Amo a Lisaaaaa, pero esperaré hasta el matrimonio...

Jun 10, 2008 18:26

Ya es oficial. Ni con Hugh, ni con el nuevo. La que se va a casar con Lisa soy yo XDDD






I will marry Lisa Edelstein.




After a wild honeymoon, We will settle down in London in our fabulous Apartment.



We will have 5 kid(s) together.




Our family will zoom around in a yellow Mini.



I will spend my days as a singer, and live happily ever after.






LOL en serio es el destino, porque de 5 personas que he puesto (DD, HL, Damien, Ángel) y encima cuatro tios va y me selecciona a Lisa. O sea YAY. Vamos a adoptar 5 hijos y nos vamos a mudar a Londres para hacer trios con Hugh cuando estén de vacaciones y si eso alguna orgía con Gillian xDDDD y voy a ser cantante ^^

*cof*apuntaros*cof*

Hacia tiempo yo escribía. Sip. No fics muy buenos comparados con los de algunas personas, pero la musa siempre rondaba por aquí cuando quería escribir algo. Hasta que hace al menos un año y medio empezó a desaparecer por temporadas. Un mes, luego volvía, luego se iba y tardaba tres meses en desaparecer... hasta que al final se fue. Viene de vez en cuando para videos e iconos (de esto cada vez menos también la verdad ¬¬) pero para fics parece que se ha olvidado de que existen. Al menos hasta hoy antes de comer. Hace más o menos un año empecé a escribir un fic Huddy pero solo escribí dos capitulos y al final del segundo os dejaba a todas con la intriga. Pues bién, empecé a escribir el tercero hace ya meses pero lo dejé, luego lo retomé y lo volví a dejar. Dos o tres parrafos cada vez cuando me venía la inspiración hasta que hoy también he escrito algo y lo voy a publicar. AVISO, EL CAPITULO NO ESTÁ ACABADO pero necesito publicarlo no se porqué. Como veo que no publiqué las dos primeras partes en cuddly_girl también las voy a poner aquí y cuando acabe de escribir el capitulo (pufff dentro de otro año supongo XD) ya lo publicaré todo ahí.

Y el fic se llama



Encuentros y desencuentros

I

Nunca pensó que se encontraría en esa situación. Bueno, la verdad es que si que lo había pensado durante esos meses, pero lo que no pensaba era que las cosas iban a ocurrir de ese modo.

Todavía notaba la barba de varios días de House raspando en su mejilla y sus dientes mordiendole todo el cuerpo. Cuello, hombros, pechos... parecía una persona que había pasado demasiado tiempo sin comer y ahora tenía delante de ella el festín de su vida.

Y luego... nada. Como la mayoría de hombres de su edad se había quedado dormido a los pocos minutos. Cuddy sabía que eso era normal, el cuerpo se relajaba después del sexo y se cerraban los parpados enseguida. Pero ella no podía dormir. No. Estaba demasiado asustada como para hacerlo. No porque supiera que House pudiera hacerle daño, sino porque no sabía lo que iba a pasar con ellos después de eso. Seguirían siendo empleado-jefa? Serían algo más? Lo llevarían en silencio para que el resto del hospital no se enterara y comentara que hacia favoritismos con House porque se acostaban juntos?

Se giró en la cama y quedó mirando a la espalda de House. Se concentró en la respiración de él. Pausada, con alguna respiración fuerte como si fuera algún ronquido pero no lo era. En la penumbra de la habitación se podía ver a contraluz su espalda. Grande, como era él. Fuerte.

Quería dormir un poco, olvidar todo lo que sus mente le recordaba una y otra vez. Aquello no estaba mal. No, era una mujer que había pasado sin sexo los últimos años de su vida y House habia aparecido en el momento apropiado, como siempre.

En realidad había sido ella quien había aparecido en la casa de House. Le había llegado la dimisión de Cameron a su despacho y todavía no se lo podía creer que la chica hubiera dimitido, sobre todo teniendo en cuenta la adoración que sentia por su jefe. Acabó todo el papeleo pendiente y fue a la casa de House esperando que la dejara entrar y no le diera un portazo como las dos veces que habia ido en los últimos meses. La primera vez porque estaba con el mono de la vicodina, esa la comprendía pero la segunda... Aunque había sido un momento todavía recordaba que los latidos de su corazón no la dejaban oír lo que pasaba al otro lado de la puerta.

Sin embargo House la dejó pasar. Estaba contento y le enseñó el origen de esa felicidad. Una guitarra. No sabía que House tocase la guitarra, pero lo hacía igual de bien que si tocara el piano. Desde luego era un virtuoso de los instrumentos musicales y los hacía sonar como si la música flotara en el ambiente.

Luego todo estaba un poco borroso y no porque ella hubiera bebido ya que House ni siquiera le ofreció un vaso de agua, sino porque se pusieron a discutir. Sobre la dimisión de dos de sus tres ayudantes. Sobre el despido del tercero.

-Te lo tienes merecido. Nadie quiere ser como tú. Nadie quiere ser un egoísta que mira a los demás por encima del hombro porque ellos no pueden resolver un caso medico en vez de enseñarles a resolverlo para salvar más vidas.

House ni siquiera se inmutó.

-Vas a decirme algo nuevo? Eso ya está muy visto. Creo que ya está en el diccionario. Gregory House: cabrón egoista. Me lo habeis dicho demasiadas veces estos últimos años como para que me afecte ya. Si es que alguna vez me ha afectado.

La discusión siguió y siguió durante unos minutos. Sin darse cuenta se estaban acercando cada vez más. Tal vez House si que se dió cuenta, pero Cuddy no. Al menos hasta que no notó como House la atraia violentamente hacía él y la besaba con furia haciendo que la estabilidad de los dos peligrara.

La mano de House se colaba por debajo de su camisa y ella lo besaba con más ardor al sentir ese roce mientras pasaba sus dedos por su pelo una y otra vez.

El final de aquel enfrentamiento estaba claro. Cuddy se volvió a dar la vuelta mientras seguía pensando en lo que había pasado aquella noche.

House se despertó perezosamente. No había dormido tan bien desde hacía... ni se acordaba. Normalmente se despertaba en plena noche en busca de vicodinas porque su pierna le dolía demasiado. Sin embargo aquella noche había dormido de un tirón. Y todo por tener sexo ¿podría considerarse como salvaje? con Cuddy. O tal vez porque era la primera vez en años que dormía junto a alguien. Las prostitutas que pagaba no se quedaban a dormir junto a él sino que se iban cuando acababa el tiempo que había apagado.

Sin mirar al otro lado de la cama pasó una mano para notar el cuerpo de Cuddy a su lado. Lo que notó fue vacio. Intentó oír alguna señal de que ella se hubiera levantado y estuviera preparando el desayuno. Nada. Se levantó buscando una nota del porque estaba solo aquella mañana. Su apartamento estaba vacío.

Porque Cuddy se había ido?

II

No sabía si era casualidad, aunque Gregory House no creía en las casualidades y sí en las estadísticas, o simplemente que ella le rehuía pero Cuddy y él no se habían visto en todo el día. No pensaba que el día posterior al sexo con Cuddy iba a ser así, en realidad creía que conforme lo trataba ella no se iban a acostar más.

Todo había comenzado cuando ella tocó la puerta de su casa. House la vió un poco tensa, tal vez porque pensaría que le iba a cerrar la puerta en las narices como otras veces, pero estaba plétorico por su nueva guitarra y lo bien que sonaba, así que la dejó pasar y le tocó unos acordes. Definitivamente la música amansaba a las fieras. Al menos por un rato, porque Cuddy le empezó a recriminar sobre Chase, Foreman y Cameron. Nada en particular, pero sí en trazos generales.

Había despedido a Chase. Bien. Tampoco era para tanto, el miss australia ya tenía los conocimientos necesarios para salvar vidas o para tirarlas por el retrete, según le apeteciera. Era un médico competente y el que más había mejorado en esos años. De un pijo hijo de papá chivato a un médico que sabía lo que quería y sabía mantener sus teorías.
Foreman. Había dimitido. Y se lo llevaba restregando durante tres semanas. Por Dios que pesado! Si se tenía que ir que se fuera ya de una vez y que no pusiera ojitos para ver si le pedía perdón por ser un cabrón egoísta adicto al trabajo.
Y Cameron. No tenía ni idea del porque se había ido. Tal vez por solidaridad con respecto a sus compañeros o algo así. O para estar al lado de su novio Chase. No le importaba.

Era una época de cambios, lo sabía. Pero como le habia dicho Wilson, y él no lo quisiera reconocer, no estaba preparado para ellos. Si por el fuera las cosas se quedarían para siempre iguales. Aunque le había dicho a Esteban que no importaba que se hubieran ido lo cierto es que meter a tres desconocidos otra vez en su despacho le producía una sensación rara. Sabía que ya era hora de que sus patitos salieran del nido.

Se levantó apoyandose pesadamente en el bastón. Estaba en su despacho, mirando fijamente a un punto indefinido del pasillo pero sin ver nada exactamente. No pasaba nadie, al menos nadie que a él le interesara. Durante un segundo pensó en la posibilidad que ella abriera la puerta y entrara a su despacho hecha una furia porque no había pasado consulta. Como antes. Como hacía varios días. Pero no, la puerta no se abrió en todo el día, ni siquiera para salir él de su despacho. Había pasado todo el día allí. Pensando. Viendo sus correos -ya que no tenía a Cameron para que los contestase-, jugando con su pelota, con su PSP. Comiendo lo poco que quedaba en el armario. Tomando varios cafés que no le hacían efecto y que días antes le habrían causado un subidón de adrenalina. Pero ese día no. Cambios, demasiados cambios.

Fue al otro despacho, al que un día antes compartían sus subornidados. Las cortinas estaban echadas y se iluminaba tan solo por las luces del pasillo. Un tenue resplandor que le produjo más nostalgia que otra cosa. Todos se habían ido.

Estaba solo.

Solo.

Esa palabra retumbó en su mente durante unos inquietantes segundos.

Era verdad? Su caracter le había conducido a esta situación? A esas alturas de su vida sabía que no podía cambiar y tampoco quería porque eso hubiera sido traicionarse a si mismo pero...

El sonido de la puerta de su despacho abriendose lo sacó de sus pensamientos. Sería Cuddy? Tenía que serlo porque si no, no sabía quien podía querer entrar en su despacho sabíendo la fama de ogro que tenía en el hospital. Casi corrió en el pequeño trozo que le separaba de su despacho. Quería que saberlo. Tenía que saberlo. Porque Cuddy lo había abandonado la noche anterior?

Sin embargo esa ansia se convirtió en decepción cuando vio que la persona que estaba en su despacho con una mirada de preocupación no era Cuddy.

Wilson, su amigo del alma del que no se había acordado de él en todo el día estaba de pie en su despacho con las manos en sus cadera.

-No te vas a casa?

No contestó. Sino que se volvió a sentar en el escritorio. A pesar que la soledad le había aterrado durante unos momentos ahora quería estar solo. Wilson era un chico listo, sabía pillar sus indirectas.

-Y estas así de amargado hoy por...

O al menos lo era, tal vez también había cambiado en este día y él no se había dado cuenta. Esto parecía convertirse en una pesadilla por momentos y se le ocurrió que lo estaba soñando. El día que había pasado no era real, estaba soñando y seguía dormido al lado de Cuddy mientras la abrazaba. Eso era.

Pero si fuera un sueño la pierna no le dolería como le estaba doliendo ese día aún tomandose tantas vicodinas como para tumbar a un elefante. Pero el dolor de la pierna no se iba y ni siquiera se lo reducia lo más mínimo.

-No quiero hablar del tema -dijo en un tono tan bajo más para si que para Wilson.
-Tienes que hacerlo. Se han ido todos tus ayudantes a la vez y no estabas preparado para ello, es normal que estés así.

Que iluso Wilson que creía que se refería a la huida en bandada de sus tres patitos. Ojalá se hubieran ido más pronto. No le importaban. Sin embargo el porque Cuddy se había ido de su casa en plena noche era otro tema. Podía hablarlo con Wilson pero... como sacar el tema sin referise a Cuddy y sin ponerse en evidencia el mismo? No podía decir "Un amigo tiene un problema y..." porque el unico amigo que tenía se había sentado expectante en una de las sillas al otro lado de su escritorio y esperaba pacientemente a que él empezara a hablar.

-No es por eso.

Si Wilson hubiera sido un robot, House estaba seguro que le hubieran crecido unas antenas de la cabeza para prestarle toda la atención posible. El Wilson humano solo giró la cabeza como si tuviera un resorte y se lo quedó mirando muy quieto, instandole a continuar. Lo malo es que él no sabía como hacerlo.

-Y porque és? -seguramente cansado de esperar a que él encontrara las palabras adecuadas o simplemente para darle el pistoletazo de salida a que contara sus sentimientos o, la más plausible porque era demasiado curioso para esperar siquiera unos segundos de más Wilson se lo preguntó.

House carraspeó.

-Tu tienes más experiencia con las mujeres que yo, verdad?
-Emm... sí -dijo con cautela- pero no se donde quieres llegar con esa pregunta. Te quieres ligar a alguna enfermera y necesitas algún consejo?
-Llevas tres divorcios Jimmy, yo que tu no alarearía tanto de dar buenos consejos.
-Touche.
-El caso es que... ayer me acosté con una mujer y a la mañana siguiente ya no estaba a mi lado.

Lo dijo sin respirar siquiera al final de cada palabra, sin dejar ningún espacio entre ellas, como si quisiera decir esa información a la otra persona pero sabiendo que una vez dicha no había vuelta atrás.

-House.. -Wilson sonrió- Normalmente las mujeres con las que te acuestas se van después de que tu te duermas si les has dejado el dinero en la mesita de noche.
-No, no, no, no- House negó con la cabeza virgorosamente con una mueca de desagrado- No era una puta.
-Jo, jo! Esto es nuevo. Gregory House teniendo sexo sin pagar. Y como ha pasado este milagro?

House cerró los ojos como si estuviera recordando pero lo que hacia era inventarse una historia coherente para que Wilson creyera que era otra mujer en vez de Cuddy.

-Anoche... estaba un poco deprimido -dijo House midiendo cada una de sus palabras- ya sabes, porque se habían ido todos y me había quedado solo. Así que fui a un bar a ahogar mis penas en alcohol. Entonces la ví, me puse a hablar con ella y pasó lo que tenía que pasar. Ya sabes que soy irresistible.

Sin embargo aquello no pareció satisfacer a Wilson porque apoyó los codos encima de la mesa y se inclinó hacia él.

-Y porque te preocupa? La conociste en un bar y no esperarás caricias y abrazos a la mañana siguiente. Seguro que la chica también lo pensaría así y para no tener una escena incómoda a la mañana siguiente se fue.
-Gracias -dijo en tono irónico- Me has servido de gran ayuda, Wilson.
-Eh, eh, yo hago lo que puedo con los pocos datos que me has dado. Como era la chica? Estaba sola ahogando las penas en el bar? Si es así tiene mucho sentido que se haya ido. Despertarse al lado tuyo con resaca no tiene que ser una experiencia agradable...
-Callate. Definitivamente cuando le tenga que pedir un consejo a alguien se lo pediré al conserje con los pantalones al revés que seguro que me será de más ayuda.

Wilson le dedicó una media sonrisa.

-Pero te gusta? Si tanto te preocupa el porque se fue de tu casa es porque te gusta. Reconocelo.
-No. Sí. No lo sé.
-Defitivamente te gusta. Me la tienes que presentar si al menos te dio su número de teléfono. O te dijo su nombre?
-A ti te lo voy a decir... para que te acuestes con ella cuando me distraiga.
-Te gusta -dijo Wilson señalandolo- Te gusta mucho. Te estás convirtiendo en un paranoico.
-No es verdad.
-si lo es.
-No lo es.
-Si lo es.
-No lo és. Y me vas a dar algún consejo o vamos a seguir con esto toda la noche? Lo digo para ir a por café para no aburrirme.

Hizo el ademán de cojer el bastón al tiempo que se levantaba, pero Wilson lo paró con un gesto. House ocultó una sonrisa. Por fin iba a tener algún consejo de super Jimmy.

-Vale. Si tienes tanta curiosidad del porque se fue, preguntaselo a ella si la encuentras algún día por la calle. Pero mi opinión es porque para esa mujer solo fue algo de una noche. A un bar se va...
-Si, ya se a lo que se va en un bar -dijo un poco enfadado de que se lo recordara.

Pero Cuddy y él no se habían conocido en un bar la noche anterior, sino que se conocían desde hacía años, habían sido una especie de novios en la universidad y se habían acostado otra vez más hacía dos o tres años. Eso era algo más que una sola noche. Wilson tenía razón. Tenía que hablar con Cuddy de lo ocurrido, si no se volvería loco.

-Gracias por tu ayuda. Que Dios te lo pague con una nueva esposa- dijo levantándose ayudado del bastón.
-A donde vas?

House se tomó su tiempo para responder mientras se ponía la chaqueta, aunque estaban a finales de Mayo las temperaturas de noche bajaban y aún más cuando se iba en moto.

-A seguir tu consejo -dijo mientras salía por la puerta.

Por las paredes de cristal todavía vió a Wilson con una sonrisa mezclada con su mueca de desconcierto.

cuddy se despertó sopresaltada cuando oyó a una moto pasando por la calle. Desperezandose y dejando en la mesa el libro que estaba leyendo, un buen somnifero desde luego, se levantó para mirar por la ventana que daba a su calle por enésima vez desde que estaba en casa.

Algo le decía que House aparecería de un momento a otro.

Y ella no quería verlo.

Todavia no tenía claro que había pasado la noche anterior y la presecia de House en la habitación solo empeoraría la situación y liaría más a su cabeza.

House le gustaba. Eso era un hecho y consumado. De lo contrario cuando él la había besado no habría devuelto el beso con más pasión todavía. Durante toda la mañana en su despacho había pensado en medio de su confusión, además de rezar para que House no apareciera de improviso, que era porque había pasado demasiado tiempo sin sexo, estaba frustrada y por eso con House vio la oportunidad de sastisfacer sus necesidades básicas. Pero no, porque si hubiera sido Wilson el que la hubiera besado, ella le hubiera pegado una bofetada, estaba segura. No se había acostado con House porque fuera un hombre. Se había acostado con él porque era House.

Creía que esos sentimientos que la habían embargado en la universidad habian desaparecido por completo dejando pasar a una bonita amistad con él. Pero no. Había un dicho que decía que donde habían llamas siempre quedan cenizas. Y esas cenizas algunas veces se reavivan como había pasado hacia años y como estaba pasando en esos momentos. Incluso parecía que volvía a haber algunas llamas por ahí en medio.

Otra moto empezó a oirse por su calle y Cuddy se quedó esperando en la ventana para ver quien era. Al doblar la esquina y reconocer al conductor se le hizo un nudo en la garganta.

Lo sabía.

Era House.

Esperaba que pasara de largo, que estuviera dando una vuelta y por casualidad habia pasado por su barrio. Pero no. House aparcó enfrente de su casa y se bajó de la moto quitandose el casco mientras miraba su casa.

Y sus miradas se encontraron.

Cuddy se separó rapidamente de la ventana aunque estaba segura que House la había visto. Suspiró profundamente esperando escuchar el fatidico timbre de la puerta que daba a entender que todo era real. Ella se había acostado con House y ahora el venia... a qué? A molestarla? A chantajearla por ello? A... repetir?

Ninguna de las opciones le convencía lo más minimo. Ni siquiera la tercera.

-Cuddy. Se que estas ahí, abre la puerta.

Ni siquiera había tocado al timbre. Sabía que ella estaba esperando su llamada y eso había hecho. Llamarla. Pausadamente. Sin gritos. House quería entrar en su casa y Cuddy no queria que entrara. No quería ser debil otra vez.

Intentando no hacer ruido para que él no la oyera se dirigió de donde estaba a la puerta para mirar a House por la mirilla de la puerta de entrada.

Ahí estaba. Con la cazadora de cuero y el casco de la moto en la mano. Barba de dos o tres días y pelo alborotado de haberse sacado el casco o de no haberselo peinado en días. Unos ojos azules mirandola directamente como si supiera que en ese mismo momento estaba allí.

No podía dejarlo entrar. No quería cometer el mismo error otra vez. No quería sufrir otra vez.

Sin embargo su determinación de hacer eso se debilitaba por momentos mientras lo miraba.

-Cuddy, te he visto antes. Es más te oigo ahora al otro lado de la puerta. Abreme. Tenemos que hablar.
-No hay nada de que hablar, House -dijo ella sintiendo como si él tuviera una mirada de rayos x que traspasara la puerta de madera y pudiera verla ahora mismo.
-No me iré a casa hasta que no me abras la puerta.
-No tenemos nada de que hablar. No quiero hablar contigo en este momento. Lo siento, House.

Se recostó un momento contra la puerta mientras pensaba que estaba haciendo lo correcto. Luego se dirigió otra vez al salón donde estaba antes y cogió el libro para disponerse a leer.

El timbre sonó. Una vez. Dos veces. Tres veces. Timbrazos largos, para hacerla abrir la puerta. Asi era House, no paraba hasta que no conseguia lo que quería aunque fuera con tretas como esa.

No podía dejarle entrar. Sabía que quería hablar de lo que había ocurrido la noche anterior. El porque ella se habría ido de su casa sin decir nada, sin dejar ni una mísera nota. Y ella no tenía todavía clara la respuesta a esa pregunta y a House no le gustaban las medias tintas. Quería saber toda la verdad y ella no podía darsela porque no la sabía ni ella.

-Cuddy, vamos dejame entrar.

Los timbrazos seguían sonando y ella se tapo las orejas con sus manos para no oírlos. Cerró los ojos mientras subía sus pies al sillón y se hacía una especie de ovillo e intentó pensar en otras cosas para evadirse. Pero en todos sus pensamientos aparecía House.

Tal vez estaba equivocada. Tal vez debía dejar de ser tan miedosa y contarle a House sus miedos. Últimamente estaban pasando cosas más personales entre ellos de las que podía asimilar.

Sì, dejaría a House entrar y que pasara lo que tuviera que pasar.

Estaba tan ensimismada con sus pensamientos que hasta que no se levantó no se dio cuenta que los timbrazos habían cesado. No, no le podía pasar eso a ella. Para una vez que estaba totalmente decidida a dejar las cosas en manos del destino este no podía ser tan puñetero como para hacerle esto.

corrió hasta la puerta de entrada y la abrió.

Fuera la recibió la oscuridad.

House se habia ido.

Prepardas para leer lo que llevo escrito de la tercera parte?

Si?

Aqui va

III

Había pasado casi una semanda desde su debilidad con House, así le gustaba llamarlo para no pararse a pensar en lo que realmente significaba y su casi recaida de no ser porque al abrir la puerta House ya no se encontraba al otro lado. El porque no lo sabía pero tampoco se atrevía a preguntarselo a la persona en cuestión. No habían estado ni un momento solos, cosa que agradecía porque sus defensas estaban demasiado bajas todavía como para volver a decirle que no a House.

Salió del ala de pediatria del cuarto piso y se dirigió al ascensor rápidamente antes que se cerrara saludando con la cabeza a los médicos que estaban en el pasillo. Acomodó la carpeta que tenía en un brazo y tocó el botón de la planta baja del edificio para ir a su despacho a dejar los expedientes y estudiarlos con detenimiento.

Las puertas del ascensor se abrieron en el piso de abajo, pero Cuddy no prestó atención a quien entraba en él ya que estaba distraida ojeando los expedientes por encima. Solo entró una persona que se puso justamente detrás de ella. Cuddy se sintió tentada a girarse y a decir a esa persona que era una maleducada por hacer eso y espiar lo que estaba haciendo por encima de su hombro.

Pero no lo hizo.

No lo hizo porque se quedó paralizada al oír golpes suaves de bastón contra el suelo.

House. Detrás de ella.

Cerca. Muy cerca. Tan cerca que no sabía cual bastón le rozaba el trasero.

Diox, tenía que dejar de pensar en bastones ahora mismo si no quería empotrarle contra la pared. Por las noches todavía se acordaba de todos los detalles de su debilidad y no paraba de rememorarlos una y otra vez hasta que se quedaba exhausta en la cama dispuesta a dormir hasta el día siguiente. Los labios de House en su ombligo, succionando y haciendola reír por las cosquillas mientras que con una mano en el sitio indicado la estaba haciendo viajar por todo el universo.

-Me quieres.

No era una pregunta, era una afirmación tajante por parte de House aunque fuera en forma de susurro de tal forma que solo lo oyera ella aunque estuvieran los dos solos en el ascensor. Cuddy notó el aliento de House cerca de su oreja y la barbilla en su hombro. Las piernas le empezaron a flaquear, como si esas palabras fueran un conjuro para hacer que sus huesos se convirtieran en gelatina.

Cuddy notaba como House la rodeaba con su presencia aun sabiendo que no había casi ningún contacto fisico entre ellos. Tenía la boca seca y se pasó la lengua por sus labios varias veces para humedecerlos aunque no lo consiguió. Intentó girar la cabeza para verlo, para ver esos penetrantes ojos azules pero una fuerza invisible hacía que no pudiera mover el cuello. Tal vez era el poco sentido común que le quedaba. Ese sentido común que estaba estaba escapando por las rendijas del ascensor conforme bajaba mientras House le olía el pelo.

House le estaba oliendo el pelo. Levemente al principio y más intenso después, Cuddy sentía como cada vez metía la nariz en su pelo suelto y le hacía cosquillas en la nuca.

-Dicen que quien calla otorga -volvió a susurrar House acercandose otra vez a su oído.

Y eso fue la señal. No para empotrarlo contra la pared como había pensado anteriormente, sino para que las carpetas que llevaba en la mano se le cayeran al suelo.

También fue la señal de que se acabara la magia del momento. O la excitación. O lo que fuera. Cuddy empezó a pensar otra vez con claridad y se apartó de House mientras se agachaba para coger las carpetas. El ascensor se podía abrir en cualquier momento. Habían tenido suerte de que no lo hubiera hecho hasta ahora y no verse en esa situación comprometida.

-No te quiero -dijo tajantemente mientras recogía las carpetas una a una y respiraba profundamente mientras decía esas palabras.

Era mentira por supuesto, pero no iba a reconocer otra cosa en esos momentos.

-No es verdad y lo sabes.

Mientras continuaba agachada House le acarició la espalda, una caricia llena de electricidad que la dejó paralizada durante unos segundos mientras disfrutaba de ella y deseaba que no parara y que pasara algo que hiciera que el ascensor no se abriera nunca para estar siempre con él a solas sin dar explicaciones a nadie.

Pero como siempre la suerte no estaba de su parte y en ese momento las puertas eligieron ese momento para abrirse, sin darle tiempo a nada. El espectaculo que estaban dando era cuanto menos bochornoso, ella con el culo en pompa por estar agachada recogiendo las carpetas y House justo detrás de ella seguramente con una sonrisa de satisfacción en la cara como siempre ponía cada vez que la dejaba en evidencia delante de cuantas más personas fuera mejor.

Afortunadamente en ese momento solo habia como máximo diez personas, contando enfermeras, médicos, pacientes y distinto personal del hospital, que estaban en en hall del hospital y se quedaron con la boca abierta cuando los vieron en esa situación. Al menos en una milésima de segundo porque Cuddy rápidamente se levantó, ya había recogido todas las carpetas e intentando aparentar la más calma posible se dirigió a su despacho.

Seguida de House.

-No me sigas. Ya hemos dado suficiente espectáculo por hoy.

Estaban en el mostrador de las consultas y Cuddy le dirigió una mirada suplicante mientras firmaba unos informes que le daba la enfermera todavia con las carpetas en la mano. Miró el reloj de la pared, eran ya las ocho de la tarde, House se debería de haber ido ya a casa a hacer lo que tuviera que hacer allí después de un largo día de consultas que no habría pasado porque era House y ella en ese tiempo no había tenido el valor suficiente para reñirle por no hacerlo. Además de por razones obvias, el nudo en el estómago se le hacía cada vez más grande desde hacía unos minutos, era un periodo de tregua por haber perdido a sus médicos, ya fuera por despedirlos o renuncia.

-No tengo nada mejor que hacer.
-Te podría decir un millón de tareas que tienes pendiente House -intentó decirlo irónicamente pero sonó demasiado forzado.

La cercanía de House la estaba poniendo nerviosa e intentó refugiarse en su despacho cerrando la puerta antes de que House pudiera entrar, pero el bastón de él se lo impidió. Dió un suspiro de frustración.

-Que quieres House, tengo trabajo que hacer y me gustaría hacerlo antes de irme a casa.

Todavía entraba claridad en el despacho y no encendió ninguna luz para ir a dejar las carpetas al fichero, creyendo que House se quedaría quieto donde estaba por una vez en su vida sin hacer nada. Que equivocada estaba. Volvió a notar la respiración de House cerca de su oreja y su calor en la espalda.

-A ti.

Bueno, no se si habeis notado que cada capitulo tiene dos partes. Un POV House y un POV Cuddy, en tercera persona pero lo tiene XD en realidad en las dos primeras eran escenas distintas pero en la tercera va a ser en la misma escena y a partir de aquí va a ser el POV de House. No os preocupeis que no os voy a dejar con las ganas de empotramiento porque lo va a haber ^^ No tan hots como los fics de ladysaru o nurilay porque igualarlas es imposible pero algo se intentará :P

Y esto... nada más, que a ver si entre todas logramos que mi musa venga a terminar el capi y el fic, que según he contado va a tener sobre unos 8 capis, o sea que si sigo así no lo terminaré hasta dentro de 10 años >_<

Fijaos por donde que yo siempre he sido de la teoría que no tuvieron sexo en el verano pasado y tenía este fic por ahí perdido que dice lo contrario XDD peluchito se va a poner muy contenta :P

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