Fic. Destino. Cap 11

Sep 13, 2011 00:46




CAPITULO 10

CAPITULO 11
Sean de hierro o de cristal, las rejas solo sirven para coartar la libertad.
Pensando en ti - Max Pizzolante con Servando y Florentino



Jensen es prácticamente arrastrado hasta la celda y los policías lo miran como si fuera el ser más despreciable del mundo. Pidió usar su derecho a una llamada pero o son sordos o él no habla lo suficientemente fuerte porque no le han hecho el menor caso.

Nunca ha estado en un lugar como ese. Tiene que tomarse tiempo para que su nariz se acostumbre al olor y ni hablar del aspecto, está seguro que tan solo con sentarse en la cama corre el riesgo de una alergia… mínimo.

Se pasa las manos por la cara tratando de no entrar en pánico, no tanto por lo que le pase porque confía en que cuando logre comunicarse con Tom, todo se va a solucionar, lo que de verdad lo tiene estresado es que Jared está con su madre. No quiere ni imaginarse las formas en las que la mujer se va a vengar de él, puede que sea su hijo pero en el tiempo que estuvo viviendo con ella Jensen pudo comprobar lo poco que le importa ese lazo sanguíneo.

Unas horas después, el detective por fin se acerca a él, pero no precisamente con gesto amistoso. Quisiera saber si es así con todos los presos o si a él le tiene una tirria especial.

- Me dicen que no haces más que pedir tu llamada - comenta de forma despreocupada.

- Es mi derecho - contesta en tono cortante. Quiere que entienda que no está pidiendo un favor, que aquello le corresponde por ley, pero el detective se limita a reír a modo de burla.

- Conoces tus derechos pero no los del chico del que abusaste.

- Usted no sabe una mierda sobre lo que hay entre él y yo.

- Sé lo suficiente. Sé como tratan en la cárcel a los violadores… sé que cuando se haga tu traslado la vas a pasar bastante mal.

- ¿Traslado? - pregunta haciendo un esfuerzo por ocultar su pánico.

- Mañana en la mañana irás directo a la cárcel general.

- ¿Qué? Eso no puede ser, son 48 horas para que mi abogado pueda tomar cartas en el asunto.

- ¿Y dónde esta tu abogado que no lo veo?

- ¡SI ME DEJARAN HACER MI LLAMADA, ESTARIA AQUÍ!

- ¡PUES TE JODES, PIJO! - dice el hombre metiendo la mano entre las rejas para jalarlo de la camisa - Ni abogado ni leches. Los hombres como tú no tienen derecho a nada - lo suelta con fuerza pero Jensen mantiene el equilibrio. Aquello está peor de lo que pensaba, ese tipo le tiene el ojo y parece dispuesto a hacer de su vida un infierno, está claro que Sherry supo jugar sus cartas muy bien, envenenarlo al punto de romper con las normas.

Nadie sabe que esta allí y no cree que Jared pueda comunicarse con sus amigos. Para cuando noten su ausencia ya estará metido en una cárcel, rodeado de ladrones y asesinos.

Tiene una leve idea de cómo funciona todo, el detective no está mintiendo ni exagerando, Jensen sabe que no va a sobrevivir allí por mucho tiempo, por más que intente defenderse, si lo ponen con la gente equivocada sus oportunidades son mínimas.




Jared está sentado en una esquina de la habitación, abrazándose las piernas y escondiendo la cara entre ellas para no dejar ver sus lágrimas, ni la sangre que brota de la comisura del labio por lo fuerte que se lo ha mordido.

Nunca pensó que llegaría a ese punto, ni siquiera estando en la calle.

Cuando esos tipos en el parque lo atacaron fue malo, sí, pero eran desconocidos, delincuentes y puede que drogadictos haciendo lo que tan bien saben hacer, pero cuando lo hacen tu madre y tu propio hermano… la cosa cambia bastante.

Cuando los policías lo arrastraron hasta el interior de la casa, haciendo caso omiso de sus protestas y súplicas, Sherry brincó a sus brazos y le dijo lo mucho que lo extrañaba, lo mal que lo había pasado sabiendo que él estaba en manos de ese “degenerado” de Ackles.

Cuando los hombres se fueron, su amor maternal desapareció y se alejó lo suficiente como para voltearle la cara con una bofetada, luego lo jaló del cabello con fuerza hasta hacerlo arrodillarse. Le dijo lo mucho que lo despreciaba, lo arrepentida que estaba de haberlo parido y que nunca perdonaría su traición, que desde ese momento su pasatiempo sería hacerle la vida imposible, a él y a Jensen.

Hizo alarde de su agilidad para embaucar al detective, y lo fácil que fue filtrar en la cárcel la información de que estaba a punto de ingresar un secuestrador y un violador. Evidentemente, para ella el sufrimiento de Jensen en ese horrible lugar será un alivio.

Cuando se aburrió, le pidió a Jeff que lo llevara hasta su habitación y le enseñara como ser un buen hijo.

Jared luchó. Puede que estuviera deprimido pero no por eso se había vuelto tarado, no iba a permitirle “aleccionarlo” tan fácilmente, así que la situación no tardó en volverse una pelea, puños de un lado a otro e insultos de diferentes niveles, pero por más voluntad que tuviera en mantenerse entero, las secuelas de las heridas sufridas en el parque mezcladas con los golpes de ese momento, terminaron dejándolo tan mareado que Jeff no encontró mucho problema para ganar.

Han pasado cuatro días.

La comida que le llevan no es digna ni para los perros, ha vomitado más de lo que tiene en el estomago y está teniendo unos escalofríos nada alentadores. Va a enfermarse de nuevo, está seguro, pero eso podrá manejarlo. Lo que de verdad le preocupa es que no sabe nada de Jensen, si sigue detenido o si consiguió salir, si está haciendo lo posible por volver a él o si definitivamente el cuento de hadas se les acabó.

Cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás rogando al cielo por una respuesta, una pequeña luz al final del túnel… lo que sea, pero nada llega. Solo la oscuridad y el silencio de esa lúgubre habitación.




Jensen tose manchando el piso de sangre, usa el dorso de la mano para limpiarse y se incorpora para arremeter contra su agresor.

Han pasado cuatro días sin saber nada de Jared. Tres en ese endemoniado lugar.

Está casi seguro de que los tipos estaban esperando por él, es lo único que justifica que esté metido en ese lío tan pronto. Es la segunda pelea y aunque ha sabido como defenderse, a ese paso no va a durar el mes.

El guardia de turno es experto en imitar a Shakira con eso de ciego, sordo y mudo, mira para todos lados menos donde se produce la pelea, tampoco escucha como los presos vitorean y piden sangre. No es sino hasta que Jensen saca ventaja, que el hombre reacciona y va a separarlos.

- ¿Tu de nuevo, Ackles? - pregunta con malicia. - parece que te has vuelto fan del calabozo.

Jensen bufa y aprieta los dientes para contener las ganas de escupirle la cara y reventársela. Se deja llevar hasta el calabozo porque sabe que resistirse solo le hará ganarse unos porrazos en el estómago que lo tendrán vomitando toda la noche.

El lugar es tan asqueroso como suena. Huele a orina y hay manchas sospechosas por todas partes. Solo hay un pequeño retrete, una puerta de hierro y ninguna ventana, es oscuro, perfecto para pensar y eso es justamente lo que él no quiere, porque Jared es todo lo que pasa por su cabeza.

Al principio no es tan malo porque comienza recordando el toque de sus manos, su piel, sus besos… pero pronto llegan a él imágenes terribles, no sabe como lo estarán maltratando pero posiblemente no esté mejor de lo que él lo está en esas cuatro paredes.

Cierra los ojos lamentando no haber tomado medidas para evitar llegar hasta ese punto, no tenían que confiarse. Jared suele mostrarse como un chico fuerte pero Jensen lo conoce lo suficiente como para saber que debe estar asustado y preocupado. Piensa en lo pálido que está en la última semana, más de una vez, en la noche le sintió la temperatura un poco alta. A Sherry no le va a importar en lo más mínimo si se enferma...

- Dios - murmura golpeando la pared con la cabeza. Repitiéndose una y otra vez que aquello no es verdad, que es una pesadilla y él está en casa, en los brazos del hombre que quiere, pero entonces abre los ojos y comprende que esa es su realidad.

Si creía que las cosas no podían ponerse peor, los días siguientes le demostraron lo contrario.

Las peleas no han disminuido, pasa más tiempo en enfermería y en el calabozo que en su celda y está seguro de que tiene por lo menos una costilla rota pero las enfermeras son demasiado mediocres como para notarlo.

Con todo eso, lo peor está por pasar.

- Vamos, bonito - dice un grandulón mientras lo toma de la nuca para pegarle la cabeza contra la mesa con tanta fuerza que cuando lo suelta Jensen cae directo al suelo. - sé que puedes darme la pelea. - lo reta jalándolo de las piernas para ponerlo donde lo quiere. - me gusta cuando las niñas son agresivas.

- Y a mi - dice otro sujetándole las muñecas - ¿el chico al que violaste te la puso difícil? - Jensen ha dicho mil veces que él no ha violado a nadie, pero no importa que tan fuerte lo grite o el idioma que use, ninguno en ese lugar está interesado en escucharlo. Quiere mandarlos al diablo, exigir que dejen de tocarlo pero no tiene fuerzas ni para eso.

- Ya vas a saber lo que se siente, preciosa - el hombre que está entre sus piernas tira de su pantalón y los boxers hasta dejarle medio desnudo, luego le da vueltas para ponerlo de cara al suelo. Jensen sabe que hay guardias detrás de las puertas y que en algún rincón de la cocina hay otros presos limpiando, que están escuchando lo que está pasando en ese comedor pero no les interesa intervenir. Posiblemente fue por eso que se les ocurrió ponerlo a limpiar con ellos.

Cierra los ojos y piensa en Jared mientra soporta las manos que lo tocan y lo maltratan, uñas que arañan, risas y uno que otro mordisco en la espalda. Se traga un quejido cuando siente el primer dedo entrar sin ningún tipo de cuidado. No quiere imaginarse lo que será después.

Se repite una y otra vez que aquello no está pasando, que va a salir de allí, que va poder tomar a su amado e irse lejos, a un lugar donde ninguna de las personas que los odia pueda dar con ellos.

- Nunca me había follado a alguien tan bonito - jadea uno de sus agresores. Hay otro dedo invadiéndolo, por la forma dispareja en la que se mueve y las palabras que escucha, sabe que es del otro hombre. Ambos están jugueteando con él como les da la gana. Están ansiosos, desesperados y eso solo le advierte que no pasará mucho tiempo para que decidan sacar los dedos y usar otra cosa. Es insoportable, desearía que lo golpearan un poco más para desmayarse y así no tener ningún recuerdo. Incluso está a punto de sugerirlo o golpearse a si mismo pero un ruido fuerte deja las palabras atascadas en su garganta.

- ¡GUARDIAS! - grita una voz que Jensen cree reconocer pero posiblemente todo sea producto del aturdimiento causado por los golpes. Escucha puertas abrirse y protestas… alguien le acomoda el pantalón y lo llevan hasta algún lugar. No tiene fuerzas para abrir los ojos pero confía en que las cosas no pueden ponerse peor. - Tranquilo - le dice la voz. Jensen asiente aun con los ojos cerrados y se deja llevar por la nada.

Cuando recobra el conocimiento, se da cuenta de que está en esa horrible enfermería. Tiene la garganta seca pero no pide agua, cierra los ojos de nuevo y se concentra en lo feliz que fue esas semanas viviendo con el castaño, es lo único que le da fuerzas para seguir resistiendo esa locura.

- La última vez que te vi estabas al frente de las empresas de tu padre - dice la voz haciendo que Jensen se tense de inmediato - fue hace poco más de un año. ¿Puedes explicarme cómo es que ahora estás aquí? - Jensen abre los ojos y parpadea un par de veces sin poder creerse lo que ve.

- ¿Misha? - su amigo le sonríe y aprieta su mano.

- Soy yo, Jen. - usa la mano libre para peinarle el cabello hacia atrás como gesto de cariño. Se siente terriblemente bien, como antes, como si nunca se hubiesen separado.

Cuando Misha entró a ese lugar para recopilar la información necesaria para la reforma de las penitenciarias en pro de la mejora de los presos, nunca pensó que vería allí al que fue su gran amor. Casi se revienta del espanto al darse cuenta de lo que esos hombres pretendían hacerle, no deja de agradecerle a su suerte por permitirle llegar en el momento apropiado.

- Entonces… ¿Cómo es que estás aquí? - Jensen suspira y tose por el ardor en la garganta, Misha le da agua y se queda esperando a que recupere la voz y pueda darle una respuesta.

- Subestimé a la persona equivocada - intenta bromear

- Eso es evidente. - Jensen suspira de nuevo pero esta vez parece agotado, se permite tener miedo y hasta llorar un poco por culpa de la presión. Definir por donde comenzar con la historia no es sencillo, pero su salvador espera pacientemente, después de unos minutos, Jensen le habla de Jared, de la relación que tienen, de lo que pasó con Sherry. Le jura una y otra vez que estaban juntos porque Jared lo ama, no porque él lo hubiese forzado de alguna manera. - eso no tienes ni que decírmelo, tío. Te conozco desde hace demasiado tiempo, sé quien eres.

- Gracias - lo dice en serio. Tiene tantos días escuchando acusaciones que tener una voz de apoyo le tranquiliza.

- ¿Tienes a Tom trabajando en tu caso? - el rubio niega con la cabeza mientras se estruja los ojos para eliminar las lágrimas.

- Ni siquiera estoy seguro de que sepa que está pasando. Nunca me dejaron hacer mi llamada.

- ¿Qué? Pero eso es ilegal

- Díselo a ellos, hombre. Les importa una mierda. - Misha abre la boca para protestar pero la cierra de nuevo porque todas las maldiciones que lance serán en vano, lo que Jensen necesita ahora es apoyo y soluciones.

- Bien, primero lo primero - dice apretándose el ceño - voy a preguntarle a Jeff si puede mandar a un médico de confianza. - el rubio luce tan confundido que Misha decide explicarse - mi novio, Jeffrey, está encargado del área de pediatría del hospital central, seguro puede pedirle a uno de los médicos que venga a verte.

- Estoy bien, no necesito médicos.

- Cree en mi Jen, te estoy viendo y sé que no estás bien. - Jensen no tiene muchos argumentos para negarlo - luego voy a llamar a Tom. Con la cantidad de irregularidades que se han hecho en tu caso, estoy seguro de que no va a ser muy difícil sacarte.

Jensen asiente con la esperanza de que tenga razón. Necesita estar libre para buscar a Jared y sobre todo para destrozarle la vida a la loca que les está haciendo eso.




“No” se ríe tratando de recuperar el aire y apartar las manos que lo atacan “en… en serio, Jared… basta” sigue riendo. Su cara se pone roja y tiene cada vez menos fuerza. El castaño sigue haciéndole cosquillas hasta que lo deja indefenso sobre la cama. Luego se sienta sobre él a horcajadas y lo domina sujetando sus manos de lado y lado.

“Di que me amas” le ordena. Desde que lo escuchó decirlo hace unos días, solo puede pensar en que lo repita una y otra vez.

“No” Jensen se ríe cuando lo ve achicar los ojos. El castaño intenta volver al ataque de cosquillas pero un solo segundo en el que afloja el agarre basta para que pierda su ventaja y el mayor ruede tomando el control de la situación. Jensen lo besa y lame sus labios mientras susurra lo feliz que le hace tenerlo allí, pero no es eso lo que Jared quiere escuchar así que no deja de protestar e intentar soltarse. Jensen se afinca con más fuerza y busca su mirada, se quedan así durante unos segundos hasta que se anima a decir las palabras que el otro quiere escuchar “te amo”

Jared se despierta ansioso, extrañando el calor de su amado en la cama y no pasan más de dos minutos cuando el estómago se le revuelve, no sabe si es por el dolor que le produce la nostalgia, el estrés, los nervios o porque la comida es una mierda, pero lo cierto es que ya no importa si es de noche, día o media tarde, siempre termina botando todo por el escusado.

Se arrastra de nuevo a la cama con los ojos llenos de lágrimas, extraña demasiado la vida que tenía con Jensen, acostarse a su lado y despertar con él en la mañana, su sonrisa, su amargura por la falta de café, todo.

Ya perdió la cuenta de los días que lleva encerrado, con Megan solo ha conseguido hablar un par de veces y eso porque la chica ha sido lo suficientemente lista como para encontrar la llave y entrar. Le dice que no tiene noticias oficiales de Jensen pero que debe estarla pasando mal porque Sherry está de muy buen humor.

Eso es lo que más le preocupa, porque no importa cuantas veces Sherry mande a Jeff o algunos de los sirvientes a molestarlo y darle unos cuantos golpes, no importa las bofetadas que ella le da para cerrar con broche de oro, ni la mala comida, ni la soledad. Está seguro que no se compara con lo que debe estar pasando Jensen encerrado en aquel horrible sitio.

Si tan solo pudiera hacer algo para evitarlo, pero no, está prácticamente atado de pies y manos, podría pedirle a su hermana que intentara contactar a Steve, pero no quiere meterla en más líos de los que ya tiene la pobre.

Solo le queda rogar por un poco de suerte para que todo se solucione antes de que alguno de los dos llegue a un punto sin retorno.




Es inexplicable el alivio que siente Jensen al ver a Tom.

El hombre llega con cara de pocos amigos, haciendo ver a todos los presentes lo jodidos que están por haber hecho las cosas de esa manera. Consigue que a Jensen lo dejen en la enfermería, lejos del resto de los presos y comienza a armar su caso.

- Estábamos preocupados por ti - dice Tom dándole un abrazo cuando los guardias se han marchado. Jensen le responde con afecto y necesidad.

- Tío, pensé que no lograría verte nunca, que me iba a quedar aquí para siempre.

- Voy a sacarte. El no dejarte hacer la llamada y trasladarte sin darte por lo menos un abogado público les va a joder todo el caso. No importa si violaste al perrito de Paris Hilton, no van a poder retenerte por mucho más tiempo.

- Yo no he violado a nadie por Dios.

- Lo sé, Jensen. Y tenemos testigos de que Jared estaba contigo por voluntad propia. El problema es la cantidad de dinero que está pagando Sherry para tenerte aquí, eso siempre tiene más peso que la verdad, pero de alguna manera lo conseguiremos, te lo aseguro.

Jensen espera que sea verdad. Desde que conoció a Jared las ganas de estar con él fueron inmensas, casi infrenables, pero últimamente siente que le falta el aire al estar tan lejos, que debe cuidarlo y amarlo mucho más que antes y es obvio que estando en ese lugar no va a poder hacerlo.

Suspira y se estruja el ceño seguro de que salir de la cárcel será solo un paso, el verdadero problema será cómo llegar a Jared ahora que Sherry lo tiene en su poder.

Continuará.

CAPITULO 12

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