuelo legal de esta niña. Así que porque no practicas un poco teniéndola al brazo mientras yo termino de arreglarme?
Dejó a los abuelos babeando por su nueva nieta en el salón y se dirigió otra vez al baño para acabar de maquillarse y peinarse. Se sonrió en el espejo mientras pensaba que no había estado más feliz en su vida. Antes le faltaba algo en su vida, tenía un trabajo importante, un sueldo remunerado... pero le faltaba a alguien con quien compartir esas cosas. Y ahora ese alguien estaba en el salón con sus padres. No era una necesidad como House le había dicho hace tiempo, si no que ella quería esa niña.
En la cocina ultimó los preparativos para la cena poniendo el pescado en el horno para que estuviera listo para cenar. Todavía faltaba media hora para la hora que había dicho pero el timbre de la puerta sonó otra vez. Se sacó el delantal que se había puesto para no mancharse y fue corriendo a abrir a pesar que Jud estaba despierta en el salón con sus padres. Sería la costumbre.
Nada más acabar de abrir la puerta su sobrino se abalanzo sobre ella para abrazarla.
-Tía Lisa!!!
-Hola Matt!! -Lisa lo aupó.
Matt ya tenía tres años y vivía con sus padres en Boston. Era un niño travieso con el pelo castaño como su padre y los ojos azules como su madre. Su hermana Gillian, una importante abogada de Boston, estaba también en la puerta esperando para abrazarla. Era pelirroja y se parecían bien poco físicamente, solo los ojos azules qu eran el típico rasgo de los Cuddy.
-Sabes que Santa va a dejar los regalos en tu casa? Mami me dijo que da igual donde cenáramos, Santa sabe donde estamos y nunca se equivoca.
-Claro que no Matt. Santa es muy listo -dijo sonriendo a su hermana y dejando a Matt en el suelo antes que le dejara los brazos muertos de lo que pesaba- dentro están los abuelos con alguien que quiero que conozcas, ves a darles un beso.
Antes de que acabara la frase Matt ya iba corriendo y gritando por toda la casa.
-Ven aquí hermana mayor -le dijo Gillian antes de abrazarla fuertemente- Mamá me lo ha contado todo. Me alegro tanto por ti...
Cuddy apoyó su cabeza en el hombro de su hermana durante un momento recordando su infancia en Boston y el tiempo que había pasado desde que no se veían. Tal vez desde hacia demasiado. Echaba de menos a su hermana y poder hacerle confidencias sabiendo que sus padres no se enterarían de nada.
-Gracias... pero ya le he dicho que la niña todavía no es mía. Solo soy madre de acogida.
-Bueno, pero seguro que te la dan y serás la mejor madre del mundo.
-Después de tí, claro.
-No te creas. Ser madre es un trabajo duro a jornada completa y yo creo que estoy malcriando a Matt por recompensarle el no estar a su lado el tiempo que quisiera. -dijo girandose para mirar al coche que estaba aparcado.
El marido de Gillian, Robert, estaba sacando un montón de regalos, cada cual más grande que el anterior, del coche. Rob era alto, tenía el pelo castaño y los ojos verdes. Él y su hermana formaban una pareja tan perfecta que Cuddy sintió una punzada de envidia cuando se reunió con ellas y vio la mirada de adoración que casi siempre ponia cuando veía a su hermana. Alguna vez quería que un hombre la mirara de esa forma.
-Hola Lisa. No te puedo abrazar porque tengo las manos ocupadas.
Cuddy rió.
-Ya lo veo Rob -se giró a su hermana- Santa? Si te viera la abuela Joy...
-Diría que es por culpa de las películas de Disney por lo que los niños pequeños prefieren celebrar la navidad al Hanukkah.
-Tienes toda la razón -dijo esperando que pasaran los dos para cerrar la puerta.
Guió a su hermana y su marido para que dejaran los regalos en un rincón apartado de la cocina para que Matt no los viera hasta que los pusieran bajo del árbol de navidad que presidía el salón cuando se fueran al comedor a cenar. Porque ella también tenía árbol de navidad, era de plástico, pero daba el efecto que era de verdad. Era casi un milagro que todavía quedaran en los grandes almacenes ese día con lo cerca que estaba la Navidad, pero ahí estaba.
Cuando llegó al salón estaban todos adorando a Jud mientras la pequeña se había dormido otra vez. Se miró el reloj y vio que ya era casi la hora de darle el biberón, así que fue a prepararlo a la cocina. Se había hecho una experta ya en ese tema y eso que solo llevaba poco tiempo como madre. O bueno, lo que fuera. La oyó llorar en el salón y salió con el biberón ya hecho y caliente al salón.
-Tia, Judith está llorando, se ha hecho daño? -preguntó Matt nada más verla.
-No cariño, es que tiene hambre.
Su padre le hizo sitio en el sofá y le dio a la niña. Cuddy cogió un trozo de manta y se la puso por encima para no mancharse. Le quitó el chupete y le puso la tetina del biberón para que chupara.
-Ey parece que le gusta! -dijo Matt que estaba sentado en el suelo viéndolo todo muy de cerca.
-Claro -le contestó su abuelo- es su comida preferida.
El timbre de la puerta sonó por tercera vez.
-Gilly, puedes abrir tu?
-Claro.
Sabía quienes eran y eso le hacia sentir un poco incómoda. Luchó por ocultar esa sensación. Además de sus subordinados eran sus amigos y no tenía nada de malo darle de comer a su pequeña delante de ellos. El primero que apareció en la entrada de su salón fue House. Cuddy no lo podía ver porque estaba de espaldas, pero oyó el repiqueteo de su bastón en el suelo mientras oía a su hermana y a Wilson hablar. Giró la cabeza y lo vio, ahí parado en el marco mirándola fijamente. Ese sentimiento de incomodidad fue aumentando cada milisegundo que pasaba sin que House apartara la mirada, un poco sorprendido tal vez, de ella .
-Greg!! -su madre fue su salvadora- Cuanto tiempo sin verte!
Sus padres conocían a House desde Michigan. En las vacaciones de Pascua del primer año fueron a visitarla para ver que tal le iba con las clases y no le iban nada mal, sobre todo teniendo como profesor particular a House. Se habían hecho grandes amigos en ese curso, tal vez demasiado para tener que separarse ese verano porque House se iba a Hopkings a hacer la residencia y ella se quedaría para continuar la carrera allí. Entre ellos pasó algo más, algo que no habían recordado hasta hacía un par de meses con aquel beso en su pasillo.
House fue donde estaba su madre quien lo abrazó también. Su padre le dio la mano. Cuando llegó a su sitio parecía que no sabía que hacer. Miraba alternativamente a Jud y a ella nervioso.
-Feliz Navidad, House.
-Feliz Navidad, Cuddy.
Cuddy bajó la vista para sentirse un poco más cómoda mirando a la niña. House parecía un poco desubicado al verla en esa situación y no era para menos, no era a lo que estaba acostumbrado y no sabría como actuar. Y ella tampoco sabía que decirle en esa situación, sin consultas ni pacientes por medio.
Sin saber como Wilson había aparecido de la nada y la estaba felicitando también. Cuddy le sonrió notando como House se hacia un lado y se sentaba en uno de los sillones mientras parecía hablarle a su cuñado que estaba jugando con su hijo.
-Estáis las dos bien? -le decía Wilson.
-Si, estamos perfectamente. Jud ya está completamente recuperada de la operación.
-Me alegro. Oye -dijo acercándose a ella en tono conspirador- no hagas caso a House, lleva toda la semana insoportable desde que te has cogido la baja y no hay quien lo aguante.
-Lo tendré en cuenta, aunque eso de insoportable creo que está siempre.
-Más de lo normal diría yo -susurró Wilson antes de ir a saludar a Rob.
Notó como la niña se revolvía en sus brazos y supo que ya había saciado toda su hambre. Se la puso encima del hombro para que eructara sabiendo que House, aunque parecía que estaba charlando amigablemente, si es que esa palabra podía referirse a él, con Rob y Wilson estaba pendiente de todo lo que hacía.
Buscó a su hermana con la mirada quien estaba hablando con sus padres.
-Me ayudas a poner la mesa después que acueste a Jud?
-Puedo acostar a Jud contigo, tía? -preguntó Matt yendo hacia ella.
-Claro, ven.
La habitación ya estaba oscura, tan solo unos cuantos rayos de luz que entraban de la calle alumbraban la habitación. Cuddy la dejó en la cuna mientras Matt miraba y le ponía el chupete en la boca.
-A ella también Santa le va a traer regalos? Pero si es muy pequeña para haber escrito su carta!
-Pero Santa es mágico y sabe lo que quiere cada niño sin necesidad de escribirle.
-Tu también has escrito tu carta?
-Mi regalo creo que ha venido por adelantado -dijo Cuddy mirando a Jud y pasándole la mano por la cabeza para comprobar que, exactamente y por enésima vez, que era real.
Salieron al pasillo y vio como Gillian ya estaba poniendo la mesa en el comedor.
-Esta vez cenaremos sin intoxicarnos? -bromeó cuando la vio entrar.
-Oh vamos ni que tu cocinaras mejor... Recuerda la cena de Acción de Gracias de hace dos años que se te quemó el pavo.
-Vale, touché... Somos unas pésimas cocineras para eventos importantes.
-Exactamente.
Rieron juntas mientras colocaban los cubiertos y los vasos.
-Por cierto, Lisa... -dijo Gillian de repente- que hay entre Greg y tu?
Cuddy que estaba poniendo un cuchillo se le cayó de golpe sobre la mesa.
-El que? Entre House y yo? Nada, nada, ya sabes, somos amigos...
-Si, ya. Por eso te has puesto nerviosa y roja.
-No, no es verdad -era mentira por supuesto, porque notaba perfectamente como tenía la cara ardiendo.
-Jajaja -rió Gillian- Lisa para de mentir que cada vez estás mas roja. Sabes que me lo puedes contar todo, verdad? Mis labios estarán sellados.
Lo dudó durante un momento, pero porque no? Al fin y al cabo sabía que era verdad que no iba a decir nada y estaría bien compartir sus secretos con alguien.
-Bueno... es largo de contar -dijo en voz baja mirando el salón donde estaba el resto de su familia con House y Wilson- Sabes que House y yo somos amigos desde la universidad y que cuando fui la decana del Princeton lo contraté. Pero el caso es que en los últimos años, tal vez al verlo todos los días otra vez igual que en Michigan empecé a sentir algo por él.
-Lo sabía, lo sabía... -susurró su hermana casi dando saltos de lo emocionada que estaba.
-Ya sabes como es él. Dice todo lo que se le piensa sin pensar en los demás, conmigo igual aunque sea su jefa. Pero el caso es que en estos últimos años se estaba comportando de forma diferente... le dije lo del tratamiento de fertilidad y no se lo dijo a nadie, cuando tenía una cita me la estropeaba. Creía que también sentía algo por mí. Lo creía hasta hacía tres semanas. Incluso me besó hace meses...
-Os besasteis?!
-Shhh calla o no te sigo contando.
-Vale. Sigue.
-El caso es que pensaba que las cosas entre nosotros iban bien, hasta estuve pensando en declararme cuando para mi despacho hizo que trajeran mi escritorio de la universidad.
-Si, mamá me ha contado algo. Y que pasó? Te declaraste y él te rechazó? Porque como haya sido así, voy a ir ahí y le corto...
-No, no, no. Tranquila, no llegué a eso. Solo que cuando estaba a punto de llegar a su despacho ví que estaba con otra mujer en situación bastante cariñosa.
-Oh, no.
-Oh, sí. Desde ese día he decidido que voy a olvidarle y a encontrar una persona que no sea tan sinvergüenza como él.
-Vamos, te gustan los sinvergüenzas, Lisa reconócelo... o si no acuérdate cuando te colgaste de Simon en el instituto que siempre lo estaban expulsando, o Dick en....
-Vale, vale. Tal vez. Pero esa etapa ya pasó.
-Estas segura? Pero tu has visto como te miraba Greg?
-No. Como?
-Como Rob a mí en nuestra época de novios.
-No es posible, House nunca...
La conversación fue interrumpida por Matt, que entró diciendo que tenía ya hambre. Cuddy fue a la cocina y por el olor sabía que el pescado estaba ya en su punto. Gillian también la siguió pero no tuvieron ocasión de continuar la conversación porque su madre también se metió a ayudar. En lugar de eso Cuddy estuvo pensando en lo que su hermana le había dicho. Esa mirada. Tal vez Gillian tenia razón? Debía derruir otra vez esa muralla que se había construido a causa de la pillada con la chica rubia?
Vio como Rob entraba sigiloso a la cocina y se llevaba los regalos al salón sin que Matt se diera cuenta. Lo que le sorprendió fue que Wilson le ayudara mientras que... era House quien estaba haciendo juegos de magia para entretenerlo? Su hermana le dio un pequeño empujón y se dio cuenta que estaba parada en medio de la cocina con la fuente del pescado en la mano mirándolo.
-Ves? Te lo dije. Te sigue gustando.
-Oh, calla -le dijo en un enérgico susurro mirando a su madre que no se enteraba de lo que pasaba.
-Y creo que será un buen padre -oyó que decía su hermana antes que entrara al comedor.
Su miraba se cruzó con la de House mientras entraba y ponía la el pescado en el centro de la mesa. Un cosquilleo le recorrió el estomago. Hambre, pensó. Pero en el fondo sabía que no era así. Había tenido ese mismo cosquilleo antes de que se besaran y en muchas ocasiones más. Desvió la mirada a Wilson y Rob que entraban al comedor.
La cena trascurrió perfectamente. Su madre la felicitó porque por primera vez el pescado estaba en su punto, algo raro pasaba entre Wilson y Gillian, que miraban a ella y a House alternativamente y disimulaban una sonrisa, su padre estaba presidiendo la mesa como en todas las fiestas y charlando con Rob. Ella estaba al lado de su madre y House en el lado contrario en el extremo opuesto. Mejor, quería pasar una noche tranquila y con House mirándola no podía casi comer. Se estaba portando bien. No había dicho ninguna bordaría a nadie a pesar que Wilson le había dicho que estaba más insoportable que nunca. Después de los postres volvieron al salón.
-Regalos!! -gritó Matt nada más entrar y ver el árbol iluminado con los regalos debajo.
Su sobrino empezó a destapar los más grandes y luego los que sus padres le decían que eran suyos. Al final todos abrieron sus regalos y Cuddy se encontró con una bufanda, un botella de colonia y una libro para ella y unos patucos y trajecitos para Jud. Además de a su familia también había regalado a Wilson y a House, una corbata para el primero y una camisa azul para el segundo, aunque veía que él no le había regalado nada, pero le daba igual a pesar de lo que había dicho su hermana sabía que House no había cambiado para nada.
-Cuddy, no tendrás una escalera por ahí? -preguntó Wilson de pronto.
-Sí -dijo extrañada- en el trastero. Por?
-Por nada es que... me he fijado que tienes la bombilla del pasillo un poco floja y así te la arreglaba para que no se fundiera...
No muy convencida Cuddy vio como Wilson salía y al rato pasaba con la escalera. Quiso salir para ver lo que hacia, pero su hermana empezó a hablarle de futuros colegios donde podía llevar a Jud y cuando quiso darse cuenta Wilson ya llevaba la escalera otra vez al trastero.
Al poco rato House se levantó y dijo que tenía ya que irse. Le rogaron que se quedara, todos menos Wilson y Gillian, que seguían con la sonrisa misteriosa cada vez que los miraban.
-Lisa que mala anfitriona que eres -dijo Gillian viendo como House iba al pasillo solo- a un invitado se le acompaña hasta la puerta.
-Sí, es verdad -corroboró Wilson que estaba sentado en el sofá a su lado.
Cuddy rodó los ojos y salió al pasillo justo cuando House se estaba poniendo el abrigo.
-House...
House la miró.
-Ha sido una buena cena de Nochebuena, Cuddy, una de las mejores de los últimos años.
-Gracias. Espero que te haya gustado tu regalo -dijo señalándole la bolsa con la camisa que llevaba.
-Sí. Mucho. Pero reconoce que lo haces para verme mas guapo -se acercó a ella- Todavía me acuerdo que me dijiste que con las camisas azul cielo estaba mejor.
-Y es verdad. Combina con tus ojos.
Se quedaron un momento mirándose a los ojos. Cuddy quiso saber si esa era la mirada que veía Gillian.
-Por cierto -House desvió la mirada dirigiéndosela al bolsillo de su chaqueta donde sacó algo envuelto- este es tu regalo Cuddy. Feliz Navidad.
Lo desenvolvió con manos temblorosas y se encontró con una caja forrada de terciopelo. La abrió y allí había una estilográfica de plata con algo inscrito en ella. Lo leyó casi con lágrimas en los ojos. "Para L. G" Se dio cuenta que le sonaba mucho el estilo de la estilográfica y se dio cuenta que era parecida a una que utilizaba House pero que en una tarde de estudio se la quedó ella por equivocación y luego él no quiso que se la devolviera.
-House esto es...
No la dejaron acabar, ni siquiera pudo abrazar a House como agradecimiento que era lo que más deseaba en el mundo, porque Wilson y Gillian salieron en ese momento al pasillo.
-Jo, jo -rió Wilson señalando un punto encima de sus cabezas.
Ambos alzaron la vista y... diox iba a matar a esos dos. Era muerdago lo que estaba cogido a la lámpara?
-Ya sabes como es la tradición, Lisa -dijo Gillian con una sonrisa.
-Gillian la próxima vez recuérdame que no te invite a pasar la Nochebuena conmigo. Y lo mismo te digo Wilson.
-Vamos si lo estáis deseando! Solo os lo hemos puesto más fácil. James, vamos a dejarles solos.
-Pero... -quiso protestar Wilson aunque no pudo ser nada porque Gillian estiraba de su brazo. Les señaló- Luego me diréis que no hago nada por vosotros.
Cuddy se giró para ver a House y a ambos les entró la risa por la situación tan ridícula en la que se encontraban. Era tan surrealista! Su hermana y su mejor amigo compinchados para que se besaran en Navidad. Su regalo navideño suponía.
Pero sin embargo ahí estaban. Todavía bajo el muerdago sin moverse ni un centímetro. Serenándose después del ataque de risa mientras se miraban. Sabiendo que el otro quería ese beso, pero esperando a que ese otro diera el primer paso. Era un simple beso bajo el muerdago. No tenía que significar nada. Podían racionalizarlo igual que el de hacía meses. Nada había cambiado desde ese momento y nada cambiaría con ese.
Y como en ese beso House se lanzó. Sintió sus labios en los suyos y pasó la mano libre por su cuello dejándose llevar por el momento y sintiendo como House la rodeaba con un brazo y la atraía más hacía él. Sintió como House incrementaba ese beso más, haciéndose más urgente por momentos y necesitando más de si mismos para seguirlo con la misma intensidad. Revolvió el pelo de House mientras él la acariciaba por la cintura bajando cada vez más... hasta que oyó unas risitas muy cerca de donde estaban y que toda su familia se había quedado en silencio. House pareció que pensó lo mismo porque se separaron y se giraron hacia donde estaba el salón. Y sí, efectivamente toda su familia, menos Matt que seguía jugando con sus regalos, y Wilson había tenido la feliz idea de reunirse en el pasillo y presenciar su beso con House.
-Bueno, Cuddy... creo que me voy.
Encima el muy cobarde la dejaba dando todas las explicaciones a ella.
-Sí, bueno... ya te ibas.
Vio como todo el mundo iba al salón otra vez a seguir disfrutando la velada. Así que tuvo una idea. Cogió su abrigo y salió a la calle con House. El tiempo era frio y parecía que estaba empezando a nevar.
-No me tienes que acompañar hasta el coche, ya puedo yo solo.
-No, no es eso -se paró delante de él- Porque lo has hecho? Porque me has besado?
-Ya has oído a tu hermana, es la tradición y quien soy yo para romperlas.
-No me vengas con tonterías House, las tradiciones son normas y tu adoras romper las normas. Pero me besaste. Y me has besado.
-Y luego Wilson me dice que yo racionalizo las cosas... -intentó desviar el tema.
-Lo del muerdago ha sido cosa tuya?
-Parece mentira que no me conozcas... y no conozcas a Wilson.
House no la miraba a la cara y aunque Cuddy sabía que decía la verdad, porque ese no era su estilo y sí el de Wilson se dio cuenta de una cosa. De repente lo vio todo claro. House no sabía la encerrona en la que Wilson los iba a meter hasta que no había visto el muerdago colgado de su lámpara cuando había ido a ponerse su chaqueta. Estaba segura que lo había visto. Y sin embargo había seguido el juego. Porque quería seguirlo. Porque quería besarla y esa había sido una buena excusa para hacerlo sin pensar en las consecuencias. House estaba confuso por lo que sentía y Cuddy sabía que se iría corriendo, como la otra vez, si lo presionaba.
-Tienes razón. Pero que haya sido una tradición no quita que no lo haya disfrutado -dijo acercándose más a él y cogiéndole el cuello de la chaqueta con la excusa de sacarle un copo de nieve que tenía ahí. House se había quedado quieto mirándola fijamente- Y tu también.
-Las tradiciones siempre son buenas -House dijo con un susurro.
-Muy buenas...
Ahora era el turno de ella besarlo. La barba de tres días le raspaba mientras luchaban para ver quien ganaba esta batalla. Estaban en medio de la calle y bien los podían detener por escándalo público el día de Nochebuena pero no les importaba porque estaban los dos solos, notando como los copos de nieve se fundían al rozarlos por el calor que desprendían sus cuerpos. Cuando se separaron ambos tenían una sonrisa.
-Que excusa le ponemos a este? -preguntó Cuddy mientras volvían a caminar hacía el coche de House.
-Un milagro de Navidad? -contestó House mientras se arrimaba más a Cuddy viendo que solo llevaba una chaqueta de abrigo y empezaba a hacer cada vez más frío.
-Esta Navidad me han ocurrido más milagros, pero me vale.
Llegaron al coche.
-Ah, tu pequeño milagro. Te quedaba muy bien como complemento en los brazos.
-Gracias -dijo sabiendo que eso viniendo de House era como un halago. Se quedaron en silencio sin separarse casi- Y bueno... nos vemos en Nochevieja? Ya sabes que también es tradición besarse cuando empieza el Año Nuevo...
-Será un placer compartir otra tradición contigo.
Antes de dar la vuelta para ir a la puerta del conductor le tocó la cara para sacarle un copo de nieve que le había caído en la mejilla. Cuddy notó el frío de la nieve y el calor de los dedos de House y se estremeció involuntariamente.
-Vamos, vete a casa que vas a constiparte y no serás una supermamá que puede cuidar a su hija y reñir al médico insufrible que no quiere pasar horas de consulta al mismo tiempo.
-Todavía faltan dos semanas para que mi baja se acabe.
-Estoy contando los días para que vuelvas y poder sacarte de quicio otra vez -dijo montando en el coche.
Y ella también lo haría, pensó mientras House arrancaba el coche y se perdía en la oscuridad de su calle.
FIN