Titulo: An Unexpected Love.
Autora:
angels3 - Angela
Traductora: Mistica
Beta: Sue.
Clasificación: NC17
Cantidad de palabras en ingles: 4006
Números de capítulos: 16
Descargo de responsabilidades de la autora: En serio, si ellos me pertenecieran, ¿Creen que tendría tiempo de estar posteando?
Descargo de responsabilidades de la traducción: Los Jotas no son míos tampoco, ni la historia, ni la idea, ni nada. Solo hago la traducción porque me encanta.
Advertencias: Mención a pasados maltratos. Mpreg
Art y Soundtrack originales :
ldyghstArt adicional : wincest_drarry
Art hecho para la traducción: ShirJ2 <3
Personajes: Jensen/Jared, Chris/Steve. Puede que se creen más parejas en el camino, no estoy segura. Mike, Tom, Chad, Sandy, Sophia y Joshua Jackson estarán en este fic. Y quizás otros más.
Link al fic original:
http://angels3.livejournal.com/40403.html Notas del autor: Me estoy basando en un libro que leí hace catorce años. Aun lo tengo, pero no lo voy a utilizar para el desarrollo de la historia, simplemente me voy a guiar por los recuerdos que tengo de él. Algunas cosas serán muy parecidas, otra no, después de todo, es una historia J2 y mpreg. Lo único que es totalmente apegado al libro (y a la vez no) es el resumen, pero es que no podía ser de otra manera.
Basado en el libro “Escándalos” de JoAnn Ross.
Resumen: Totalmente roto por la muerte de su hermano, el inconformista productor de cine, Jared Padalecki, hizo algo impensable, buscar consuelo en los brazos del prometido de Jeff. A la mañana siguiente, ambos se dieron cuenta del error que habían cometido y decidieron ir por caminos separados. Solo que Jared no podía sacarse de la cabeza los suaves labios de Jensen, ni sus bellos ojos. Aun estaba pensando en la idea de que tenía que verlo de nuevo, cuando Jensen fue a buscarlo.
Estaba embarazado, esperando un hijo suyo, no de su hermano. Jared supo que quería a Jensen más de lo que había querido nunca a otro hombre o mujer.
Primero tenía que hacer que Jensen se casara con él.
Luego, tenía que hacer que lo amara.
CAPITULO 1
Jensen estaba tirando en la cama, con los ojos hinchados y la cara manchada, evidencia de alguien que ha estado llorando por días. Se paró frente al armario donde aun estaba guindado su esmoquin, aun metido en la funda. Se suponía que era el día de su boda, y en lugar de eso, debía asistir a un funeral. El sollozo que había estado atrapando en su garganta durante la última hora, logró salir haciendo temblar su cuerpo de dolor y agotamiento.
El último mensaje que le había dejado Jeff en el móvil, era la promesa de que esa sería la última carrera por la montaña y luego, ellos llevarían sus culos de regreso al hotel. Que esperaba que Jensen lo hiciera entrar en calor al llegar. En el fondo se podía escuchar a Jared diciéndole que se diera prisa o les iba a tocar esquiar en la oscuridad.
Estaba sentado en el comedor del hotel cuando saltó la alarma indicando que se había producido una avalancha en el lado norte de la montaña. Jensen no tiene ni idea de cómo pudo regresar a su habitación.
Durante los siguientes tres días se había aferrado a la posibilidad de que Jeff estuviera vivo, rezó a todos los Dioses existentes, no podía creer que se iba a quedar sin lo mejor que le había pasado en la vida. Fue un rayo de esperanza cuando un día después de la avalancha Jared fue rescatado de una fosa de nieve, pudo sobrevivir gracias a una burbuja de aire que se formó cuando esta caía a su alrededor.
Jeff no tuvo tanta suerte. Jared se negó a regresar al hotel sin su hermano, ni siquiera permitió que el paramédico lo revisara. Al final, fue él quien encontró a Jeff. Un pequeño rastro rojo en la nieve y fue suficiente para que Jared empezara a excavar con sus propias manos, ninguna suplica y orden logró apartarlo hasta que consiguió sacar a Jeff. Jensen se encontró con el equipo de rescate a unos pasos del hotel, estaba congelado por el miedo. Jared saltó de uno de los lados de la cabina, tenía los ojos llenos de dolor y Jensen supo, mucho antes de verlo cargar el cuerpo de Jeff, que su vida nunca sería la misma.
Jensen salió al porche trasero de la casa de los padres de Jeff. El funeral había sido justo lo que él esperaba que fuera, gente llorando por todas partes en la capilla y elogios de personas de varias clases sociales. Jeff era alguien que brillaba como el sol, cualquiera que hubiese estado en contacto con él lo sabía. Jerry y Sherri le habían pedido a Jensen que se sentara con la familia, a pesar de que la boda nunca se realizó, siempre lo han considerado uno más. Le resultaba muy difícil ver a Jared.
Nunca se quitó las gafas de sol, ni siquiera cuando estaba dando la despedida fúnebre, donde habló sobre ese chico que brillaba como nadie y que se convirtió en un hombre a quien cualquiera estaría orgulloso de llamar amigo, pero el tenía el honor de llamar hermano. Habló sobre como Jeff tenía la idea fija de terminar su carrera de medicina, porque de esa forma podría ayudar a las personas y no solo escuchar hablar sobre eso. La voz de Jared se mantuvo firme mientras su mente viajaba por los recuerdos de su hermano, pero se tambaleó cuando miró a sus padres, Jensen se sorprendió por completo cuando Jared lo nombró y le dio las gracias por amar a Jeff. Dijo que en el último año había visto a su hermano más feliz de lo que había sido nunca y eso era porque había encontrado el amor y era correspondido.
Jared había sido siempre un enigma. Jeff lo adoraba y era obvio que Jared a él también, pero eran diferentes. Jeff era cariñoso y alegre, en cambio Jared era serio y centrado. Jensen nunca estuvo seguro de si él aprobaba la amistad que tuvieron durante muchos años, ni la relación que surgió tiempo después, pero no podía culpar a Jared por adorar tanto a su hermano. Incluso cuando llegó el momento de la despedida de soltero y Jeff dijo que no quería lo típico, sino ir a esquiar con él, Jared no pudo decir que no, simplemente detuvo la producción de la película en la que estaba trabajando para tomarse varios días libres.
Jensen rompió con sus pensamientos cuando la puerta de atrás golpeó y pudo ver a Jared llegar hasta donde él estaba. No dijeron nada durante unos minutos, preferían quedarse mirando el bosque cubierto de nieve. A Jensen le gustaba. Era tan blanca, colgada de las ramas, revistiendo todo delicadamente de hielo, pero ahora todo lo que podía relacionar con ella era muerte y oscuridad. Giró por el sonido de una lata al abrirse. La verdad es que no le había prestado mucha atención a Jared desde que regresaron a casa, porque estaba perdido en su propio dolor, pero cuando subió la vista y se pudo fijar en sus ojos, ahora que las gafas de sol colgaban de su cuello, era evidente que se había bebido siete latas de cervezas del pack de doce que tenía en las manos.
Jensen nunca pudo encontrar la manera de conectar con Jared. Se había criado en la casa Padalecki, su madre era la jefa del servicio domestico. Jeffrey y él se habían hecho inseparables desde el principio, jugaban, iban a la misma escuela, incluso, en más de una ocasión se metían en problemas juntos. Lo más memorable fue aquel día que tomaron sus bicicletas, se escaparon de clases, fueron a la galería para pasar el rato y luego comieron helado hasta que les dolió el estomago. A veces se preguntaba si había alejado mucho a Jeff de Jared, ese pensamiento lo entristecía.
Esa tarde, la casa estaba vuelta un caos porque de la escuela habían llamado a sus padres para avisar. Jared, que era dos años mayor e iba a la preparatoria, fue llamado a la oficina del director y llevado a casa sin recibir ninguna explicación. Todo el mundo estaba comprensiblemente molesto cuando los dos chicos llegaron totalmente sucios y asquerosos, pero afortunadamente ilesos. Estuvieron castigados por un mes, pero Jensen aun cree que valió la pena solo por lo bien que la pasaron.
Jared estaba apoyado casi por completo de la columna del porche y abrió otra lata de cerveza. Jensen lo vio sin parpadear, ya que se la tomó prácticamente de un tirón, la arrugó entre sus manos y la lanzó al establo, Jensen vio como voló por los aires hasta que golpeó contra la pared. Hizo una mueca cuando sintió un par de golpecitos contra su codo, al voltear se dio cuenta de que Jared le estaba ofreciendo una cerveza, sin dejar de mirar la nada. Jensen sabía que emborracharse no era la solución, pero podría ayudarle a olvidar un rato, aliviar el dolor un poco. Valía la pena intentarlo así que aceptó.
- Tenía que tomar un poco de aire - murmuró Jared.
Jensen no estaba seguro de si era un comentario que requería una respuesta así que simplemente asintió, para luego beber de su lata. Se sobresaltó cuando Jared se separó de la columna buscando algo entre sus bolsillos, cuando por fin comenzó a sacar unas llaves, el corazón de Jensen se detuvo y volvió latir tres veces más rápido.
- ¿Jared, qué estás haciendo?
- No quiero estar aquí. No puedo respirar.
- No creo que sea buena idea que conduzcas. ¿Por qué no vas a tumbarte un rato? duerme antes de tomar la decisión de salir - intentó hacerle razonar.
- Pues no. Tengo otra caja en la camioneta, y si eso no es suficiente, tengo una muy buena botella. - respondió Jared, mientras terminaba de sacarse las llaves enredadas en su bolsillo, solo que en el proceso las dejó caer.
Jensen se agachó a toda velocidad aprovechando que Jared tenía cierta dificultad para coordinar.
- Deja que te lleve a casa. Tus padres no necesitan otro hijo muerto esta noche.
Jared se le quedó mirando un minuto, como si tratara de armar un rompecabezas en su mente, luego asintió tropezando al bajar las escaleras.
- Esta bien, pero no voy a casa. Voy a la cabaña - dijo.
Jensen suspiró sin saber si estaba haciendo lo correcto. La cabaña estaba más cerca pero de seguro estaría jodidamente fría, ya que nadie la había acomodado para visitas. Jared siguió caminando, rodeó la cuatro por cuatro y se montó del lado del copiloto, abriendo de inmediato otra cerveza. Jensen negó con la cabeza mientras se ponían en camino, debían ir despacio porque la nieve comenzaba a caer de nuevo.
Posiblemente, Jared podía haber conducido solo hasta allá, ya que conoce muy bien toda su propiedad y sería muy raro que hiriera a alguien o si mismo, pero Jensen pensó que sería desleal para con Jeff si dejaba que su hermano se estrellara contra un árbol. Les tomó quince minutos llegar a la cabaña. Jensen estuvo rezando todo el camino para que la camioneta no se les quedara atascada. No era partidario de caminar sobre la nieve, mucho menos con zapatos de vestir que estaba usando.
Gimió cuando se bajó del coche y se hundió hasta los tobillos en nieve húmeda y fría, incluso estaba más molesto que Jared, quien tuvo que luchar contra el viento y hacer malabares con la caja y una bolsa. Jensen rodeó la camioneta para agarrar la bolsa para que así Jared pudiera abrir la puerta, pero se resbaló cayendo hacia atrás sobre la nieve. Jared gritó de sorpresa, demasiado aturdido como para hacer otra cosa que mirarlo por un momento, luego se inclinó para darle la mano y ayudarle a ponerse de pie, pero Jensen estaba tratando de salvar algo de dignidad así que lo hizo por si mismo, solo para volver a caer.
Jared se encogió de hombros y siguió hasta la cabaña para abrir la puerta cuando por fin consiguió la llave. Jensen fue capaz de ponerse de pie en el segundo intento, pero su ropa ya estaba toda mojada y tiritaba de frío. Caminó con dificultad hasta la cabaña y cerró la puerta protestando por lo bajo contra si mismo por dejar a hombres idiotas beber como estúpidos, y algo sobre ser un nuevo árbol decorativo. Jared estaba completamente indiferente mientras se dedicaba a encender el fuego y beber.
El sonido de los dientes de Jensen al tiritar, al parecer, fue suficiente para cortar con la borrachera que nublaba la mente de Jared. Frunció el ceño al verlo con la ropa mojada y como se estaba poniendo un poco azul. Sacudió la cabeza tratado de entender cuando el chico se había mojado, pero se dio por vencido cuando el castañeo de sus dientes se hizo más fuerte, Jared se levantó fue hasta el armario y sacó varias mantas, pensando que de ninguna manera iba a ser el causante de la muerte de otra persona.
- Hey, quítate la ropa mojada y envuélvete en esto. La pondré junto al fuego para que se seque. - dijo sentándose de nuevo cerca de la chimenea.
Jensen lo vio como si estuviese loco, pero entonces otro estremecimiento sacudió su cuerpo. Caminó al otro extremo de la habitación, se quitó la ropa y se puso la manta encima. Con cuidado se volvió a sentar frente a la chimenea y tomó el whisky que Jared le ofreció directamente de la botella. El calor del liquido se movió lentamente a través de sus extremidades, comenzando a quitarle el frío de hace un minuto. No pasó mucho tiempo hasta que llegó al mismo nivel de embriaguez de Jared.
Si alguien les llegara a preguntar, ninguno de los dos sabría decir quien hizo el primer movimiento, ni siquiera la razón por la que lo hicieron, pero Jensen no podía ignorar la sensación de la lengua y los dientes de Jared marcándole la delicada piel del cuello y detrás de la oreja, ni la dura polla que se alineaba y presionaba contra la suya, la fina tela de sus boxers era lo único que aislaba el calor y el olor de la excitación que les embargaba.
El ritmo con el que la ropa desapareció fue frenético, la necesidad de sentir la piel caliente rozándose, era una afirmación de vida después de haber perdido tanto. Jared pudo sentir las lágrimas golpeando al caer sobre sus manos mientras sostenía el rostro de Jensen, pensó que era justo no decir nada sobre sus propias lágrimas, las cuales su amante podía saborear en sus mejillas.
Jensen pasó una rodilla al otro lado de las caderas de Jared para poder aumentar el contacto, necesitaba llenar ese vació que le carcomía el cuerpo y el alma. Después podría pensar en el cuidado que Jared estaba teniendo, incluso en una situación tan desesperada como en la que se encontraban, estaban buscando algo que no podían definir, pero sin lo que no podían respirar. Jared gruñó contra su garganta cuando Jensen buscó hasta poder sacar lo dedos que tenía en su interior, y se dejó caer sobre su polla que quemaba mientras se hundía en su cuerpo.
Jared sintió la sobrecarga que le producía el calor, la humedad y la presión alrededor de su miembro, gimió estremeciéndose contra la garganta de Jensen, sus manos aferradas a su cintura para ayudarlo a mantener el equilibrio y el ritmo. Los suaves quejidos y la respiración agitada del otro hizo que Jared perdiera el control acelerando el movimiento. Jared apoyó la espalda en el sofá, levantando a Jensen hasta que solo la punta de su polla quedó atrapada en los músculos de su culo, para después empujar con sus caderas hacía arriba creando el nivel justo de fricción.
Jensen apoyó sus manos en los hombros de Jared para aguantar y hacer las penetraciones más profundas. Jared cambió el ángulo golpeando constantemente en la próstata de su amante hasta que sintió que su cuerpo comenzó a temblar. Jensen echó la cabeza hacia atrás y Jared tuvo la oportunidad de morder la clavícula llena de pecas que le había estado tentando desde hacía varios minutos. Jensen gritó guturalmente cuando se corrió en oleadas calientes que impregnaron ambos estómagos y los músculos presionaron más alrededor de la polla de Jared, llevándolo al borde.
Jared empujó una vez más sujetando a Jensen, aferrándose a sus caderas para permanecer apretado en ese calor que le rodeaba por el mayor tiempo posible. Finalmente su polla palpitó y dio un tirón disparando chorros de leche caliente que se adentraron en el cuerpo de Jensen, quien se desplomó hacia delante dejando caer su cabeza sobre el hombro del más alto, los dos jadeando por culpa del esfuerzo. Pasaron varios minutos antes de que Jared levantara cuidadosamente a Jensen para dejarlo libre, fue entonces cuando se dio cuenta de que el rubio se había desmayado. Se acomodo a su lado envolviendo ambos cuerpos con la manta, el frío de la cabaña contrarrestaba con el sudor que les impregnaba, aun así, Jared pudo conciliar el sueño por primera vez en una semana.
Jared despertó varias horas después, cuando las sombras dieron paso a la noche. El fuego se había consumido casi por completo y solo quedaban pequeñas chispas que casi no daban calor. Rápidamente echó más troncos hasta que las llamas se avivaron lo suficiente para iluminar al hombre que estaba acostado sobre su estomago a tres pies de distancia de donde él se encontraba en cuclillas. En silencio se deslizó bajo la manta, teniendo cuidado de no mover a Jensen, la idea de una confrontación era algo que no podía manejar todavía. Se acostó de lado, usando su codo para apoyar la cabeza.
Nunca había pensado en Jensen de otra manera que no fuera como el mejor amigo, novio y luego prometido de Jeff. El rubio siempre había sido reservado y tímido, excepto cuando se metía en problemas con Jeff. En casa siempre parecía un fantasma, pisaba con cuidado y se movía rápido por los alrededores. En esos momentos Jared no se daba cuenta pero ahora que lo veía en retrospectiva, era como si Jensen hubiese tenido miedo de él.
Jared había logrado pasar tiempo con su hermano, pero era mayor y llegado el momento le tocó ir a la universidad, luego ya no iba a casa tan seguido como debería. Recuerda lo sorprendido que quedó cuando se mudó de nuevo a la ciudad y descubrió que Jensen se había ido a Paris, porque era muy extraño ver a su hermano sin él. Jeff le dijo que se había ido a estudiar arte, que su proyecto había sido seleccionado. Jared pudo darse cuenta de que su hermano estaba preocupado por algo, pero no parecía tener ganas de decirlo y Jared tampoco quiso presionar.
Un gemido silencioso llamó su atención. Pasó un dedo por la mejilla de Jensen, secando la lágrima que caía con lentitud. Antes no se había fijado en lo increíblemente largas de sus pestañas, rozó su piel pecosa húmeda por el llanto y siguió la línea de su cuerpo frunciendo el ceño al notar tenues líneas plateadas que estropeaban la lisa extensión de su espalda. Alargó un dedo y comenzó a trazarlas sin saber bien lo que eran.
- No, por favor.
La voz que escuchó era tan baja que Jared incluso pensó que lo había imaginado. Jensen parpadeo abriendo sus profundos ojos verdes, que una vez estuvieron llenos de vida y ahora estaban apagados por la angustia. Jared apartó la mano y se acostó de espaldas viendo la luz de la chimenea reflejada en el techo. Cuando giró de nuevo, Jensen había cerrado los ojos pero él no creía que estuviera dormido, su cuerpo estaba tenso y las lagrimas no dejaban de caer. Jared suspiró y cerró los ojos, con suerte, unas horas más de sueño le ayudaría a decidir que hacer con el lío en el que se había metido.
Jensen despertó de nuevo por el sol que daba contra su rostro, se cegó por un momento por su culpa. La cabeza le latía con fuerza y otras partes de su cuerpo dolían también. Gimió suavemente mientras se movía tratando de que la luz no le empeorara el dolor de cabeza, pero se detuvo en seco cuando se encontró con un cuerpo caliente tumbado a su lado, se quedó inmóvil buscando en su memoria una explicación. Cuando todo llegó a su mente, no podía decidir cual era la mejor opción entre correr o morir.
Se había emborrachado y había tenido sexo. No solo había tenido sexo el día del funeral de su prometido, sino que lo había hecho con el hermano del mismo. Jensen no era promiscuo por naturaleza. Nunca fue de aventuras de una noche, necesitaba que la relación física fuera de la mano con la emocional. Honestamente, no podía culpar de lo sucedido al alcohol, la necesidad de ser tocado y querido era tanta que dolía.
Jensen finalmente abrió los ojos, mirando hacia el hombre que irradiaba tanto calor como un horno. Jared estaba durmiendo, respirando suavemente a través de sus labios entreabiertos, las pestañas rozaban su piel bronceada. Podía ver las similitudes y sin embargo tantas diferencias. Compartían la misma frente y la nariz, pero Jeff era de labios más delgados que Jared. Los ojos de ambos eran entre azul y verde, pero los de Jared solo se podían comparar a los de un gato, almendrados y con largas pestañas. La mayor diferencia era en la personalidad, Jeff era todo luz, y Jared era intenso y centrado.
En silencio, Jensen salió de debajo de la manta para buscar su ropa y vestirse. Recogió las latas y botellas vacías, las metió en una bolsa y las puso junto a la puerta. Se sentó con cuidado a esperar que Jared despertara. Siguió repasando lo sucedido hace unas horas, desde la bebida hasta el sexo. ¿Qué demonios habían usado como lubricante? Porque obviamente no había nada útil por allí.
Se sentía una mierda. No sabía si lo que pasó podía calificarse como engaño, ya que Jeff estaba muerto, pero eso era exactamente lo que sentía, que lo había traicionado vilmente. Le hubiese gustado que le consolara un poco el hecho de que Jared se sentiría peor que él, pero no.
Jared seguramente necesitaba tanto como él aquella reafirmación de vida que habían tenido, y aunque fue un error, por lo menos se podía usar el dolor como justificativo.
Estaba sentado con la cabeza entre las manos, cuando su acompañante comenzó a moverse.
Jared gruñó mientras movía la cabeza, estaba seguro de que habían por lo menos tres elefantes pisándole, pero entonces recordó haberse follado anoche al prometido de su hermano muerto, y eso fue como un puñetazo directo al estomago. Apenas tuvo tiempo de correr al baño para vomitar lo poco que tenía. Los impulsos de cada arcada le alejaron de lo sucedido la noche anterior por lo menos por un rato. Notó un paño frío ser colocado sobre su nuca y un vaso de agua puesto a un lado, luego sintió como Jensen se alejaba de nuevo para regresar a la otra habitación.
Jared encontró su ropa acomodada a un lado de la puerta del baño y se vistió rápidamente. No tenía ni idea de cómo mirar a Jensen a los ojos. A pesar de que sabía que los dos eran igual de responsables, no podía dejar de sentir que se había aprovechado de la situación. Jensen estaba sentado en la misma silla que ocupaba cuando Jared despertó, echó la cabeza hacia atrás recostándola de la pared y cerró los ojos.
- Basta - dijo despacio.
- ¿Basta de qué?
- Del sentimiento de culpa. No nos va a ayudar en nada. Nos emborrachamos y fuimos estúpidos, pero esto no hirió a nadie más que a nosotros mismos. Yo soy tan responsable como tu, así que no le demos más vueltas. Los dos necesitábamos estar con alguien anoche, alguien que entendiera el nivel de dolor del otro, no tenemos que hacerlo más grande de lo que es. Tú tienes tu vida y yo la mía. Jeff lo hubiese entendido.
- ¿Crees que Jeff hubiese entendido que me emborraché y me follé a su prometido? - preguntó Jared con evidente irritación.
- No, creo que Jeff hubiese entendido que anoche sentíamos tal nivel de dolor que ambos necesitábamos aferrarnos a algo. Creo que estaría feliz de que cuidamos el uno del otro y no que alguno cometiera algo imperdonable. Esto es perdonable. Esto fue una cosa que surgió por culpa del dolor producido por la perdida de alguien importante para los dos.
- Vale… - Jared respiró, no completamente seguro de cómo reaccionar por la declaración de Jensen.
Jensen tenía razón en que si de todas formas iba a pasar, a Jeff le hubiese gustado que fuera con alguien de confianza.
- Creo que es hora de volver. Tus padres deben estar preguntándose donde estas, ya que los móviles no tienen señal aquí y no habrán podido comunicarse contigo. - sugirió Jensen.
- Sí - murmuró Jared, aun sin poder creerse que no iba a tener que lidiar con ningún melodrama. Claro, que estaba seguro que luego de que llegara a su apartamento y cerrara la puerta, iba a comenzar a volverse loco.
Treinta minutos después, Jensen se estaba bajando del coche de Jared, el castaño le insistió en que por lo menos fuera a casa de sus padres para comer, pero Jensen no se creía capaz de enfrentarlos, sobre todo oliendo a alcohol y sexo. Cuando Jensen se montó en su coche y cerró la puerta, pensó que sería el fin de todo lo que tuviera que ver con la familia Padalecki. Amaba demasiado a Jeff y no se podía imaginar tener que recordar que lo había perdido cada vez que entrara en aquel lugar, y tomando en cuenta lo que había pasado en la cabaña, aquella decisión era la mejor para todos.
No había manera de imaginar lo equivocado que estaba.
Continuará.