TDR #2: Lo que vieron mis ojos

Jul 16, 2015 21:22

Necesito escribir sobre esto. Y necesito hacerlo para mí. No puedo publicar lo que ha pasado en mi blog pormiedo. Sí, miedo. Ni siquiera alcanzo a entender cómo es que ya estoy aquí, de vuelta, entre las sábanas de mi cama, esa en la que sé que no podré dormir en unos días, si es que duermo en absoluto.

Estoy viva de milagro.


A pesar que cuando era pequeña le tenía cierto temor a volver a casa sola de noche, hubo un momento en mi vida en que decidí que ya era hora de dejar eso atrás. De modo que  ahora en la veintena parece ser que le he perdido un poco más ese miedo, si bien no el respeto.

De alguna u otra forma, siempre he acabado por acelerar el paso cuando es de noche y no me acompaña nadie, tranquila pero quizá, con una sensación de alerta constante.

Esta noche, sin embargo, no me he sentido así. En realidad, tenía demasiadas ganas de llegar a casa como para preocuparme demasiado, pues mentí a mis amigos diciendo que me encontraba bien cuando en realidad, no era así.  Heme aquí, la que siempre aguanta bien la bebida, fallando estréitosamente y sintiéndome ligeramente mareada.

Caminaba centrada en los pasos que separaban la calle en la que me encontraba de la de mi casa (por suerte estaba solo a dos calles de distancia), cuando me pareció oír unis susurros cerca de por donde estaba a punto de pasar.

Lo que vi al girar en el callejón, me dejó helada. Si hubiera visto simplemente a una pareja discutir, quizás hubiera pasado de largo, lamentando no estar en condiciones de defender a ese chico. O igualmente sí le hubiera ayudado  vomitado a los pies de esa loca. Pero algo me hizo retrodecer y esconderme de esa loca: El grito del muchacho cuando ella le clavó un cuchillo.

Ella comenzó a reír mientras escuchaba la voz agonizante del muchacho, quien caía poco a poco al suelo mientras escuchaba y dejaba de escuchar diversos insultos y risas y más risas por parte de esa asesina.

La imagen del muchacho desangrándose, hizo que me sentiera aún más mareada, pero luché contra esos instintos para no hacerme notar.

--Hijo de puta, hijo de puta. No volverás a acercarte a esa imbécil nunca más.

Una vez se aseguró de que ese chico no pudiera replicarle nunca más, lo empujó hasta casi cerca de donde yo estaba, por lo que ni siquiera me atrevía a respirar. Lo dejó allí tirado y se marchó en su coche, segura de que nadie la seguía. El ruido de los neumáticos de su coche aún me martillea la caneza...

Debería de haber ido a la policía pero sinceramente, en mi estado, era más que probable que me retuvieran allí en calidad de autora de los hechos antes que como testigo. De modo que eché a correr, llegué a casa y he estado vomitando hasta hace unos minutos.

Ahora escribo esto, como mi única vía de escape y porque necesito pensar qué hacer sobre esto, por lo que este escrito será la prueba que demostrará a mi conciencia que el alcohol no ayuda a olvidar.

FIN

Bases TDR #2 AQUÍ

relatos, tdr, the inspiration list

Previous post Next post
Up